ACTUALIZADO AL 5/09 10 AM
Por medio de la presente exposición queremos manifestar nuestro repudio a la actual gestión al frente del club de nuestros amores, River Plate, cuyo grato nombre viene siendo manchado reiteradamente por la mala gestión política, administrativa y deportiva.
Al Presidente, José María Aguilar le queremos pedir SU RENUNCIA, y junto con él al señor Mario Ernesto Israel que desde el año 1983 forma parte de la dirigencia de River (como vicepresidente, vocal o integrante del Consejo de Fútbol), cuyos nombres son los mayores responsables del desmantelamiento que sufre el plantel profesional al término de cada campeonato influyendo de manera negativa en la performance deportiva del equipo, agotando los recursos –de manera estrepitosa considerando el tenor de las ventas efectuadas- de una institución que debería ser un ejemplo de prosperidad si se hubiera canalizado a favor del socio e hincha. Obras sobrefacturadas con empresas fantasmas (MSI, Carlos Contreras o Constructora Americana), grupos empresarios de oscuros orígenes financiando la debacle (Ricardo Martín Hardoy, procesado por quiebra fraudulenta en los tribunales de San Isidro; o el grupo empresario ligado a los Sres. Hidalgo-Arribas-Zahavi que a cambio del favor de cerrarle el escandaloso año económico a la actual dirigencia obtuvieron altos porcentajes de figuras y promesas de River por un monto irracional), familiares de directivos dentro del instituto del club (la esposa de Israel, Alicia Abadí, es la coordinadora pedagógica del Instituto Secundario) y financiamiento de la barra brava (que fuera elevada en el pasado a la categoría de próceres). Es necesario mencionar además que durante el torneo pasado, River ejerció su localía fuera del monumental la mitad de los partidos disputados de local (5 de 10). Estos son solo algunas de las pésimas decisiones dirigenciales que están afectando a nuestra institución.
Por lo mencionado se solicitó la convocatoria a una Asamblea Extraordinaria, mediante la junta de las firmas de socios tal como establece el Estatuto, para formar las comisiones pertinentes al efecto de investigar los manejos irregulares y establecer, si así correspondiese, a quién o quiénes caben las responsabilidades de dichos sucesos. Hasta el día de hoy, la Comisión Directiva no ha efectuado dicha convocatoria, ni se percibe que lo vaya a hacer.
Párrafo aparte para el Sr. Daniel Alberto Passarella, que escudado detrás de su traje de ídolo que merecidamente se ganó en su tiempo de jugador, no sería hoy ante nuestros ojos más que un cómplice del vaciamiento, agravado por los desaciertos desde su condición de DT. Sin embargo, y a pesar de no haber peleado ningún torneo en un año y medio de gestión, firmó un contrato de 3 años en el cual vio triplicados sus ingresos mientras se gastaban alrededor de 20 millones de dólares en refuerzos. Cabe destacar los constantes caprichos del entrenador que hacen que un jugador como Rosales, adquirido en su momento en 3 millones de dólares, para los cuales River “tuvo” que ir a buscar turbios grupos empresarios, en este momento no es tenido en cuenta gracias a la mala relación que tiene con el DT, la cual se disfraza en la prensa bajo la forma de “un desgarro” y que tiene llamativas coincidencias con las peleas que tuvo en su momento el mismo Passarella con Germán Lux, jugador por el cual River perdió 2 millones de dólares gracias a nuestro emérito director técnico.
River es una fuente inagotable de recursos. Una de sus usinas históricas son las divisiones inferiores. Las mismas que Aguilar desmembró despidiendo a Delem en circunstancias que nunca aclaró, generando un período de 4 años sin que apareciera ninguna figura importante mas que Carrizo e Higuaín (ambos vendidos en dudosas operaciones en las que River nunca poseía el 100% de sus derechos).
El ida y vuelta de negociados con jugadores, que si rinden son vendidos inmediatamente, y si no lo hacen quedan libres, o pasan a ser una carga más, parece ser el grueso del déficit operativo mensual que debió haber sido uno de los objetivos a subsanar por esta dirigencia que no sólo no lo solucionó si no que lo profundizó, junto con la deuda del club, la cual modificó de manera inversamente proporcional a los méritos de gestión de los que se jacta nuestro tan verborrágico como vergonzante Presidente de turno.
Por último, exigimos que no nos acusen de ser el fruto de una maniobra política, no tapen el sol con un dedo, somos legítimos hinchas de River y legítimos socios del club a los que se le agotó la paciencia, que no se puede decir escasa. RENUNCIA Y ELECCIONES ANTICIPADAS YA. SERÁ JUSTICIA.
Las siguientes personas colaboraron con la confección del texto, o simplemente se adhirieron a él: