Votos de confianza

El descenso nos dejó descalzos y empantanados en un océano de barro. De a ratos en el comienzo parecía que podíamos encontrar rápido el calzado necesario o el asfalto deseado, pero llegamos a fin de año a los resbalones en plenos mares de lodo. Nos costó hacer pie en todo ese proceso de adaptación a este nuevo mundo cruel y jamás pudimos pisar fuerte.

En la secundaria, una gran profesora que tuve nos leyó una de tantas frases que a mí me quedaron en el recuerdo: “Confiar en todos es insensato, pero no confiar en nadie es neurótica torpeza”. Y traslado estas palabras a la actual situación de River, donde desde varios costados de la institución nos sobran ejemplos de gente en la que definitivamente no confiamos ni podremos confiar por absoluta incapacidad, pero por otro lado nos queda esa esperanza firme de que algunas individualidades nos puedan llevar a buen destino final. Lamentablemente, la involución mostrada en estos 8 meses nos lleva a ilusionarnos en cosas mucho más alejadas del sentido común teniendo en cuenta el material que hay.

En este plantel diviso 5 grandes referentes futbolísticos, de los cuales uno tiene las condiciones para ser un verdadero líder dentro de la cancha y en el vestuario. Y más alla de algunas cuestiones de inmadurez que espero hayan quedado atrás, me siento seguro en sus manos por lo que pueden desplegar en el campo. Estoy convencido que son capaces por sus propios medios que dependamos mucho menos de la suerte que durante aquel primer semestre inolvidable del año pasado, y todos los votos de confianza que tengo disponibles están depositados en ellos:

  • Un voto de confianza para Jonathan Maidana, el hombre al que el momento y el contexto lo llaman a que pase de líder silencioso a líder transmisor. El equipo necesita que empiece a hablar el triple y que haga ese clic definitivo en su cabeza para liberarse totalmente. Tiene que poder llegar a ser un espejo en los jóvenes. Escucharlo e imitarlo sería un gran curso de ingreso y de aprendizaje para los pibes.

  • Un voto de confianza para Carlos Sánchez: El rebelde que se tiene que revelar y cambiar la ecuación desde su propia enjundia y fuego sagrado, si es que el funcionamiento del equipo sigue sin madurar para adaptarse a él. Que tenga la capacidad de escapar por su propia cuenta de esa jaula en la que esta inmerso y que de una vez por todas empiece a desplegar todo el potencial de sus alas. No tengo dudas que es el volante con más variantes ofensivas de todo el fútbol argentino, sería una picardía desaprovecharlo y que a su vez él se deje desaprovechar.

  • Un voto de confianza para Alejandro Domínguez: La simpleza hace la felicidad en el fútbol, y solo los talentosos pueden hacer la más fácil haciendo la más difícil. Que aproveche ese don y que se encargue de hacer las diferencias desde lo sencillo y necesario, pero sin liberarse definitivamente de esos antojos disfrazados de gran destreza técnica que lo muestran como un distinto. Y, sobre todo, que lo que le pasó en Chaco le sirva para darse cuenta que la mejor forma de redimirse es desplegando lo mejor de su fútbol en las 20 fechas que quedan.

  • Un voto de confianza para Fernando Cavenaghi: Por su calidad, más alla de que su estado de forma físico no brinda las mejores garantías. Por su capacidad, su ímpetu y sus condiciones naturales. Por la enorme importancia de ser un delantero que en River ha sabido aparecer en las instancias claves para cumplir los objetivos con su presencia y su cuota goleadora.

  • Y un voto de confianza para David Trezeguet: El potencial líder. El que puede ilustrar con su profesionalismo a todo el plantel y contagiar al grupo con mucho de su filosofía. El que debe marcar el camino en los micrófonos con su diplomacia y su ubicación mental del contexto y la situación. El que puede aportarle conciencia a los buenos pasajes y a su vez el que tiene espaldas gruesas para absorber lo ácido y difícil de los momentos adversos. El primer paso ya lo dio, que es el de mostrarse comprometido con la causa, el resto dependerá de lo que él quiera aportar y también de lo que le permitan.

Hoy, desde la lógica y la razón futbolística y de las potencialidades, que haya mayores expectativas y confianza en cuanto al porcentaje de probabilidades de ascender, respecto de las que había hace un año a la hora de mantener la categoría, se debe casi pura y exclusivamente a ellos.

Y digo casi porque, afortunadamente, este conjunto de cinco cabezas de vestuario esta secundado por una legión de jóvenes talentosos y dignos de vestir la camiseta, como hace mucho tiempo no pasaba en cuanto a la cantidad de buenas promesas en un mismo plantel. El complemento de ellos a la estructura es esencial para que funcionen los engranajes y que se pueda cumplir el objetivo. Y será fundamental que queden aislados lo máximo posible del factor presión, el rival número doce en este semestre de definiciones.

Respecto al cuerpo técnico, sigue inmerso en esa telaraña de interrogantes que semana a semana lo mantiene más y más enmarañado. Seguramente 6 meses de experiencia no cambien demasiado la ecuación de Almeyda como entrenador, pero habrá dado un paso al frente si no vuelve a caer en los mismos pantanos del semestre pasado, muchos de los cuales todavía esta intentando salir. No se ha mostrado terco en cambiar cuando quedaron expuestos en cancha muchos de sus errores, pero esto no asegura que no pueda cometer otros del mismo calibre. Hoy, la pobreza del 90% de los planteles restantes y la jerarquía individual de sus jugadores es su arma madre y con más balas en el cargador. Esperemos que en junio podamos decir que él contribuyó con un poco más de artillería. Significará que a River le fue de la mejor manera, y no existe otra noticia más importante y reconfortante que esa.

Las condiciones están dadas, por lo menos desde alguna de las patas, para que podamos tener la expectativa firme en la vuelta a primera a mitad de año. Después de tantos golpes y maltratos al corazón, lo mínimo que merecemos es ese ascenso. Ojalá este grupo sea el responsable de ponerle punto final a una buena parte de esta gran pesadilla. Es hora de que empiece a sonar el despertador y dejemos de dar vueltas en la cama…

El descenso nos dejó descalzos y empantanados en un océano de barro. De a ratos en el comienzo parecía que podíamos encontrar rápido el calzado necesario o el asfalto deseado, pero llegamos a fin de año a los resbalones en plenos mares de lodo. Nos costó hacer pie en todo ese proceso de adaptación a este nuevo mundo cruel y jamás pudimos pisar fuerte.

En la secundaria, una gran profesora que tuve nos leyó una de tantas frases que a mí me quedaron en el recuerdo: “Confiar en todos es insensato, pero no confiar en nadie es neurótica torpeza”. Y traslado estas palabras a la actual situación de River, donde desde varios costados de la institución nos sobran ejemplos de gente en la que definitivamente no confiamos ni podremos confiar por absoluta incapacidad, pero por otro lado nos queda esa esperanza firme de que algunas individualidades nos puedan llevar a buen destino final. Lamentablemente, la involución mostrada en estos 8 meses nos lleva a ilusionarnos en cosas mucho más alejadas del sentido común teniendo en cuenta el material que hay.

En este plantel diviso 5 grandes referentes futbolísticos, de los cuales uno tiene las condiciones para ser un verdadero líder dentro de la cancha y en el vestuario. Y más alla de algunas cuestiones de inmadurez que espero hayan quedado atrás, me siento seguro en sus manos por lo que pueden desplegar en el campo. Estoy convencido que son capaces por sus propios medios que dependamos mucho menos de la suerte que durante aquel primer semestre inolvidable del año pasado, y todos los votos de confianza que tengo disponibles están depositados en ellos:

  • Un voto de confianza para Jonathan Maidana, el hombre al que el momento y el contexto lo llaman a que pase de líder silencioso a líder transmisor. El equipo necesita que empiece a hablar el triple y que haga ese clic definitivo en su cabeza para liberarse totalmente. Tiene que poder llegar a ser un espejo en los jóvenes. Escucharlo e imitarlo sería un gran curso de ingreso y de aprendizaje para los pibes.

  • Un voto de confianza para Carlos Sánchez: El rebelde que se tiene que revelar y cambiar la ecuación desde su propia enjundia y fuego sagrado, si es que el funcionamiento del equipo sigue sin madurar para adaptarse a él. Que tenga la capacidad de escapar por su propia cuenta de esa jaula en la que esta inmerso y que de una vez por todas empiece a desplegar todo el potencial de sus alas. No tengo dudas que es el volante con más variantes ofensivas de todo el fútbol argentino, sería una picardía desaprovecharlo y que a su vez él se deje desaprovechar.

  • Un voto de confianza para Alejandro Domínguez: La simpleza hace la felicidad en el fútbol, y solo los talentosos pueden hacer la más fácil haciendo la más difícil. Que aproveche ese don y que se encargue de hacer las diferencias desde lo sencillo y necesario, pero sin liberarse definitivamente de esos antojos disfrazados de gran destreza técnica que lo muestran como un distinto. Y, sobre todo, que lo que le pasó en Chaco le sirva para darse cuenta que la mejor forma de redimirse es desplegando lo mejor de su fútbol en las 20 fechas que quedan.

  • Un voto de confianza para Fernando Cavenaghi: Por su calidad, más alla de que su estado de forma físico no brinda las mejores garantías. Por su capacidad, su ímpetu y sus condiciones naturales. Por la enorme importancia de ser un delantero que en River ha sabido aparecer en las instancias claves para cumplir los objetivos con su presencia y su cuota goleadora.

  • Y un voto de confianza para David Trezeguet: El potencial líder. El que puede ilustrar con su profesionalismo a todo el plantel y contagiar al grupo con mucho de su filosofía. El que debe marcar el camino en los micrófonos con su diplomacia y su ubicación mental del contexto y la situación. El que puede aportarle conciencia a los buenos pasajes y a su vez el que tiene espaldas gruesas para absorber lo ácido y difícil de los momentos adversos. El primer paso ya lo dio, que es el de mostrarse comprometido con la causa, el resto dependerá de lo que él quiera aportar y también de lo que le permitan.

Hoy, desde la lógica y la razón futbolística y de las potencialidades, que haya mayores expectativas y confianza en cuanto al porcentaje de probabilidades de ascender, respecto de las que había hace un año a la hora de mantener la categoría, se debe casi pura y exclusivamente a ellos.

Y digo casi porque, afortunadamente, este conjunto de cinco cabezas de vestuario esta secundado por una legión de jóvenes talentosos y dignos de vestir la camiseta, como hace mucho tiempo no pasaba en cuanto a la cantidad de buenas promesas en un mismo plantel. El complemento de ellos a la estructura es esencial para que funcionen los engranajes y que se pueda cumplir el objetivo. Y será fundamental que queden aislados lo máximo posible del factor presión, el rival número doce en este semestre de definiciones.

Respecto al cuerpo técnico, sigue inmerso en esa telaraña de interrogantes que semana a semana lo mantiene más y más enmarañado. Seguramente 6 meses de experiencia no cambien demasiado la ecuación de Almeyda como entrenador, pero habrá dado un paso al frente si no vuelve a caer en los mismos pantanos del semestre pasado, muchos de los cuales todavía esta intentando salir. No se ha mostrado terco en cambiar cuando quedaron expuestos en cancha muchos de sus errores, pero esto no asegura que no pueda cometer otros del mismo calibre. Hoy, la pobreza del 90% de los planteles restantes y la jerarquía individual de sus jugadores es su arma madre y con más balas en el cargador. Esperemos que en junio podamos decir que él contribuyó con un poco más de artillería. Significará que a River le fue de la mejor manera, y no existe otra noticia más importante y reconfortante que esa.

Las condiciones están dadas, por lo menos desde alguna de las patas, para que podamos tener la expectativa firme en la vuelta a primera a mitad de año. Después de tantos golpes y maltratos al corazón, lo mínimo que merecemos es ese ascenso. Ojalá este grupo sea el responsable de ponerle punto final a una buena parte de esta gran pesadilla. Es hora de que empiece a sonar el despertador y dejemos de dar vueltas en la cama…

Comparto todo turco querido y excelente redaccion como siempre…

Yo sumo en mis votos de confianza a CIRIGLIANO…

Es hora que dejen de boludear y den la vida por River

en todo caso un voto de confianza a todos… con 4 jugadores no se ganan partidos

Al que camina en la zanja
no le ha de faltar chiquero.
Mas si el hombre es verdadero
y quiere empujar el carro
aunque patine en el barro
seguro hallara sendero!!!

si se ganan…a veces luis…

Hasta ahora el único voto de confianza se lo doy a Carlitos Sanchez. Sin él River no es nada en ataque, es el único que propone algo.

Cirigliano es fundamental para River.

Cirigliano esta antes que varios de esos.

Sin dudas que la confianza, mucha o poca, pasa pura y exclusivamente por los jugadores, aunque el lastre que representa el DT muchas veces termina siendo imposible de sostener,

Yo creo que se necesita que los jugadores se revelen contra el DT, algo parecido a lo que paso en River cuando Ramon daba sus primeros pasos y no cazada un fulbo, ese equipo mas de una vez corrigió errores del DT durante el partido, esa es la gran diferencia que veo yo ahora, los jugadores estos están convencidos con todo lo que dice Almeyda, pero bueno, veremos como termina esto.

Yo creo que, o se confía en todos, o no se confía en nadie… acá nadie se va a salvar de haber un “naufragio” (ya sabemos cual es)…

Se entiende que un jugador como Cirigliano, o hasta Abecasis son muy importantes en la estrucutura del equipo, pero al igual que Ramiro, Pirez o Pezzella, no dejan de ser pibes a los que no se les puede exigir lo mismo que a los de más experiencia y jerarquía y sería comprensible que puedan estar propensos a bajones futbolísticos lógicos de su corta experiencia, sumado a que no sorprendería si caemos en algún momento delicado y los afecta la presión del contexto.

La confianza en ellos existe obviamente, pero los que si o si tienen que marcar el camino, bajo mi punto de vista, son los otros…

lo mas importante esa banda roja q nos cruza el alma

Muy buen analisis, Turco. Maidana es muy buen referente para los pibes que vienen abajo, pero él tiene que transmitir esa experiencia que le dió el fútbol y ser un poco más libre y hablar un poco más. El chori Dominguez tiene la calidad que no tenemos hace años y dependemos un 40% de él y su estado fisico/psicologico. Lo demás coincido plenamente en todo.

Vale la reflexión, ojalá se fortalezca el vestuario y se generen influencias positivas desde abajo, porque desde arriba no se ven señales.

Agrego a Cirigliano y Abecasis, que con lo poco que jugó ya es el mejor 4 que tuvimos en muchos años.

Con tener un equipo que sepa a lo que juega me conformo

Amen!

Muy bueno Moreno.