Coincido en tu análisis de lo malo que fueron los cambios y lo mal que anduvieron Ferrari y Ortega. Pero no así en lo terminante de decir “los 3, afuera”.
La de Ferrari, es sabido, porque hoy no tiene reemplazante. El 4 que trajeron de Central, no se que edad tendrá y como estará rindiendo en reserva (¿juega?), pero al menos yo no puedo pedir su titularidad ya que no le conozco la cara.
La titularidad de Ortega lo comparto, como la gran mayoría de acá. No está para jugar, no le da el físico, y encima, cuando la tiene en los pies cada vez genera menos peligro. Pero no es menor el detalle de lo que ocurrió en los últimos 15 minutos. TODAS las pelotas se la daban a él, producto de la falta de ideas y miedos. El único que más o menos recibía la pelota tras mostrarse y mucho era Buonanotte, que alternó buenas y malas. El tema pasa porque Ortega no tenía fuerzas ni siquiera para cambiar de frente. Cualquiera que juegue al fútbol en un equipo de un club, del barrio, o simplemente con amigos, sabe que cuando te cansás, las ideas desaparecen. Perdés panorama, fuerza, y solés mandarte alguna cagada que termina restando. Si hay algo que Ortega tenía en este último tiempo era la claridad para levantar la cabeza y meter un cambio de 30 metros. Hoy, en gran parte del segundo tiempo, a Ortega no le daba ni siquiera para levantar la cabeza e intentar un pelotazo. Esos pases que a veces son buenos, otros tantos no.
Suena aburrido repetir que en el próximo mercado de pases habrá que traer a, por ejemplo, D’Alessandro. Pero mientras tanto, River tendrá que sumar puntos para no estar tan comprometido como lo está hoy. Y Ortega, partícipe del plantel, tendrá que jugar y aprovechar esos minutos en los que puede rendir, siempre y cuando sea necesario.
Cuando terminó el partido, mientras los de Gimnasia se iban, intentaba entender el por qué del cambio, habiendo River jugado, como decís, los mejores 45 minutos del torneo. Y llegué a la conclusión de que era probable que la lectura que había hecho es en el tema físico. Justamente, cambió a los 2 tipos que por posición más habían corrido en esa parte. Ahora, por más que sean pibes, se hace difícil pensar que solo pueden aguantar un tiempo. En una de las últimas jugadas de la primera parte, a Lamela lo vi cansado, volviendo a paso lento. Motivo poco específico para sacarlo, sabiendo que había desequilibrado varias veces, con dos tiros en los palos, y teniendo 15 minutos de descanso para reponerse.
Verás que comparto con tu lectura, como la de todos los que escribieron acá, pero no coincido en absoluto con la idea de pedir su renuncia. Realmente, estoy podrido (no lo digo por tu opinión) de la nueva moda que ante los primeros traspiés se cambia el DT. Menos que menos cuando cometió errores en 45 minutos. Más que nunca hay que poner la cabeza en frío y analizar las cosas que se están viendo bien y las que no, y en base a eso, llegar a la conclusión de si vale o no la pena pedir la renuncia del DT. Y así como no quería que se vaya Simeone luego de aquel partido (¿quién te dice que nos privábamos del título 33 si se hubiese ido?), tampoco quiero que lo haga Cappa después de una mala toma de decisiones. Sí, no es la primera vez que ocurre, pero me parece que no es motivo suficiente para pedir semejante cosa.
Hoy, claramente, quedaron en evidencia muchas cosas. La principal, los errores de Cappa en seguir incluyendo a Ortega de titular (aunque al menos yo creía que en un partido que era “accesible” esto no iba a ser tan relevante) y en los cambios en el entretiempo. Incluso, por lo que leí, Cappa dudó en conferencia de prensa al ser consultado por los cambios. Tendrá que darse cuenta de estos dos grandes errores SUYOS para así poder armar un equipo competitivo de cara a 4 compromisos MÁS que importantes. Pero no tiremos todo al carajo cuando, evidentemente, a paso lento, hay mejoras. Lógico, no haberle ganado a Quilmes y Gimnasia en tu cancha, implica que te tengas que replantear algunas cosas. Pero si hilamos fino y dejamos la amargura por no tener 4 puntos más (que los merece tener), veremos que a River no le faltan más el respeto y los rivales, buenos o malos, ni se les ocurre tener como prioridad el ganarnos, sobre todo en el Monumental. Alguno podrá decir que es por los jugadores, otros por el DT. A mi entender, van de la mano. Hoy Gimnasia tenía miedo de perder, de tener la pelota. Y River, después de haber fallado tanto, y si se quiere por una mano que recibieron desde el banco nuestro, se vio con posibilidades de llevarse los 3 puntos. Cosas a laburar, no solo de parte de los jugadores, si no también del DT. Eso sí, estos resultados y decisiones terminan, lamentablemente, achicando el margen de error al cuerpo técnico.