Hoy Astrada y muchos más en estos días hablaron de la “falta de líderes” pero nadie explica de que se trata esto… Haré el intento:
Sin dudas, la palabra del Negro es autorizada. No sólo por todo lo que ganó sino que porque es el artífice del único equipo que ganó algo en esta TODAVIA gloriosa institución aunque con un equipo de daba para ganar mucho más. Sin embargo, el Negro no debe olvidar que su puesto finalmente lo perdió por uno de los mayores desplantes que estas cabareteras modernas (Las plumas son a la mujer lo que los botines a los hombres) provocaron. Hablo del caso Ameli-Tuzzio, obviamente.
La salida de Merlo nunca fue explicada a los hinchas y seguramente los implicados hablarán cuando esta dirigencia abandone River (¿No Muñeco?). Sin embargo, nuevamente se hicieron presentes los problemas de cartel…
Passarella será recordado, entre otras cosas, por los 99 goles convertidos con la gloriosa, los debuts de Ortega y muchos más bajo su mandato, el yate trucho y su frase: ‘antes que me vaya yo, se van a ir muchos de ustedes’. Todo dicho.
Simeone tiene el cuchillo entre los dientes. Tal vez por eso no puede hablar antes de que sus jugadores boqueen. Los ‘muchachos’ contra SL no sólo ‘negociaron el esfuerzo’ sino que además tuvieron el tupé de hablar en contra de la GENTE. Porque cada vez que los delincuentes de la barra se tirotearon, ni Ahumada ni Carrizo salieron a criticar. Ahi también gallinearon.
Elevemos un poco la charla: un entrenador posee poco porcentaje de acción en esos 90 minutos pero tiene toda una semana para hacer lo que quiera en cuanto al ‘manejo del grupo’.
Si esa facultad se la otorga justamente al grupo, ni siquiera estamos hablando de una DEMOCRACIA (ya que la palabra de Andrés Ríos no tiene el mismo peso que la de Tuzzio, por citar 2 ejemplos). Se trata, por lo tanto, de una ARISTOCRACIA que, según lo probado antes, no sirvió de nada.
El último equipo sin discusiones que tuvo River fue, sin dudas, el de Ramón. Un equipo repleto de estrellas (como muchos de los posteriores) y en el que cada desplante era castigado con un cuelgue (Astrada es un ejemplo). Por lo tanto, y por más que nos joda, la única forma de gobierno en River-Equipo es la DICTADURA y la única táctica efectiva no es ni la ‘3-3-3-1-3’ ni la de ‘un delantero por afuera y otro por adentro’ sino la de CERRAR LA PUERTA DEL VESTUARIO y tomar las decisiones correctas sin que entre ‘nadie’ y sin que salga ‘nada’. De eso, Ramón Díaz es el que más sabe.