¿Qué libro estás leyendo?

En realidad no soy muy aficionada a esa literatura. Tengo noción del origen y la corriente en sí, pero nunca indagué mucho en la variedad de la misma. Lo único que leí de Yukio, que es digno de recomendar, es “El mar de la fertilidad”; tetralogía que exterioriza el perfil oculto del humano de manera auténtica y sin disfraz.

La otra vez había comentado en éste mismo thread que a Yukio me había tocado leerlo por un proyecto de teatro en el cual había que implementar la variedad de culturas y fusionarlas en una representación más bien metafísica. Ese último punto, es justamente donde se refugia él; en una búsqueda más mística y metafísica explorada a través de la exposición del ser.

En base a eso, te podría decir, que es un autor que predispone matices en su literatura; a veces pareciera que a través de cualidades imaginativas quisiera caer en estereotipos o patrones psíquicos, pero, si lo analizas con detalle, te das cuenta que se orienta más al fondo que a la forma, por más que la modalidad de narrar ayude a veces a somatizar ciertos rasgos como la hostilidad, y en su adversidad la sutileza, de manera más global.

Yo te lo recomendaría. Además, no es el típico autor que genera una atmósfera de triangulaciones de recursos literarios porque sí; proporciona nuevas perspectivas; tú, como psicólogo te vas a dar cuenta; analiza implícitamente paradigmas (e inclusive en su modo sutil) genera críticas a las actitudes en base a modelos de comportamiento, del cual el ser humano no es conciente.

Lee sí o sí “Nieve de primavera” y “Caballos desbocados”…. Y después, cuéntame qué tal.

Gay’s choice literature. :twisted:


Ah, la narrativa metafísica de Yukio, no es ni por asomo la evidenciada en ciertos diálogos de Platón o la sobrepuesta en algunos escritos de Aristoteles. No se cierra en la encrucijada de los atributos y causas.

Carolina y yo comentamos sobre “El mar de la fertilidad”.

http://www.turiver.com/foros/general/61037-que-libro-estas-leyendo/42.html

Yo me he vuelto un seguidor de su obra, pues también siento admiración e interés hacia la cultura japonesa (principalmente en su literatura y su cine clásico). Mishima es un autor de obligada lectura. “El mar de la fertilidad” es espectacular, su mejor testamento de su altísima capacidad literaria. El segundo de los cuatro tomos, “Caballos desbocados” me parece el mejor por amplio margen, es el que me hizo vivir la mayor dósis de vértigo en toda la tetralogía. Luego, el que más me gustó fue el primer tomo, “Nieve de primavera”, una historia sensacional…Eso sí, es tan analítico en el análisis de aspectos abstractos de la personalidad o del ambiente que rodea a un personaje que a veces se hace difícil de seguir o entender, creo que para leer a Mishima hace falta ser un lector maduro. Su prosa está inundada de metáforas e imágenes y descripciones que crean escenarios hermosos.

Tengo “El marino que perdió la gracia del mar”, “El rumor del oleaje” y “Sed de amor”, que en un futuro próximo voy a leer. Los tres, por la sinopsis que he leído, tienen pinta de ser altos libros también.

Gracias a ambos por la data. Esa tetralogia, que la conocia, la voy a tener mas en cuenta, cuando termine el marino…

Es una gays choice caro? jeje, era bisexual mishima me parece, tuvo hijos y estuvo casado pero se ve que le gustaban los hombres tambien no? igual un grande, hoy me compre un libro de otro puto, jean genet.

La verdad ni enterada si pertenecía o no al “feather, feather, gay”. Quería decir alguna huevada, nada más.

¿Qué libro de Jean Genet vas a leer? Yo a Genet lo conocí por Sartre y Foucault. Hay un ensayo larguísimo de Sartre que se llama “San Genet, comediante y mártir” que se convirtió en una obra teatral, que incluso, se remontó nuevamente en Francia hace un par de años atrás. Después, leí una autobiografía de él (diario de un ladrón) donde narra, parte de sus experiencias, en su modo invertido y desafiante a la moral. Y también conocí la adaptación contemporánea que se hizo de “El balcón”. Eso sí, mucho más breve que la original y rompiendo con la línea de lo que en esa época llamaban el metateatro.

La vida de él ya es interesante, y por lo que sé, su literatura suele ser bastante autobiográfica… dame la data.

Compré una de sus mejores novelas, según dicen, también autobiográfica, que se llama milagro de la rosa, la cual escribió estando en cana y versa sobre sus experiencias en la misma.
Claro, se que sartre lo admiraba al igual que foucault.
Ese ensayo de sarte está bueno? es legible? o no se entiende nada?

El balcón se que es una obra de la puta madre, la tengo que conseguír.

En realidad Sartre y Focault, al parecer, eran amigos de Genet. Es más, por lo que se narra en ese libro sartreriano, él fue el que intercedió con otros personajes de la época ante el presidente para que le revocaran la condena. Ahí también aparecen otros personajes como Cocteau, Picasso y Foucault. El último, el que más influencia recibió por parte de él. Hay un libro de Focault en donde se hace mención a eso.

El libro de Sartre está bueno. Es medio denso, sí, pero a la vez es entendible. Tiene partes y partes; pasajes más biográficos, y pasajes donde entra a analizar desde su perspectiva la vida de Genet y ahí confabula toda una teoría en función de lo que era su vida.

Yo no lo leí el original (son más de 600 páginas), leí el recapitulado que son apróx. unas 250 pág.


Escuché hablar de “Milagro de la rosa” pero no lo leí. El otro que decían que era espectácular era “Pompas fúnebres” (también hay una obra) de la misma época. Después, cuéntame qué onda. Confío en ud. :stuck_out_tongue:

Leí “Hijos de nuestro barrio” de Naguib Mahfuz, Premio Nobel de Literatura 1988, el primer escritor en lengua árabe en recibir el premio. Espectacular, se ha convertido en uno de mis libros favoritos. Muy bien escrito. Resulta increíble cómo con personajes alegóricos recrea la historia del inicio de la humanidad, y cómo desde el principio surgen aspectos como la traición, el poder, el surgimiento de las religiones, el fanatismo religioso, el pecado, etc.

Dejo la sinopsis del libro que sigue prohibido en Egipto por ser considerada una obra blasfema.

Un padre longevo se aísla en su Casa Grande tras dejar unas tierras a los descendientes que expulsó un día de su espléndido jardín. Uno de sus hijos, Idrís, tienta a su hermano Adham. A partir de ahí, la simiente de ambos se multiplica dando lugar a un barrio de El Cairo dividido en dos grupos: los que se ganan el sustento y los que ejercen de caciques. De vez en cuando, surge allí un ser idealista que intenta liberar a los oprimidos.
Es fácil reconocer a Dios, Caín, Moisés, Jesucristo y Mahoma en estas páginas y darse cuenta de que esta novela narra la historia de la Humanidad.

Mañana voy a la libreria. Todavia no tengo una idea clara sobre lo que quiero leer, me voy a colgar toda la mañana mirando libros… :mrgreen:

Incienso de sándalo

Murió David Viñas. Hizo bien. Un enemigo menos.
Otro enemigo menos. Se me murió también David Viñas. Hizo bien.
El desdichado tuvo finalmente una buena idea. Morirse. Merece incienso de sándalo.
En lo personal, Viñas estaba muerto, desde hacía más de veinte años.
Chile Crea

La última vez que compartí una mesa con Viñas no fue en la calle Corrientes. Fue en Santiago de Chile, en 1988.
Asistimos separadamente invitados al “Chile Crea”. Una jornada político-cultural, organizada para oponerse al antojo de permanencia del General Pinochet.
El entonces Ministro Raúl Estrada Oyuela, de la embajada argentina, nos agasajaba, a los escritores, en un restaurante de la Almirante Simpson, situado frente a la Sociedad de Escritores Chilenos. El idóneo diplomático no pudo atenuar la violenta discusión que se entabló entre David Viñas y el autor de estas líneas.
Tenía 61 años y Viñas ya estaba legítimamente enojado con el universo. Pero sobre todo, además, conmigo. Por haber adscripto al menemismo.
Por mi parte, después del triunfo de Menem sobre Cafiero, en aquella interna inolvidable, comenzaba a recuperarme. A oxigenarme después del ostracismo interno que prefiero olvidar.
Evoco que me encontraba preparado para pelearme con Osvaldo Soriano, y de ningún modo para que me saltara Viñas.
Soriano era otro enemigo que también participaba de la comida ofrecida por Estrada Oyuela. En realidad, Soriano se comportó como un gordito inofensivo que quería amigarse. Arrepentido, acaso, de haber desparramado por Europa que mi literatura era neo fascista.
Más adelante, Soriano también se me iba a morir. Y le prendí otro incienso de sándalo. Como se había muerto también Cortázar, el protector de Soriano.
Pero a Cortázar no le prendí nada.
Fantasmas

Cuando era chico, era un escritor presentable. De izquierda. Aunque fuera comunista y prosoviético, un tierno reformista para la época. Entonces Viñas era más bien chinófilo, como tantos madurados que prefiero no citar. Solía recibirme en su departamento de Corrientes y Uruguay, en un piso alto situado en el edificio del Banco Ciudad.
O compartía cafés por los bares de Corrientes, la calle perfectamente evitable. Contiene, ocultos, innumerables fantasmas de mi mismo.
Yo había leído varias de las novelas de Viñas. Hoy -todas- infortunadamente envejecidas. Como “Dar la cara”, “Hombres de a caballo”, y, sobre todo, “Cosas concretas” (confieso que jamás le pude entrar a “Un Dios cotidiano”, ni a “Cayó sobre su rostro”, y considero que pueden obviarse “Jauría”, “Cuerpo a cuerpo”, incluso, “Los dueños de la tierra”).
Pero el Viñas que me resultaba interesante era aquel “De Sarmiento a Cortázar. Literatura argentina y realidad política”. Para no defraudarme, nunca más volví a leerlo.
Viñas era un reconocido ladrón de libros. Un vicio perdonable. Los libreros de Corrientes se advertían entre sí cuando Viñas andaba cerca. O sea siempre.
Me aconsejaba escribir cuentitos que pudieran adaptarse para teatro. “Tenés que escribir cincuenta páginas”. Lo decía eufórico por el triunfo de “Lisandro”, su obra teatral.
Probablemente nadie recuerde el apoyo de Viñas al demencial FRA, en las elecciones de 1973. Ni sus chiquilinadas cuando aspiraba a ser el intendente de la ciudad, y sostenía que las plazas estaban para hacer el amor. Algo, siempre, el viejo ligaba.
El desastre escénico, anticipatorio de la carnicería profundizada en 1976, iba a costarle dos hijos.
Después, cuando estaba exiliado en Méjico, mantuvimos con Viñas algún intercambio epistolar. Reservo algún elogio que evoco en mi libro “Cuaderno del acostado”, de 1988. Justamente fue el año de la discusión que estropeó aquella cordial predisposición del ministro Estrada Oyuela, para agasajar a los escritores de su país. Invariablemente enfrentados.
La última vez que me crucé con Viñas fue por Corrientes, la calle de los fantasmas destrozados. Yo era embajador. Había bancado los indultos de Menem. Y lo decía: en nombre de la reconciliación nacional. Fui “un gil”, como el personaje del tango Fangal. “Y sigo gil”.
“Somos enemigos”, me dijo Viñas.
Tartabul

En adelante, de Viñas, sólo iba a recibir expresiones de desprecio. Alusiones, que las dejé pasar sin réplicas. Registradas en el prólogo de su deplorable libro sobre “el menemato”. Maniqueísmos del intelectual que fue brillante, pero envejecía mal. Traficaba prestigio por haber rechazado 25 mil dólares de la Beca Guggenheim. La beca que había previamente tramitado. Van a sobrar los torpes de obituario que rescaten aquel gesto revolucionario.
En los textos periodísticos que publicaba Página 12, Viñas -pobre- desvariaba. Lo tomaba -debo confesarlo- para la joda. Se extraviaba en el interior de un párrafo. Agarraba para cualquier parte.
Después fue el turno del secreto colectivo. Se había instalado entre la canallada literaria. Indicaba que “Viñas convertía a Asís en personaje de su novela Tartabul”.
Fue el último texto -Tartabul- de Viñas que intenté leer. Para encontrarme retratado. Bruloteado. Con deseos de no dejárselo pasar, y preparar mi réplica literaria, para masacrarlo. Pero al pobre Viñas ya no se le entendía un pepino.
Tartabul es un texto de lectura y olvido simultáneo. Con sus guiñadas elitistas, destinadas, acaso, hacia los integrantes de la nociva “mafia de Puan”.
Es -”la mafia de Puan”- donde se deforman los averiados administradores de la literatura. Pedantes abreviados que generalmente se elogian entre ellos, en una estética decadente de circuito cerrado. Pero lograron, como escandaloso mérito, la indiferencia del mercado. La irrelevancia de la ficción. Que el editor aplauda si el autor vende 500 ejemplares.
En fin, se me murió Viñas. Hizo bien. Un enemigo menos.
Temo que me queden, en adelante, muy pocos. Aunque como me dijo Manuel Vázquez Montalbán, en Lisboa: “No te creas, Asís, a tí se te reproducen”.
Comprendo, a la distancia, la magnitud de la bronca de Viñas. Cínicamente me entristece, a mi manera, su muerte.
En su memoria, voy a quemar el último incienso de sándalo.

No lo había leído en su momento, la acidez de asís no tiene parangón en las letras vernáculas.

Me compre “Sobre héroes y tumbas”. Lo unico que leí de Sabato fue El Tunel, asi que estoy entusiasmado.

Tengo que llevar un cuento a la facultad mañana, y me baje “Noticias de los nadie” de Galeano, pero no me queda claro si es un cuento o un texto.

Alguien podría sacarme esa duda?

La mejor novela argentina del SXX. Terrible.

La mejor es La peste pero Sobre héroes y tumbas es muy buena, sobre todo el Tratado sobre ciegos.

Leí “Pantaleón y las visitadoras”.

Señor libro. Muy valioso desde el punto de vista de recursos literarios que emplea Vargas Llosa, presentando una novela con diálogos en distintos contextos de manera simultánea, y la novela entera consiste en capítulos que consisten exclusivamente de diálogos, o informes, documentos oficiales, artículos periodísticos, emisiones radiales, etc. Muy buena novela que además logra introducir el humor en las altas esferas de la institución castrense en el Perú. Recomendadísima.

Quiero empezar a leer Ser de River.

Nunca terminé de entender Sobre héroes y tumbas :expressionless:
El tratado sobre ciegos me gustó mucho, pero al final me hice un limbo tremendo y no logré cerrarlo muy bien.
Igual lo leí hace como 4 años y lo más complejo que había leído en esa época era Harry Potter (?) :lol:. Tengo que agarrarlo de nuevo en este tiempo, me quedó medio pendiente igual.

Dije de argentina que era, no del mundo. El informe sobre ciegos es increíble, pocos tipos retrataron tan bien una psicosis paranoica.

Todavia sigo con el de Bret Easton Ellis… me gusta hasta ahí nomás.
Tengo una biografia de Tom Waits esperando para ser devorada.

No, pa… este es el rincon de los eruditos. Si entras asi, la cagas.

Es un libro muy bueno, con datos sorprendentes y un estilo llevadero, dramàtico y propio del hincha que sufre por el equipo de sus amores.

Libertad en la elecciòn de lectura! Libertad. libertad, libertad! :question::mrgreen:


Es deliciosa esa novela, asì como suena y se lee, deliciosa.

Si te gustò, leè “La tìa Julia y el escribidor”. Tiene un humor similar al de Pantaleòn, es otro àmbito y “pretende” (màs bien “engaña”) ser autobiogràfica. Como siempre, el estilo còmico de Varguitas que no traiciona.

Una novela màs polìtica y polèmica “El hablador”.