El tema es que Lousteou se quemo políticamente, si no hubiera pasado lo de la 125 quizá todavía hoy es ministro, pero hoy veo difícil su vuelta. Para mi Argentina HOY necesita un ministro de experiencia, un viejo lobo que haya lidiado con los problemas del dolar. Y por supuesto que tenga fuerte apoyo político para poder tomar decisiones.
A que te referis con depósitos? A la salida de plata de los bancos?
El tema no pasa por la capacidad o incapacidad de los ministros de economia o del gobierno, esto pasa en todo el mundo, es una crisis estructural del sistema.
Lo que están saliendo son los dólares, de a poco, cosa que perjudica algo el nivel de reservas del central. Y si alguien esta sacando los pesos es porque no le gusta lo que le rinde la tasa, pero desde que se puso el cepo al dolar la liquidez en pesos subio. Los bancos no son el problema hoy, en general están muy bien justamente porque la expansión crediticia fue limitada y su exposición al riesgo muy baja.
Los bancos no estan llenos de guita, los dueños de los bancos sí. Si los bancos no reciben plata y la gente saca masivamente plata, quiebra. Es contabilidad pura debe-haber. La crisis que se viene es fenomenal.
Con las medidas que tomó el gobierno el peso se esta devaluando, el valor del dolar oficial es mucho menor al del dolar blue. Si sigue aumentando el dolar blue podemos tener una devaluación mayor del peso y una hiperinflación. Esto, sumado a los topes salariales va provocar un estallido como en el 2001.
Entonces, el Estado le va a empezar a pedir a los bancos?
Tranquilo, no te excites. Uno porque no va a pasar, y dos porque en caso de que pasara no es para que estés contento, porque no va a venir ninguna revolución socialista.
Crisis mundial por supuesto que hay (es una continuación de la crisis de 2008, y si me apuras, desde 2001 se viene arrastrando el problema), pero la mala gestión local en el último tiempo la amplifica. Como digo en 2008 y 2009 la crisis externa golpeo con todo, y acá si bien se sintió no fue para tanto.
Los bancos donde están muy mal es en en Europa, lo que pasa es que tienen todo “maquillado” en sus balances, y la ficha recién esta saltando ahora. El único “peligro” para los bancos locales sería que el BCRA no les deje retirar los dólares que están depósitados ahí, pero por ahora eso no pasa, lo permite libremente, porque el gobierno sabe que puede generarse una corrida bancaria con una movida así.
El estado esta bastante apretado financieramente, pero no es algo tan complicado de corregir (si hay voluntad).
Crisis como la del 2001 no es algo que se ve todos los días, y fue algo mucho mas complejo que una simple corrida bancaria, fue un sistema monetario que había colapsado
bueno… el mismo darth nisis que no es para nada K dice que los bancos estan mas que bien, algo que es obvio, se pueden ver los balances y las transacciones que hacen con el BCRA desde internet…
la banca comercial está mas que bien.
y los bancos [MENTION=18466]MasterRP[/MENTION] no pierden nunca, ganan siempre, y cuando los ahorcan, es el “estado” quien los salva… aca, en USA, y en Europa.
habrá que ver que sucede en unos meses… sobre todo luego de junio y agosto con los pagos de deuda.
Estan demasiado bien los bancos diría yo, literalmente sentados en la plata. Hay que generar mecanismos para expandir el crédito, no solo el de consumo sino el de inversión y el hipotecario. También una mayor expansión crediticia (con capitales domésticos) es buena para el manejo de la política monetaria. Una economía tan “CASH” como la nuestra, es un dolor de cabeza para cualquier Banco Central
coincido en todo, por eso fue bueno lo de la Carta Organica del central, pero no se pueden quedar a mitad de camino, y deben lanzar la ley de entidades financieras, yo sinceramente no se que es lo que esperan, hay que darle un empujon ya a la economía… capaz lo hacen antes de las legislativas, no se… despues de todo, es política…
No se puede decir que sea la convocatoria a una epopeya ni menos una evocación poética. El ‘relato’ oficial se ha visto obligado a bajar de categoría bajo la presión vulgar del mercado de cambios. Pero, ¿por qué no podría Argentina ‘pesificar’ la economía? Lo hizo Duhalde a principios de 2002, en una operación destinada a confiscar salarios y ahorros por un lado y, por otro, a licuar la deuda de los ‘capitanes de la industria’ con los bancos. La pesificación consistió, paradójicamente, en una desvalorización del peso y en una revalorización de los derechos económicos de los acreedores internacionales sobre el patrimonio instalado en el territorio nacional. Se pesificó para promover un desfalco.
¿’Pensar’ en pesos sería, entonces, el anuncio de una nueva confiscación? El gobierno dice que no, porque no tiene intención de proceder a una maxi-devaluación. Sin embargo, esto es lo que ocurre efectivamente, y no en el mercado ‘ilegal’ sino en el muy ‘legítimo’ Mercado de Valores, donde la deuda pública se transa a seis pesos por dólar. Existen, de hecho, dos mercados: el oficial para el comercio exterior, ‘en blanco’, racionado para el ‘chiquitaje’, y el de la deuda estatal para operaciones de salida de divisas de los grandes grupos económicos. En la medida en que las provincias han comenzado a emitir títulos de deuda en dólares, que se adquieren con pesos, los dólares que se niegan en la forma de billete, se obtienen en forma de deuda externa, porque se canjean por dólares en Nueva York. En Venezuela, donde no se habilitan divisas, en numerosos casos ni siquiera para importar, los interesados compran deuda en dólares con bolívares fuertes y la revenden en Nueva York, donde obtienen las divisas que buscan. O sea que la deuda externa está creciendo en forma exponencial.
De todos modos, ¿por qué no se podría pesificar cuando en la mismísima Europa ya se especula con una ‘pesificación’ de Grecia, que podría retornar a su vieja moneda nacional? Una salida por lo menos curiosa, cuando todo el mundo sabe que la vuelta al dracma significaría aplicar un ‘defol’ a todas las deudas -públicas y privadas- en euros u otras divisas. La renacionalización monetaria, en Grecia, se identifica con la bancarrota económica. Hay otras pesificaciones más ‘honorables’, sin embargo: por ejemplo, la del yuan de China, que se ha transformado parcialmente en moneda de transacción internacional y que aspira a devenir en moneda de reserva. En 2008 hizo una operación de trueque con el Banco Central de Argentina, cuando la Reserva Federal le negó a Argentina el mismo socorro en dólares. Brasil acaricia una fantasía similar para su moneda, el real, que se insinúa, por ejemplo, en Bolivia y en Paraguay. Son pocos los que admiten que China, donde la circulación del yuan no es cuestionada, se encuentra hoy dolarizada. Esto ignora que las reservas monetarias chinas, que son enormes, están invertidas en títulos de deuda extranjeros, en especial de Estados Unidos. Una moneda que necesita un respaldo descomunal de divisas extranjeras, o que es forzada a ello, no es realmente soberana. La pesificación en China ocurrirá cuando desplace, en forma relativa, a las divisas rivales como reserva de valor (dólar, euro, yen), o sea que deberá deshacerse de la deuda extranjera que tiene en su poder. La pesificación de China provocaría, en consecuencia, un fenomenal derrumbe monetario internacional y la incapacidad de Estados Unidos, la Unión Europea y Japón de financiar sus deudas públicas. Con lo que ocurre hoy en la zona euro, el cambio podría ser fatal. Para China también sería un desafío colosal, porque debería admitir el libre intercambio de divisas y de capitales, o sea el derecho del capital internacional a adquirir tierras, capitales y patrimonios en China, más allá de aceptar inversiones directas o en Bolsa. Como se ve, la pesificación entraña el ingreso en crisis financieras mayores.
Lo curioso de la pesificación, que propone el oficialismo, es que ES parte de un gobierno dolarizador serial. En primer lugar, porque persiguió sistemáticamente el objetivo de acumular reservas en dólares, que deposita en la Reserva Federal norteamericana o en el Banco de Basilea, a cambio de una remuneración inferior al uno por ciento -mientras el Banco Central pagaba un promedio del 16 por ciento por operaciones de pase con los bancos locales. O sea que lo hace a pura pérdida, que financia con emisión. Hasta la reciente reforma de la Carta Orgánica del Banco Central, mantuvo la regla del respaldo del ciento por ciento del peso con divisas. Desde esa reforma, sin embargo, ha seguido esa regla en la práctica. Lo que el oficialismo llama pesificar, o sea que el ‘ahorro’ privado se haga en pesos, va acompañado de un mayor ‘ahorro’ público en dólares -la pesificación resulta entonces la otra cara de la dolarización. Detrás de toda la construcción pesificadora sigue en pie la única obsesión: tener dólares para pagar la deuda externa, que siempre implica una confiscación del trabajo nacional. El gobierno ha abarrotado a la Anses de títulos en pesos que se ajustan por CER, pero le ha sacado los cupones de PBI, que aseguran una renta elevada en dólares, que ha transferido a los especuladores privados. Es con estos ‘incentivos’ que quiere mantener a flote la deuda pública.
La pesificación, que el kirchnerismo ha convertido en su nueva bandera nacional y popular, exigiría poner fin a una desvalorización del peso del 25 por ciento anual, que es el aumento del índice de precios. Supone, por lo tanto, un ajuste, cuya intención el gobierno niega: salarios a la baja, por un lado, y tarifazos e impuestazos, por el otro, que son las vías capitalistas para revertir la crisis fiscal. El tarifazo consolidaría las concesiones en el sistema de transporte y en la energía, donde se ha producido un colosal vaciamiento financiero.
¿Y si después de todo la pesificación resulta un éxito y los argentinos logran lo imposible, ‘pensar’ en pesos? Una moneda estable, sin embargo, no puede operar en un marco monetario inestable a nivel internacional. La devaluación del dólar provocó sistemáticamente, por ejemplo, la revalorización del real, en perjuicio del comercio exterior de Brasil. Dio lugar a la madre de todas las especulaciones, el llamado ‘carry trade’, que consiste en endeudarse a tasas de interés muy bajas, en plazas importantes, como Nueva York o Tokio, para colocar el dinero a tasas de interés astronómicas, por ejemplo en Brasil. El ministro de Economía vecino tuvo que denunciar que Brasil sufría “una guerra monetaria”. Si se hace abstracción de la imposibilidad de la estabilidad monetaria en un contexto de bancarrota capitalista, ¿qué podría obtener un peso estable? Lo que ya conocemos: una corriente de inversiones externas y, por lo tanto, privatizaciones para absorber ese capital y una expansión del crédito internacional. La especulación inmobiliaria retomaría impulso y lo mismo ocurriría con la financiación del consumo. Volveríamos, en mucha mayor escala, a la ‘burbuja’ de Martínez de Hoz y de Cavallo. Es la ley del desenvolvimiento del capital, con los resultados que todo el planeta conoce.
Conclusión: ni la crisis mundial ni el final de vida del ‘modelo’ K tienen salidas monetarias; solamente pueden ser superados por una reorganización social, anticapitalista, bajo la dirección de los trabajadores. La pesificación en danza es la última etapa de la onda de saqueos que ha perpetrado el nacionalismo burgués ‘que supimos conseguir’, para pagar la deuda externa confiscatoria y los subsidios a la “reconstrucción de la burguesía nacional” -que va dejando todos los días en la lona a un ‘capitalista amigo’.
Posdata: Kicillof acaba de declarar que sin estos ‘amigos’ no puede haber “despegue” en los países de “capitalismo tardío”.
No hay nada que llegue más tarde que una declaración oficialista.
Eso de que inevitablemente debemos auxiliarlos, pese a las macanas que se manden, lo tenemos asumido. Me refería a que los bancos salieron a ofrecer créditos, al menos si uno se guía por sus publicidades
claaa… el tema es que vas al banco y te dan mil vueltas para dar un crédito, sobre todo si es de un monto considerable que te permita comprar una vivienda, o encarar un proyecto de inversión.
Aníbal Fernández: “Yo prefiero atesorar en dólares”
El senador aseguró que no piensa cambiarlos ahora, porque “perdería plata y sería de idiota. Hago lo que quiero con mi plata”, aseguró en medio de la polémica por las trabas.
19:01 | Buenos Aires, En medio de la polémica por las fuertes restricciones para la compra de dólares implementadas por el gobierno nacional, el senador se refirió a su situación personal; afirmó que el dinero lo ganó “lícitamente” y dijo que los venderá “cuando estén dadas las condiciones”.
“No estoy diciendo que soy un ángel de la guarda, soy un tipo común que se ganó unos mangos y se los ahorró. Están en mi declaración jurada. Tampoco soy un tarado que tengo que salir a venderlos golpeándome el pecho de un falso patrioterismo y perdiendo guita. Yo no tengo por qué perder dinero”, afirmó Fernández en declaraciones radiales.
El ex jefe de Gabinete afirmó que “no es negocio” ahorrar en dólares, aunque explicó por qué él sí eligió ese modo de resguardar su dinero.
“Yo soy un político y a mí no me satisface ir a renovar plazos fijos constantemente. Además hago lo que quiero con mi plata. Pero teniendo dólares no se gana, yo preferí perder porque no me gusta renovar plazos fijos”, aseguró.
De todas formas, el senador aseguró que no quiere decirle a la gente qué es lo que debe hacer con su dinero, y sostuvo que “cuando estén dadas las condiciones” venderá sus dólares.
“En la medida en que esto se estabilice, que cada uno haga lo que se le antoje, yo no estoy condenando las culturas de cada una de las personas y diciendo qué es lo que tienen que hacer. No estoy diciéndole a la gente lo que tiene que hacer con sus dólares. Cuando llegue el momento y estén dadas las condiciones, los venderé”, sostuvo.
Desde esta semana, el gobierno nacional, a través de la AFIP, profundizó las medidas de control para la compra de divisas, al extender los requisitos para aquellos que quieran viajar al exterior.
La medida generó una fuerte polémica en el ámbito político y económico, y no son pocos los que sostienen que esas medidas generarán un freno en la economía.