21:19 | RIVER: EL URUGUAYO, NINGUN BURRITO
Flores en el ojal
Robert Flores no sintió la presión de ocupar el lugar de Ortega y fue el mejor de River frente a Platense. Jugó a un toque, fue vertical y dejó muy conforme a Simeone.
Fue la musa creativa del equipo que ante el Calamar logró el primer triunfo de los amistosos de pretemporada.Es imposible transformar un Burrito en un ramo de Flores. Idem, hacer ese ejercicio mágico en el sentido inverso. Pero a Robert Flores le dieron la responsabilidad de jugar una mañana en la posición del Burrito Ortega. Y lo hizo bien. Muy bien. Fue la musa creativa del equipo que ante Platense logró el primer triunfo de los amistosos de pretemporada. Se arropó cómodamente de doble enganche al lado de Rosales. Dio muestras de un estilo expeditivo y vistoso. Y terminó siendo la figura de la cancha. En fin, fue una flor en el ojal de River. Un River que seguirá sufriendo las angustias de su último gran ídolo.
Este uruguayo de 23 años, alto y espigado, de zancadas largas, con una incipiente carrera en su país, llegó a River con la mochila de las comparaciones con un tal Francescoli. Y ahora, de repente, tras la recaída que sufrió Ortega en la mañana del viernes y por la cual faltó al entrenamiento y fue separado del plantel, Robert se despertó con la noticia de que tendría que reemplazar al Burrito. Mucho, sí. Aunque no lo suficiente como para asustar a este botija. Hay que recordar que Flores no había sido de los primeros pedidos en la lista de Simeone. Y si en la pretemporada se fue ganando lentamente la confianza del entrenador, ayer terminó de conquistarla. Jugó como si hubiera sido dirigido toda la vida por el Cholo. En un sector del campo en el que la marca no permite pensar y la pelota reclama decisiones rápidas, Robert sorprendió por su claridad y por su pase vertical (o entre líneas, en la jerga del DT).
Cuatro bolas precisas (incluido un delicioso “tres dedos” para Falcao) estuvieron a centímetros de convertirse en un póker de asistencias, de no ser por la rigurosidad milimétrica de uno de los árbitros asistentes. Lo más llamativo es que la mayoría de las veces, el dardo salió de primera, a un toque, letal. Haciendo un paralelismo con las últimas funciones del Burrito, Flores dispone de la lectura y el panorama para servir felicidades como lo hizo el jujeño con Villagra y Buonanotte, ante Colón y Olimpo. Pero debe ser dicho: la capacidad de liderazgo en la cancha, el talento inoxidable de una cintura singular, el carisma como así también la experiencia, no son bienes reproducibles en cualquier esquina ni por cualquier buen futbolista.
Sin Ortega, no es nuevo, a River le va a faltar gambeta y un segundo de pausa para que los volantes mixtos puedan pasar la línea de la pelota. Flores es un jugador que tiene menos tiempo la bola y que busca geografías más directas hacia el arco de enfrente. Pero hay que aprender a vivir con las diferencias. A seis días de que arranque la defensa de la corona con la visita a Colón, frente a un rival que buscó sin éxito obstaculizar cada desdoblamiento de River y que la sacó barata con el 1-2 al cabo de 45 minutos de acción, el campeón se prepara para estrenar un nuevo módulo táctico. Y, un conductor que quiere florecer en el campo que dejó vacante un Burrito.