Catarsis aquí.Turnes:"Queremos que Almeyda sea el Ferguson de River"

el calcio, el barcelona de sudamerica, ferguson. Quien dijo que el futbol argentino estaen decadencia?

Con esto, Turnes quiere decir que estamos en nuestro mejor momento, que no podriamos estar mejor, y que hay que estar completamente satisfechos con los resultados obtenidos y la actualidad de river.

Se entiende no cierto? sino se iria a buscar algo mejor o no se diria lo que dijo.
River, ya toco techo, no puede ser mejor que esto y si ascendemos seremos una revelacion de la B que ascendio, para volver a descender directo al proximo año, onda Tiro Federal, Huracan Tres Arroyos.

Esa es la vision segun Turnes, idiota no es, es bostero, igual que el hijo de puta de Passarella.

Esto me hace acordar a cuando Aguilar en lo peor de la segunda etapa de Passarella le firma un contrato de 3 años, por suerte lo que quedaba de orgullo de los hinchas lo echó después de perder con los venezolanos y el campeonato local. Y pensaba que ahí River había tocado fondo…

Espero que no, porque sino me muero, nos pudrimos en la B.

Se nos cagan de risa la concha de mi madree.

Y yo quiero que mi perro cague con olor a vainilla, pelotudo

turnes ladron de mierda

Varias cosas tengo para decir.
Uno, en el 2013 ya estos hijos de re mil puta no van a estar.
Dos, por ende a almeyda le vamos a meter una buena patada en el orto si sigue estando.
Tres, no llegamos a ganar los dos partidos que vienen y voy a buscarlos al club a escracharlos, estoy en vacaciones.
Cuatro, si no llegamos a ascender yo no pongo un peso mas en el club, asi que te vas a perder un socio reverendo hijo de mil puta. Mi plata no te la vas a afanar mas.
y cinco, andate a la puta que te re mil pario vos y todos los delincuentes manga de hijos de puta que no se merecen los derechos naturales que tienen las personas. MORITE.

Turnes es muy imbécil a cuerda eh.

Y yo me cojo a pamela anderson , cerra el orto bostero de mierda

no creo que sea asi… compara en todo caso el comienzo vacilante de Almeyda, con lo que fue tambien el comienzo de Ramón.

Por qué no me sorprende… después de todo, nuestro presidente y nuestro técnico son tan hijos de puta como bosteros.

Passarella no le decía de pibe a la abuela que cuando fuera grande “iba a destrozar a las gallinas”. Bueh… no pudo hacerlo jugando con la camiseta de sus amores, lo hace como Presidente de la Institución, lo cual solo puede pasar en este País.

Y el otro… cuyos ojos desbordaban de lágrimas de emoción cuando se puso el trapo de voka (y encima de Maradona), ya a esta altura concluyo que se nos está cagando de risa en la cara.

La culpa de todo la tiene Patricio Hernandez. Si él no hubiera sido el enganche de la categoría de Daniel, hoy estaríamos hablando de un ex volante de Estudiantes de La Plata y no del Presidente de River. :banana_01:

La concha de tu madre Turnes!

A Ramon se lo puteaba bastante al principio pero veo diferencias. Ramon Diaz es ganador, Almeyda no lo es.
Como dijeron Ramon ponia a los mejores y en su puesto, este pone Arano y Ponzio.
Doferencias de caracter, Alemyda no sabe lo que quiere, dejo el futbol a los 28 años, volvio a Quilmes, se retiro, fue a Fenix, se retiro, volvio a River hasta que el futbol lo retiro.

Y Ramón es de River.:roll:

Esta nota salió hoy en el suplemento deportivo de La Nación:

River sigue en caída libre - canchallena.com*

La nota resume prácticamente todo lo que se comenta acá, casi como que la podría haber redactado mas de uno de los usuarios de este foro.
Lo que me llamó la atención es que un medio como La Nación se haya animado a publicarla.
Si tienen un minuto leánla, me pareció excelente.

Acá la pego:

River sigue en caída libre

El análisis de Antonio De Turris sobre la actualidad de los millonarios en el Nacional B

08 de Febrero de 2012 - 23:22
Los números dicen que esa aseveración es falsa y que la premisa de que parte el análisis es nula de nulidad absoluta. Y es así. Hoy, cuando acaba de terminar la primera rueda del nacional B, River está compartiendo el segundo lugar, de ascenso directo, con Rosario Central, y un punto por encima del cuarto, Quilmes.
Sin embargo, esos mismos números demuestran que River está a sólo dos puntos, menos de un partido, del quinto, Boca Unidos, que no entra ni en promoción. Y los que siguen son Defensa y Justicia, a cinco puntos de River, y Almirante Brown, a seis. No sólo no pudo ganarle a ninguno de los dos, sino que la pasó mal con ambos.
Y algo más sobre números: los equipos a los que River venció están todos, con excepción de Gimnasia La Plata, debajo de la duodécima posición. Es como decir que le ganó a nadie. Cualquier similitud con lo que ocurrió en el campeonato del descenso, es pura coincidencia.
En conclusión, hoy River está a un tris tanto de lograr el ascenso directo como de tener que jugar la promoción; no está mal, puede pensarse, pero el asunto es que River también está un tris de quedarse en la B un año más.
No puede asegurarse si en la segunda rueda todo mejorará o empeorará. Lo que sí, no es aventurado afirmar que los nervios y las presiones que consumieron al River que se fue al descenso y a este hasta ahora discreto equipo del Nacional B, se incrementarán partido tras partido.
River sigue en caída libre porque se hunde cada vez que Almeyda habla y deja expuestos a él y a su grupo al papelón, a que desde un campeón como Falcioni hasta un técnico de poca monta como Giunta lo manoseen, por decirlo de una manera académica. A él y al grupo. Lo que menos necesita River es que le digan que fue menos que Ramón Santamarina, de Tandil, aunque todos lo hayan visto; o que lo manden a cortar el pasto a Isidro Casanova.
Decenas de cambios, modificaciones de esquemas y una sorprendente falta de respuestas desde el banco cuando las cosas no salen bien, no han mostrado a Almeyda, hasta ahora, como el piloto de tormenta que River necesita. Porque River puede entrar en una tormenta. Cualquier equipo de la categoría maneja la pelota parada y los tiros libres al arco mejor que River. ¿Qué hace un técnico si no puede trabajar eso?
Ameyda fue un símbolo del descenso de River por la gravitación que tuvo dentro y fuera de la cancha. Escudado, como otros ahora, en que su condición de hincha y su amor por la camiseta alcanzaba, pasó sin transición del showbol a la primera millonaria y, buen marketinero, levantó a su tribuna corriendo desordenadamente y tirándose a los pies de cuanto rival pasaba más o menos cerca. No se sabe si detrás de la cara de muchacho bueno que está debutando como técnico estará lo que River necesita para lo que viene…
River está en caída libre porque Passarella inclinó más el tobogán en que dejó a River la desastrosa gestión de José María Aguilar y es el verdadero artífice de que hoy los millonarios sólo puedan cruzarse con Boca en amistosos.
Podía comprenderse y hasta justificarse su impericia política en los comienzos. No, por lo que fue como futbolista y como técnico, que supusiera que la caída la iba a frenar un elenco de incorporaciones que incluyó a hombres como Rodrigo Rojas, el Mágico Canales, Arano, Bordagaray, el propio Almeyda y a varios más por el estilo. Y, en la etapa decisiva, a técnicos como Cappa y J.J. López sobre quienes sería cruel decir algo.
Ahora, el mismo Passarella que insultó a Grondona en el momento menos oportuno, apostó a muchachos trajinados, casi ex jugadores, como Domínguez, Cavenaghi y Trezeguet. Y agregó, por un millón de dólares, a Ponzio no obstante tener una enorme cantidad de volantes de todo tipo. Casi un club de amigos que entre sus propios achaques y la incapacidad de su técnico por momentos fueron vapuleados por Almirante Brown y sucumbieron frente a un Boca que le ganó sin transpirarse.
Y hay que decir que River también sigue en caída libre por su tribuna, devenida en una masa boba que se hizo hincha de sí misma y que cuanto peor juega el equipo que la ha convertido en el hazmerreír del fútbol argentino, más llena las canchas. ¿Terminará ese loco amor como el año último, cuando esa misma masa canalizó su frustración destrozando el club que dice querer y exponiéndolo a graves sanciones?
En su calidad de hincha de River de toda la vida, no del fenomenal actor que es, Luis Brandoni durante un reportaje que le hicieron recientemente invitó a la hinchada de River a dejar las tribunas vacías como reproche a los padecimientos a que dirigentes, técnicos y jugadores la vienen sometiendo. Parece más efectiva y civilizada esta variante que insultar a Passarella.
Hay elementos de sobra para pensar que todo puede empezar a resolverse en las próximas cinco o seis fechas. Si para entonces el equipo despegó y pudo imponer la supuesta jerarquía de algunos de sus jugadores, la cuestión puede simplificarse. Pero si llegado ese momento estuviera peleando el cuarto puesto, repleto de miedos y presiones, no habría que extrañarse de que alguno de sus defensores termine hecho un nudo que cueste desatar o golpeándose a sí mismo y que la irascibilidad de muchos termine generando expulsiones. Entonces, todo puede empezar a que
Los números dicen que esa aseveración es falsa y que la premisa de que parte el análisis es nula de nulidad absoluta. Y es así. Hoy, cuando acaba de terminar la primera rueda del nacional B, River está compartiendo el segundo lugar, de ascenso directo, con Rosario Central, y un punto por encima del cuarto, Quilmes.
Sin embargo, esos mismos números demuestran que River está a sólo dos puntos, menos de un partido, del quinto, Boca Unidos, que no entra ni en promoción. Y los que siguen son Defensa y Justicia, a cinco puntos de River, y Almirante Brown, a seis. No sólo no pudo ganarle a ninguno de los dos, sino que la pasó mal con ambos.
Y algo más sobre números: los equipos a los que River venció están todos, con excepción de Gimnasia La Plata, debajo de la duodécima posición. Es como decir que le ganó a nadie. Cualquier similitud con lo que ocurrió en el campeonato del descenso, es pura coincidencia.
En conclusión, hoy River está a un tris tanto de lograr el ascenso directo como de tener que jugar la promoción; no está mal, puede pensarse, pero el asunto es que River también está un tris de quedarse en la B un año más.
No puede asegurarse si en la segunda rueda todo mejorará o empeorará. Lo que sí, no es aventurado afirmar que los nervios y las presiones que consumieron al River que se fue al descenso y a este hasta ahora discreto equipo del Nacional B, se incrementarán partido tras partido.
River sigue en caída libre porque se hunde cada vez que Almeyda habla y deja expuestos a él y a su grupo al papelón, a que desde un campeón como Falcioni hasta un técnico de poca monta como Giunta lo manoseen, por decirlo de una manera académica. A él y al grupo. Lo que menos necesita River es que le digan que fue menos que Ramón Santamarina, de Tandil, aunque todos lo hayan visto; o que lo manden a cortar el pasto a Isidro Casanova.
Decenas de cambios, modificaciones de esquemas y una sorprendente falta de respuestas desde el banco cuando las cosas no salen bien, no han mostrado a Almeyda, hasta ahora, como el piloto de tormenta que River necesita. Porque River puede entrar en una tormenta. Cualquier equipo de la categoría maneja la pelota parada y los tiros libres al arco mejor que River. ¿Qué hace un técnico si no puede trabajar eso?
Ameyda fue un símbolo del descenso de River por la gravitación que tuvo dentro y fuera de la cancha. Escudado, como otros ahora, en que su condición de hincha y su amor por la camiseta alcanzaba, pasó sin transición del showbol a la primera millonaria y, buen marketinero, levantó a su tribuna corriendo desordenadamente y tirándose a los pies de cuanto rival pasaba más o menos cerca. No se sabe si detrás de la cara de muchacho bueno que está debutando como técnico estará lo que River necesita para lo que viene…
River está en caída libre porque Passarella inclinó más el tobogán en que dejó a River la desastrosa gestión de José María Aguilar y es el verdadero artífice de que hoy los millonarios sólo puedan cruzarse con Boca en amistosos.
Podía comprenderse y hasta justificarse su impericia política en los comienzos. No, por lo que fue como futbolista y como técnico, que supusiera que la caída la iba a frenar un elenco de incorporaciones que incluyó a hombres como Rodrigo Rojas, el Mágico Canales, Arano, Bordagaray, el propio Almeyda y a varios más por el estilo. Y, en la etapa decisiva, a técnicos como Cappa y J.J. López sobre quienes sería cruel decir algo.
Ahora, el mismo Passarella que insultó a Grondona en el momento menos oportuno, apostó a muchachos trajinados, casi ex jugadores, como Domínguez, Cavenaghi y Trezeguet. Y agregó, por un millón de dólares, a Ponzio no obstante tener una enorme cantidad de volantes de todo tipo. Casi un club de amigos que entre sus propios achaques y la incapacidad de su técnico por momentos fueron vapuleados por Almirante Brown y sucumbieron frente a un Boca que le ganó sin transpirarse.
Y hay que decir que River también sigue en caída libre por su tribuna, devenida en una masa boba que se hizo hincha de sí misma y que cuanto peor juega el equipo que la ha convertido en el hazmerreír del fútbol argentino, más llena las canchas. ¿Terminará ese loco amor como el año último, cuando esa misma masa canalizó su frustración destrozando el club que dice querer y exponiéndolo a graves sanciones?
En su calidad de hincha de River de toda la vida, no del fenomenal actor que es, Luis Brandoni durante un reportaje que le hicieron recientemente invitó a la hinchada de River a dejar las tribunas vacías como reproche a los padecimientos a que dirigentes, técnicos y jugadores la vienen sometiendo. Parece más efectiva y civilizada esta variante que insultar a Passarella.
Hay elementos de sobra para pensar que todo puede empezar a resolverse en las próximas cinco o seis fechas. Si para entonces el equipo despegó y pudo imponer la supuesta jerarquía de algunos de sus jugadores, la cuestión puede simplificarse. Pero si llegado ese momento estuviera peleando el cuarto puesto, repleto de miedos y presiones, no habría que extrañarse de que alguno de sus defensores termine hecho un nudo que cueste desatar o golpeándose a sí mismo y que la irascibilidad de muchos termine generando expulsiones. Entonces, todo puede empezar a quedar en manos de Don Julio. dar en manos de Don Julio.

Y hay lectores que comentan la nota y dicen ser hinchas de river, que dicen que la nota es una falta de respeto. La falta de respeto está sentada en un sillón en el monumental.

La nota dice todo lo que se dice aca, aunque va un poquito mas lejos calificando de ex jugadores a Cavenaghi, Dominguez y Trezeguet.

La nota está perfecta. Lejos uno de los mejores análisis sobre este ■■■■■ que estamos padeciendo, y que nada tiene que ver con el River que todos queremos que vuelva.

Comparto en que quizás se le fue la mano con tildar de ex jugadores al Chori y Cavenaghi. No así con Trezeguet que ya desde la Temporada 2008/2009 que su nivel viene en franco declive (es más, la Juve le rescindió el contrato un año antes de que termine en el 2010) y ni hablar de Ponzio… porque al menos River está corto de delanteros, pero volantes centrales, es lo que nos sobra.

PD: Valga la aclaración. Y no considero a Almeyda hincha de River ni me agrada el tipo. Pero aún así, hay que reconocer que en su retorno al fútbol profesional, encontró una popular flaca, desvastada de tantos ídolos de cartón, de tantas pésimas campañas, y necesitada de corear un nombre, de sentirse identificada con alguien en ese verde cesped. No se le puede pegar al hincha de River por querer en su momento a Almeyda y cantarselo al mundo en la cancha, de algo había que agarrarse en ese momento. Y sí, corriendo como un poseso desvirtuaba el orden del equipo, pero no teniamos precisamente a Astrada y la Bruja Berti en el banco. Es más, ni siquiera a un Negro Gómez o un Netto.

Es cierto Cavenaghi es el goleador del campeonato y Domínguez aún con sus arranques ha sido de los mejores jugadores del equipo, así que los hechos refutan esa afirmación. Trezeguet es una incógnita.