Seguro. También habría que analizar si la postura anti-kirchnerista de Clarín, no está originada por esta idea de impulsar la ley de medios que los perjudica, que ya lleva más de año y medio dando vueltas, coincidiendo curiosamente con el período de ataque mas furioso del grupo contra el gobierno.
Bien ahi por los K,lastima que apartir de diciembre cambia el mapa politico y tranquilamente todo puede volver atras,ojala no suceda.
Con respecto a lo de Aramburu y Walsh, no se puede comparar un delito comun,con un crimen considerado de lesa humanidad como dijo Fede
Las siguientes líneas versan sobre un tema que a la mayoría de esta sociedad le importa un pito. Aclarémoslo de entrada, porque de lo contrario habría quienes puedan pensar, con todo derecho, que el periodista perdió relación con la realidad. O por lo menos, con la realidad que le interesa a esa mayoría.
Los factores de ese desinterés son diferentes pero concurrentes. Más a muy pocos que a muchos puede ocurrírseles ubicar en un lugar privilegiado de sus inquietudes cotidianas el punto de quiénes manejan la radio y la televisión. Y si acaso es modificable. Es un tema al que pueden dedicarse quienes tienen resuelto con alguna comodidad las urgencias coyunturales. También es cierto que, para que la cuestión pudiese alcanzar algún nivel de atracción popular o clasemediera (sobre todo esto último), se necesitaría que los medios habilitasen su difusión y debate con el mismo encomio que le dedican a los profundos pensamientos de Susana Giménez, a la batalla de egos entre Riquelme y Maradona o a que sus periodistas circunspectos pongan cara de “qué nos pasa a los argentinos”, sólo por ejemplo. Y, sobre llovido mojado, hay una crisis internacional de la hostia, elecciones adelantadas, ruralistas otra vez de paro y en las rutas, rabinos que comparan a Kirchner con Nerón, curas que convocan a la pena de muerte y, en fin, un clima generalizado de expectativas desfavorables. Por tanto, el intento de someter a discusión pública el proyecto de nueva ley de comunicación audiovisual tiene tanto de loable como de destino dudoso, por fuera de algunos ámbitos muy específicos.
Los multimedios, y alguno muy en particular, no quieren saber absolutamente nada de debate alguno porque, aun cuando saliesen airosos en los números parlamentarios, el sólo hecho de abrir un cotejo de ideas dejaría desnudos sus intereses corporativos. Algunos obrarán ninguneando y otros, como ya ocurrió esta semana, saldrán con los tapones de punta a decir que se trata de amordazar a la prensa y/o que, en todo caso, el momento de crispación que se vive no es lo más adecuado para discutir qué se hace con la radio y la televisión. Nadie saldrá a decirles que hace 25 años que “no es el momento”, y si sale lo ignorarán. La batalla, entonces, se dirimirá en el Congreso si es que la propuesta aterriza allí, con el enorme riesgo de que tanto legislador sensible a los generosos aportes críticos de los medios independientes termine tumbando la ley. Si en la reyerta por la 125 jugó la especulación de con qué cara volverían a sus ciudades y pueblos en caso de no acompañar al “campo”, imaginemos el frío que les correrá por la espalda de sólo pensar lo que les espera si votan en contra del interés de los emporios mediáticos.
En síntesis, se sale con dos o tres goles abajo, desde el vestuario, por la enormidad de una correlación de fuerzas desfavorable, en la que se conjugan el poder de una prensa virtualmente monopólica con la flaquísima percepción social acerca de que los medios de masas son decisivos en la determinación de cómo se vive, de qué se consume, de cómo se piensa, de qué se actúa. Y todo esto, sin contar siquiera como hipotético que el oficialismo, más allá de que la propuesta está muy bien elaborada, no esté dispuesto a que la ley pueda ser usada como prenda de cambio para favores electorales.
Bajo semejante panorama hay dos probabilidades: taparse con la frazada de la cabeza a los pies porque no se advierten chances objetivas de continuar avanzando, o dar la pelea en la seguridad de que merece ser dada, porque los medios son una herramienta estratégica de cualquier construcción política que se precie de tal. El firmante no comparte que la única lucha que se pierde es la que se abandona. Se lucha y se pierde tranquilamente. Pero es irrebatible que nunca se gana si jamás se lucha, y ésta es una lid que se justifica. Sería espantoso que los kioscos narcisistas de la progresía política e intelectual le sacasen el cuerpo a que, tras un cuarto de siglo, pueda derrotarse a la ley que los milicos y sus amanuenses civiles (es al revés, en realidad) nos dejaron como rémora casi invicta, como no sea por modificaciones que encima sirvieron para profundizar sus negociados de comunicación concentrada. Sería lamentable que la izquierda no comprendiese como tácticamente imprescindible el consolidar un campo de acción mucho mejor que el actual, para desarrollar un crecimiento concreto a través del manejo mediático. Sería imperdonable seguir recluidos en divagues retóricos, a la espera de la revolución proletaria universal, en lugar de aprovechar para ocupar lugares. Sería todo eso porque ratificaría que la vocación de poder se acaba en proyectos personalistas, y en acaparamiento de tribus de centros de estudiantes de la facultad, y en dar conferencias. Sería todo eso porque avalaría que lo progre y lo rebelde no sabría qué hacer con medios de comunicación propios y afines, por falta de capacitación pero, antes, por ausencia de claridad conceptual.
¿Qué carajo puede cuestionársele, con honestidad ideológica, a que dos tercios del espectro de radio y televisión puedan quedar en manos del sector público, de organizaciones sociales, de universidades, de cooperativas, de sindicatos? ¿Cómo se hace para no estar en contra de que un único permisionario tenga en la misma zona de influencia el diario, la radio, el canal abierto, el canal de cable? ¿Cómo hacemos para oponernos a que haya la posibilidad de que el fútbol no sea un gueto pago manejado por una corporación de atorrantes? ¿Qué decimos? ¿Que no hay que hacerle el juego al kirchnerismo? ¿Y qué cazzo nos tiene que importar el kirchnerismo, que al fin y al cabo no es más que una circunstancia de la disputa interburguesa, si quedan favorecidas condiciones objetivas de ocupación de espacios? Pero más que eso, en lógica de carácter transitivo: ¿entonces le hacemos el juego a Clarín, para ejemplificarlo con alguna cabeza de turco emblemática? ¿Eso vamos a hacer? ¿Vamos a detenernos para siempre en que este mismo gobierno es el que le renovó la licencia televisiva a ese grupo, y el que visteó la fusión de sus empresas de cable, y el que se dio cuenta recién ahora –como la rata en su momento– de que sale muy caro lo barato de comprar medios y periodistas como concepto de política comunicacional? Vamos: se puede reparar en eso para no comer vidrio, pero no paralizarse en eso. Porque quedar paralítico ahí es ser funcional a los intereses del sistema.
Siempre Gramsci, después de todo. Con el pesimismo de la inteligencia y el optimismo de la voluntad. La inteligencia da, para volver al comienzo, que esto le importa más bien a nadie. Y la voluntad es la inteligencia de que hay que aprovechar. Aun si se pierde, será mejor que haberse dedicado a masturbaciones de sectas y proyectos individualistas.
Creo que Juanchi se refiere a lo que puede llegar a pasar cuando el Kirchnerismo pierda la mayoría parlamentaria… Para mí el Congreso va a quedar congelado por dos años. Nadie va a votar ni dejar votar ningún proyecto de ley ajeno…
tambien puede suceder en estos momentos que se desvie la esencia de la ley hacia una herramienta politica contra un monopolio. por eso reitero, si la ley esta lo suficientemente bien planificada debiera soportar cualquier debate ahora y en el futuro. espero que el legislativo este a la altura de las circunstancias.
Es tan miope y malintencionada como los que la ven como una forma de crear medios adictos, cuando los actuales gobernantes se retiran en 2 años y la ley perdura
[b]Por cadena nacional y con el respaldo de una marcha, Cristina Fernández avanzará en su batalla contra el sistema de medios. El proyecto será recibido en el Parlamento con el rechazo casi unánime de la oposición y con dudas e incertidumbre en el propio oficialismo.[/b]
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[b]Un año atrás.[/b] La Presidenta presentó en La Plata el Proyecto de Servicios de Comunicación Audiovisual que ahora formalizará.
En un clima de intrigas y presiones cruzadas, ingresa hoy en el Congreso el proyecto de ley de Servicios de Comunicación Audiovisual. La discusión por la nueva norma de los medios enviada por Cristina Fernández de Kirchner promete ser una batalla durísima que deberá dar el oficialismo.
Con la mayoría de la oposición en desacuerdo, el desafío del kirchnerismo será encolumnar a la tropa propia y aliada detrás de una iniciativa que surca los intereses de los legisladores en sus provincias. “¿Cuántos van a votar a favor de una ley que va en contra de los intereses del medio de comunicación de su región? Si hacen eso, políticamente los matan”, argumentó un diputado oficialista.
Todavía desde Olivos no se comunicó a los jefes de la bancadas oficialistas, el diputado Agustín Rossi y el senador Miguel Ángel Pichetto, cuál será la estrategia para sancionar un proyecto que afecta los intereses del Grupo Clarín. De hecho, la prioridad a corto plazo es la aprobación del presupuesto 2011 que ingresa en la Cámara baja en tres semanas.
“Entre septiembre y octubre la actividad va a estar centrada en el debate presupuestario”, dijo a Crítica de la Argentina un diputado kirchnerista. En forma paralela, el oficialismo prometió abrir el debate sobre asuntos vinculados con los recursos y gastos del Estado, como la asignación de ingresos a los sectores postergados, el Impuesto al Cheque e incluso las retenciones. Claro que como contrapartida quienes exijan cambios deberán explicar cómo se financiarán.
En Diputados, el proyecto K que reemplazará la vieja Ley de Radiodifusión decretada en 1980 será girado a la Comisión de Presupuesto y Hacienda, presidida por el santafesino Guillermo Marconato, y la de Comunicaciones e Informática, encabezada por el pampeano Manuel Baladrón. Ambos cuerpos –en los que el oficialismo tiene cómoda mayoría– funcionarán como un plenario conjunto. En principio, no está previsto que recale en la Comisión de Libertad de Expresión, cuya titular es la radical Silvana Giúdice. “Entre 2001 y 2006, hubo diez proyectos de ley de radiodifusión que fueron girados a la comisión. No hay razón para que no lo envíen”, dijo a este diario la diputada de la UCR.
La oposición en las dos cámaras mantendrá una postura abroquelada en contra del proyecto, si es que se mantienen los ejes del texto que presentó CFK en marzo pasado. Allí, prohíbe que los dueños de canales de aire posean cables en la misma zona geográfica, reduce de 24 a 10 el número de licencias y establece que éstas serán revisadas cada dos años por el Poder Ejecutivo. Además, habilita a que las empresas telefónicas brinden servicios audiovisuales, una puerta de ingreso al negocio jugoso del triple play, esto es, que una misma firma venda el paquete completo de internet, tevé y telefonía.
Entre los reclamos que plantean desde la Coalición Cívica, el radicalismo y el socialismo, están la supuesta discrecionalidad que tendrá el Ejecutivo para renovar o no licencias, los topes máximos fijados para cada compañía y la omisión de otros aspectos como la falta de regulación sobre la distribución de la publicidad oficial.
Desde Unión PRO también manifestaron su disenso absoluto. El diputado Francisco de Narváez, socio de América TV, adelantó a este diario que a pesar de tener intereses en el negocio no se abstendrá de participar en el debate y que votará en contra. “Esta ley la debería tratar el Congreso que viene”, sostuvo.
El arco progresista, conformado por distintos bloques que suman 16 legisladores que a veces acompañan las medidas del oficialismo, ve con buenos ojos la batalla que viene. La diputada Cecilia Merchán (Libres del Sur) fue una de las que más fogoneó la propuesta como miembro de la Coalición por una Radiodifusión Democrática.
“El anteproyecto es serio, pero habría que hacerle modificaciones”, opinó Eduardo Macaluse, titular del bloque Solidaridad e Igualdad. “Deberíamos establecer más controles al Ejecutivo para que no haya discrecionalidad y revisar cómo debe ser el ingreso de las telefónicas, para no generar otros monopolios”, explicó.
En los pasillos del Senado, el tratamiento de la nueva ley provoca rispidez. Si bien Pichetto no armó una reunión para analizar el tema puertas para adentro, trascendió que el reordenamiento del oficialismo comenzó por Guillermo Jenefes, titular de la Comisión de Comunicación y, al mismo tiempo, propietario de medios de prensa en Jujuy, quien fue conminado a enrolarse en una cruzada que no compartiría del todo.
El único que hasta ahora anunció que apoyará incondicionalmente es el senador pampeano Rubén Marín, que en declaraciones al diario local La Arena advirtió que es “un buen aporte para evitar los monopolios”.
Dictamen contra Telecom Italia
La Comisión Nacional de Defensa de la Competencia resolvió ayer que la empresa Telecom Italia deberá desprenderse de parte de sus activos en la Argentina: dictaminó que la empresa ostenta una posición dominante, “extremadamente peligrosa” en el mercado por la participación del 50 por ciento que tiene en Telefónica de España y al mismo tiempo en Telecom Argentina.
La información fue confirmada por el vicepresidente de la Comisión Nacional de Defensa de la Competencial, Humberto Guarda Mendoza, según consignó Infobae.com.
Con el formato brasileño, la Argentina le pone fecha al apagón analógico
Después de un fuerte lobby de distintas empresas interesadas, la Presidenta oficializará mañana la adopción del sistema de televisión digital japonés. Así, la Argentina estará en sintonía con Brasil, que escogió la misma norma tiempo atrás y que ahora está interesada en colocar en el exterior su mercado de televisores con esa tecnología.
¿Qué es la digitalización de la TV? Significa dejar el sistema analógico que rige actualmente, y pasar a una nueva era tecnológica que, en la práctica, permitirá ampliar la cantidad de programas que se emiten en simultáneo e implicará un salto en la calidad de la imagen y el sonido. El espectro radioeléctrico, que hoy permite hasta un máximo de seis señales de aire de televisión en una misma área geográfica, podría multiplicarse hasta seis veces con la nueva tecnología, lo que abre la posibilidad del ingreso a nuevos actores (públicos y privados) al servicio de la TV.
Con la decisión que anunciará mañana, el Gobierno deja a un lado las otros dos opciones que están disponibles en el mundo: por un lado, la norma estadounidense –la que prefería el Grupo Clarín, y por la cual había hecho inversiones para probar su instrumentación aquí–, y, por el otro, la europea, que impulsaba la española Telefónica, Siemens y Telecom.
En 2006, Néstor Kirchner creó una comisión evaluadora de tema, en la órbita del ministro de Planificación, Julio De Vido. A fines de ese año, se había redactado una resolución que favorecía la adhesión por la tecnología europea. Finalmente, y gracias a los buenos oficios del entonces flamante embajador de Estados Unidos, Earl Antony Wayne, nunca salió a la luz.
Después de idas y vueltas, la alternativa norteamericana tampoco cuajó y la Argentina se encolumnó detrás del modelo japonés, que primero había escogido Lula da Silva. No es casual que la oficialización de esta medida se realizará cuando Cristina Fernández de Kirchner esté en San Carlos de Bariloche, en la cumbre de la Unasur, acompañada por presidentes sudamericanos, entre ellos el de Brasil, Luiz Inácio “Lula” da Silva.
Habría que evaluar qué fuerza tienen los argumentos para oponerse a esta ley, teniendo en cuenta los apoyos que recibió y sigue recibiendo el proyecto, no …
Habría que ver en qué se funda la reforma como para decir algo así. En principio, me parece aberrante que ningún multimedios tenga el poder que tiene Clarín, así que por principio y por principios, estoy de acuerdo con la reforma. Ahora, si la reforma termina siendo para cambiar a Clarín por otro multimedios más afín al gobierno, no sirve de un joraca y termina siendo una joda.
Yo no le tengo nada de confianza a este gobierno, hay que estudiar esto con lupa… el grupo Clarín incrementó su poder JUSTAMENTE gracias a lo que les firmó Néstor K antes de terminar su mandato, así que permitime que les desconfíe. Pero si la idea es REALMENTE tratar de conseguir una prensa plural y que no sea monopólica como es hoy en día, bienvenida sea la reforma.
No, Guido, pero la ley de radiodifusión sí pasa a ser un problema de la gente. En esto estoy de acuerdo, con las reservas que dí arriba.
Si te gastaras en leer antes de postear (y no lo digo solamente por este thread), obtendrías la respuesta a muchas de tus preguntas.
Por ahí te ayuda;
A 5 años de los 21 Puntos por una radiodifusión democrática VAMOS POR LA NUEVA LEY
La Coalición por una Radiodifusión democrática celebra el envío al Congreso del Proyecto de Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual.
A cinco años de la presentación de los 21 puntos, la Coalición por una radiodifusión democrática se enorgullece de haber sido partícipe necesario del proceso de elaboración del Proyecto de Ley; surgido desde las organizaciones libres del pueblo, reconocido en el mundo como modelo para la elaboración de normas.
El 27 de agosto de 2004 trescientas organizaciones de la sociedad civil, organismos de derechos humanos, trabajadores de la comunicación, centrales sindicales (CGT y CTA), universidades nacionales, organizaciones sociales, movimiento cooperativo, pymes de la comunicación consensuaron 21 Puntos básicos para una Ley de Radiodifusión de la democracia.
Hace 5 años, unidos bajo el concepto de que no hay posibilidad de afianzamiento de la democracia política sin democratización de la comunicación, planteamos la necesidad y urgencia de una nueva Ley que reemplace a la Ley de la dictadura para terminar con el proceso de concentración y transnacionalización de los Medios.
Desde la elaboración de los 21 Puntos la Coalición transitó a lo largo y ancho del país miles de encuentros, debates, seminarios, mesas redondas que alimentaron la propuesta presentada por la presidenta Cristina Fernández el 18 de marzo en el Teatro Argentino de La Plata. Esa propuesta a su vez fue devuelta nuevamente a la sociedad para su posterior debate y corrección.
Desde entonces hasta hoy la Coalición participó en la totalidad de los Foros convocados por el COMFER para debatir, revisar y elevar nuevos aportes para ser incorporados al texto del proyecto definitivo.
Reivindicamos este proceso, reconocido por el relator de Libertad de Expresión de Naciones Unidos, Frank La Rue, como inédito en el mundo para la elaboración de una Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual.
El debate democrático con que se generó esta propuesta coincide con el propósito final de la Ley: darle más democracia a la democracia y elevar la calidad institucional de la sociedad.
En estos días, pues, que acompañamos con la movilización de todas nuestras organizaciones la presentación del Poder Ejecutivo Nacional, instamos a los bloques parlamentarios a darle un rápido tratamiento al proyecto de Ley.
Así mismo, ratificamos el estado de movilización y vigilia permanente hasta que este proyecto se apruebe, porque entendemos que sería inconcebible conmemorar el Bicentenario sin una Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual que profundice la democracia.