¿Qué dicen de esto?.

Es largo, pero a los grandes defensores del Agro les recomiendo leerlo.
Saludos.

El otro campo

		Las entidades del campo integrantes de la Mesa de Enlace los silencian. Los grandes medios de comunicación los ignoran. Grandes inversores financieros agrarios asociados con los agentes económicos más poderosos de la trama multinacional sojera los persiguen y los expulsan de sus tierras. Productores y legisladores en la Comisión de Agricultura de Diputados los abuchearon y no los dejaron hablar. Cash publica el documento del Frente Nacional Campesino que fija posición sobre el desproporcionado conflicto que existe con el sector del campo privilegiado.

El Frente Nacional Campesino es un espacio surgido con el apoyo de cuatro organizaciones: Mocafor, Formosa; Mocase, Santiago del Estero; MAM, Misiones; y Mocaju, Jujuy. Ingresa en el escenario político y social con el objetivo de representar a los campesinos argentinos y legitimar una expresión social y política carente de visibilidad desde la pulcra lógica de la urbe. Desde que los barones de la soja y por detrás de ellos las grandes corporaciones multinacionales y pools de siembra han desabastecido gravemente a nuestro pueblo, colocando en el orden del día la cuestión agraria, una algazara incontenible de opiniones escritas y orales ha invadido el espacio de las grandes marquesinas institucionales. Pero hasta el momento los medios masivos de comunicación no se han enterado de que los campesinos no solamente son una realidad en algún recóndito lugar de América latina sino que, también, pertenecen a este territorio, que alguna vez estuvo poblado de pueblos originarios y hoy de campesinos que viven cuidando la tierra y la semilla para protegerse.
Cuando a comienzos de la década de 1960 comenzó la denominada etapa de la expansión de la frontera agropecuaria, y junto con ella la recomposición estratégica de la burguesía terrateniente, luego del estrago doloroso del ecosistema de los montes y selvas del Gran Chaco argentino, comenzaron a gestarse las primeras organizaciones campesinas de la región, y muchas de ellas terminaron agrupándose alrededor de las Ligas Agrarias. Pero este proceso asociativo se interrumpe bruscamente con el terrorismo de Estado.
La instalación del modelo de monocultivo transgénico vino acompañada por una avanzada formidable de empresarios y terratenientes que decían traer el progreso. Pero como habían dicho lo mismo en tiempos de La Forestal, los campesinos dijeron: “A Don Progreso no queremos conocerlo…”, porque ya se sabe que solamente trae desolación y muerte.
Poco a poco, después de la oscura noche de la dictadura militar, las organizaciones campesinas fueron asumiendo conciencia de sus derechos posesorios: “El que yo tenga la cosa bajo mi poder constituye la posesión”, decía Hegel en Principios de la Filosofía del Derecho. Y el inveterado principio posesorio del Código Civil de Vélez Sarsfield vino en nuestra ayuda para decir “la posesión vale título” y ejercer con viva voz el artículo 2470 que habilita el ejercicio de la autodefensa de la posesión, en los casos que los auxilios de la Justicia lleguen demasiado tarde. Y, como siempre sucede, la Justicia o llega tarde o casi nunca llega.
El derecho a la tierra es el factor básico que desencadena el contexto histórico actual de nuestra región rural. El campesino, actor fundamental de este proceso, se encuentra directamente vinculado con este acontecer: el derecho a la tierra es parte constitutiva de su derecho a la vida. La tierra es la vida porque sin la tierra el campesino deja de ser lo que es. Este derecho pertenece al ámbito de los derechos humanos, reconocido en todos los Estados de la comunidad internacional y plasmado en pactos y convenciones como derivación de lo que la doctrina denomina la internacionalización de los derechos humanos. Como resultado de ello, nuestra Constitución Nacional ha incorporado mediante la reforma de 1994 los Tratados del derecho humanitario de gentes en el artículo 75, inciso 22, como normas de la mayor jerarquía en el ordenamiento interno argentino.
Pero nada de ello le ha importado a la Republiqueta de la Soja, ya que el modelo agrario transgénico, implantado desde 1996 en que se habilitaron para su comercialización las primeras semillas de Soja RR, ha provocado una fuerte agriculturización en las mejores tierras de nuestro país con fuertes desplazamientos y desalojos de las poblaciones campesinas, de la ganadería y de otras producciones como la apicultura, la artesanía y otras formas de producción relacionadas con el manejo sustentable del medio ambiente. Todo ello con el objetivo de implantar un modelo industrial de agricultura sin agricultores. A ello se debe agregar el grave daño a la salud y a la tierra de las comunidades campesinas que son fumigadas indiscriminada e impunemente con los agrotóxicos que acompañan el cultivo de las semillas transgénicas, provocando en forma masiva enfermedades de piel y respiratorias, cuando no leucemias, malformaciones, abortos y enfermedades terminales.
Los desalojos de campesinos y el achicamiento de sus posesiones en nuestra región como resultado de la expansión del modelo sojero han provocado las presentaciones judiciales de la Fundación Liga Argentina por los Derechos Humanos ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos para que se implemente el mecanismo de medidas cautelares, conforme lo autoriza el artículo 19.b del Estatuto y el artículo 25 y 29.2 del Reglamento de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, ya que subsisten variadas y graves situaciones que requieren la urgente intervención para que se adopten medidas cautelares con el fin de evitar daños irreparables a la vida, a la integridad física, la libertad ambulatoria, derecho a la vivienda, al trabajo, a la protección de la familia, a la libertad de expresión, a la protección de la jurisdicción y a otros derechos humanos fundamentales de los campesinos de la provincia de Santiago del Estero, que corre riesgos inminentes sobre su vida por la pérdida de sus tierras y sus modos ancestrales de subsistencia a través de métodos violentos de particulares y del Estado.
Por todo ello, se hace imperioso instalar en la agenda institucional un profundo debate para la demorada Reforma Agraria en nuestro país, porque es preocupante el acelerado proceso de extranjerización de las tierras. Los campesinos vienen anunciando mucho tiempo antes este fenómeno, seguramente debido al triste crepitar de los montes ante el avance de las topadoras y los incendios intencionales, denunciados en la Justicia penal federal y provincial por el delito de estrago rural tipificado en el artículo 186 inciso 2º apartado b) del Código Penal, título VII, donde se protege el bien jurídico con seguridad pública. Esta ausencia de legislación represiva sobre el tema lo sufren ahora los indignados habitantes de la Ciudad de Buenos Aires, ya que la onda expansiva del monocultivo transgénico ha llegado con uno de sus efectos menos nocivos, el humo de los pastizales, una práctica muy común en las zonas de ganadería mayor y menor, que viene provocando grandes pérdidas de la masa forestal de nuestras regiones cuando el fuego se desmadra a causa de los vientos y otros efectos no previstos.
Esta práctica del fuego para acelerar el brote del nuevo pasto fue introducida por los “técnicos” del INTA, a pesar de algunas voces campesinas que planteaban dudas en torno de este esquematismo científico. Hoy, los estudios ambientales están demostrando la insustentabilidad de esta actividad y el serio riesgo a la salud humana, además –y esto es lo más importante– a la biodiversidad existente en las zonas de los incendios.
Este ejemplo sirve para demostrar que los planes y programas sociales agropecuarios que no se confrontan con la realidad y el saber campesino corren el serio riesgo de fracasar, como ha ocurrido con el PSA (Programa Social Agropecuario) o el Foro de Agricultura Familiar, que se dedican a dividir a las organizaciones campesinas que no les son funcionales a sus requerimientos. La mayoría de los técnicos de estos programas estatales se resiste a mirar su gestión y la capacitación agrícola como un proceso eminentemente educativo de naturaleza política, tal cual lo decía el educador brasileño Paulo Freire.
El modelo sojero que se viene denunciando desde hace mucho tiempo tiene, además, un efecto colateral y premeditado por las corporaciones multinacionales y sus aliados, la necesidad imperiosa de un campo sin campesinos. Así lo viene asumiendo y ejerciendo en la zona del sudeste santiagueño Guillermo Masoni, el Grobocopatel del Gran Chaco argentino, titular de dominio de más de 120 mil hectáreas, dueño de sociedades anónimas con las cuales ha adquirido a precio vil e irrisorio extensos lotes de terreno remanente que provenían de los latifundios de La Forestal. Los terratenientes y empresarios de la soja recurren a variadas metodologías para erradicar a las comunidades campesinas de sus lugares. En primer lugar, la función complaciente y activa de la estructura del Poder Judicial y la policía, respaldando los intereses contrarios del sector campesino y ayudado por una compleja trama que habita en la conciencia del sujeto social campesino y que fue muy bien reflejada por el escritor santiagueño Bernardo Canal Feijoo en su obra Estructura mediterránea argentina, que vale citar por su esclarecedora descripción: “… los instintos de propiedad y de rapiña no han contado nunca con el dinamismo de la pasión criolla. Lo mismo que el indio, el criollo ha aparecido como una vaga criatura atmosférica y casi dichosa, despreocupada de todos los problemas del derecho patrimonial. Era sólido de su adhesión al lugar, como los árboles, como los animales de mero instinto, sobre la base de sentimientos de adaptación y de querencia, no de voluntad jurídica de dominio. Por eso resultó, al fin, fácil presa del despojo…”.
Otra metodología típica para producir el vaciamiento de los campos se encuentra en las acciones directas contra los derechos colectivos de los campesinos, con el objeto de convertir en un suplicio la vida en sus territorios: nos referimos a las fumigaciones indiscriminadas, incendios, inundaciones intencionadas, para provocar el traslado de sus casas y el abandono de sus antiguas posesiones, como ocurre actualmente en la provincia de Formosa.
El Frente Nacional Campesino hace suyo los principios sustentadores de la soberanía alimentaria como eje fundamental de nuestra acción, porque entre los 854 millones de personas hambrientas en el mundo, tres cuartos son campesinos. Los millones de migrantes a los que se les niegan sus derechos básicos y los desempleados urbanos pobres son nuestros hermanos y hermanas que han sido expulsados de su tierra. Por ello, la soberanía alimentaria implica un modelo productivo para una nueva sociedad de hombres libres que puedan apropiarse de su alimentación. La tierra tiene que pertenecer a quienes viven desde siempre para que se puedan realizar los derechos colectivos fundamentales de las comunidades campesinas.

En este punto no se puede dejar de resaltar el espectáculo doloroso de millones de litros de leche volcados en las rutas y millones de toneladas de alimentos destinados a la población que llegaron en estado de descomposición o también arrojados a la vera de los caminos y rutas de nuestro país. Un corazón campesino jamás haría eso, porque desde niño la Pachamama le susurraba al oído y le decía que la comida nunca se tira.
En el conflicto suscitado por las retenciones se han escuchado a varios dirigentes rurales rodeados de micrófonos y cámaras de televisión decir que son los “creadores de la riqueza de la patria”, pero no se acordaron estos superfluos señores de los campos que desde la conquista española que se vienen aprovechando del trabajo, la técnica y la infraestructura creada por los pueblos originarios. Tampoco se acordaron los mediáticos ruralistas que fueron los paisanos de nuestros parajes quienes les pusieron el pecho a los ejércitos de liberación de San Martín, Belgrano, Artigas y Güemes, y también en esa guerra de la Triple Infamia promovida por Bartolomé Mitre y la oligarquía porteña contra el heroico pueblo paraguayo. No se acordaron los piqueteros de botas carpincho que Rosas, Roca, los gobernadores provinciales e interventores federales de nuestra región no fueron al desierto, porque en ese desierto había pueblos autóctonos que desaparecieron para que miles de leguas comenzaran a engrosar el patrimonio de los descendientes de la Sociedad Rural, y otros importantes referentes de la burguesía terrateniente.
Por eso los campesinos recuperan la memoria histórica y la cultura que viene viajando desde el centro de la tierra como la raíz del árbol que nos sigue protegiendo con su magia y belleza, porque somos y nos sentimos herederos de los pueblos de la América profunda exterminados en los primeros genocidios de nuestra historia y porque hoy la circunstancia exige la aparición del sujeto social campesino para cumplir, de este modo, su cometido en la magnitud histórica.
* Del Frente Nacional Campesino.

Es largo, pero a los grandes defensores del Agro les recomiendo leerlo.
Saludos.

El otro campo

		Las entidades del campo integrantes de la Mesa de Enlace los silencian. Los grandes medios de comunicación los ignoran. Grandes inversores financieros agrarios asociados con los agentes económicos más poderosos de la trama multinacional sojera los persiguen y los expulsan de sus tierras. Productores y legisladores en la Comisión de Agricultura de Diputados los abuchearon y no los dejaron hablar. Cash publica el documento del Frente Nacional Campesino que fija posición sobre el desproporcionado conflicto que existe con el sector del campo privilegiado.

El Frente Nacional Campesino es un espacio surgido con el apoyo de cuatro organizaciones: Mocafor, Formosa; Mocase, Santiago del Estero; MAM, Misiones; y Mocaju, Jujuy. Ingresa en el escenario político y social con el objetivo de representar a los campesinos argentinos y legitimar una expresión social y política carente de visibilidad desde la pulcra lógica de la urbe. Desde que los barones de la soja y por detrás de ellos las grandes corporaciones multinacionales y pools de siembra han desabastecido gravemente a nuestro pueblo, colocando en el orden del día la cuestión agraria, una algazara incontenible de opiniones escritas y orales ha invadido el espacio de las grandes marquesinas institucionales. Pero hasta el momento los medios masivos de comunicación no se han enterado de que los campesinos no solamente son una realidad en algún recóndito lugar de América latina sino que, también, pertenecen a este territorio, que alguna vez estuvo poblado de pueblos originarios y hoy de campesinos que viven cuidando la tierra y la semilla para protegerse.
Cuando a comienzos de la década de 1960 comenzó la denominada etapa de la expansión de la frontera agropecuaria, y junto con ella la recomposición estratégica de la burguesía terrateniente, luego del estrago doloroso del ecosistema de los montes y selvas del Gran Chaco argentino, comenzaron a gestarse las primeras organizaciones campesinas de la región, y muchas de ellas terminaron agrupándose alrededor de las Ligas Agrarias. Pero este proceso asociativo se interrumpe bruscamente con el terrorismo de Estado.
La instalación del modelo de monocultivo transgénico vino acompañada por una avanzada formidable de empresarios y terratenientes que decían traer el progreso. Pero como habían dicho lo mismo en tiempos de La Forestal, los campesinos dijeron: “A Don Progreso no queremos conocerlo…”, porque ya se sabe que solamente trae desolación y muerte.
Poco a poco, después de la oscura noche de la dictadura militar, las organizaciones campesinas fueron asumiendo conciencia de sus derechos posesorios: “El que yo tenga la cosa bajo mi poder constituye la posesión”, decía Hegel en Principios de la Filosofía del Derecho. Y el inveterado principio posesorio del Código Civil de Vélez Sarsfield vino en nuestra ayuda para decir “la posesión vale título” y ejercer con viva voz el artículo 2470 que habilita el ejercicio de la autodefensa de la posesión, en los casos que los auxilios de la Justicia lleguen demasiado tarde. Y, como siempre sucede, la Justicia o llega tarde o casi nunca llega.
El derecho a la tierra es el factor básico que desencadena el contexto histórico actual de nuestra región rural. El campesino, actor fundamental de este proceso, se encuentra directamente vinculado con este acontecer: el derecho a la tierra es parte constitutiva de su derecho a la vida. La tierra es la vida porque sin la tierra el campesino deja de ser lo que es. Este derecho pertenece al ámbito de los derechos humanos, reconocido en todos los Estados de la comunidad internacional y plasmado en pactos y convenciones como derivación de lo que la doctrina denomina la internacionalización de los derechos humanos. Como resultado de ello, nuestra Constitución Nacional ha incorporado mediante la reforma de 1994 los Tratados del derecho humanitario de gentes en el artículo 75, inciso 22, como normas de la mayor jerarquía en el ordenamiento interno argentino.
Pero nada de ello le ha importado a la Republiqueta de la Soja, ya que el modelo agrario transgénico, implantado desde 1996 en que se habilitaron para su comercialización las primeras semillas de Soja RR, ha provocado una fuerte agriculturización en las mejores tierras de nuestro país con fuertes desplazamientos y desalojos de las poblaciones campesinas, de la ganadería y de otras producciones como la apicultura, la artesanía y otras formas de producción relacionadas con el manejo sustentable del medio ambiente. Todo ello con el objetivo de implantar un modelo industrial de agricultura sin agricultores. A ello se debe agregar el grave daño a la salud y a la tierra de las comunidades campesinas que son fumigadas indiscriminada e impunemente con los agrotóxicos que acompañan el cultivo de las semillas transgénicas, provocando en forma masiva enfermedades de piel y respiratorias, cuando no leucemias, malformaciones, abortos y enfermedades terminales.
Los desalojos de campesinos y el achicamiento de sus posesiones en nuestra región como resultado de la expansión del modelo sojero han provocado las presentaciones judiciales de la Fundación Liga Argentina por los Derechos Humanos ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos para que se implemente el mecanismo de medidas cautelares, conforme lo autoriza el artículo 19.b del Estatuto y el artículo 25 y 29.2 del Reglamento de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, ya que subsisten variadas y graves situaciones que requieren la urgente intervención para que se adopten medidas cautelares con el fin de evitar daños irreparables a la vida, a la integridad física, la libertad ambulatoria, derecho a la vivienda, al trabajo, a la protección de la familia, a la libertad de expresión, a la protección de la jurisdicción y a otros derechos humanos fundamentales de los campesinos de la provincia de Santiago del Estero, que corre riesgos inminentes sobre su vida por la pérdida de sus tierras y sus modos ancestrales de subsistencia a través de métodos violentos de particulares y del Estado.
Por todo ello, se hace imperioso instalar en la agenda institucional un profundo debate para la demorada Reforma Agraria en nuestro país, porque es preocupante el acelerado proceso de extranjerización de las tierras. Los campesinos vienen anunciando mucho tiempo antes este fenómeno, seguramente debido al triste crepitar de los montes ante el avance de las topadoras y los incendios intencionales, denunciados en la Justicia penal federal y provincial por el delito de estrago rural tipificado en el artículo 186 inciso 2º apartado b) del Código Penal, título VII, donde se protege el bien jurídico con seguridad pública. Esta ausencia de legislación represiva sobre el tema lo sufren ahora los indignados habitantes de la Ciudad de Buenos Aires, ya que la onda expansiva del monocultivo transgénico ha llegado con uno de sus efectos menos nocivos, el humo de los pastizales, una práctica muy común en las zonas de ganadería mayor y menor, que viene provocando grandes pérdidas de la masa forestal de nuestras regiones cuando el fuego se desmadra a causa de los vientos y otros efectos no previstos.
Esta práctica del fuego para acelerar el brote del nuevo pasto fue introducida por los “técnicos” del INTA, a pesar de algunas voces campesinas que planteaban dudas en torno de este esquematismo científico. Hoy, los estudios ambientales están demostrando la insustentabilidad de esta actividad y el serio riesgo a la salud humana, además –y esto es lo más importante– a la biodiversidad existente en las zonas de los incendios.
Este ejemplo sirve para demostrar que los planes y programas sociales agropecuarios que no se confrontan con la realidad y el saber campesino corren el serio riesgo de fracasar, como ha ocurrido con el PSA (Programa Social Agropecuario) o el Foro de Agricultura Familiar, que se dedican a dividir a las organizaciones campesinas que no les son funcionales a sus requerimientos. La mayoría de los técnicos de estos programas estatales se resiste a mirar su gestión y la capacitación agrícola como un proceso eminentemente educativo de naturaleza política, tal cual lo decía el educador brasileño Paulo Freire.
El modelo sojero que se viene denunciando desde hace mucho tiempo tiene, además, un efecto colateral y premeditado por las corporaciones multinacionales y sus aliados, la necesidad imperiosa de un campo sin campesinos. Así lo viene asumiendo y ejerciendo en la zona del sudeste santiagueño Guillermo Masoni, el Grobocopatel del Gran Chaco argentino, titular de dominio de más de 120 mil hectáreas, dueño de sociedades anónimas con las cuales ha adquirido a precio vil e irrisorio extensos lotes de terreno remanente que provenían de los latifundios de La Forestal. Los terratenientes y empresarios de la soja recurren a variadas metodologías para erradicar a las comunidades campesinas de sus lugares. En primer lugar, la función complaciente y activa de la estructura del Poder Judicial y la policía, respaldando los intereses contrarios del sector campesino y ayudado por una compleja trama que habita en la conciencia del sujeto social campesino y que fue muy bien reflejada por el escritor santiagueño Bernardo Canal Feijoo en su obra Estructura mediterránea argentina, que vale citar por su esclarecedora descripción: “… los instintos de propiedad y de rapiña no han contado nunca con el dinamismo de la pasión criolla. Lo mismo que el indio, el criollo ha aparecido como una vaga criatura atmosférica y casi dichosa, despreocupada de todos los problemas del derecho patrimonial. Era sólido de su adhesión al lugar, como los árboles, como los animales de mero instinto, sobre la base de sentimientos de adaptación y de querencia, no de voluntad jurídica de dominio. Por eso resultó, al fin, fácil presa del despojo…”.
Otra metodología típica para producir el vaciamiento de los campos se encuentra en las acciones directas contra los derechos colectivos de los campesinos, con el objeto de convertir en un suplicio la vida en sus territorios: nos referimos a las fumigaciones indiscriminadas, incendios, inundaciones intencionadas, para provocar el traslado de sus casas y el abandono de sus antiguas posesiones, como ocurre actualmente en la provincia de Formosa.
El Frente Nacional Campesino hace suyo los principios sustentadores de la soberanía alimentaria como eje fundamental de nuestra acción, porque entre los 854 millones de personas hambrientas en el mundo, tres cuartos son campesinos. Los millones de migrantes a los que se les niegan sus derechos básicos y los desempleados urbanos pobres son nuestros hermanos y hermanas que han sido expulsados de su tierra. Por ello, la soberanía alimentaria implica un modelo productivo para una nueva sociedad de hombres libres que puedan apropiarse de su alimentación. La tierra tiene que pertenecer a quienes viven desde siempre para que se puedan realizar los derechos colectivos fundamentales de las comunidades campesinas.

En este punto no se puede dejar de resaltar el espectáculo doloroso de millones de litros de leche volcados en las rutas y millones de toneladas de alimentos destinados a la población que llegaron en estado de descomposición o también arrojados a la vera de los caminos y rutas de nuestro país. Un corazón campesino jamás haría eso, porque desde niño la Pachamama le susurraba al oído y le decía que la comida nunca se tira.
En el conflicto suscitado por las retenciones se han escuchado a varios dirigentes rurales rodeados de micrófonos y cámaras de televisión decir que son los “creadores de la riqueza de la patria”, pero no se acordaron estos superfluos señores de los campos que desde la conquista española que se vienen aprovechando del trabajo, la técnica y la infraestructura creada por los pueblos originarios. Tampoco se acordaron los mediáticos ruralistas que fueron los paisanos de nuestros parajes quienes les pusieron el pecho a los ejércitos de liberación de San Martín, Belgrano, Artigas y Güemes, y también en esa guerra de la Triple Infamia promovida por Bartolomé Mitre y la oligarquía porteña contra el heroico pueblo paraguayo. No se acordaron los piqueteros de botas carpincho que Rosas, Roca, los gobernadores provinciales e interventores federales de nuestra región no fueron al desierto, porque en ese desierto había pueblos autóctonos que desaparecieron para que miles de leguas comenzaran a engrosar el patrimonio de los descendientes de la Sociedad Rural, y otros importantes referentes de la burguesía terrateniente.
Por eso los campesinos recuperan la memoria histórica y la cultura que viene viajando desde el centro de la tierra como la raíz del árbol que nos sigue protegiendo con su magia y belleza, porque somos y nos sentimos herederos de los pueblos de la América profunda exterminados en los primeros genocidios de nuestra historia y porque hoy la circunstancia exige la aparición del sujeto social campesino para cumplir, de este modo, su cometido en la magnitud histórica.
* Del Frente Nacional Campesino.

Impresiona pero lamentablementa no sorprende…de éstas cosas difícilmente se hable en los colegios (depende de la calidad y el compromiso de los profesores), difícilmente se publiquen en los medios masivos de comunicación…Los buitres y las hienas no se caracterizan por su bondad precisamente, es su naturaleza…

es muy largo…

pero seguro es chamuyo del gobierno!!!

Como sacas una conclusion si nisiquiera lo leiste? No te parece algo cerrado tu pensamiento???

Que tengo que pensar al leer los diarios entonces?

Creo que la idea que el campo dice la verdad y el gobierno miente es un poco tendenciosa…

para nada… me tiene un poco cansado el tema… el gobierno se la pasa mintiendo y busca cosas para poder revertir su imagen negativa y bardea y bardea… es lo unico que sabe hacer…

ahora habla que el campo exporto mas que el año pasado… porque no dice la verdad… quienes son lo que exporta… ahora volvio a repetirse lo del 2001… a donde agarraron a los boludos…

Entonces, segun tu criterio el gobierno siempre miente y el campo siempre dice la verdad? El campo no tiene imagen negativa? No bardea el campo?

No es lo mismo lo de ahora a lo del 2001, y ojala no lo sea porque si termina de la misma forma vamos para mal. Y mas teniendo en cuenta que la oposicion es el Campo, peor aun…

a vos te parece que el gobierno dice la verdad???

y si no se baja de su soberbia… si vamos por mal camino…

pasa que es largo el tema…

un abrazo amigo…
espero conocerte en cancha de colon y hablamos personalmente…

No se si dice la verdad, el tema es que veo a todos pensando que todo lo que dice el campo es la verdad absoluta y todo lo que dice el gobierno es una mentira usada para mejorar la imagen.

Por otra parte, espero que ambos bajen la soberbia. Porque protestar mediante los cortes de ruta e impedir la circulacion del resto no me parece lo mas humilde, sino al contrario, soberbio.

tambien hay temas de fondo que desconocemos…

por eso este tema es largo y me tiene un toque cansado…

pero el gobierno es el que tiene que tomar la posta y abrir el dialogo y se hizo el boludo durante mucho tiempo…

un abrazo amigo…

manda mucha fruta lo q dice, aunque alguanas cosas sean verdades, las exagera… y otras directamente no son creibles…

Era tu respuesta màs que nada la que esperaba. Aunque no esas palabras.
Aclaro que el mensaje no es escrito ni por un periodista, ni por el Gobierno. Està escrito, nada màs y nada menos, que por CAMPESINOS. Màs precisamente por el Frente Nacional Campesino. Pero, por lo visto, en este caso como no es el bolsillo de tu padre el que se toca no importa, ¿no?.
De paso podrìas retrucar las “mentiras” con datos reales o al menos con los datos que vos manejàs si no te es mucha molestia.
Saludos.

muy largo

Son campesinos… a quien le importa… man no te das cuenta que el reclamo es de los productores!!!.. campesimos santiagueños mi dio’ desde cuando a un productor le va a importar un maloliente campesino… :roll:
Te felicito nico por el topic pero no te gastes por que como dijo el termo head que posteo mas arriba el 99 % va a decir que es estos campesinos son un invento o estan pagados por el gobierno…

[b]a q se debe??

no me cabe en el tono q me lo decis, quizas lo malinterpreto yo quizas no, pero siento q me estas tratando como un hijo de puta q se caga en todos y no es asi, asi q te pido q por lo menos me trates mejor si ni me conoces, por q lo q menos busco es q me caiga mal algun usuario…
Por culpa de q el gobierno haya permitido las grandes deforestaciones(q sabemos q con ellas vinieron los desalojos y demas) hizo q en la zona donde estoy yo desde el año 2000 al 2008 solo hemos pegado 3 años de soja con buen promedio, 4 años donde salimos perdiendo plata invertida y 1 año donde se salio derecho… y eso q era una zona donde los promedios antes del 2000 eran muy buenos…

pd: [/b]en ningun momento dije q no me importa…

Por gente como vos el país está como está

El otro campo

Las entidades del campo integrantes de la Mesa de Enlace los silencian. Los grandes medios de comunicación los ignoran. Grandes inversores financieros agrarios asociados con los agentes económicos más poderosos de la trama multinacional sojera los persiguen y los expulsan de sus tierras. Productores y legisladores en la Comisión de Agricultura de Diputados los abuchearon y no los dejaron hablar. Cash publica el documento del Frente Nacional Campesino que fija posición sobre el desproporcionado conflicto que existe con el sector del campo privilegiado.

es asi, como lo dice… es increible lo q han hecho en santiago del estero… antes era todo monte, hoy son todas hect. de sojas q siembran los pools de siembra, desalojaron muchisimos campesinos, pero el gobierno nunca se calento en nada… porque el gobierno a los pools de siembra no los pueden tocar… ahora estan haciendo lo mismo en misiones y el gobierno sigue mirando hacia otro lado…
tambien creo q el conflicto campo vs gobierno o gobierno vs campo esta tapando otro tipos de problemas en el pais y eso es lamentable…

El Frente Nacional Campesino es un espacio surgido con el apoyo de cuatro organizaciones: Mocafor, Formosa; Mocase, Santiago del Estero; MAM, Misiones; y Mocaju, Jujuy. Ingresa en el escenario político y social con el objetivo de representar a los campesinos argentinos y legitimar una expresión social y política carente de visibilidad desde la pulcra lógica de la urbe. Desde que los barones de la soja y por detrás de ellos las grandes corporaciones multinacionales y pools de siembra han desabastecido gravemente a nuestro pueblo, colocando en el orden del día la cuestión agraria, una algazara incontenible de opiniones escritas y orales ha invadido el espacio de las grandes marquesinas institucionales. Pero hasta el momento los medios masivos de comunicación no se han enterado de que los campesinos no solamente son una realidad en algún recóndito lugar de América latina sino que, también, pertenecen a este territorio, que alguna vez estuvo poblado de pueblos originarios y hoy de campesinos que viven cuidando la tierra y la semilla para protegerse.

hace un tiempo vi unos infomes en tn, va hace un tiempo, quizas dos años…

Cuando a comienzos de la década de 1960 comenzó la denominada etapa de la expansión de la frontera agropecuaria, y junto con ella la recomposición estratégica de la burguesía terrateniente, luego del estrago doloroso del ecosistema de los montes y selvas del Gran Chaco argentino, comenzaron a gestarse las primeras organizaciones campesinas de la región, y muchas de ellas terminaron agrupándose alrededor de las Ligas Agrarias. Pero este proceso asociativo se interrumpe bruscamente con el terrorismo de Estado.
La instalación del modelo de monocultivo transgénico vino acompañada por una avanzada formidable de empresarios y terratenientes que decían traer el progreso. Pero como habían dicho lo mismo en tiempos de La Forestal, los campesinos dijeron: “A Don Progreso no queremos conocerlo…”, porque ya se sabe que solamente trae desolación y muerte.

en cierto punto coincido en lo q dice… pero la deforestacion no es lo unico q caga el ecosistema… pero sin dudas estas cosas influyen y por algo estoy en contra de la desforestacion…

Poco a poco, después de la oscura noche de la dictadura militar, las organizaciones campesinas fueron asumiendo conciencia de sus derechos posesorios: “El que yo tenga la cosa bajo mi poder constituye la posesión”, decía Hegel en Principios de la Filosofía del Derecho. Y el inveterado principio posesorio del Código Civil de Vélez Sarsfield vino en nuestra ayuda para decir “la posesión vale título” y ejercer con viva voz el artículo 2470 que habilita el ejercicio de la autodefensa de la posesión, en los casos que los auxilios de la Justicia lleguen demasiado tarde. Y, como siempre sucede, la Justicia o llega tarde o casi nunca llega.
El derecho a la tierra es el factor básico que desencadena el contexto histórico actual de nuestra región rural. El campesino, actor fundamental de este proceso, se encuentra directamente vinculado con este acontecer: el derecho a la tierra es parte constitutiva de su derecho a la vida. La tierra es la vida porque sin la tierra el campesino deja de ser lo que es. Este derecho pertenece al ámbito de los derechos humanos, reconocido en todos los Estados de la comunidad internacional y plasmado en pactos y convenciones como derivación de lo que la doctrina denomina la internacionalización de los derechos humanos. Como resultado de ello, nuestra Constitución Nacional ha incorporado mediante la reforma de 1994 los Tratados del derecho humanitario de gentes en el artículo 75, inciso 22, como normas de la mayor jerarquía en el ordenamiento interno argentino.
Pero nada de ello le ha importado a la Republiqueta de la Soja, ya que el modelo agrario transgénico, implantado desde 1996 en que se habilitaron para su comercialización las primeras semillas de Soja RR, ha provocado una fuerte agriculturización en las mejores tierras de nuestro país con fuertes desplazamientos y desalojos de las poblaciones campesinas, de la ganadería y de otras producciones como la apicultura, la artesanía y otras formas de producción relacionadas con el manejo sustentable del medio ambiente. Todo ello con el objetivo de implantar un modelo industrial de agricultura sin agricultores. A ello se debe agregar el grave daño a la salud y a la tierra de las comunidades campesinas que son fumigadas indiscriminada e impunemente con los agrotóxicos que acompañan el cultivo de las semillas transgénicas, provocando en forma masiva enfermedades de piel y respiratorias, cuando no leucemias, malformaciones, abortos y enfermedades terminales.

[COLOR=Black]No coincido con lo q dice del desplazamiento de la ganaderia… ya q si se puede producir granos en ciertas zonas donde son buenas no esta nada mal… pero tampoco lo tendria q haber hecho en exceso… en argentina hay muchisimos campos para ganaderia y es imposible q la produccion de carne se termine si se implanta una buena politica ganadera, no como la q se lleva hoy q al pobre ganadero le dan 3 mangos y en el super te estafan con 16…
Respecto a la soja o las distintas semillas transgenicas, las fumigaciones no se las hace cuando uno quiere y como quiere, uno para poder hacerlas tiene tener una reseta firmada por un ing. agronomo… A una persona q no este en contacto con los venenos no les hace nada, a las personas q esta en contacto por el hecho de tener q laburar con dichos insumos les puede llegar a hacer algun daño quizas, pero son las menos, aparte hay recomendaciones como para q no les pase nada…

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Los desalojos de campesinos y el achicamiento de sus posesiones en nuestra región como resultado de la expansión del modelo sojero han provocado las presentaciones judiciales de la Fundación Liga Argentina por los Derechos Humanos ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos para que se implemente el mecanismo de medidas cautelares, conforme lo autoriza el artículo 19.b del Estatuto y el artículo 25 y 29.2 del Reglamento de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, ya que subsisten variadas y graves situaciones que requieren la urgente intervención para que se adopten medidas cautelares con el fin de evitar daños irreparables a la vida, a la integridad física, la libertad ambulatoria, derecho a la vivienda, al trabajo, a la protección de la familia, a la libertad de expresión, a la protección de la jurisdicción y a otros derechos humanos fundamentales de los campesinos de la provincia de Santiago del Estero, que corre riesgos inminentes sobre su vida por la pérdida de sus tierras y sus modos ancestrales de subsistencia a través de métodos violentos de particulares y del Estado.
Por todo ello, se hace imperioso instalar en la agenda institucional un profundo debate para la demorada Reforma Agraria en nuestro país, porque es preocupante el acelerado proceso de extranjerización de las tierras. Los campesinos vienen anunciando mucho tiempo antes este fenómeno, seguramente debido al triste crepitar de los montes ante el avance de las topadoras y los incendios intencionales, denunciados en la Justicia penal federal y provincial por el delito de estrago rural tipificado en el artículo 186 inciso 2º apartado b) del Código Penal, título VII, donde se protege el bien jurídico con seguridad pública. Esta ausencia de legislación represiva sobre el tema lo sufren ahora los indignados habitantes de la Ciudad de Buenos Aires, ya que la onda expansiva del monocultivo transgénico ha llegado con uno de sus efectos menos nocivos, el humo de los pastizales, una práctica muy común en las zonas de ganadería mayor y menor, que viene provocando grandes pérdidas de la masa forestal de nuestras regiones cuando el fuego se desmadra a causa de los vientos y otros efectos no previstos.

Coincido

Esta práctica del fuego para acelerar el brote del nuevo pasto fue introducida por los “técnicos” del INTA, a pesar de algunas voces campesinas que planteaban dudas en torno de este esquematismo científico. Hoy, los estudios ambientales están demostrando la insustentabilidad de esta actividad y el serio riesgo a la salud humana, además –y esto es lo más importante– a la biodiversidad existente en las zonas de los incendios.
Este ejemplo sirve para demostrar que los planes y programas sociales agropecuarios que no se confrontan con la realidad y el saber campesino corren el serio riesgo de fracasar, como ha ocurrido con el PSA (Programa Social Agropecuario) o el Foro de Agricultura Familiar, que se dedican a dividir a las organizaciones campesinas que no les son funcionales a sus requerimientos. La mayoría de los técnicos de estos programas estatales se resiste a mirar su gestión y la capacitación agrícola como un proceso eminentemente educativo de naturaleza política, tal cual lo decía el educador brasileño Paulo Freire.

y bueno el inta es estatal no?..

El modelo sojero que se viene denunciando desde hace mucho tiempo tiene, además, un efecto colateral y premeditado por las corporaciones multinacionales y sus aliados, la necesidad imperiosa de un campo sin campesinos. Así lo viene asumiendo y ejerciendo en la zona del sudeste santiagueño Guillermo Masoni, el Grobocopatel del Gran Chaco argentino, titular de dominio de más de 120 mil hectáreas, dueño de sociedades anónimas con las cuales ha adquirido a precio vil e irrisorio extensos lotes de terreno remanente que provenían de los latifundios de La Forestal. Los terratenientes y empresarios de la soja recurren a variadas metodologías para erradicar a las comunidades campesinas de sus lugares. En primer lugar, la función complaciente y activa de la estructura del Poder Judicial y la policía, respaldando los intereses contrarios del sector campesino y ayudado por una compleja trama que habita en la conciencia del sujeto social campesino y que fue muy bien reflejada por el escritor santiagueño Bernardo Canal Feijoo en su obra Estructura mediterránea argentina, que vale citar por su esclarecedora descripción: “… los instintos de propiedad y de rapiña no han contado nunca con el dinamismo de la pasión criolla. Lo mismo que el indio, el criollo ha aparecido como una vaga criatura atmosférica y casi dichosa, despreocupada de todos los problemas del derecho patrimonial. Era sólido de su adhesión al lugar, como los árboles, como los animales de mero instinto, sobre la base de sentimientos de adaptación y de querencia, no de voluntad jurídica de dominio. Por eso resultó, al fin, fácil presa del despojo…”.
Otra metodología típica para producir el vaciamiento de los campos se encuentra en las acciones directas contra los derechos colectivos de los campesinos, con el objeto de convertir en un suplicio la vida en sus territorios: nos referimos a las fumigaciones indiscriminadas, incendios, inundaciones intencionadas, para provocar el traslado de sus casas y el abandono de sus antiguas posesiones, como ocurre actualmente en la provincia de Formosa.

tiene q frenar a los “grobocopatel”(cosa q el gobierno no va a hacer)
los incendios no siempre tiene la culpa el dueño del campo, aveces se dan por otras cosas…
y las inundaciones muchas veces se dan por q no hay canales para q corra el agua… ojo no hablo de las intencionadas q no dudo q existan por q en todos lados estan los hijos de puta q hacen este tipo de cosas para sacar provecho

El Frente Nacional Campesino hace suyo los principios sustentadores de la soberanía alimentaria como eje fundamental de nuestra acción, porque entre los 854 millones de personas hambrientas en el mundo, tres cuartos son campesinos. Los millones de migrantes a los que se les niegan sus derechos básicos y los desempleados urbanos pobres son nuestros hermanos y hermanas que han sido expulsados de su tierra. Por ello, la soberanía alimentaria implica un modelo productivo para una nueva sociedad de hombres libres que puedan apropiarse de su alimentación. La tierra tiene que pertenecer a quienes viven desde siempre para que se puedan realizar los derechos colectivos fundamentales de las comunidades campesinas.

para q las 854 millones de personas coman el campo debe producir… pero no tiene q agarrarsela poniendo un 44 % de retenciones a un productor chico o mediano por q eso no sirve, eso es seguir animando a los pools…

En este punto no se puede dejar de resaltar el espectáculo doloroso de millones de litros de leche volcados en las rutas y millones de toneladas de alimentos destinados a la población que llegaron en estado de descomposición o también arrojados a la vera de los caminos y rutas de nuestro país. Un corazón campesino jamás haría eso, porque desde niño la Pachamama le susurraba al oído y le decía que la comida nunca se tira.
En el conflicto suscitado por las retenciones se han escuchado a varios dirigentes rurales rodeados de micrófonos y cámaras de televisión decir que son los “creadores de la riqueza de la patria”, pero no se acordaron estos superfluos señores de los campos que desde la conquista española que se vienen aprovechando del trabajo, la técnica y la infraestructura creada por los pueblos originarios. Tampoco se acordaron los mediáticos ruralistas que fueron los paisanos de nuestros parajes quienes les pusieron el pecho a los ejércitos de liberación de San Martín, Belgrano, Artigas y Güemes, y también en esa guerra de la Triple Infamia promovida por Bartolomé Mitre y la oligarquía porteña contra el heroico pueblo paraguayo. No se acordaron los piqueteros de botas carpincho que Rosas, Roca, los gobernadores provinciales e interventores federales de nuestra región no fueron al desierto, porque en ese desierto había pueblos autóctonos que desaparecieron para que miles de leguas comenzaran a engrosar el patrimonio de los descendientes de la Sociedad Rural, y otros importantes referentes de la burguesía terrateniente.
Por eso los campesinos recuperan la memoria histórica y la cultura que viene viajando desde el centro de la tierra como la raíz del árbol que nos sigue protegiendo con su magia y belleza, porque somos y nos sentimos herederos de los pueblos de la América profunda exterminados en los primeros genocidios de nuestra historia y porque hoy la circunstancia exige la aparición del sujeto social campesino para cumplir, de este modo, su cometido en la magnitud histórica.
* Del Frente Nacional Campesino.

me parece una exageracion, la verdad no lo escuche, pero si lo dijeron no comparto

Yo no te estoy tratando como un hijo de puta que se caga en todos. Estoy diciendo, y quizás esto es lo que te ofenda, que tenés una visión demasiado parcial de las cosas por el hecho de que tu padre tiene campo.
No medís con la misma vara una misma situación solo porque en este caso sale beneficiado o no te “afecta” directamente o porque es justamente el sector que vos defendés el que perjudica principalmente.
Estás planteando, prácticamente, que vivir del campo es imposible cuando eso es una falacia. El campo y más precisamente, el cultivo de soja, es uno de los cultivos que mayor rentabilidad deja. Decir que poner las retenciones al 44% “no deja producir al campo” es mentira. Primero, porque las retenciones son móviles, por lo tanto son acordes a las ganancias o a la producción. Y segundo, porque aún con las retenciones aumentadas al número actual, la ganancia es mayor que en el mismo período pero de años anteriores. Dirás que al sector le aumentaron los insumos… y sí, de todas maneras hubieran aumentado con o sin retenciones y es un costo que no paga solo el campo sino TODA la producción y el país en general.
Por otra parte, seguro estás al tanto de que en el país se consume tan solo el 5% de la producción total de soja. El 95 % restante se exporta, desaparece, se esfuma. Tanto o más que las tierras que se “come” la producción sojera por encima de otros granos que SÍ consumimos en el país.
Quiero que entiendas que no es que se está atacando a un sector por capricho. Se lo está presionando porque están teniendo rentabilidad como nunca, porque no produce puestos de trabajo acordes a su crecimiento y sus salarios son pésimos, porque mantienen, en su mayoría, sus actividades parcialmente declaradas o en negro, porque al producir tanta rentabilidad (aunque lo nieguen) se “traga” todo tipo de tierras además de arruinarlas para otro tipo de cultivos y porque un “pequeño” y “mediano” productor gana 3 veces lo que un asalariado en la zona urbana. Entonces otorgar semejantes beneficios a un sector que produce para SÍ mismo o para el exterior directamente, como mínimo se le debe exigir un alto impuesto a las ganancias. Y ESO ES LO QUE SE ESTÁ DISCUTIENDO. Leí por ahí en varias respuestas que no solo el campo creció en forma desmedida, también la industria automotriz por citar un ejemplo. Y si querés lo discutimos o nos ponemos de acuerdo para criticarle eso al Gobierno, pero de ninguna manera desestima ni invalida a las retenciones.
Entonces, plantear la situación desde una victimización de un “campesino” que ni siquiera debe arar su tierra para conseguir la soja, es como mínimo chocante para los que intentamos ver una realidad más general.
Los medios tapan y manipulan la información, y te explico por qué. Uno de los mayores accionistas del Grupo Clarín, es de los grandes productores de soja en el país. Es sabido que el Clarín cuenta con un monopolio (que ahora busca al menos discutirse la ley de radiodifusión) en los medios de comunicación por lo que se está afectando directamente sus intereses. Quieras verlo o no, este tipo de información que yo postié no aparece en los medios masivos (citaste un ejemplo de DOS AÑOS ATRÁS) porque el campesinado originario no cabe y no entra. No se lo deja participar porque se los ha expropiado de sus propias tierras de manera mafiosa. Aunque estas situaciones, obviamente, excenden a tu padre y a mucha gente honesta que vive y produce soja, pero no entiende lo que es la redistribución del ingreso y a quién se apunta con la medida. Hablan de “no meter a todos en la misma bolsa” y sin embargo cuando se iniciaron las inscripciones para generar devoluciones se presentaron solo 162 productores. Te explico, por otra parte, y para terminar con el justificativo de “mi primo planta soja y gana 2 pesos por día” en que cuando se toma una medida económica se apunta a una generalización y siempre va a haber algún perjudicado a costa de algún beneficiado. Pero de ninguna manera en este caso eso se vuelve una regla general de masacre económica a pequeños productores.
Sigamos por otra parte. Decís que la deforestación no es lo único que caga el sistema. Pero por supuesto. Faltaba más. Pero sí es cierto que genera contaminación en altos niveles. Por lo tanto decir que “no es lo único que caga al sistema” no me parece un argumento válido en este caso como para defender tu posición.
Las 4 entidades del campo no hicieron ni un cuarto del quilombo que hacen actualmente (a tal punto de patriotizar a un gringo bruto como De Angeli) en los '90 cuando el campo estaba casi fundido. Estas entidades siempre estuvieron alineadas a políticas neoliberales y a Gobiernos de esa índole y sin embargo se enojan cuando se los llama golpistas. De hecho están haciendo lo que siempre criticaron y más. Empezando por un lock out patronal y un desabastecimiento generalizado que produce a su vez, un aumento, una inflación por encima de los niveles reales.
Le achacan todos los males al Gobierno de turno, que con sus defectos notorios, en varias ocasiones ya cedió terreno para el diálogo y la modificación de las retenciones, pero nada basta, todo es “una tomada de pelo” porque este sector nunca supo dialogar, y no le interesa hacerlo ahora tampoco. Solo le interesa defender sus intereses a costa de cagarse en un país entero y encima contar con el apoyo de grupos que se dicen de Izquierda o de supuestos políticos pacificadores que no son más que oportunistas enmascarados en falso patriotismo, falsa democracia y mucha demagogia y de permitirse decir que es una lucha por el pequeño productor. Todo esto dejando a la famosa y bien ponderada clase media-alta Argentina que no merece mayores presentaciones.
Migue, hay tanta impunidad para decir y manipular verdades o situaciones que uno a veces ya no sabe dónde está parado y hacia dónde vamos. A todo esto se debe mi anterior respuesta y no a un intento de agresión hacia una persona que no conozco.
Saludos

Ah!. Me faltó aclarar que la carta está sacada de Página 12 en su edición del domingo.

todo bien, es tu opinion y no concuerdo pero la respeto…
hay varios puntos q yo no los veo asi y hablo con distintas personas y alguna me dice q tengo razon y otras q no, como por ejemplo vos…

lo q no comparto en nada es q es un sector q produce para si mismo o para el exterior…
otra cosa… si los del gobierno querian frenar la sojizacion, hacia falta q el trigo el maiz y el girasol tengan retenciones moviles???
cuando anunciaron las grandes retenciones moviles, dijeron como novedad la soja va a 44% pero el trigo y el maiz bajan 0.7 % y 0.8 % respectivamente quedando en 24 y 25 %
hoy el maiz tiene treinta y alguito % de retenciones…

respecto a lo q hagan las 4 entidades no me interesa, si bien son los “negociadores” no tienen la fuerza q ellos dan a ver… lo de la ruta lo deciden las bases y los autoconvocados… las 4 entidades los consultan y listo…