[SIZE=5][SIZE=5]EL MONUMENTAL VUELVE A ACHICAR A LOS RIVALES [/SIZE][i]El Templo Riverplatense vió ganar veinte veces al local, empatar en dos oportunidades y solamente caer derrotado dos partidos a lo largo de los 12 meses del 2014.
¿El legendario estadio vuelve a generar miedo?
[/i]El equipo de Marcelo Gallardo le devolvió el estilo futbolístico que identifica a la institución mostrando por momentos un juego superlativo pero lo realmente imponente es que entre los equipos de Ramón Díaz y del Muñeco alcanzaron el record de partidos invictos del club, que es de 31 encuentros y que sólo lo tenía el equipo de 1922. Y para que eso pudiera ser una realidad, una de las claves fue la enorme e increíble fortaleza que el equipo mostró como local. El Monumental volvió a ser ese coloso en el que el conjunto de Núñez se sintió fuerte y poderoso y en el que los rivales sucumbieron. River ganó la mayoría de sus encuentros en Udaondo y Figueroa Alcorta, en donde sólo cayó dos veces en el año, ante Godoy Cruz y Estudiantes, llamativamente una derrota en cada semestre y tuvo resultados favorables enfrentando a los otros 4 grandes del futbol argentino. Hace 13 años también perdió sólo dos encuentros (Lanús, en el Clausura y Gremio, en la Mercosur) de 27 partidos disputados en el Monumental. Pero, claro, ese año River no obtuvo ningún título, a diferencia de este 2014 en el que tuvo más de un festejo.
En 16 partidos de los 24 jugados en el mítico estadio riverplatense terminó con la valla invicta. River ganó los 5 partidos que jugó como local en la Copa Total Sudamericana, algo que también había sucedido en la Supercopa en 1997 con Marcelo Salas, Ariel Ortega y Enzo Francescoli en aquel entonces. No pasó eso con el gran equipo de Ramón que ganó la Copa Libertadores en 1996 en la que si bien terminó invicto en el Monumental, empató dos veces. Y tampoco con el Campeón del Mundo de Veira de 1986 que perdió solo un partido en toda su campaña como Campeón de la Libertadores y fue ante el mejor equipo de Argentinos Jrs. de la historia que venía de perder la final por la Copa Intercontinental en Japón contra la Juventus.
Como nunca después de mucho tiempo River convirtió nuevamente al Estadio Monumental en una fortaleza inexpugnable que transmite respeto y temor a los rivales de ser derrotados.
[SIZE=5][SIZE=5]EL MONUMENTAL VUELVE A ACHICAR A LOS RIVALES [/SIZE][i]El Templo Riverplatense vió ganar veinte veces al local, empatar en dos oportunidades y solamente caer derrotado dos partidos a lo largo de los 12 meses del 2014.
¿El legendario estadio vuelve a generar miedo?
[/i]El equipo de Marcelo Gallardo le devolvió el estilo futbolístico que identifica a la institución mostrando por momentos un juego superlativo pero lo realmente imponente es que entre los equipos de Ramón Díaz y del Muñeco alcanzaron el record de partidos invictos del club, que es de 31 encuentros y que sólo lo tenía el equipo de 1922. Y para que eso pudiera ser una realidad, una de las claves fue la enorme e increíble fortaleza que el equipo mostró como local. El Monumental volvió a ser ese coloso en el que el conjunto de Núñez se sintió fuerte y poderoso y en el que los rivales sucumbieron. River ganó la mayoría de sus encuentros en Udaondo y Figueroa Alcorta, en donde sólo cayó dos veces en el año, ante Godoy Cruz y Estudiantes, llamativamente una derrota en cada semestre y tuvo resultados favorables enfrentando a los otros 4 grandes del futbol argentino. Hace 13 años también perdió sólo dos encuentros (Lanús, en el Clausura y Gremio, en la Mercosur) de 27 partidos disputados en el Monumental. Pero, claro, ese año River no obtuvo ningún título, a diferencia de este 2014 en el que tuvo más de un festejo.
En 16 partidos de los 24 jugados en el mítico estadio riverplatense terminó con la valla invicta. River ganó los 5 partidos que jugó como local en la Copa Total Sudamericana, algo que también había sucedido en la Supercopa en 1997 con Marcelo Salas, Ariel Ortega y Enzo Francescoli en aquel entonces. No pasó eso con el gran equipo de Ramón que ganó la Copa Libertadores en 1996 en la que si bien terminó invicto en el Monumental, empató dos veces. Y tampoco con el Campeón del Mundo de Veira de 1986 que perdió solo un partido en toda su campaña como Campeón de la Libertadores y fue ante el mejor equipo de Argentinos Jrs. de la historia que venía de perder la final por la Copa Intercontinental en Japón contra la Juventus.
Como nunca después de mucho tiempo River convirtió nuevamente al Estadio Monumental en una fortaleza inexpugnable que transmite respeto y temor a los rivales de ser derrotados.
Es lo que me contaba mi viejo, mis tios, familiares de River. Los equipos venían al Monumental con la intención de no ser goleados. Hoy veo con mis propios ojos lo que me contaban.
Creo que a esta altura se recupero el respeto por parte de los rivales, ahora vienen para no perder. Ya no esta mas esa sensación de que cualquiera le ganaba a este equipo.
Son rachas, si el equipo está bien, el Monumental se hace un fortín. En momentos complicados, cualquier cosa puede pasar. En este momento los rivales nos respetan, saben que somos el mejor equipo de Argentina y que ir al Monumental y perder es muy posible. Será importante mantener esa tendencia en 2015.
Yo creo que infravaloran el ambiente del Monumental.
Te hablan de que las tribunas no están cerca, que la gente ‘‘no se hace sentir’’, y muchas otras cosas más. Pero aun asi, River definió cinco copas ahí y no perdió jamás, y en las demás finales internacionales empató solo una vez (Cienciano 2003), resultando victorioso en las demás.
Sigan hablando de la Bombonera y su temblor, que acá en casa solamente habla River Plate.
La verdad también que en partidos claves la cancha fue una locura.
Desde Vélez, que el equipo estaba aguantando el 1-0 a morir para llegar a la punta, faltando 10 minutos encima que Chichi tapó dos o tres mano a mano, la cancha se venía abajo en cada despeje. Y el final del partido fue una locura con el “Vamos vamos River Plate”.
Ni hablar con Racing con el penal atajado de Chichi.
Ni hablar con Boca desde ese recibimiento. Y la final con la explosión del gol, se caía la cancha abajo y al toque encima vino el segundo. Bueno, hasta los colombianos reconocieron que se los comió el ambiente.
Y eso que no soy de cantar, pero cuando el equipo anima es otra cosa. Y además la gente entendió que estas finales la cancha tenía que ser un infierno para el visitante.
Eso venía a comentar, el aliento le da más presión al equipo rival, definitivamente hoy por hoy el monumental es la cancha que más le tienen miedo los otros equipos.
