Te entiendo, Martín. Voy a dar un ejemplo de un ámbito bastante diferente.
Pensemos en la ley de Medios. O mejor dicho en lo que sucedía y aún sigue pasando pero que en teoría va a cambiar con la sanción de esta Ley. Prendés la radio y te dicen que este Gobierno es malvado. Ponés TN y te dicen que este Gobierno es malvado. Ponés el Trece y te dicen lo mismo. Comprás Clarín, La Nación, etc y te dicen que este Gobierno es malvado.
Vos, eventualmente, terminás creyéndotelo quieras o no, o al menos terminás considerando la idea de que este Gobierno sea malvado. Son pocas, pero las hay, las personas que por decisión propia dicen ‘no me estarán mintiendo? No estarán escondiendo algo o tratando de formarme una opinión?’. Y sí, tal vez sí. Entonces qué se hace? Se puede buscar algún medio en el que se escuche ‘la otra campana’. El tema es que es difícil encontrarlo, y como dije antes la mayoría de la gente ni se molesta en averiguarlo. En ESO sí tiene culpa la gente. Pero la mayor culpa la tienen los mismos medios, o quienes los manejan, ya que en ellos radica la responsabilidad de informar objetivamente y con criterio, no según sus intereses o sus negocios. Ellos son, como diría el nefasto Mariano Grondona, los que marcan la agenda. Con la Ley, esto supuestamente cambiaría porque los medios opositores y los pro-gobierno tendrían la misma jerarquía.
A qué voy? A que la industria musical también tiene esa hegemonía y su función es decidir qué se escucha mucho y qué no se escucha tanto, ni más ni menos. Como es sabido, es un negocio ENORME y se termina escuchando más lo que se vende masivamente. Como expliqué en posts anteriores, si lo exponemos así parece que la gente es la que elige mal, y en parte es verdad. Pero la mayor responsabilidad la tienen las empresas, que brindan un escenario perfecto para que la gente elija lo que a ellos los beneficia. Si tenés 15 años y ponés Telefé, están pasando Casi Ángeles. Si ponés MTV, está Justin Bieber seguido de Lady Gaga. Salís a la calle y ves un cartel de que viene a tocar a River los Jonas Brothers. Seguís haciendo zapping en la tele y están los de High School Musical, los de Glee, los algún reality tipo American Idol… y bueno, vos con tus 15 años terminás abrumado y sos el blanco perfecto para consumir eso. Acá pasó con Mambrú, Bandana, algún participante de Operación Triunfo y esas vergas. Vos podés elegir, pero como dije antes, te dan determinadas herramientas para que termines eligiendo lo que ellos quieren. Si tenés pensamiento crítico, vas a tener que buscar en otro lado, fuera del eje del sistema que ellos dominan.
Lo bueno es que toooodas esas basuras prefabricadas en serie son simples modas, que tienen sus quince minutos de fama, se hacen millonarios, y eventualmente dejan de servirle a las empresas. Ahí ese producto se esfuma y el ciclo comienza de nuevo.
No sé si es una analogía efectiva pero es más o menos lo que yo pienso.