Sus fluctuaciones políticas han sido mas que evidentes. De quien dijo “jamás le haré el juego a la derecha” pasó a sentarse con Grondona y hacerle mimos. De denunciar a la Alianza y a su ministra de trabajo ( Bullrich ) por el recorte del 13% a jubilados pasó a formar alianza con ella. Supongamos que esas contradicciones se las podemos encontrar a la mayoría de los políticos.
Para mi el gran problema de Carrió es su inestabilidad política. No construye poder sino alianzas electorales claramente con fines legislativos. No sería tanto que cambie la forma de pensar como que no sepa mantener lo que construye después de ese cambio. En el camino traicionó a mucha gente.
En lo individual es muy personalista, constantemente quiere llamar la atención, se pone por encima de sus pares, actúa, exagera a veces hasta fabular y quedar en ridículo. Su discurso tiende a ser exagerado e histriónico y por lo general suele ponerse como la reserva moral de la república ( cosa que me hace desconfiar mas que de nadie ). Y es curioso porque mucha gente que ve y condena varias de esas “cualidades” en CFK es la misma que venera a Lilita. Debe pasar por una cuestión de piel, hoy arregladita, quemada y de derecha queda mas presentable que cuando transitaba casi que vestida de franciscana, con un crucifijo y defendiendo los intereses de los menos poderosos.
Si yo compartiera las mismas ideas que predica hoy Carrió ( a quien voté en el 2003 en la primera vuelta cuando sus prédicas y formas eran totalmente opuestas a las actuales ) me inclinaría por gente mas seria, con capacidad, que mas que denuncias aportan ideas como Lopez Murphy. Puedo ubicarme en la vereda contraria pero reconzco capacidad y seriedad en el tipo y entiendo que si le das una ciudad, la administrará bajo sus ideales, pero no la choca. Carrió creo que la despista en la primera esquina porque no está programada para la gestión sino para denunciar. Por lo mismo entiendo poco como la derecha Argentina está representada por un tipo con la incapacidad de gestión e ideas como Macri en lugar de alguien como Lopez Murphy.
Y por último decir que la honestidad es necesario pero no suficiente como parámetro para elegir a nuestros gobernantes.

