La barra irrumpió en la práctica y apretó al plantel
Parte de la parcialidad del Santo se presentó en entrenamiento de esta mañana y, de acuerdo a lo que manifestaron los jugadores, pidieron explicaciones por los malos resultados. Sin embargo, otra versión indica que habrían acudido con armas de fuego a amenazarlos.
El idilio entre la hinchada de San Martín de Tucumán y sus jugadores parece haber encontrado un abrupto final. La actualidad lo ubica en puestos de descenso directo y la barra brava decidió irrumpir en el entrenamiento de esta mañana y pedir explicaciones por los malos resultados.
Según la versión oficial, propulsada por los integrantes del plantel y el Gerenciador del NOA, Roberto Dilascio, la visita fue en buenos términos y sólo apuntó a conocer qué motivos pueden haber llevado a una merma tan sensible en el rendimiento futbolístico.
Además, aseguraron que los integrantes de esa facción de la hinchada quisieron averiguar si existía alguna división interna en el seno del plantel o si había algún problema con el cuerpo técnico.
Sin embargo, desde Tucumán surgió otra versión que asegura que estos hinchas invadieron el campo de entrenamiento con armas de fuego para amenazar a los jugadores a que obtengan los resultados necesarios para mantener la categoría, y hasta que ejecutaron tiros al aire.
Esta segunda vertiente más violenta de la historia encuentra sustento en el hecho de que la Policía acudió al lugar para ofrecerle protección al plantel y en que la práctica para esta tarde será, casi con seguridad, suspendida.
Canío: “Se fueron haciendo disparos al aire”
El delantero chileno confirmó la versión de que los barras se presentaron con armas. “Nos dijeron que si no ganábamos los nueve puntos nos iban a destrozar los autos y meterse con nuestras familias", agregó.
El chileno Cristian Canío, delantero de San Martín de Tucumán, confirmó hoy la noticia de que barras bravas de la institución fueron a amenazarlos al entrenamiento de esta mañana con armas de fuego y, además, admitió que también hubo disparos.
La gran mayoría del plantel del Santo prefirió el silencio, pero Canío explicó lo que sucedió en declaraciones a la radio ADN del país trasandino y manifestó que “eran alrededor de 50 a 60 hinchas los que nos vinieron a apurar”.
“Nos dijeron que estábamos robando, que ellos no nos pedían un peso para viajar y siempre nos acompañaban y nosotros no poníamos el esfuerzo necesario. También dijeron que si no ganábamos los nueve puntos nos iban a destrozar los autos y meterse con nuestras familias”, agregó. Según el chileno, a partir de ese momento, la discusión fue subiendo de tono. “Ellos nos mostraron sus armas y se fueron haciendo disparos al aire”, señaló.
“El presidente nos dijo que no podía hacer nada contra la hinchada. Todos estamos preocupados, tenemos familias y acá te insultan y no se puede salir a la calle porque te miran feo. Nunca me había pasado. Hay mucha preocupación, pero se sabe que también lo tienen amenazado a él y a todos los demás directivos”, concluyó el atacante.
Otra fue la versión que dio sobre lo sucedido el responsable de la gerenciadora, Roberto Dilascio, quien aclaró que en ningún momento los jugadores le informaron sobre la existencia de armas. “Los trataron mal, pero no pasó de ahí”, sostuvo, buscando bajar la importancia de lo sucedido porque, según expresó, “lamentablemente estas cosas pasan en el fútbol y no sólo en San Martín”.
Dilascio dijo que les dieron las garantías a los jugadores para que puedan prepararse sin tener que soportar situaciones similares, aunque a pesar de eso algunos integrantes del plantel podrían decidir rescindir el contrato. “Es muy feo lo que pasó”, reconoció el técnico Carlos Roldán sobre las advertencias de los hinchas y admitió que el episodio alteró el buen clima que reinaba en la intimidad del plantel.