Una salida de Ramón: refundación o racinguización.

Hay personas que forman parte de historias grandes o pequeñas, tanto en la vida como en el fútbol. Algunas son tristes, otras alegres y la gran mayoría olvidadadas u olvidables. Dentro de las olvidadas, quizás podamos ubicar a todos esos grandes equipos que no pudieron gritar campeón en River durante esos 18 años de mala racha sin títulos en los 60. Claro, los contextos futbolístico e institucional eran otros; la exigencia era total y el resultado lógico de esos subcampeonatos la condena al ostracismo en la memoria del hincha. A ese momento y con ayuda del contexto de época en el fútbol mundial, primó por suerte no perder el norte futbolístico que había dado siempre resultados: cantera, refuerzos a la altura y proyectos sostenidos. Siendo muy generoso con nefastos personajes recientes, ese norte fue lo que se perdió ante tanta victoria en la vereda ajena y durante las últimas dos presidencias en el club. Recordemos que el hiper presidencialismo es una marca registrada en River, que demanda entonces presidentes de mente fría para las grandes decisiones. Contradiciendo eso, la consecuencia final de encontrarnos en la vida institucional con Aguilar y Passarella al mando del club, es la que todos quisieramos olvidar, es la que entra en las olvidables, pero que lamentablemente la llevamos en la piel como una marca. En ese punto, la marca, es donde la llegada de Ramón vino a intentar resignificar eso, como episodio dentro de la historia de River Plate y no como condena.

Ramón en su vuelta pisó fuerte en la piel del hincha. En la previa, a Almeyda lo fueron por resutados y rendimientos, incluso mejores que los de este semestre. Quienes estuvimos de acuerdo en su momento con su salida entendíaamos que no tenía ni la espalda ni la capacidad necesarias para asentar el barco en primera, amén de otras cuestiones que no vienen al caso. A la frustración general del caos de otro recambio más en medio de un torneo, Ramón respondió como un huracán de sonrisa riojana. Barrió con las malas vibras que vienen siempre desde fuera de River, poniendo sus pergaminos en juego pero con la espalda de quién sabe que el hincha necesitaba alguien que defendiera un poco más la camiseta, y que puede hacerlo. Un poco de fortuna y algunas decisiones positivas acompañaron en el primer semestre; apareció un equipo sólido para defender y atacar en pelota parada. Suficiente para rozar el título en el mediocre fútbol argentino. Desde ahí, las nuevas expectativas chocaron entonces con las malas vibras de una dirigencia incapaz de reforzar los conceptos. Casi todo mal y a destiempo. A eso, Ramón no le encontró nunca la vuelta. Los desencuentros con los dirigentes son un episodio más de una saga iniciada con José María Aguilar en 2002, que atravesó a todos los técnicos desde entonces (la leyenda dice que Manuel Pellegrini se fue diciendole al hincha de River que “deberá acostumbrarse a perder”, aunque al Google y a mí no nos consta) y que sólo encontrará un cierre definitivo cuando una dirigencia asuma el papel reparador que le corresponde, entre la identidad histórica del club y este presente sombrío.

La repación es algo que anhelamos todos los hinchas. No obstante, y a título personal, tengo que compartir la sensación de que quienes tomaron las decisiones centrales en los últimos años atentaron decididamente contra elllo, por acción y omisión. La herencia para quienes tomen las riendas del club desde diciembre será pesada en todos los términos conocidos. En ese sentido, me gustaría agregarle una vuelta de tuerca al asunto, en este contexto de un semestre perdido y de magros resultados (algo de Kranevitter y Mercado, tener un arquero confiable, y poco más). Se pone en tela de juicio la continuidad del técnico y se habla del térmometro del hincha de cancha para el domingo. Independientemente de eso, el tema disparó el siguente pensamiento. Ramón vino a reparar River, a reencontrarse con su gente y con la gloria. Pero si hay un día después de Ramón, ¿es posible tender un puente entre presente e historia? Pienso que si un tipo como él, con sus espaldas y perfil alto, sucumbe ante una dirigencia en huída y los malos resultados, entonces no veo a nadie más dentro del mundo River que pueda reparar nuestra historia. No desde el banco. Se barajan posibles técnicos del riñón del club, con menos espaldas que el riojano más famoso, teniendo que hacerse cargo en teoría de sacar adelante en 6 meses a un plantel diezmado en lo anímico e hiper cuestionado. Entonces, después de Ramón Angel Díaz, será refundación de nuestra identidad futbolística o racinguización. No hay reparación posible porque no hay otro histórico con más espaldas que él, ni que tampoco venga bajo el brazo con un modo de trabajo “actualizado”. Parece profecía digna de Carrió, pero hoy no encuentro a otro ex-River que soporte el contexto de inmediatez de resultados y necesidad de planificación seria a mediano plazo, que es lo único que le va a dar resultados a este club: encontrar un esquema ofensivo y sostenerlo a través de los nombres. Tampoco se identifican opciones presidenciales y nuevos dirigentes con las espladas y mente fría necesarias para afrontar ese quiebre, dentro de otro quiebre, aún más real y condicionante fundamental del primero: el económico, el que nos aleja de esas opciones ajenas al mundo River que permitirían apostar minimamente a una refundación. Hablo de los imposibles, de los Bielsa o Bauza. En River institución está todos por hacerse y Ramón sigue siendo el único que conecta dentro de la misma con la historia que nos hizo hinchas de River Plate. Romper con eso implica buscar respuestar fuera de River, en un contexto que atenta con ello.

Para cerrar, elijo hacerlo con un concepto popular: el tiempo pone todo en su lugar. Sobretodo a los pecados. Quizás Ramón es dueño de pecados importantes y que pueden terminar mal en el futuro, soslayados por una historia reciente de dirigentes y jugadores incapacitados (de nuevo, siendo generoso). Pero si algo tengo que pedir, es que de haber un quiebre en la continuidad del técnico, que sea con la honestidad necesaria. Que si Ramón y su CT están “desactualizados”, que se lo planteen y en consecuencia pueda tomar el técnico una decisión, si no es que lo hace el presidente. Pero a ese quiebre habrá que suplantarlo con respuestas coherentes, que no comprometan más al club con desaciertos fatales. Las respuestas tienen que venir de afuera y estar a la altura de una mentada profesionalidad “actualizada”, según no sé que parámetros, porque entiendo que Ramón se metió (y con ayudín de los dirigentes, por acción y omisión) en una nebulosa y dentro de esta a los jugadores. Que es un semestre de mierda que debe cerrar con la salida de la peor dirigencia en la historia de River, la que se fue al descenso. Pero quienes asuman tendrán la responsabilidad histórica de tomar decisiones de distinto calibre, no aplicar meros parches. Porque si con Aguilar fue el vaciamiento institucional y deportivo, y con Passarella el descenso, la dirigencia que viene será la que reconcilió a la insitución con la historia de River Plate, la que lo refundó con gente de afuera o la que lo racinguizó definitivamente. Ni más ni menos.

Hay personas que forman parte de historias grandes o pequeñas, tanto en la vida como en el fútbol. Algunas son tristes, otras alegres y la gran mayoría olvidadadas u olvidables. Dentro de las olvidadas, quizás podamos ubicar a todos esos grandes equipos que no pudieron gritar campeón en River durante esos 18 años de mala racha sin títulos en los 60. Claro, los contextos futbolístico e institucional eran otros; la exigencia era total y el resultado lógico de esos subcampeonatos la condena al ostracismo en la memoria del hincha. A ese momento y con ayuda del contexto de época en el fútbol mundial, primó por suerte no perder el norte futbolístico que había dado siempre resultados: cantera, refuerzos a la altura y proyectos sostenidos. Siendo muy generoso con nefastos personajes recientes, ese norte fue lo que se perdió ante tanta victoria en la vereda ajena y durante las últimas dos presidencias en el club. Recordemos que el hiper presidencialismo es una marca registrada en River, que demanda entonces presidentes de mente fría para las grandes decisiones. Contradiciendo eso, la consecuencia final de encontrarnos en la vida institucional con Aguilar y Passarella al mando del club, es la que todos quisieramos olvidar, es la que entra en las olvidables, pero que lamentablemente la llevamos en la piel como una marca. En ese punto, la marca, es donde la llegada de Ramón vino a intentar resignificar eso, como episodio dentro de la historia de River Plate y no como condena.

Ramón en su vuelta pisó fuerte en la piel del hincha. En la previa, a Almeyda lo fueron por resutados y rendimientos, incluso mejores que los de este semestre. Quienes estuvimos de acuerdo en su momento con su salida entendíaamos que no tenía ni la espalda ni la capacidad necesarias para asentar el barco en primera, amén de otras cuestiones que no vienen al caso. A la frustración general del caos de otro recambio más en medio de un torneo, Ramón respondió como un huracán de sonrisa riojana. Barrió con las malas vibras que vienen siempre desde fuera de River, poniendo sus pergaminos en juego pero con la espalda de quién sabe que el hincha necesitaba alguien que defendiera un poco más la camiseta, y que puede hacerlo. Un poco de fortuna y algunas decisiones positivas acompañaron en el primer semestre; apareció un equipo sólido para defender y atacar en pelota parada. Suficiente para rozar el título en el mediocre fútbol argentino. Desde ahí, las nuevas expectativas chocaron entonces con las malas vibras de una dirigencia incapaz de reforzar los conceptos. Casi todo mal y a destiempo. A eso, Ramón no le encontró nunca la vuelta. Los desencuentros con los dirigentes son un episodio más de una saga iniciada con José María Aguilar en 2002, que atravesó a todos los técnicos desde entonces (la leyenda dice que Manuel Pellegrini se fue diciendole al hincha de River que “deberá acostumbrarse a perder”, aunque al Google y a mí no nos consta) y que sólo encontrará un cierre definitivo cuando una dirigencia asuma el papel reparador que le corresponde, entre la identidad histórica del club y este presente sombrío.

La repación es algo que anhelamos todos los hinchas. No obstante, y a título personal, tengo que compartir la sensación de que quienes tomaron las decisiones centrales en los últimos años atentaron decididamente contra elllo, por acción y omisión. La herencia para quienes tomen las riendas del club desde diciembre será pesada en todos los términos conocidos. En ese sentido, me gustaría agregarle una vuelta de tuerca al asunto, en este contexto de un semestre perdido y de magros resultados (algo de Kranevitter y Mercado, tener un arquero confiable, y poco más). Se pone en tela de juicio la continuidad del técnico y se habla del térmometro del hincha de cancha para el domingo. Independientemente de eso, el tema disparó el siguente pensamiento. Ramón vino a reparar River, a reencontrarse con su gente y con la gloria. Pero si hay un día después de Ramón, ¿es posible tender un puente entre presente e historia? Pienso que si un tipo como él, con sus espaldas y perfil alto, sucumbe ante una dirigencia en huída y los malos resultados, entonces no veo a nadie más dentro del mundo River que pueda reparar nuestra historia. No desde el banco. Se barajan posibles técnicos del riñón del club, con menos espaldas que el riojano más famoso, teniendo que hacerse cargo en teoría de sacar adelante en 6 meses a un plantel diezmado en lo anímico e hiper cuestionado. Entonces, después de Ramón Angel Díaz, será refundación de nuestra identidad futbolística o racinguización. No hay reparación posible porque no hay otro histórico con más espaldas que él, ni que tampoco venga bajo el brazo con un modo de trabajo “actualizado”. Parece profecía digna de Carrió, pero hoy no encuentro a otro ex-River que soporte el contexto de inmediatez de resultados y necesidad de planificación seria a mediano plazo, que es lo único que le va a dar resultados a este club: encontrar un esquema ofensivo y sostenerlo a través de los nombres. Tampoco se identifican opciones presidenciales y nuevos dirigentes con las espladas y mente fría necesarias para afrontar ese quiebre, dentro de otro quiebre, aún más real y condicionante fundamental del primero: el económico, el que nos aleja de esas opciones ajenas al mundo River que permitirían apostar minimamente a una refundación. Hablo de los imposibles, de los Bielsa o Bauza. En River institución está todos por hacerse y Ramón sigue siendo el único que conecta dentro de la misma con la historia que nos hizo hinchas de River Plate. Romper con eso implica buscar respuestar fuera de River, en un contexto que atenta con ello.

Para cerrar, elijo hacerlo con un concepto popular: el tiempo pone todo en su lugar. Sobretodo a los pecados. Quizás Ramón es dueño de pecados importantes y que pueden terminar mal en el futuro, soslayados por una historia reciente de dirigentes y jugadores incapacitados (de nuevo, siendo generoso). Pero si algo tengo que pedir, es que de haber un quiebre en la continuidad del técnico, que sea con la honestidad necesaria. Que si Ramón y su CT están “desactualizados”, que se lo planteen y en consecuencia pueda tomar el técnico una decisión, si no es que lo hace el presidente. Pero a ese quiebre habrá que suplantarlo con respuestas coherentes, que no comprometan más al club con desaciertos fatales. Las respuestas tienen que venir de afuera y estar a la altura de una mentada profesionalidad “actualizada”, según no sé que parámetros, porque entiendo que Ramón se metió (y con ayudín de los dirigentes, por acción y omisión) en una nebulosa y dentro de esta a los jugadores. Que es un semestre de mierda que debe cerrar con la salida de la peor dirigencia en la historia de River, la que se fue al descenso. Pero quienes asuman tendrán la responsabilidad histórica de tomar decisiones de distinto calibre, no aplicar meros parches. Porque si con Aguilar fue el vaciamiento institucional y deportivo, y con Passarella el descenso, la dirigencia que viene será la que reconcilió a la insitución con la historia de River Plate, la que lo refundó con gente de afuera o la que lo racinguizó definitivamente. Ni más ni menos.

La Racinguizacion continua… El plan maestro de papada sigue vivo.

Y Pellegrini dijo eso, y por eso se tuvo que ir. Pero el tipo la tenia clara, veia como se estaba yendo todo a la mierda.

Lo dije antes de que agarrara Independiente: Ramón necesita EVOLUCIONAR como técnico, necesita una “actualización” que lo introduzca al futbolista de hoy.

Ojalá lo consiga.

Excelente.
Excelente.

Justamente eso es lo que mas me preocupa.
Por que yo puedo aceptar (aunque no parezca) esta tercera etapa de Ramon Diaz como un fracaso y que se vaya sin pena ni gloria por la puerta de atras. Lo puedo llegar a aceptar.
Pero a cambio de un proyecto realmente innovador. Que venga a tapar los deficits que tenemos hoy. Que venga a reconstruir de raiz a River y que sea un VERDADERO CAMBIO.
ESA es la unica premisa que pido para que se vaya el Riojano.

E insisto. Para que traigan a cualquier mediocre y mantengan este plantel FALOPA no. NO MACHO. NO.

Repito lo que dije el otro dia. Si el semestre que viene en la pretemporada veo a jugadores como Ponzio, Bottinelli, Rojas y tantos otros entrenando en River y con un MEDIOCRE sentado en el banco, es un “basta para mi”. Dejare de consumir River, aunque tenga que hacerlo mediante una rehabilitacion.

Totalmente de acuerdo con el texto.

Y si dentro del mundo River, no hay nadie que tenga las espaldas necesarias, entonces busquemos fuera del mundo River.

sabes lo que pasa Marcos? cuando vino Ramón se pensó que con su sola presencia se iban a solucionar todos los problemas futbolisticos… y no es asi, por mas bueno que sea alguien en su laburo, necesita un contexto que lo ayude, que lo acompañe, y el club evidentemente ni a palos está para eso… eso, y sumado a los errores propios de monra de no rodearse con gente capacitada, dieron por resultado lo que estamos viviendo… Igual, yo confío en que las aguas se van a tranquilizar en los proximos dias, y el técnico va a poder comenzar el año que viene laburando tranquilo, pensando cada decision, no cometiendo los mismos errores…

Ayer escuchaba a Donfrio y empezo a decir lo del tema q el club esta destrozado financieramente, ahí me di cuenta q el q agarre va a ser mas de lo mismo, van a empezar con las excusas d q el club esta destruido (q lo esta y es obvio), la excusa de siempre y es lo q no entiendo, si empiezan a romper las bolas con q el club esta destrozado financieramente, para q mierda se postulan, x q yo se q, cuando esten en la presidencia, van a venir con el famoso “esto es peor d lo q esperabamos” y el “nos dejaron el club con deudas historicas”, ya estoy podrido de esas frases, x q si vas a decir la misma mierda d siempre, la pregunta es Para Que Mierda Te Postulaste ?
A lo q voy es, q proyecto a futuro vas a querer armar, con la destruccion financiera q tiene River, como van a hacer para proyectar un futuro, con resultados inmediatos. Como van a hacer para traer un dt acorde y teniendo solo dos incorporaciones para el proximo semestre ???

no son excusas, los numeros del balance son determinantes; la refundacion pasa por arreglarse unos años con pibes rodeados de 3 o 4 veteranos que aporten temple y sapiencia para fortalecer el proceso. sin un acomodamiento economico no hay solucion futbolistica. la nueva dirigencia debe vender lo mejor posible a 10 jugadores apenas asume y comenzar el proyecto con un cuerpo tecnico que sepa trabajar con poco y llevar muy bien a los juveniles…para el hincha de river esto no es nuevo y dificilmente de resultados inmediatos, habra que comerse unos añitos deambulando en media tabla o arriba pero sin poderio para contar con pretensiones reales… se vivio a inicios de los 70, se repitio en los 80 y siempre salimos victoriosos luego del duro proceso…el tema es aprender una vez de lo sucedido, no puede volver a ocurrir que todo el trabajo bien realizado en esos ciclos vaya a parar al diablo al llegar la buena en la que fue una constante la dilapidacion de recursos a manos de directivos cuanto menos incapaces…

que prefiere el socio? que alguien diga las cosas como son, o que mienta y que diga que está todo bien para despues chocar con la realidad?

O que haga como Passarella, con el campeonato económico.

En fin de cuentas, terminan pagando los que vienen por lo que dijeron (excusas) e hicieron (cagadas) los dirigentes anteriores.

el que diga que va a venir y va a renovar totalmente el plantel trayendo 10 jugadores de jerarquia mas o menos, miente, está verseando, sencillo como eso…

A mi me gustaría q, ademas de hablar de el problema financiero, comenten como lo van a resolver, x q despues dicen q el problema es mayor a lo q estaban viendo, desde afuera, a esa excusa me refiero.

Ayer leía a Castle, y esto me gustó:

Hernán Castillo @HernanSCastillo 11h

Gancedo Ortega Francescoli Hernan Díaz y Hernan Crespo están cerrando su llegada al consejo de fútbol como secretarios técnicos de Donofrio

Era obvio que con Ramon no ibamos a tener la formula magica, pero el tipo vino a revolucionar al club, algo que a Danielito le chupo cinco huevos. Nadie le siguio el ritmo y cuando le soltaron la correa para que haga lo que le paresca correcto, sea por impotencia, incapacidad o desgano, hizo las cosas que hizo

Si bien lo de la destrucción económica no es verso, tampoco puede ser una excusa para abrir el paraguas por si las cosas no repuntan.

La primera meta para el presidente que venga, tiene que ser buscar una identidad para el equipo, y para ello, se necesita armar una ingeniería económica para sostener un proyecto a largo plazo, lo cual ES POSIBLE, y luego, bancarse las mil piedras que va a encontrar en el camino producto de las malas administraciones SIN MODIFICAR NI INTERRUMPIR EL PROYECTO. Algunos pensarán que el indicado para llevar a cabo este proyecto es Ramón, mientras que otros a esta altura ya le soltaron la mano y están pidiendo a Gareca, Gallardo, Bielsa, Caruso o quien sea… Y está todo bien, eso se puede mediar, debatir, y acordar, pero lo que se tiene que respetar es la decisión final y dejar laburar al técnico en paz. No puede ser que cada 6 meses nuestro técnico tambalee.

Esto es posible, y es la única forma de lograr algo serio y a largo plazo. Es difícil, pero con una dirigencia medianamente seria, con cabeza, buenas decisiones, y sobre todo con BUENAS INTENCIONES, se puede lograr. Tomen como ejemplo a Newell’s, que hasta hace un par de años (no muchos) tras la nefasta presidencia de Lopez, que dejó al club al borde del abismo, tanto económica como deportivamente, tras una gestión que nada tenía que envidiarle a los peores años de papada y el kanser, se levantaron, y de alguna puta forma se las ingeniaron para no solo salvarse del descenso, sino también para salir campeones a los 6 meses, y luego consolidarse como uno de los mejores equipos del continente en la actualidad. Por eso, si Newell’s que es un club infinitamente menor que River pudo lograrlo, por que nosotros no?. Ya se que me van a decir que lo de Newell’s es un caso en un millón, y que para ello influyeron muchos factores, como las vueltas de viejas glorias en un nivel superlativo, y bla bla bla, pero yo confío en que si ellos pudieron hacerlo nosotros también podemos… Para eso, nosotros como socios votemos con mucha consciencia, y después crucemos los dedos para que el que venga haga las cosas bien de una puta buena vez por todas. Por que el papel de los dirigentes es fundamental, y no hay técnico ni jugadores que levanten a un equipo si no cuentan con una dirigencia seria que los apoye.

Ya somos Racing, de eso no hay dudas institucionalmente devastados con un descenso a cuesta y con un equipo que no le gana a nadie, esta claro que somos la nueva acade, la diferencia de ellos River tiene mas peso especifico y por ende mas posibilidades de volver a surgir, pero hoy por hoy, somos apenas un recuerdo de un club grande, nada mas.

Como poder se puede, pero a Ñuls nadie le exige que salga campeón ni que juegue bien al fútbol. Se “toparon” con Martino y silbando bajito sorprendieron a varios, sólo eso. En River no podés silbar bajito: se necesitan refuerzos distintos a la media local y capacidad para conducir. Por eso necesitás como mínimo a Ramón en el banco, con la espalda para bancar la crítica (siempre que los resultados y rendimientos acompañen, obvio), o un presidente de alto perfil en la conducción y mente fría, o un técnico de afuera con cualidades sobresalientes. Cualquiera que se haga cargo de este barco encontrará a un hincha histérico y frustrado, hipermediatizado por la prensa bostera. Así lo veo yo.

Lo de Ramon Diaz no da para mas…desde su etapa en sanlorenzo donde ,luego de ser campeon ,impuso sus familares en planteles empezo a mezclar los familar con lo profesional y su carera como DT desemboca en esto.Con este tecnico nos vamos a la B y se impone un cambio y una apretada dirigencial a los jugadores.En junio tiene que venir otros futbolistas;pero que ramon diaz y la pasantia de este payaso de emiliano no pued seguir es algo que no se discute…

Adhiero completamente. Hoy tenemos que tener humildad. Mi modelo, a nivel personal, a seguir hoy en día es el de Newell´s. Pero tomando en cuenta que el potencial de River es mucho más grande, a largo plazo. Ahora, objetivos a corto plazo, realizables, nos van a ayudar a terminar con esta malaria y desde ahí vamos a empezar a crecer de a poquito para volver a pensar en grande.

Mas que “espaldas” a River le hace falta un Técnico que tenga cerebro. Mente fría, y que tanto DT’s como jugadores, no hablen tanto en los medios. Trabajo duro en lo físico y jugadas preparadas. Necesitamos un técnico, que ponga a cada jugador en su puesto. Que no haga inventos. Que respete el 4 3 1 2, pero en el medio campo debe primar la idea de jugar con un solo 5 y dos volantes que generen fútbol. Por ej: Solari, Kranevitter y Vangioni. Ya que el fracaso fue rotundo y esperado (por quien tiene la capacidad de ver bien el fútbol), con el sistema de doble o triple 5, y a su vez con la “calidad” de jugadores utilizados, caso Ledesma, Ponzio, Ferreyra y Rojas, no hay que seguir insistiendo con ese esquema de equipo chico. Creo que la nueva dirigencia, no debe ni imaginarse con los muertos financieros que se va a encontrar, lo mejor sería ir rajando a los jugadores que no estén para jugar en 1ª división. Caso Maidana, Bottinelli, Ledesma, Ponzio, Rojas, Ferreyra, Fabbro y Menseguez. Ahí hay unos buenos pesos de ahorros, y traer jugadores (uno solo, el otro es el Torito) que no sean grandes figuras. Que el nuevo DT presente un proyecto a mediano plazo y que su contrato tenga que ver con la realidad económica de River. Por lo menos, hasta que se achique el agua.