Mariano Barbosa (5): No salió del todo bien en el gol de Racing. Igualmente, no fue el principal responsable de tremenda desatención defensiva. Luego, a lo largo del partido fue bastante regular, interviniendo de manera satisfactoria cuando lo probaron y sin cometer grandes equivocaciones.
Paulo Ferrari (4,5): Casi no tuvo trabajo defensivo por su sector, pero nunca transmitió seguridad y dejó varias veces mal parado al equipo. Se proyectó demasiado al ataque y pocas veces concluyó bien sus avances: sus centros siempre fueron imprecisos.
Gustavo Cabral (4): Flojo en la marca, perdió siempre en el mano a mano y se volvió loco cuando lo encaró Lugüercio. De arriba no ganó nunca ni en el área propia ni en la contraria. Desatento en la jugada del gol.
Facundo Quiroga (4): Mientras estuvo en cancha no se mostró seguro y, al igual que Cabral, perdió siempre tanto en el mano a mano como en las pelotas aéreas. Otro de los grandes responsables del grosero error defensivo en el gol rival.
Rodrigo Archubi (3): Otro rendimiento flojísimo que evidenció sus carencias defensivas en todo momento. Para colmo, cada vez que intervino en ataque lo hizo equivocadamente y sin criterio: decidió mal y ejecutó mal. Generó reiterados contragolpes para el equipo rival.
Augusto Fernández (-): Estuvo muy poco tiempo en cancha.
Oscar Ahumada (5): Una vez más, demasiado sólo en el centro del campo y sin mucha ayuda en la marca. En el primer tiempo perdió siempre y no se mostró acertado en la distribución del juego. Mejoró en la segunda etapa con mucha actitud pero no fue claro.
Matías Abelairas (4,5): Un buen tiro libre y nada más. A partir de ahí, volvió a ser el mismo jugador insípido de siempre: ninguno de sus centros fue preciso y siempre se lo encontró muy tibio cuando River necesitaba actitud para doblegar al rival. Resolvió mal algunas jugadas de peligro a favor.
Diego Buonanotte (2): Desastroso partido de quien intentó ser el conductor del equipo pero que encabezó más ataques del rival que de River, generando una y otra vez contragolpes derivados de su pérdida del balón de manera infantil. Vivió en el piso y perdió en todas las ocasiones en las que quiso generar juego. Como frutilla del postre, desperdició jugadas de gol nítidas.
Mauro Rosales (3): Como siempre, puro ímpetu y ningún resultado favorable al término de sus intentos. Sus ataques nunca prosperaron y estuvo impreciso siempre que fue el encargado de las pelotas detenidas. Su falta alarmante de definición en situaciones concretas de riesgo hace que River siga perdiendo puntos claves.
Cristian Fabbiani (6): Con poco le alcanzó para ser el jugador más peligroso y desequilibrante de River. A pesar de no estar fino en la última estocada y mostrarse fastidioso, fue el único que hilvanó jugadas en ataque y puso en riesgo el arco rival.
Ingresaron:
Diego Barrado (5): Si bien no gravitó demasiado en ofensiva, siempre fue salida por derecha y estuvo preciso en los pases. Entró concentrado y, lejos de sobresalir, cumplió.
Nicolás Sánchez (5,5): Salvo por regalar la pelota en una salida que casi genera el segundo gol de Racing, fue regular y, ayudado por la poca vocación ofensiva del rival en el segundo tiempo, no tuvo demasiados inconvenientes.
Marcelo Gallardo (6): Estocadas de buen fútbol y algunas buenas asistencias pero no mucho más. Fue quien manejó al equipo y ayudó a arrinconar a Racing contra su propio arco, pero le faltó algo de visión e inteligencia para definir las jugadas.