“Si fuese hincha de River, estaría sufriendo mucho”
Paulo Ferrari es profundamente autocrítico con la campaña realizada por los Millonarios en el segundo semestre de 2008. El capitán se pone en el lugar del hincha y apuesta por el futuro.
El 2008 no terminó bien para River. Último en el campeonato local, eliminado en la Copa Sudamericana, sin Diego Simeone como entrenador y con jugadores muy cuestionados por propios y extraños. Sin embargo hubo una excepción y fue Paulo Ferrari, involucrado deportivamente en cada hecho negativo vivido por el equipo durante esta temporada, pero respetado, valorado y aplaudido por el público millonario en cada partido.
“A la gente de River le agradezco de corazón porque, a pesar de no haber nacido en el club, me hacen sentir como uno más de acá. En el club, en la cancha y en la calle siento un cariño especial. Es increíble que hoy en día, con esta campaña floja y la gente enojada con el equipo, yo sólo reciba palabras de aliento”, se sorprende el lateral derecho.
–¿Qué te genera ver que el equipo no recibe aplausos y vos sí?
–Estoy dentro de un grupo y siempre quiero que nos aplaudan a todos y que la gente se vaya feliz del estadio. Es difícil, cuando no te salen las cosas, jugar con el murmullo que baja de las tribunas. Por suerte a mí nunca me ha tocado vivir eso y, desde que llegué al club, la gente de River conmigo siempre fue espectacular.
–¿El aplauso del hincha hace que el jugador le tome cariño a la camiseta?
–A mí desde chico me gustaba River. Soy hincha de Rosario Central y lo sabe todo el mundo, pero de joven admiraba mucho a este club y siempre tenía la ilusión de jugar acá. Poder lograrlo y que la gente te quiera aun en los malos momentos es algo que valoro mucho, mi principal orgullo.
–¿Fuiste el más aplaudido por la gente de River en el Apertura?
–No lo sé. También la gente reconoce a jugadores como Falcao y Buonanotte, que responden al estilo de juego histórico del club. Yo solamente disfruto de lo que me regala el hincha día a día. El amor de la gente de River no lo cambiaría por nada.
–¿Qué significa River para vos?
–Mucho. Valoro y disfruto mucho estar acá. Ojalá pueda jugar toda mi carrera en River. Es el sueño de todo futbolista y yo lo pude cumplir. Quiero seguir creciendo y darle más cosas al club. Tengo en claro que por ahora River me dio a mí mucho más de lo que yo le di a River.
–¿Entendés el enojo del hincha, entonces?
–Por supuesto. Si yo fuera hincha de River estaría sufriendo mucho. Es un momento que ni el más pesimista podía imaginar. Sin embargo la gente alentó en las derrotas y llenó todas las canchas aun cuando nosotros la decepcionamos.
–¿Les pedís perdón por este último puesto?
–Seguro. Si bien no me gusta hablar demasiado o pedir perdón, cada derrota es una decepción para nosotros y para la gente. La mejor manera de pedir perdón no es diciéndolo sino ganando los partidos; y nosotros no pudimos.
–¿Pasaron de ser los mejores a ser los peores en todo sentido?
–No. Hoy el fútbol es cambiante, pero a pesar de eso no creo que seamos el peor equipo. Acepto que digan que somos el equipo que menos puntos sumó porque es la realidad, pero no que digan que River es el peor equipo porque en muchos partidos hicimos cosas buenas como para ganar y no se dio.
–¿Se sufre más el último puesto del Apertura que lo que se disfrutó el título del Clausura?
–La verdad es que sufro más este momento que lo que disfruté hace seis meses siendo campeón. Cuando logramos el título estábamos muy contentos y era todo alegría, pero realmente este momento es muy duro y me duele muchísimo.
–¿Qué significa formar parte del primer River que termina último en un torneo argentino?
–Una amargura terrible, mucha impotencia. Acá siempre se aspira a salir campeón y a terminar primeros. Es muy feo no haber podido salir nunca de este último puesto.
–¿Por qué se vio una realidad futbolística tan diferente en poco tiempo?
–Creo que fue determinante el bajo nivel individual de cada uno de nosotros. No rendimos de la misma manera. Fue un bajón muy brusco y general. No se dio sólo en tres o cuatro jugadores, que es algo común, sino que se notó en todo el plantel. Eso es muy difícil de superar.
–¿A qué le atribuís ese bajón tan pronunciado y tan generalizado?
–No lo sé. Igualmente creo que el bajón se notó más en el torneo local que en la Sudamericana. En la Copa habíamos arrancado bien, ganando y terminamos eliminados sin merecerlo. Para mi gusto fuimos más que las Chivas de Guadalajara en los dos partidos.
–¿Pudo haber pasado por un tema anímico o mental? Tal vez se relajaron luego de ser campeones…
–Cuando ganamos el Clausura nos habíamos comprometido a no relajarnos, aun cuando habíamos conseguido cosas importantes después de cuatro años sin títulos. Tal vez inconcientemente nos relajamos y está claro que nos hizo mal.
–¿Les hizo mal en los resultados o también sufrieron desde el rendimiento del equipo?
–(Piensa) Tal vez las dos cosas. En todo el torneo no pudimos conseguir ni resultados ni una idea clara desde lo futbolístico.
–¿Le fallaron ustedes a Simeone o él les falló a ustedes al renunciar y no quedarse?
–Nadie le falló a nadie. Nosotros dejamos todo hasta el último partido para que se quedara; lamentablemente, después Simeone decidió irse. Igual sigo pensando que es un entrenador serio y trabajador.
–¿Que virtudes futbolísticas tenían cuando eran campeones y perdieron en esta última etapa?
–La contundencia en el arco rival y la solidez como equipo. En este torneo jamás lo logramos y eso se notó en la tabla de posiciones.
–¿Cómo es el vestuario de River durante las derrotas?
–Triste. Es difícil porque al estar en River te acostumbrás a ganar más partidos de los que perdés y tenés la obligación de pelear todos los campeonatos. Fue muy feo vivir tantas derrotas en este último tiempo en el vestuario. Duele mucho asimilar el momento que vive la camiseta de River.
–¿Se expresan broncas, enojos o algún grito que pueda graficar el mal momento?
–Obviamente. Entre nosotros discutimos muchas veces, no sólo en el vestuario sino también en la cancha cuando no nos salen las cosas. Son discusiones fuertes pero no peleas a muerte, todas son con buenas intenciones.
–Algunos pueden pensar “van últimos y les da lo mismo”…
–La bronca que hay en el vestuario tras perder un partido es similar a la de la gente en la tribuna. Pero no por eso vamos a andar peleándonos. Soy de los que piensan que hablar o discutir en un vestuario no es lo ideal. La mejor manera de mostrar nuestra bronca a la gente es ganando los partidos y nosotros no lo pudimos hacer.
–¿Por qué sos el capitán de River?
–Porque pude entender que River es un mundo diferente a todos. Es único y gigante. Sólo podés comprenderlo estando mucho tiempo en el club. Yo llevo tres años y aprendí muchas cosas que hoy me permiten llevar la cinta de capitán.
–¿Te considerás un líder del vestuario de River?
–No, ni tampoco estoy pendiente de serlo. Pienso que eso te lo dan la experiencia y los años que tengas en el club. La verdad que es un tema que no me preocupa mucho y no vivo pensando en eso.
–Hablaste de experiencia y años en el club: te agrego buenos rendimientos para ser el capitán. Todos atributos que vos tenés hoy en día…
–Tal vez si evaluás todas esas cosas te das cuenta de que ocupás un lugar especial dentro del plantel. A lo que me refiero es que no hago nada fuera de lo común en mi manera de ser para convertirme en un líder. Los años en el club, haber rendido con esta camiseta y llevar la cinta de capitán sólo me generan orgullo.
–¿Quiénes son los líderes en River?
–Tuzzio. Y, antes, te puedo nombrar a Ortega y también a Carrizo, que a pesar de su juventud era un líder dentro del campo de juego. Cuando se habla de líderes debe medirse lo que hace cada uno en el campo de juego y en qué nivel rinden.
–¿Te molesta que se diga que River no tiene líderes?
–No. En un momento malo es lógico que se hable de esas cosas. Por eso decía lo de rendir en la cancha: nos tocó hacer un mal campeonato, ninguno se destacó y queda esa imagen para afuera de que no hay líderes en este equipo.
–Hasta los dirigentes de River han puesto en duda este aspecto al llamarlos “líderes de escritorio” o “referentes de salita azul de prescolar”…
–Creo que a los dirigentes, al estar a cargo de un club como River, les debe molestar mucho toda esta situación y es lógico que estén preocupados. Me considero responsable como jugador y por haber estado en todos los partidos de esta mala campaña, pero no me reprocho nada porque dejé todo de mí.
–¿Tenés la sensación de que para los dirigentes hay ciclos que se han cumplido?
–No sé. Eso es cuestión de los dirigentes. José María Aguilar y Mario Israel deberán tomar decisiones que le hagan bien a River. Todo el plantel está a disposición de lo que ellos decidan. Soy conciente de la floja campaña que hicimos y de que no alcanza con entregarse al máximo en cada entrenamiento o partido. Acá, además de eso, tenés que jugar bien y ganar, y nosotros en este segundo semestre no lo logramos.
El calendario avisa que ha llegado diciembre y obliga, en todo ciclo deportivo, a repasar los últimos doce meses. Paulo Ferrari, a nivel personal, se anima a dar su balance de este 2008 que termina en apenas unos días.
–Perdieron los dos superclásicos, en la Libertadores quedaron eliminados en un partido increíble con San Lorenzo, no se logró la Sudamericana, ganaron el Clausura y terminaron últimos el Apertura: ¿qué balance tiene el año? –Bueno, por haber cortado una racha negativa de cuatro años en el club. Aunque fueron más las cosas malas que las buenas. Lo de San Lorenzo nos golpeó y las derrotas con Boca dolieron mucho. Y ni hablar de la última campaña. Pero, a diferencia de otros años, al 2008 lo voy a recordar como el año en que salí campeón con River por primera vez.
Mas alla de los malos resultados, rendimientos para el olvido, yo creo que Paulo a pesar de no haber nacido en River como el dijo es uno de los jugadores que juegan como si la tuvieran marcada en el pecho. Es uno de los que mas banco en el plantel.
PD: Ir a youtube y ver como jugo en esa serie contra el Corinthians del Apache para darse cuenta del jugador que es.
