[b]El técnico invisible
No deja que se vean las prácticas, casi no habla con la prensa… ¿Qué hace Ramón Díaz? ¿Le dice algo al plantel? Descubrilo, a pesar de sus misterios.[/b]
El hombre sin sombra camina entre los jugadores dando una y otra indicación. Sólo se lo reconoce por ese camperón que parece flotar en el aire y la carpeta que, se supone, alguien tiene en su mano. Es que la nueva era “a puertas cerradas” que impuso desde su vuelta Ramón Díaz da para todo. Hasta para definirlo como el primer técnico invisible del fútbol argentino. Olé te cuenta cómo trabaja y te hace visible lo invisible… por más que en los 43 días desde que regresó, apenas se hayan podido ver seis prácticas.
Ni Orson Wells se imaginó que su delirio imaginativo del hombre invisible terminaría dirigiendo a River. Durante los dos últimos entrenamientos en el Hindú, el Pelado repitió el ritual: la llegada en su camioneta Mercedes desde San Isidro y la maniobra rápida para estacionarla junto a la de su colaborador Omar Labruna. Una vez en el vestuario, repasa sus directivas con el coordinador Luis Wilson, toma un cafecito y se calza el camperón para cortar el frío.
Mientras el riojano se ocupa de la planilla, Labruna agarra un silbato acordonado que acostumbra a hacer girar como una hélice. Juntos caminan desde el vestuario hasta la cancha de fútbol que está ubicada adelante del campo principal de rugby (hace dos días que está el cartel “Local 67 - Visitante 22”). En diagonal, el frontón y las canchas de tenis.
El autoencierro maquilla y esconde los problemas de relación con Astrada, Cardetti y algún otro. Igual, de buen o mal humor, Ramón es en general parco. Muy de vez en cuando se prende en un picado -como el lunes-, pero no derrocha alegría. Ni palabras. “Habla con los titulares, pero con el resto…”, confió un allegado.
Por el momento, durante sus últimas dos visitas a Don Torcuato, el riojano no hizo trabajos tácticos ni paró un supuesto equipo titular. El plan de trabajo no es tan variado. El miércoles, dividió la cancha de once en dos e hizo dos partidos de lateral a lateral. Puso como arcos dos estacas con conos naranjas para señalizarlas, armó cuatro equipos sin arquero de seis jugadores y listo. ¿Las formaciones? Variadas. Cardetti no se despega de Astrada, quien integró un equipo junto a Cambiasso, Gandolfi, Yepes y Lux. Este sexteto fue el más divertido de todos y no dejó pasar una, al punto que le protestó a Labruna por un gol que éste le anuló. Todo en la intimidad, claro. Ningún dirigente. Ningún periodista… a la vista.
“Por ahora estamos tratando de agarrar ritmo”, comentó Yepes antes de viajar a Colombia. “Lo que hacemos es importante para no repetir los errores en el campeonato, pero nadie arriesga las piernas en un amistoso o en un entrenamiento”, explicó hace unos días Ricardo Rojas. “Veníamos trabajando una defensa con tres pero en el amistoso del otro día jugamos con cuatro en el fondo”, contó Coudet. Ayer, el plantel se entrenó por la mañana. Pero Ramón eligió mal el día: se encontró con la música alta, salida de altoparlantes, que acompañó toda la práctica. “Tu amor es algo tóxico, un efecto narcótico… Te quieeero así”, se escuchó mientras decenas de chicos de los colegios de la zona corrían en los festejos del Día del Niño. Pero como el acto escolar se desarrolló en las canchas del fondo del club, hacia el campo de golf, los pibitos nunca se enteraron de que River se estaba entrenando unos metros más adelante. ¿Qué hicieron en secreto? Un picado informal entre los jugadores, incluidos Víctor Zapata (se recupera de una tendinitis) y Andrés DAlessandro (tiene dos hematomas en la pierna izquierda).
La tranquilidad es inalterable. Por eso, la tarea de Lucio, el único custodio del plantel, no sufrió sobresaltos. Para no aburrirse, tiene cerca un carrito (estilo golf) de la seguridad del Hindú.
Pasada la hora y cuarto de entrenamiento, los jugadores se van a las duchas. Ramón sale entre los últimos y camina sin saludar ni hablar con los periodistas. Se sube a la camioneta y pone música. En general, escucha al Flaco Spinetta. Su CD preferido es Pescado Rabioso e Invisible…
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