Abel Posse Ex-ministro de educación porteño

Este suponiendo, que sus metódos no sean colocando bombas y matando gente.


Cada opinión es diferente, que se yo mi opinión es mas condicionada a que es antisionista y mentiroso. Si no fuera eso de una te eligo a Pino como mejor opción.

Y que método hubieras propuesto ? Publicar una Carta Abierta a la Junta Militar ? Lo hizo Walsh eh … fue lo último que hizo de hecho …

Al asesino se lo corrije asesinandolo? Porque que diferencia hay entre un tipo que se inmola matando gente inocente, y un militar asesino???
La verdad no se, otra forma debe haber.

Los militares asesinos actuaron en nombre del"ESTADO",esa es la gran diferencia,los militares usurparon el poder,podrian haber acabado con la guerrilla sin tener que violar la ley,en cambio decidieron violarla.¿Te imaginas en España,para acabar con E.T.A.,los militares deciden hacer un golpe de estado?No se puede combatir un delito cometiendo otro delito.

El que defiende a los montoneros vendría a ser de extrema izquierda y el que defiende a los militares de ultra derecha???. A día de hoy quedaron muchos mas ex montoneros en el poder, que demonizan a los tipos derecha como podría ser tranquilamente al revéz.
En España ETA es una cosa de no acabar, tendrán que buscarle alguna forma de parar con esa gente, ojalá nunca llegue a una situación tan extrema como los militares y los montoneros.

La teoría de los dos demonios quedó enterrada hace años. Entre montoneros y militares de la dictadura, un abismo.

“Durante la década del 70 la Argentina fue convulsionada por un terror que provenía tanto desde la extrema derecha como de la extrema izquierda […] a los delitos de los terroristas, las Fuerzas Armadas respondieron con un terrorismo infinitamente peor que el combatido, porque desde el 24 de marzo de 1976 contaron con el poderío y la impunidad del Estado absoluto, secuestrando, torturando y asesinando a miles de seres humanos.”

Ernesto Sábato, 1983.

Que pensas de los montoneros? :mrgreen:

Héroes.

Esa era la respuesta que querías oír, no ? :mrgreen:

:mrgreen:

Te declaras sionista y te preguntás rasgandote las vestiduras si al asesino se lo corrije asesinandolo???8|

La otra forma debe ser el genocidio que como sionista debes defender, no?

Como vos bien decís, la verdad no se, una forma alternativa al genocidio debe haber, no?

:roll: te contesto atravez de tu perfil, porque siempre todo termina en la misma discución.

:roll:Perfecto, espero tu respuesta, mientras tanto deberías esforzarte por no meter el mismo tema en todos y cada uno de los temas, es la mejor manera de evitarlo.:wink:

Sábato no me parece la persona mas idónea para hablar en contra de la dictadura. A partir de 83 panquequeó de lo lindo. Esto quedó tapado por el Nunca Más y porque me imagino que oficialmente se decidió darle una suerte de perdón. Pero ha dado su apoyo abierto al golpe del 76. Nunca recibió una condena social por esto y el tiempo y el olvido se encargaron de dejarlo del otro lado del mostrador.

Borges, Sabato y el apoyo civil al golpe de Estado / EL MUNDO

Revista Sudestada

“Es imposible sintetizar una conversación de dos horas en pocas palabras, pero puedo decir que con el presidente de la Nación hablamos de la cultura en general, de temas espirituales, históricos y vinculados con los medios masivos de comunicación”, dijo, a modo de introducción de lo que sería una larga exposición ante la prensa. Luego afirmó: “Hubo un altísimo grado de comprensión y respeto mutuo. En ningún momento el diálogo descendió a la polémica literaria o ideológica, tampoco incurrimos en el pecado de la banalidad. Cada uno de nosotros vertió, sin vacilaciones, su concepción personal de los temas abordados”.
Ante la insistencia de los periodistas, explicó que “fue una larga travesía por la problemática cultural del país. Se habló de la transformación de la Argentina, partiendo de una necesaria renovación de su cultura”. Y para el final, reservó su opinión acerca de la entrevista con el dictador. Respuesta que, por otra parte, apareció publicada al día siguiente en los matutinos de todo el mundo: “El general Videla me dio una excelente impresión. Se trata de un hombre culto, modesto e inteligente. Me impresionó la amplitud de criterio y la cultura del presidente” (1). Esas elogiosas palabras resuenan en los laberintos de la historia argentina, todavía…


Volviendo un poco al tema en cuestión:

Michetti admitió que fue un error la designación de Posse

“Por un lado la designación de Abel Posse fue un error nuestro. Subestimamos la firmeza de algunos pensamientos y cuestiones ideológicas que tenía”, admitió la legisladora porteña del PRO, Gabriela Michetti.

Página/12 :: Ultimas Noticias :: Michetti admitió que fue un error la designación de Posse

Por otra parte, calificó de “complicados” los lanzamientos de las candidaturas presidenciales que se anunciaron en los últimos días.
“La gente quiere a los dirigentes trabajando en los temas que preocupan. Ver a un político lanzándose me parece durísimo y un paso para atrás en la confianza de la gente en la dirigencia política”, aseguró la ex vicejefa de Gobierno porteño .
“Mauricio Macri tiene vocación de ser candidato presidencial y lo construye a partir del gobierno de la ciudad, está convencido que no es momento de hacerlo pero tiene la posibilidad de hacerlo”, completó

Disculpame, igual no se que merito hice acá para que termine en lo mismo. Ya debe ser inconscientemente lo mío :expressionless:

Volviendo al tema dejo una nota de grondona sobre el tema Posse

Antonio Gramsci, que fundó el Partido Comunista Italiano en 1921, fue su pensador más creativo. Mientras Carlos Marx había sostenido que el comunismo llegaría al poder mediante la movilización de la clase obrera, Gramsci supuso que el triunfo final del comunismo vendría a través de la seducción de la clase media, de la “burguesía”, mediante una ofensiva cultural que atraería a intelectuales, artistas, escritores, estudiantes y periodistas, con lo que proponía, de este modo, más que una clásica lucha “objetiva” de clases a la manera de Marx, una pugna “subjetiva” al alcance de la gente más sofisticada. Gramsci dijo alguna vez que sus ideas prevalecerían cuando hasta la nueva generación de los Agnelli se volviera comunista. En 1926, pese a ponerlo preso hasta su muerte en 1937, Mussolini le permitió elaborar sus ideas desde la prisión, una oportunidad que Gramsci aprovechó para escribir sus famosos Cuadernos de la cárcel , que suman nada menos que 2848 páginas.

Como un país donde ha gravitado especialmente la clase media, el nuestro ha sido uno de los más expuestos a las ideas de Gramsci. Por eso todavía hoy, entre nosotros, lo políticamente correcto es declararse “de izquierda” y lo que hay que evitar a toda costa es admitir que se es “de derecha”. No es que nuestra derecha no exista, pero la moda política vigente hace que ella opte por una actitud “vergonzante”. Esto no es lo que ocurre en países europeos como Francia, con Sarkozy; Alemania, con Merkl, y hasta Italia, con el escandaloso pero popular Berlusconi, mientras que en Chile está por ganar la derecha de Sebastián Piñera, en Uruguay Lacalle perdió sin ser considerado por eso un representante “repudiable” de la derecha y hasta en Brasil el candidato José Serra, situado a la derecha de Lula, lleva la delantera con vistas a las próximas elecciones presidenciales.
El caso de Abel Posse

Al designar a Abel Posse como su nuevo ministro de Educación, Mauricio Macri pareció arremetar audazmente contra el prejuicio que apunta a proscribir, entre nosotros, todo lo que tenga sabor a derecha. Catorce días después, sin embargo, le retiró su confianza. ¿Ha caído entonces Macri en el pozo resbaladizo de la “derecha vergonzante”? Unas semanas antes, al negarse a apelar la sentencia que había pretendido equiparar el matrimonio gay con el matrimonio heterosexual del Código Civil, ¿obedeció el jefe del gobierno porteño a un impulso similar? Aquí se abre una polémica en torno de Macri. Cuando lo comparan con autoproclamados izquierdistas como Kirchner, ¿no lo piensan acaso los porteños como un hombre situado a su derecha? ¿Y no fue precisamente por esto que ganó Macri? ¿Qué es mejor para él, en todo caso, ser considerado de derecha o ser sospechoso de un derechismo vergonzante? La pregunta es válida porque, por más “cintura política” que muestre tener, ni sus amigos ni sus adversarios lo considerarán nunca un hombre de izquierda.

El que no disimuló ni antes ni después de su nombramiento, que aunque no se declare formalmente como tal, es un hombre de derecha, es el propio Posse. ¿Lo acusaremos por eso de imprudencia? ¿O, aun sin quererlo, lo que hizo el fugaz ministro de Educación fue obligarnos a encarar de frente el problema de la proscripción ideológica de la derecha que todavía nos afecta? No bien designado, Posse quedó expuesto a un ataque frontal desde la izquierda, pero no porque sea un hombre “de derecha”, algo que es, sino como si fuera un hombre de “extrema derecha”, un nazi o un fascista, algo que no es. Este ataque convocó a todas las expresiones de la izquierda argentina. Sin embargo, así como la izquierda y la extrema izquierda son abismalmente diferentes, también lo son la derecha y la extrema derecha porque tanto la izquierda como la derecha moderadas son democráticas, y de la misma manera como sería abusivo pensar que toda la izquierda y no sólo la extrema izquierda es totalitaria, se cometería el mismo error al suponer que toda la derecha y no sólo la extrema derecha es nazi o fascista.

Cuando los críticos de Macri acusaron a Posse de extremista, lo que hicieron fue recurrir a un falseamiento ideológico que tampoco podría aplicarse a figuras como Piñera o Sarkozy porque hay una derecha democrática y otra que no lo es. Pero a lo que apuntaba la virulenta campaña contra Posse era a confirmar el malentendido que está envenenando nuestro debate político por suponer que, en tanto hay “dos” izquierdas, una democrática y la otra totalitaria, sólo hay “una” derecha, toda ella totalitaria. Cuando Macri cedió a las presiones y le soltó la mano a Posse, por eso, quienes militaban contra éste pudieron proclamar una victoria no menor en su empeño por reducir nuestras ricas opciones doctrinarias a una sola, la opción entre una izquierda democrática y una derecha totalitaria. La verdad es que, al no asimilar a Posse a Piñera sino a Hitler frente al dubitativo Macri, la izquierda “gramsciana” obtuvo entre nosotros una importante victoria.
Las fuentes de la confusión

En una sociedad reina una “confusión de valores” como la que ahora nos perturba, por otra parte, no sólo por la presencia de una clase media con pretensiones “progresistas”, sino también por el residuo histórico de una dura “confrontación de valores” como la que nosotros padecimos desde los años setenta. Los montoneros y los militares, que fueron sus principales protagonistas, contribuyeron cada cual a su turno a exagerar y deformar los ideales en los que decían creer. Los militares dijeron defender nuestra “civilización occidental y cristiana” sin admitir que sus procedimientos no tenían nada que ver con ella. Los montoneros hablaban a su vez de “democracia”, pero siguieron matando cuando la democracia ya había regresado. Desde ese momento, unos y otros pretendieron torcer la verdad histórica de lo que había ocurrido. De 2003 en adelante, empero, la versión montonera de nuestro pasado reciente terminó por imponerse. Si los militares hubieran vencido, hoy asistiríamos a una deformación simétricamente inversa.

El hecho es que la versión montonera triunfó. Ello trajo una deformación del ideal universal de los derechos humanos, que tanto los montoneros como los militares habían violado. La historia oficial es hoy que “sólo” los montoneros defendían los derechos humanos y por eso hay cientos de militares presos sin proceso, verdaderos “presos políticos”, muchos de los cuales siguen en la cárcel pese a que han atravesado holgadamente la barrera de los setenta años que prescribe, para el resto de los mortales, la prisión domiciliaria.

Es que, habiendo aspirado ambos bandos a la demonización de sus enemigos, sólo los herederos de los montoneros la han logrado. Por haber sido menos contundente contra los militares que contra los montoneros, la que habitualmente se llama “derecha” ha sido demonizada por aproximación. De ahí que la principal preocupación de cualquiera que esté a la derecha del centro sea negar, como Pedro, cualquier afinidad con los vencidos. Es contra esta maniobra de autoprotección contra la que se ensaña ahora la izquierda, sin atreverse a reconocer que también hubo excesos del otro lado. ¿Qué debería hacer, entonces, entre nosotros, la gente que, ya fuera en Chile o en otros países democráticos, se inclinara por la derecha? Desprenderse, como supo hacerlo Piñera, de su pasado “pinochetista”, sin renunciar por eso al ideal del orden dentro de la democracia que es su auténtica bandera. Por lo que acabamos de comprobar con las idas y venidas del nombramiento de Posse, en la Argentina esta meta es todavía lejana.

Cuando será el día que Grondona se llame a silencio…

Miente, miente… hace menos de una semana, Larreta dijo en conferencia de prensa que Posse “lleva años escribiendo” y que “cualquiera que haya leído sus libros sabe lo que él piensa”.

Claro, en realidad lo que subestimaron era la repercusión que iba a tener el nombramiento.

Cuando deje de haber gente que lo cite como si fuera alguien con opinión respetable …

Profesor en Harvard… que sea medio facho no significa que su opinión sea despreciable.

Volviendo al tema si se demoniza o no a la derecha. Carrió lo acusó de Antisemita…

Ellos sólo respetan las opiniones de los vagos mantenidos de Carta Abierta.