Reflexión Sobre Cappa y sus Convicciones.
Encuentro, en distintos medios, muchas críticas hacia Cappa. Después del primer descarte obligado, que es al que me obligan los que critican a Cappa sólo porque es Cappa, porque habla bien, porque es intelectualmente estimulante, y porque es amigo de Menotti, entonces me concentro en las otras críticas, las que no tienen una causa basada en un odio personal, sino en algo más simple: en ver jugar a River.
Con el fin de evitar ciertos comentarios comienzo por hacer una aclaración que creo importante: ni “banco” ni “no banco” a Cappa. No creo en eso. No me importa “bancar” o “no bancar” a alguien. Eso es de fanáticos y yo no lo soy. Lo que a mí me importa es cómo juega River, nada más.
Entonces, me concentro en las críticas que Cappa recibe y que no están teñidas de una causa ideológica, y me surge el primer problema: no coincido en esas críticas pero no coincido no porque crea que River juega bien o que lo de Cappa es bueno sino porque creo que las críticas no van al punto central.
A mí no me molesta que Cappa hablé en los medios ni que intente ejercer el pensamiento ni que sea un tipo leído. Tampoco me molestan sus posturas políticas, morales y filosóficas.
Yo no me creo (como me dicen algunos periodistas) que el problema es físico porque en la pretemporada no se trabajó como trabajan el resto de los equipos y que los ejercicios fueron todos con pelota.
No considero tampoco una falta que pese a estar varios partidos sin ganar Cappa le haya dado dos días libres a los jugadores, ya que como cualquiera que haya integrado un grupo de trabajo sabe, hay ocasiones, en que el estar abrumado por ese trabajo y tomarse un par de días para despejarse puede ser beneficioso y aún puede hacer que el trabajo final termine siendo mejor.
Y así lo mismo con la mayor parte de las críticas que encuentro en los medios.
Personalmente, no me interesa discutir si uno cree en el tipo de fútbol al que Cappa dice adscribirse o no.
River al elegir a Cappa hizo una elección, eligió un tipo de fútbol. Eligió que el fútbol que Cappa representa sea el que a River lo represente.
Desde mi perspectiva, esa no es una elección equivocada. Porque el hincha de River se siente representado por esa idea, se siente cómodo con un equipo que juega como Cappa dice querer jugar.
¿Cuál es para mí el punto central? Que Cappa se traiciona a si mismo en sus convicciones futboleras.
¿Por qué? Porque evidentemente muchas veces hace cosas en que no cree.
El signo más evidente de esto son los continuos cambios en el entretiempo.
Hacer un cambio en el entretiempo puede tener dos causas:
Una, es que en el primer tiempo haya sucedido algo que haya cambiado el partido, que lo rompiera. Entonces yo cambio, porque las condiciones cambiaron. Y un cambio en el entretiempo puede tener lógica. Por ejemplo, si voy perdiendo 2 a 0 hago un cambio para ir a buscar. Si el rival perdió un jugador por expulsión hago un cambio para tratar de sacar una diferencia sobre la falta de ese jugador. Si voy ganando y por ello el rival cambió, puedo hacer un cambio (es raro, pero puede darse) para tratar de contener ese cambio del rival.
La otra posible causa, es haberse equivocado al armar el equipo inicial. Decir, yo cambio, aunque las condiciones no hayan cambiado, es decir, yo me equivoqué y debí elegir otra cosa.
El caso más claro fueron los cambios frente a Gimnasia: en un partido que estaba 0 a 0 y en que River era amplio dominador Cappa decidió hacer dos cambios en el entretiempo y modificar no sólo los nombres sino también la estructura del equipo.
¿Qué significaron esos cambios?, ¿qué quiso hacer? No lo sé. Pero lo que si sé es que con esos cambios me está diciendo o bien que el equipo que había planteado inicialmente (con MDíaz y Lamela) no es un equipo en el que creía sino que lo puso por poner, para probar a ver qué salía, o bien que hacia donde cambió al hacer esos cambios (inclusión de Affranchino y Buonanotte) no es algo en lo que cree sino sólo un manotazo de ahogado “a ver si estos dos que estoy haciendo entrar me salvan”.
Digo, no es una discusión de nombres, sino de lo que hacés, de en qué crees. No importa si a mí me gusta más Affranchino o MDíaz, si a mí me gusta más Buonanotte o Lamela. Esa es otra discusión. Importa que si Cappa cree en algo, debe reforzarse sobre esas convicciones e insistir en ellas. Si vino para eso. Si vino por eso.
Lo mismo podría decirse de los cambios frente a Racing. ¿Qué significan esos cambios? ¿Por qué pone a Buonanotte y Ferrero en lugar de Ortega y Arano al concluir el entretiempo? O al revés ¿por qué pone de entrada a Arano y Ortega y no a Ferrero y Buonanotte?
¿Soy claro?
No importan los nombres.
Importa que él puso a MDíaz y Lamela y a la primera de cambio, sin que nada se hubiera modificado, ni siquiera que MDíaz y Lamela hubieran jugado mal, los sacó y puso a Affranchino y Buonanotte. La pregunta es ¿por qué pusiste de arranque a MDíaz y Lamela si vos no crees en eso? Y si creés en eso, ¿por qué los sacaste 45 minutos después sin que nada hubiera cambiado?
¿Cuánto duran tus convicciones?, ¿45 minutos?, ¿hasta que te enojás?, ¿hasta que la gente putea?, y entonces, si tus convicciones son tan inestables, ¿cómo convencés a tus jugadores de algo si al primer contratiempo vos ya dejás de creer en ello y lo traicionás?