Algunos podrán acusarme de escribir este thread bajo emoción violenta, pero no es así. Hay partidos que definen renuncias y fines de ciclos, por contexto y por acumulación. Todos saben que estoy lejos de ser un anti Cappa, pero así como existió aquel partido vs San Lorenzo, ese papelón táctico de Simeone, hoy Cappa edificó algo parecido.
River jugó el mejor primer tiempo de todo el campeonato. Más allá de algún desacople de Acevedo, se movió bien y generó varias situaciones y 3 tiros en los palos. Sin embargo, al DT se le ocurrió cambiar todo. Pasar de blanco a negro. Sacar a su jugador más desequilibrante y cerebral y a otro que, sin descollar, cumplió bien su tarea de administrar la pelota con criterio.
Ante un equipo que se abroquela, uno tiene que imponer criterio, no barullo. Cappa metió barullo. Hizo cambios porque sí. Hoy creo que me equivoqué cuando leí los cambios ante Banfield como una alternativa de buscar otro camino. La mayoría de los cambios son a la marchanta.
Pero lo peor de todo vino con la entrada de Caruso ¡Mandó a Affranchino de 3! Sí, de 3! Y la cámara lo escrachó… Si querés cometer semejante despropósito y mantener la línea de 4, al menos mandalo a Ferrari sobre ese lateral.
En el ST jugó sin volante por izquierda, simplemente porque Buonanotte no siente esa función y su mejor aporte lo hizo desde la derecha hacia el centro.
Cappa, el que pide calma, volvió loco a River. No entendió que tenía 45 minutos para ganar un partido que lo imponía victorioso por inercia. Es un partido que, por contexto y porque el DT lo complicó dos veces (primero para no ganarlo, después para pederlo), amerita su renuncia o su despido.
Pero hay otros dos exponentes riverplatenses que no deben jugar un sólo minuto más con la camiseta de River.
Uno, seguramente pasa desapercibido en la crítica del hincha y seguirá jugando porque no tiene reemplazante. Es Paulo Ferrari, el jugador más estúpido del fútbol argentino. Un ignorante que no entiende cómo jugar al fútbol y que vende humo con un par de goles por año.
Todos los equipos juegan a espaldas de Ferrari. Es el jugador que más puntos le hizo perder a River en estos años de fracaso. Vive habilitando, hace foules pelotudos, se pone delante del 8 para recibir la pelota y quita espacios y sorpresa, quedan 5 minutos y protesta como un idiota perdiendo tiempo…
Ferrari es más nefasto que Cabral, Nico Sánchez o el insultado de turno. En un asesino silencioso que perjudica a River en ataque y en defensa. No resiste un minuto más en cancha.
El otro es mi ídolo de juventud. Ariel Ortega. Parece que la gente, los dirigentes, el DT y él mismo no entienden que River está jugando con fuego. River está peleando el descenso! Para éste River, éste Ortega no sirve ni como titular ni como suplente. Venderá humo con alguna buena maniobra porque todas las pelotas pasan por él. Nada más. Los hinchas de los hinchas corearán su nombre sin sentido y le seguirán regalando vidas. La discusión sobre Ortega no tendría razón de ser si al hincha le importara más River que mantener viva una leyenda a cualquier costo. Y no estoy hablando del hombre, estoy remarcando al jugador, porque al hombre Ortega se lo puede ayudar sin necesidad de perjudicar a River.
Hoy se movió, cubrió bien varias pelotas, la pidió, todo lo que quieran, pero lo importante es cómo resuelve y lo hace generalmente mal y en un puesto demasiado sensible dentro del esquema. Lleva apenas un gol, y de penal, en 10 fechas. Y fueron muy pocas las chances que tuvo para convertir.
En el mediocre fútbol argentino, se está demostrando que los años importan poco y nada. Lamela es de los mejores de River, Gaona Lugo de los mejores de Boca, el pibe Báez entra y juega bien para Independiente. Me duele mucho decirlo, pero Ortega hoy es un lastre.