Escribí esto hace unos minutos, iba a abrir un thread para compartirlo pero me pareció que quizás cargaba un optimismo que podía ser incómodo para algunos, así que pensaba esperar unos días hasta que se tranquilice la situación. Pero vi este tema y me parece que sigue el hilo de lo que quiero transmitir, así que lo posteo acá, no aguanto y necesito descargarme…
Volviendo a ser
[spoiler]Hoy cayó un coloso. Pero no se cayó solo; lo mataron. Lo asesinaron desde adentro, desde las entrañas de este gigante que sufrió el vaciamiento económico, el cercenamiento de sus recursos, la administración fraudulenta y demás atrocidades. El golpe fue letal; hoy, River Plate, sufrió un final acorde a esta década infame.
Es el día más triste, la tarde/noche más fría y oscura. La herida ya está hecha, y lo que sangra es la gloria soberana de algo más de 100 años de historia. Esta mancha no se va a borrar, es indeleble y será un amargo recuerdo que va a revivir en cada burla rival, en cada reseña histórica, en cada debate. Pero esta mancha jamás va a opacar la grandeza del club dueño de un enorme prestigio, hoy demacrado. Ese prestigio brillante de haber estado en la cima del mundo, no sólo por sus éxitos sino por la manera de conseguirlos y porque sus artífices casi siempre fueron distinguidos por su calidad. Esa calidad que llevó al club a ser el mayor exportador de riqueza futbolística a nivel mundial, la cuna de las selecciones nacionales, la identidad del fútbol argentino. La envidia de tantos que hoy se regodean con este fracaso. El Ganar-Gustar-Golear, que fue durante muchos años la carta de presentación del club, no se va a olvidar. La Máquina no se va a olvidar. Los tres tricampeonatos no se van a olvidar. Las Libertadores y la Intercontinental están en las vitrinas, al igual que los 33 campeonatos, inalcanzables. Nada de eso se va a olvidar. River es el mayor campeón en la era profesional del fútbol argentino; nadie lo debe olvidar.
Con esta caída, muchas cosas van a cambiar. River no va a volver a ser lo que alguna vez fue. Pero de estas cenizas, de este trágico presente que nunca debió haber llegado, va a resurgir un nuevo coloso. Distinto a lo que se conoció, pero más fuerte. Y digo más fuerte porque los mismos hinchas vamos a dar este giro. Los mismos hinchas vamos a tomar el volante y conducir a River nuevamente al trono. Esa energía y esa pasión, ese AMOR que demostró el hincha millonario en los últimos años, lo vamos a poner en la reconstrucción de esta institución. Será en dos, cinco, diez años; no lo sé. Pero este club es demasiado grande, DEMASIADO, para enterrarlo. Lo mataron, pero no lo van a sepultar. No lo vamos a permitir.
Así como hoy lamentamos lo que un puñado de malnacidos le hicieron a River, y que ni merecen ser nombrados, dentro de unos años llenos de esfuerzo el club va a retomar la senda más gloriosa. Porque es su destino. Ser la luz de este fútbol cada vez más mediocre, donde el campeón ni siquiera es la tapa de los diarios, y en el que brillan por su ausencia los títulos a nivel selección. Este fútbol que encabeza un mafioso, un verdadero fósil viviente que encarna la corrupción.
River va a renacer, y con él va a emerger también el fútbol argentino. Porque River desde sus orígenes fue el faro más brillante, el modelo a seguir. Ese fue y será su destino.
Y para eso, hay que decir BASTA. Basta de todo lo que nos llevó a este final. Nunca más la pasividad ante los resultados adversos. Nunca más dejar que destruyan el club en nuestra cara. Nunca más avalar con el silencio la mala administración y los negociados. Nunca más dejarnos llevar por la maldita cultura del aguante que tanto daño nos hizo. Nunca más técnicos y jugadores que no estén a la altura. Volvamos a las raíces. Al esfuerzo y la dedicación, al trabajo a largo plazo, a formar cimientos sobre las divisiones inferiores, como siempre se hizo acá. Volvamos a comprometernos con el rumbo del club, volvamos a actuar y a hacernos oír; no lo dejemos a la deriva y en manos de delincuentes. Volvamos a EXIGIR, y volvamos al PALADAR NEGRO que tanto éxito y prestigio nos trajo. Volvamos a abrazar lo poco que nos queda: nuestra identidad. Volvamos, muchachos, volvamos.
Hoy cayó un coloso. Pero no cayó solo; con él caímos todos los que lo amamos. Y tampoco se va a levantar solo; ladrillo a ladrillo, golpe a golpe, lágrima a lágrima, y con nuestras propias manos, lo vamos a poner de pie. Y la preciada bandera de nuestro glorioso club va a flamear, una vez más y para siempre, en la cumbre del fútbol.[/spoiler]