Ricardo Rojas - A 10 años de la vaselina

Ricardo Rojas, de la vaselina a Boca, a vivir en el campo y no ver más fútbol - canchallena.com

Ricardo Rojas, de la vaselina a Boca, a vivir en el campo y no ver más fútbol

Mañana, se cumple una década de su gol en la Bombonera; hoy, a los 41 años, el ex defensor se radicó en Misiones y se dedica a la agricultura; no ve partidos y sigue a River por radio. Por Pablo Hacker
09 de Marzo de 2012 - 08:11

Llovía sobre la Bombonera. Iban 43 minutos del segundo tiempo y, en las dos bandejas destinadas para los hinchas visitantes, los fanáticos de River deliraban por el triunfo parcial 2 a 0 ante Boca, que marcaba el fin de una racha de más de 7 años sin victorias en la Ribera. Ricardo Rojas arrancó casi desde el campo de los millonarios y terminó definiendo de emboquillada desde afuera del área. Roberto Abbondanzieri nada pudo ser. Era el 3 a 0 final y un grito de locura, la frutilla del postre, un golazo que queda guardado para siempre en las retinas riverplatenses.

Mañana, se cumplirán 10 años de esa jugada, la vaselina, de aquel 10 de marzo de 2002 en el que el River de Ramón Díaz superó a los xeneizes , por la 6ª fecha del torneo Clausura, título que luego quedaría en Núñez. En épocas flacas, los recuerdos brotan casi desde el alma para algunos fanáticos.

Ricardo Rojas, aquel héroe inesperado y que hoy, una década después, vive del campo en Misiones y no mira fútbol, ni consume muchas noticias, lo recuerda con canchallena.com : “Fue un grato momento de mi carrera profesional. Pasó rápido el tiempo. Fue muy importante para mí y una alegría muy grande en aquel momento para ese equipo. Encima nunca me caractericé por tener gol. Hasta el día de hoy, cada vez que me cruzo un hincha de River o Boca me lo recuerdan. Unos me agradecen y otros se acuerdan de toda mi familia, ja”.

Rojas lanza la carcajada y cambia de frente como si estuviera aún en el lateral izquierdo. Sin embargo, la vida de este ex defensor, de 41 años, y que apenas hizo dos tantos en toda su carrera (el otro fue en el fútbol de Paraguay), se modificó por completo, tras retirarse, en 2007, con la camiseta de Belgrano, de Córdoba. “No tengo conexión con el fútbol. Me ofrecieron ser técnico, representante, ayudante de campo, pero a mí sólo me gustaba jugar. El fútbol es una profesión muy absorbente, te aleja de tus seres queridos, viajás mucho. Fue muy lindo, pero ahora es momento de que yo le devuelva a mi familia todo el apoyo que me dio y me dediqué a ellos”, dice Rojas.

Ricky vive en Puerto Rico, Misiones, su ciudad natal, junto a su esposa María, que es profesora de música, y sus hijos Ismael (12 años), Sara (4) y Samuel (2). Allí, tiene campos, se dedica a un emprendimiento agrícola y pasa el tiempo también con el resto de sus familiares. Casi no mira televisión, no tiene cuenta de correo electrónico y, como en su época de jugador, lee mucho y sigue teniendo una activa vida religiosa. “Soy mormón, estoy muy activo en la iglesia, creer en Dios es muy importante”, dice y deja al pasar sus lecturas: “Estoy leyendo un libro de técnicas de fruticultura y otro de Bernardo Stamateas sobre cómo alcanzar los sueños. Mis preferidos siguen siendo Hemingway y Sábato”.

-¿Estás siguiendo la campaña de River en el Nacional B?

-Escucho los partidos por radio, hace mucho que no lo veo. Sé que le están costando los partidos, es una categoría muy peleada. Yo jugué ese campeonato con Estudiantes. Ojalá que termine entre los tres primeros y ascienda (sic, el ascenso directo lo consiguen los dos primeros). La verdad es que si me preguntás cuántos puntos tiene River, no lo sé.

  • ¿No ves ningún partido?

  • No, casi no miro televisión. La última vez que vi fútbol fue hace más de un año, ya ni me acuerdo.

  • ¿La Promoción entre River y Belgrano tampoco la viste?

  • No. Sé que jugaron mal. Fue una situación de fondo, venía de años atrás. Son errores que se terminaron pagando, fue un proceso.

  • Cuando jugabas en River, eras compañero de Cavenaghi y el Chori Domínguez, ¿seguís teniendo contacto con ellos?

  • No, me llevaba bien, pero yo no soy de llamar. De mis amigos del fútbol, hablo con Asconzábal, que hoy es técnico de Estudiantes. De los de River, me mando mensajes con uno de los cocineros, un utilero, gente del cuerpo médico. A ver si me invitan para ver a River ascender en la cancha, ja.

Sensaciones de Ricardo Rojas, un héroe inesperado, que hoy también lleva una vida distinta.

[i]Su carrera. Ricardo Rojas se incorporó a River, en 2001, cuando el entrenador era Américo Gallego. Por entonces, llegó con un alto contrato, que se criticó, de 500.000 dólares, superior por ejemplo al de Javier Saviola. Su punto máximo fue aquel Clausura 2002, en el que le marcó a Boca un golazo, en la Bombonera, y, en el partido contra Racing, una corrida electrizante suya, luego de que expulsaran a Comizzo, terminó en gol de Pipino Cuevas. Luego, pasó a Belgrano, de Córdoba, en 2006, y, allí, se retiró del fútbol un año después. Previamente, había jugado en Cerro Corá y Libertad, de Paraguay, Estudiantes de La Plata y Benfica, de Portugal. Nacido en Misiones, pero nacionalizado paraguayo, jugó para la albirroja el Mundial de Francia 1998.

A River le tiene fe. “Creo que va a ascender y, luego, recuperará su juego histórico”, opinó Rojas, quien tuvo una experiencia en el ascenso con Estudiantes en la temporada 1994/95, cuando el Pincha volvió a Primera, tras una temporada en el Nacional B. “Era muy duro”, recordó.[/i]

Ricardo Rojas, de la vaselina a Boca, a vivir en el campo y no ver más fútbol - canchallena.com

Ricardo Rojas, de la vaselina a Boca, a vivir en el campo y no ver más fútbol

Mañana, se cumple una década de su gol en la Bombonera; hoy, a los 41 años, el ex defensor se radicó en Misiones y se dedica a la agricultura; no ve partidos y sigue a River por radio. Por Pablo Hacker
09 de Marzo de 2012 - 08:11

Llovía sobre la Bombonera. Iban 43 minutos del segundo tiempo y, en las dos bandejas destinadas para los hinchas visitantes, los fanáticos de River deliraban por el triunfo parcial 2 a 0 ante Boca, que marcaba el fin de una racha de más de 7 años sin victorias en la Ribera. Ricardo Rojas arrancó casi desde el campo de los millonarios y terminó definiendo de emboquillada desde afuera del área. Roberto Abbondanzieri nada pudo ser. Era el 3 a 0 final y un grito de locura, la frutilla del postre, un golazo que queda guardado para siempre en las retinas riverplatenses.

Mañana, se cumplirán 10 años de esa jugada, la vaselina, de aquel 10 de marzo de 2002 en el que el River de Ramón Díaz superó a los xeneizes , por la 6ª fecha del torneo Clausura, título que luego quedaría en Núñez. En épocas flacas, los recuerdos brotan casi desde el alma para algunos fanáticos.

Ricardo Rojas, aquel héroe inesperado y que hoy, una década después, vive del campo en Misiones y no mira fútbol, ni consume muchas noticias, lo recuerda con canchallena.com : “Fue un grato momento de mi carrera profesional. Pasó rápido el tiempo. Fue muy importante para mí y una alegría muy grande en aquel momento para ese equipo. Encima nunca me caractericé por tener gol. Hasta el día de hoy, cada vez que me cruzo un hincha de River o Boca me lo recuerdan. Unos me agradecen y otros se acuerdan de toda mi familia, ja”.

Rojas lanza la carcajada y cambia de frente como si estuviera aún en el lateral izquierdo. Sin embargo, la vida de este ex defensor, de 41 años, y que apenas hizo dos tantos en toda su carrera (el otro fue en el fútbol de Paraguay), se modificó por completo, tras retirarse, en 2007, con la camiseta de Belgrano, de Córdoba. “No tengo conexión con el fútbol. Me ofrecieron ser técnico, representante, ayudante de campo, pero a mí sólo me gustaba jugar. El fútbol es una profesión muy absorbente, te aleja de tus seres queridos, viajás mucho. Fue muy lindo, pero ahora es momento de que yo le devuelva a mi familia todo el apoyo que me dio y me dediqué a ellos”, dice Rojas.

Ricky vive en Puerto Rico, Misiones, su ciudad natal, junto a su esposa María, que es profesora de música, y sus hijos Ismael (12 años), Sara (4) y Samuel (2). Allí, tiene campos, se dedica a un emprendimiento agrícola y pasa el tiempo también con el resto de sus familiares. Casi no mira televisión, no tiene cuenta de correo electrónico y, como en su época de jugador, lee mucho y sigue teniendo una activa vida religiosa. “Soy mormón, estoy muy activo en la iglesia, creer en Dios es muy importante”, dice y deja al pasar sus lecturas: “Estoy leyendo un libro de técnicas de fruticultura y otro de Bernardo Stamateas sobre cómo alcanzar los sueños. Mis preferidos siguen siendo Hemingway y Sábato”.

-¿Estás siguiendo la campaña de River en el Nacional B?

-Escucho los partidos por radio, hace mucho que no lo veo. Sé que le están costando los partidos, es una categoría muy peleada. Yo jugué ese campeonato con Estudiantes. Ojalá que termine entre los tres primeros y ascienda (sic, el ascenso directo lo consiguen los dos primeros). La verdad es que si me preguntás cuántos puntos tiene River, no lo sé.

  • ¿No ves ningún partido?

  • No, casi no miro televisión. La última vez que vi fútbol fue hace más de un año, ya ni me acuerdo.

  • ¿La Promoción entre River y Belgrano tampoco la viste?

  • No. Sé que jugaron mal. Fue una situación de fondo, venía de años atrás. Son errores que se terminaron pagando, fue un proceso.

  • Cuando jugabas en River, eras compañero de Cavenaghi y el Chori Domínguez, ¿seguís teniendo contacto con ellos?

  • No, me llevaba bien, pero yo no soy de llamar. De mis amigos del fútbol, hablo con Asconzábal, que hoy es técnico de Estudiantes. De los de River, me mando mensajes con uno de los cocineros, un utilero, gente del cuerpo médico. A ver si me invitan para ver a River ascender en la cancha, ja.

Sensaciones de Ricardo Rojas, un héroe inesperado, que hoy también lleva una vida distinta.

[i]Su carrera. Ricardo Rojas se incorporó a River, en 2001, cuando el entrenador era Américo Gallego. Por entonces, llegó con un alto contrato, que se criticó, de 500.000 dólares, superior por ejemplo al de Javier Saviola. Su punto máximo fue aquel Clausura 2002, en el que le marcó a Boca un golazo, en la Bombonera, y, en el partido contra Racing, una corrida electrizante suya, luego de que expulsaran a Comizzo, terminó en gol de Pipino Cuevas. Luego, pasó a Belgrano, de Córdoba, en 2006, y, allí, se retiró del fútbol un año después. Previamente, había jugado en Cerro Corá y Libertad, de Paraguay, Estudiantes de La Plata y Benfica, de Portugal. Nacido en Misiones, pero nacionalizado paraguayo, jugó para la albirroja el Mundial de Francia 1998.

A River le tiene fe. “Creo que va a ascender y, luego, recuperará su juego histórico”, opinó Rojas, quien tuvo una experiencia en el ascenso con Estudiantes en la temporada 1994/95, cuando el Pincha volvió a Primera, tras una temporada en el Nacional B. “Era muy duro”, recordó.[/i]

//youtu.be/C9xp14YoSTI

Momento de éxtasis.


Un genio, encima es distinto al jugador típico de fútbol en su vida.

Capo total!

Uno de los momentos mas felices de mi vida.
Gracias Rojas…eternamente gracias. Ese dia se me cayeron las lagrimas de la emocion ante semejante BAILE…semejante PALIZA… semejante G-A-R-C-H-A-D-A a esos inmundos.

Te deseo lo mejor en tu vida. Gracias.

El mejor partido de River que vi en mi vida , nunca disfruté tanto esa goleada , GRANDE RICKY

Futbolisticamente nunca me gusto y lo putie mas de una vez, pero debo reconocer que me hizo pasar uno de los momentos mas felices de mi vida.

Con dos jugadas quedó en la HISTORIA de RIVER.

Que grande Rojas!!
2 participaciones para la historia:

q maestro

Como disfrute ese dia :smiley:

1 gol en primera. creo que vale por muchos

Se me pone la piel de gallina y se me escapan unas lagrimas combinadas con la alegria de ese equipo que teniamos y esas campañas que haciamos y otras por que a pesar de ver eso no puedo olvidar de que estamos donde estamos.

Te emociona boludo, te dan ganas de lagrimear.

Si yo fuese dirigente, lo invito mañana al estadio de La Plata y le entrego una plaqueta antes del partido, mientras paso 50 veces el gol en la pantalla gigante.

El mejor gol de la historia de los superclásicos, por escándalo…

esta entre los top5 goles mas gritados sin dudas, muy dificil que veamos algo parecido

No se si alguna vez ya la conte, pero esta anecdota pinta de cuerpo entero al personaje en cuestion.

Año 2003. Noche de Copa Libertadores para River. Zona de grupos. Noche de triunfo, algo habitual en esos tiempos. Un allegado al plantel, familiar de un jugador, ofrece su auto para acercar a un grupo de jugadores a sus casas. Uno de esos jugadores era Rojas.

Se suben Rojas y los otros jugadores al auto. Salen del Monumental y cuando estan enfrente a Barrancas de Belgrano (que es una zona de parada de bondis) se produce el siguiente dialogo:

Rojas: aca esta bien para mi, yo me bajo aca.

Chofer: Como ? Aca ? pero donde vivis ?

Rojas: vivo lejos, pero aca me tomo el bondi que me deja…

Chofer: te vas a tomar el colectivo ??? Vestido asi ??? (ropa deportiva de River y el bolso enorme de los jugadores)

Rojas: si fiera, no hay problema. Muchas gracias (y se baja)

Ante el estupor del chofer, los otros jugadores le dicen que no se haga drama, que Rojas es asi, y que siempre viaja en colectivo.

Y ahi quedo el bueno de Ricki, en la noche de Belgrano. Esperando el colectivo…

Porque el ? Porque Rojas ? A veces en la vida pasan cosas justas. El 10 de marzo del 2002 Ricardo Rojas hizo el gol que todo jugador que haya disputado el superclasico soño hacer. No lo hizo ninguno de los grandes idolos de uno u otro bando. Lo hizo Rojas. El chofer del bondi al que subio aquella noche de 2003, creyo entender porque.