bueno… entonces convengamos que no es descabellado pensar que haya gente que estè a favor de la nueva ley solo porque el gobierno decidiò pasar los partidos de futbol por TV abierta
[i]El referente de Proyecto Sur aprobó que el Congreso debata el proyecto pero cuestionó el control que tendría el Poder Ejecutivo sobre los medios.
[/i] Agencia DyN
El diputado electo Fernando "Pino" Solanas aprobó hoy que se discuta en el Congreso, en el corto plazo, el proyecto de Ley de Radiodifusión, pero criticó la "letra chica" del texto, que "niega" su propósito "noble" y cuestionó el control que tendría el Poder Ejecutivo sobre el espectro mediático.
Solanas aseveró que “el debate hay que darlo” sobre esta iniciativa, aunque advirtió que “no se puede sacarlo en 15 días” al proyecto, como pretendería el oficialismo, “ni cajonearlo, porque hace 30 años que está en el cajón”, en referencia al vigente decreto ley de medios que tiene origen en la última dictadura militar.
A Radio Continental, sobre la posibilidad de dar quórum en las cámaras, como pretende el kirchnerismo, advirtió: “Vamos a ver cómo viene, no nos anticipemos; ésto dá tantas vueltas, que de pronto se votan proyectos adentro del proyecto” pero insistió en que “el debate hay que darlo”.
Solanas expresó que “muchos de los principios y objetivos que son nobles y enganchan con el anhelo de la sociedad, luego vienen negados por cláusulas, por la letra chica”.
También calificó al proyecto oficial de “enorme” y graficó: “Hace 48 horas que lo estamos desmenuzando, es una selva”.
Por otra parte, criticó que “se habla de imposibilitar posiciones de poder y se habilita a las dos telefónicas” a ingresar al nuevo sistema de medios.
“Acá nadie se chupa el dedo: Telecom va a terminar en las manos de (Eduardo) Eurnekián, que es un empresario de dudosos antecedentes y con tantas causas oscuras, pero son los amigos del oficialismo…”, cuestionó.
También advirtió que “el espacio audiovisual es el más grande, el que más influye sobre el imaginario colectivo, la opinión pública, etcétera, en una democracia mediática como la nuestra, por lo que es inadmisible que se pretenda que semejante espacio sea regulado por una comisión bajo dominio absoluto del Poder Ejecutivo. Eso es un disparate”.
“Si un mensaje tiene que dar una ley que remplace a una ley de la dictadura, ese es de pluralidad y transparencia”, añadió.
Por ello, propuso “un organismo muy grande, integrado por ONGs, universidades, empresas privadas, lejos de la esfera del Gobierno, con control parlamentario, con funcionarios surgidos de un riguroso concurso” para controlar a los medios.
“Así como está, el proyecto termina en un embudo, que uno dice ´ésto es autoritarismo puro´”, concluyó el referente de centroizquierda, que ingresará a la Cámara de Diputados el 10 de diciembre.
Así como tampoco es descabellado pensar que hay gente que está en contra de la nueva Ley de Medios solo porque Clarín les dice que de aprobar la ley nos vamos a convertir en la Venezuela de Chavez.
desconozco la verdad cual es la situacion de la Venezuela de Chavez, y la verdad que mucho no me preocupa… lo que si me preocupa es que constituya una herramienta para que algun sector acumule excesivo poder, sea el sector que sea.
Me parece perfecta la postura de Solanas
Tiene objeciones, se estudian y se debaten
Nada que ver con lo que hace Carrió que agita el fantasma de la “chavización” y directamente que siga todo igual. ¿Se la imaginan en el poder Ejecutivo con esa postura?
Claro, a mi tampoco la verdad mucho no me preocupa el tema del fútbol … lo que me preocupa es que al no sancionarse, se siga permitiendo que algún sector acumule excesivo poder, lo cual es un razonamiento muy parecido al tuyo, con la única diferencia de que no se basa en una posibilidad o suposición, si no en una realidad cotidiana verificable con el simple hecho de encender la tele.
Igualmente, coincido con tu idea general, reflejada magistralmente en la revista Barcelona unos meses atrás, con un titular referente a la ley de medios que decía algo así como: " Afirman que al 90% de los argentinos les chuparía un huevo la libertad de expresión si no fuera por el fútbol gratis "
“proyecto de ley de radiodifusion”… NO!
LEY DE CONTROL DE MEDIOS K!
me parece a mi o hay una diferencia abismal y el titulo de tn mas que informacion es opinion interesada sobre el tema?? yo te saco licencias por no cumplir tu rol de comunicador social:P
Estos días son testigos de que la política argentina conserva una dinámica notable. Si se está de acuerdo o no con aquello que se mueve es otro tema.
Sucedieron tres cosas, reveladoras de que lo impensado puede ocurrir gracias a la participación y la lucha de los actores sociales más incansablemente inquietos. Una es la desincriminación del porro, para ponerle un título que, quizás, es lo que mejor les baja un cambio a los bíblicos salames mediáticos que hablan de la “despenalización de las drogas”. Gracias al fallo de la Corte se abrió la puerta, apenas pero nada menos, para que en vez de destinar un paquete incontable de plata y recursos humanos a perseguir fasitos y perejiles se lo haga contra los narcos sin joda, o aunque sea para programas serios de prevención. Detrás de esa sentencia, hubo el alerta constante de muy numerosos especialistas, analistas, psicólogos sociales, penalistas, intelectuales, que no se cansaron de advertir sobre la sinrazón de combatir a la droga con criterios represivos minimalistas. La caída del Fino Palacios es el segundo episodio. Macri se jugó una batalla personal en la defensa de ese sujeto que anda por la vida rodeado de sospechas y acusaciones gravísimas, que nunca pudo despejar. Sin embargo, las denuncias y la militancia de los organismos de derechos humanos, entre otros, tuvieron una potencia superior al ensimismamiento con que el alcalde de Buenos Aires respaldó a su vigilante. Y el Fino abandonó. Si lo que lo reemplaza es igual o peor será motivo de otra pelea que los incansables no vacilarán en dar.
Y la presentación del proyecto de ley de Medios Audiovisuales, por supuesto. Es el que más pasiones naturales e inducidas enciende. Visto el incendio provocado por la propuesta, con llamas de un tamaño que obligan a retroceder hasta el clima del segundo gobierno de Perón, conviene dividir razonamientos sin ninguna esperanza de éxito. Los que odian y los que aman al kirchnerismo no quieren escuchar nada de nada y se oponen o apoyan desde el prejuicio incondicional. Y quienes intuyen que deberían tener una mirada más o menos parecida a lo equidistante, porque no confían ni en los unos ni en los otros, coinciden con los demás en que no leyeron ni una mísera línea del proyecto. No son únicamente los dirigentes de la oposición y voceros periodísticos varios, sino también la “gente del común” que no siente, ni por asomo, que cambiar la ley de radio y televisión sea un asunto prioritario. El trabajo, la “inseguridad”, los precios, el alquiler, la escuela de los chicos, el paco, la vivienda, quedan a años luz por delante de considerar que lo que sale por los medios tiene relación íntima con el trabajo, la “inseguridad”, los precios, el alquiler, la escuela de los chicos, el paco, la vivienda. Como ésa es una discusión probablemente irresoluble, por lo menos pongámonos de acuerdo en que, en política, es impresionante que después de 26 años se haya podido presentar un proyecto de radio y tele que sustituya al de la dictadura. ¿Porque, o sólo porque, los K libran una guerra individual contra Clarín y viceversa? No: porque después de 26 años siguió habiendo quienes aprovecharon cada hendija, cada oportunidad mediática, cada mesa redonda y conferencia y charla y congreso sobre comunicación que parecían inútiles, cada afiche, cada entrevista, cada declaración personal o institucional, para llamar la atención sobre el bochorno de que no se pudiera derogar la ley de los milicos. Y si luego ocurre que los vectores circunstanciales que implementan esa energía son gente que no nos gusta, pues repasen el Upa de la dialéctica para recordar que hay las contradicciones principales y las secundarias. De lo contrario se cae en una lógica binaria espantosa, que preconcibe buenos y malos absolutos, descontextualizados. Y su efecto –más allá o más acá de las increíbles campañas de los medios– es entre otros el espectáculo deplorable a que asistimos por estas horas, sobre todo en las radios, con gente que putea a los gritos sin tener ni la más remota idea del objeto de estudio.
¿Qué tiene esa gente en la cabeza? ¿Imagina que una ley habilitará exiliar periodistas? ¿Piensa que arriba la Gestapo o el zurdaje que preocupa a Mirtha, y que los medios serán ocupados por monstruos orwellianos que pingüinizarán la vida cotidiana? Como sea, la batalla no se libra con los (tal vez) representativos sino con los significativos. No es Doña Rosa la que define. Y eso quiere decir un escenario de disputa entre aquellos con capacidad de incidir en la construcción de sentidos. Excluidos los que no saben de lo que hablan, hay que concentrarse en los que sí lo saben pero, precisamente por eso, intentan meter todos los goles con la mano. No hay hasta ahora una sola crítica técnica a la propuesta. Ni una. Y es que, si la hubiera, en lugar de anclar el cuestionamiento en razones de política (de negocios) y temor al apriete de los grandes grupos mediáticos, habría serias dificultades para oponerse. Repasemos algunas preguntas. ¿Cómo se hace para estar en contra de reducir en más de un 50 por ciento la cantidad de licencias de radio y tevé que puede operar un mismo licenciatario? ¿Cómo se cuestiona que un tercio del espectro pueda pelearse para el sector público no gubernamental? ¿Cómo se enfrentan a que un mismo grupo no pueda disponer de las redes tecnológicas, la producción de contenidos y su distribución? ¿Cómo se las ingenian para denostar un convite que recoge grandes porciones de legislación estadounidense y europea, y definido como ejemplaridad mundial por el Relator de las Naciones Unidas para la Libertad de Expresión? ¿Cómo hacen? Está claro cómo hacen: hablan a la bartola de un ataque a la prensa, no contrastan ni siquiera un proyecto alternativo, esparcen que el país está incendiado. A esta altura ya no se sabe quién fue el autor de la frase porque es atribuida a unos cuantos, pero eso no invalida su solidez: atacan como partido político, y se defienden con la libertad de prensa.
El kirchnerismo es muy sospechoso en varios aspectos, uno de ellos es su relación con la prensa y, ya que estamos, se ha llegado a esta instancia tras muchos intentos de negociar y beneficiar a los factores de poder corporativos que hoy enfrenta. Pero nada de eso concede que, puestas las cosas en el terreno –otra vez– dialéctico de que hoy se trata, el partido mediático y sus sucedáneos no se animen ni tan apenas a debatir. O, peor todavía, que propongan el cruce para las calendas griegas del año que viene, cuando arrancará la desembocadura de las elecciones presidenciales del 2011. Encontrar para ese entonces diputados o senadores que se animen a votar en contra de los intereses mediático-corporativos llevaría el tiempo de búsqueda del eslabón perdido.
Dicen que esto no se puede aprobar contrarreloj y tienen razón. Pero es que hace 26 años que no es el momento. 26 años. Toda nuestra vida en democracia hace que no es el momento, miserables.
yo creo que los mayores cuestionamientos no vienen en contra de la nueva ley en si, sino de como y quienes van a tomar las decisiones “cotidianas” que de ella deriven… por ejemplo, està bien, se reducen el nùmero de licencias que pueda tener un mismo grupo econòmico… pero quien dispone que es lo que se hace con esas licencias que le quitaste a uno? a quien se las dan? quien, como se decide eso? si el gobierno va a manejar esto como si fuese el patrón de la estancia, no sirve, estamos en la misma… cambiar por cambiar no sirve de nada si esto no deriva en concretas acciones positivas hacia lo sociedad… es muy complicado, muy complejo el tema… no creo que todo se reduzca a decir: “se crea una Comision Nacional de Medios, cuyo presidente y miembros serán designados directamente por el presidente de la Nacion”… la verdad que, asì las cosas, no me convence para nada.
Van a ser designados por el ejecutivo y propuestos por la oposición.
Me molesta que personas que se consideran paladines de la democracia hablen de “falta de legitimidad”. El oficialismo, te guste o no, es el oficialismo porque el pueblo así lo dispuso en los términos que la Constitución manda. Si la Constitución te dice que los diputados poseen plenas facultades para trabajar hasta 4 años después de ser elegidos, ¿en nombre de qué legitimidad se exige que el Congreso cese sus funciones a los 3 años y medio?. Legítimo es el estado de derecho, que impone las reglas necesarias para que se respete la voluntad del pueblo manteniendo un orden necesario. De última reformen la Constitución y cambien los períodos de 4 años por “el tiempo hasta que a Doña Rosa le parezca que se tienen que ir”…
puede ser… pero esto no es de ahora sino que siempre fue asì… que se yo… cuando el justicialismo le ganò la mayorìa legislativa a la UCR en el 87, desde el dìa siguiente a las elecciones los tuvieron de las bolas.
Che Luis igual ese segundo mensaje no lo escribí refiriéndome a vos sino a los políticos de la oposición y a los periodistas de turno que afirman que la ley no debe tratarse bajo ese argumento.
Con respecto a la ley, el único punto que no me cierra es la exigencia a las radios de pasar determinado porcentaje de música nacional. Espero que revisen ese ítem.
entendì perfectamente lo que quisiste decir Alejo, y estoy de acuerdo con tu punto de vista, pero en la “realidad” las cosas no son tan asì, no solamente ahora sino desde que tengo uso de razon “democràtica”