Yo creo que la cosa es simple: Los medios, sobre todo el Grupo Clarín (Clarín, Olé, TN, Canal 13, Radio Mitre) tiene un contrato comercial con Boca. Bien, es obvio que desde este punto de vista a ellos les conviene que Boca gane, porque aumentan rating en la transmisión de los partidos por Canal 13, venden más Olés a los descerebraditos de siempre, etc.
Ahora les voy a dar un ejemplo muy simple sobre cómo opera este Grupo para que todo este aparataje repercuta en el rendimiento del equipo en la cancha.
¿Escucharon cuando Villagra, en River, no cazaba una, y el Cholo le grito: “¡Pasá al ataque, yo te banco!”. Después de esa notable muestra de confianza, y pública encima, porque lo escuchó todo el mundo, el pibe empezó a rendir, y hoy es uno de los mejores del equipo, por la confianza y por la motivación psicológica que este pequeño gesto generó.
Bien, imagínense si en vez de este simple hecho, tenés a todo un aparataje mediático diciendo y convenciendo a todos de que sos el mejor, de que sos un genio con la pelota, de que “con Boca no se puede”, no sólo eso, sino de que River hace un papelón tras otro, que el equipo está desorientado, etc. Es IMPOSIBLE que esto no repercuta en el rendimiento general de un jugador y de todo el equipo, para bien, o para mal.
River se cayó después de lo de Ameli-Tuzzio. Pero el tema, todo el mundo lo sabe, es que en TODOS los planteles hay rencores, traiciones, enemistades, y no en todos los planteles de fútbol sino en la mayoría de los grupos humanos en colaboración. La cosa cambia cuando algún problema trasciende de la estructura interna del grupo y sale en la tapa de los diarios y todo el mundo habla de eso, y algún jugador cercano al hombre mono no te deja jugar en paz cargándote con ese tema.
Lo de Ameli-Tuzzio fue intencional de los medios para perjudicar a River, que se iba de cabeza a ganar la Copa Libertadores.
Hubiera quebrado la hegemonía de la empresa Boca como el que gana y River el que pierde, y todo el trabajo que se viene haciendo desde 1998 hubiera dejado de servir, encima que ya tenían preparado a un Boca que ganaba todo de nuevo a partir de, justamente, 2005 otra vez (año del centenario de Boca: ¿se imaginan a un River campeón de América?).
Las cosas son así, nos gusten o no, y el poder lo tienen ellos. Pero mandar una carta de este tipo, es algo por lo menos, para que sepan que tan pelotudos no somos.