Farinella es detestable, pero esta nota la comparto al 100%:
Goleado por la soberbia
Soñamos ganarle a los bosteros. Tener una fuerte reivindiación e iniciar una serie triunfal de muchos años, de muchas alegrías. Pensamos que teníamos con qué. Y en la Copa nos dimos un gusto del carajo. Pero desde ese día hicimos todo mal. O estamos haciendo todo mal. Un mercado de pases con pocos recursos y sólo sustentado en la soberbia que dan los triunfos, demostrando también de qué clase somos, con qué nos conformamos. Mirada corta, digamos. Exceso de confianza, de aplausos, sensación de que pase lo que pase igual vamos a ganar porque somos unos fenómenos. Ahí atrás llega la vida, el destino, el fútbol, Boca en este caso, para darte una piña atrás de otra. Queríamos tener argumentos para que se metan en el traste el famoso cantito del qué se siente y les metimos en el corazón la daga de la Copa. Pero después, con suplentes o con los de ayer, cuando nosotros poníamos todo, pensando en la goleada, porque somos unos cracks y a éstos los matamos, pum, otro porrazo, feo, horrible, que debería llamar a la reflexión.River no está jugando a nada. Se olvidó del fútbol que jugó durante prácticamente todo el semestre pasado. No hay pase al compañero, no hay movilidad, no hay desmarque, no hay maniobras colectivas, no hay evolución de la jugada progresivamente en el campo. Hay pelotazos a dividir, un equipo larguísimo y aburguesado, jugadores que van al tranquito y vuelven aun más lento cuando antes eran aviones, futbolistas que no marcan. Tal vez sea la pretemporada y dale nomás, sigamos mintiéndonos a nosotros mismos. El mensaje de la dirigencia es claro: con este equipo vamos a ganar la Copa. La soberbia y la desesperación son malas consejeras. Ahora, violín en bolsa. Terminamos el verano con lo que nos queda sano del de atrás lleno de preguntas. Un equipo que perdió la cabeza, ajusticiado por árbitros que se comieron el versito de los llorones y le apuntan todo a River. Va a ser así. Lo sabíamos. Subestimamos. Ahora habrá que entrenar el doble, correr el doble y, fundamentalmente, jugar el doble. Porque si no jugamos como el torneo pasado, si no recuperamos la memoria, solamente habrá sido un amor de verano, una ilusión muy grande pero también muy efímera. Los hinchas de River queremos más. Necesitamos más. Merecemos más.
Marqué lo que vengo sosteniendo desde hace un mes, la soberbia de la dirigencia y del hincha creyendo que tenemos el mejor plantel de America, nos puede costar otra frustacion más en la copa libertadores.