La psiquis del hincha de River hoy
Ni Freud ni Lacan. Ninguno de esos padres de la psicología pueden entender al hincha de River. Hace siete días, el hashtag #RiverVuelve era el que mandaba en Twitter. Claro, el equipo, hace hoy exactamente una semana, lograba volver a Primera División ganándole 2-0 a Almirante Brown. Hoy, muchos de aquellos hinchas que estaban exultantes, vuelven a estar fastidiados, de mal humor, desesperanzados. ¿Cómo? Sí. Así como se lee.
Sucede que, en siete días, en River pasó de todo. El Ascenso no trajo paz y las primeras decisiones de Matías Almeyda, quien abrochó su continuidad al frente del club apenas 72 horas después de logrado el objetivo, fueron tomadas con una celeridad que hace ver algo raro: Lo primero que hizo el DT, apenas renovado el contrato, fue aclarar que ni Alejandro Domínguez ni Fernando Cavenaghi seguirían en el club. Sí, justo ellos.
Ahí, más de un hincha de River se atragantó fiero. Claro, el Cavegol, 19 goles en el año, y uno de los que “volvió” era cortado por el DT por motivos “futbolísticos”. “Busco otro estilo de River”, aseguró el DT, mientras le cortaban el pelo ao Vivo por TyC Sports. Como si a eso no le faltara bizarrez, apareció su mujer, vía telefónica.Mientras tanto, Cavenaghi cambió el celular y se calentó mal. El Chori, en cambio, atendió al DT que, al ver el revuelo mediático que se había armado, lo llamó para ver si quería retornar “pero en el banco”. El ex Quilmes rechazo la propuesta y se hizo un tatuaje con el escudo del club y la leyenda 23-J.
Al toque, el hincha de River, ese que pasó de la alegría, la exaltación y la esperanza del sábado y domingo, a la desazón del lunes, martes y miércoles, organizó un banderazo para pedir por la continuidad de ambos jugadores y, de paso, recordarle a Daniel Passarella y Matías Almeyda -porque con el DT también afloró el descontento, eh- que no los querían.
¿Por qué hablamos de la psiquis indescifrable del hincha de River? La “caravana” para festejar los 111 años, juntó algo así como 15 mil, 20 mil personas. El reclamo de hoy, para que el presidente entienda que está mal lo que está haciendo y para que el DT recapacite juntó apenas 600 hinchas. Es un número. Al contrario de lo que denuncian desde arriba, la movida de hoy no la armó ninguna agrupación de la oposición, fue todo “autoconvocado”. En ese sentido, el número no es despreciable.
Por supuesto, no alcanza para que Almeyda reaccione. Y mucho menos para que Passarella – a quien le cantaron que es lo mismo que Aguilar- se vaya o decida recapacitar en alguna decisión tomada. ¿Es más importante festejar, emborracharse por el cumple del club o aparecer en el club ante un reclamo airado? En Números, lo primero fue más. En importancia institucional y mirando para adelante, lo segundo.
El hincha de River se debate entre bardearse entre sí y entender que, pese a la rápida vuelta a Primera, el club, institucionalmente sigue en plena reconstrucción (Y vaya a saber uno si estos obreros de hoy en día son los mejores para llevar a cabo la tarea). Dejar ir a Cavenaghi pegó duro en el hincha, que no se lo esperaba. A Domínguez sí, porque su realidad era otra, pero el Cavegol quedó libre, volvió a River y ahora lo dejan ir. El DT enmascara su decisión en “Otro estilo de River”, una frase que mueve a los hinchas a aquel “Queremos otro perfil en River” que pronunció José María Aguilar y echó a Ramón Díaz. Desde aquel momento, con excepción del equipo de 2004-05 de Leo Astrada, River no volvió a tener un equipazo. Y se fue a la B, casi una década después. El “Otro perfil” fue contraproducente. Imposible pensar que este “otro estilo” vaya a terminar bien.
Además, el DT pregona un river más “veloz y agresivo” y mantiene en el plantel a los Juan Manuel Díaz, Carlos Arano -¡¡¡incluso lo tilda de referente!!!- y Luciano Vella… No se entiende. No se justifica. No tiene relación lo que se predica con lo que se ejecuta. Para colmo, mientras esos 600 tipos vuelven de un “banderazo” para pedir que vuelva el Cavegol y se vaya Almeyda – no todos, pero tampoco ninguno- se enteran que el primer refuerzo de River es Gabriel Mercado. Otro medio pelo. Otro lateral por derecha. Un puesto que no se necesitaba reforzar.
Es que para muestra basta un botón. En River no se sabe priorizar las cosas. ¿Traer un lateral por derecha para dejar ir a Luciano Abecasis? Es un error. El mismo que se comete al dejar ir a Fernando Cavenaghi. El mismo que se comete el DT al prestarse al circo mediático y cortarse el pelo en cámara o al pedirle a sus periodistas “amigos” que no digan si en la marcha se canta contra él. ¿A qué le tiene miedo Almeyda?.
El hincha de River se debate entre volver a calzarse la pilcha que mejor el queda: aquella de equipo glorioso, que pisa fuerte, que se hace respetar o entender que eso es más un deseo que una realidad. Algo que dejando ir a los Cavenaghi y trayendo a los Mercado luce lejano.
En Psicología dicen que cuando se produce la muerte de un “idealizado” genera dolor y frustración. Los hinchas de River ven morir su sueño de ver a Cavenaghi en la “A”. Su sueño que, apenas consumado el ascenso, caigan del cielo los refuerzos de categoría y River esté como para ganar el torneo de Primera. Aquello de creer que, con la mera vuelta a Primera, ya estaría hecha la mitad del trabajo. Nada de eso es cierto. Y duele el darse cuenta.
En eso anda el hincha de River. Entre entender que todo no será tan fácil, entre asimilar la partida del goleador y darse cuenta que los refuerzos de categoría se pueden soñar, se pueden pedir y hasta se puede ofertar por ellos, pero…de ahí a que lleguen. Claro, en ese sentido, no cabe en la cabeza de nadie como el club deja ir a Cavenaghi, un tipo de jerarquía, calidad y goleador. Mientras intenta entender todo eso, de pronto, un sábado a la noche, los medios te informan que el primer refuerzo del River 2012/13 es un tal Gabriel Mercado. ¿Se hace díficil, no?