Mi viejo tenía un empleado que hizo lo mismo.
Un señor se olvidó un celular en una cabina, encima el dueño volvió preguntando “si no se lo había olvidado ayer ahí y alguien lo encontró…”. Claro, mi viejo no sabía nada y le dijo que no, que en el “cajón de objetos perdidos” no había nada, pero que le iba a preguntar a los empleados por las dudas.
Los dos le dijeron que no (la mina de la mañana y el pibe de la noche). Pero mi papá se dió cuenta cuando lo empezó a ver al chabón con un celular a los 2 o 3 días. Además, coincidía con el que le describió el señor. Él me lo comentó y me dijo que iba a esperar que se sincere y diga, “mire don Cochi, me tenté y me lo llevé al celular del señor, si quiere se lo doy, le digo que lo encontré pero que lo guardé en otro lado y no el cajón, y listo…”
Pero no, ni mierda. Se hacía el boludo, no hablaba casi con mi viejo, agachaba la cabeza con culpa. Se lo había hecho al cel el chabón nomás. Mi viejo para tirarle la lengua le empezó a preguntar “che donde te lo compraste…” (era en la época que no todos tenían celulares, así que…) o “cuanto te costó”… y el chabón decía que se lo habían prestado porque le cortaron el teléfono el la casa y que se yo… cualquiera, porque encima ese mismo día, lo llamó la madre del chabón al negocio, desde su casa (así que otra mentira que le habían cortado el teléfono en la casa, jajaja).
Después, se hizo el boludo, no llevó mas el cel al laburo. Listo, vaya a saber que hizo con él. Encima, era de un cliente que venía casi todos los días hace años.
Mi viejo, no tenía cara para mirarlo al hombre, pero al empleado, le hizo la cruz para toda la vida. Era hijo de un ex empleado y muy amigo de mi viejo, honorable el hombre, que había fallecido hace un tiempo, y mi viejo lo empezó a ayudar dándole laburo a él y los hermanos.
Pero los años de confianza que le venía teniendo se fueron a la mierda con un sólo acto de: robo, mentira y engaño a la vez. Le quitó la llave del negocio, la empezó a manejar él… igual, le seguía choreando los centavos en los vueltos, je. Pero no lo corrió, al tiempo se fue solito… no le dió más la cara al boludo. La vergüenza que hubiera sentido su padre si vivía y si se enteraba de lo que había hecho, no sé que hubiera pasado. No lo iba a cagar a cintazos porque era un huevon de 23 años ya, pero un par de piñas y humillaciones lo hubiera hecho pasar, delante del patrón (mi papá) y el dueño del cel (el cliente).