Pablo Aimar - DT Selección Sub 17 (parte 1)

@Santi_pk; [MENTION=43958]pablometallica[/MENTION];

den la cara cagones

1 me gusta

Cada dia que pasa, y con estos hechos, cada vez se agiganta mas lo del CAVEGOL…
Que grande que sos Cave, vos si que viniste cuando estabamos en el fondo de todo, que era todo anarquia, aun a riesgo de quemarte para siempre si no se ascendia, dirigidos por un demente tanto afuera como adentro de la cancha. Despues te pegaron un voleo en el oojete; aun asi al tiempo volviste y nos sacaste campeon con Ramon, infiltrandose a veces hasta para entrenar y jugar, y ahora que esta en un mal momento, va al banco y nunca se queja o pone cara de culo…que ejemplo que sos…igual a $$$$$aviola o al retirado mala leche de aymar!! Y encima pensar que hay gente (los menos x suerte) que te critican.

A vos y al Chori, que dicho sea de paso tiene 34 y por mi que venga a jugar tambien cuando quiera, jamas los voy a insultar ni criticar!!

POR UN RIVER CON MAS CAVENAGHIS Y CHORIS, Y MENOS AYMARES , $AVIOLAS Y DEMICHELI$$$$$

3 Me gusta

Entiendo que la inclusión en la lista le servía a Aimar como un incentivo para seguir infiltrándose e intentando un poco más. Aimar deja porque hizo todo para retirarse en River siendo útil y no le dio el físico. Ni para la Copa, ni para el torneo, ni para la Sudamericana. No por nada no concentró en ninguno de los tres partidos previo a Guaraní.

Ahora, copado el amigo que filtró el audio porque ese es un mensaje personal que mandás en caliente a UN amigo; no a un grupo, que puede salir de varias personas. O sea, fue ese tipo el que lo hizo trascender. Yo tengo un amigo que juega al fútbol y las cosas que cuenta, se sabe que quedan ahí. Hay que ser muy mala leche.

1 me gusta

Es mas que obvio que vino para figurar en la Copa Libertadores este sorete, cuando estabamos en la B podrias haber venido.

1 me gusta


1 me gusta

Pongan al 1:37
[video=youtube_share;b_3ky4YmAW8]El detrás de escena de la presentación de refuerzos - YouTube

Francescoli en ESPN Radio:

“Lo de Aimar ya no tiene vuelta atrás. Ya me lo re confirmó. Ayer Pablo no quiso ni pasar por el vestuario. Suele suceder cuando se toman decisiones”

“Lo de Aimar se dio todo naturalmente. Su decisión habla muy bien de él. Pablo hizo todo el esfuerzo posible. A todos nos hubiera gustado verlo terminar de otra manera”

Me da risa que pone que su decisión habla bien de él. Si te querés retirar porque ves que no das más, bueno. Pero la forma y el momento, peores no podían ser. Encima se filtra el audio ese para que lo maten más todavía

1 me gusta

Posta que se creen esa conversación? JAJAJAJA, ni siquiera hay una foto, si fuera Aimar no hubieran cortado esas cosas que son las más importantes y que demuestran que es algo un poco más verídico, porque si vamos al caso yo me pongo una foto de Aimar me agendo con otro cel como “pablito” y hago un despelote por todos lados, no sean ilusos.

No, a las 14. Mi mensaje es de hace casi 3 horas.

Esa conversación que está pasada a escrito, la compartió Castillo, con audio, en Pasión Monumental. No es cuestión de creer o no creer. Es así.

2 Me gusta

jajajaj nose que carajo le dira pero re incomoda la situacion, Bertolo tratando de acercarse y el chabon re corta mambo, la respuesta re cortante tambien.

Se lo vio venir jajaja.

---------- Mensaje unificado a las 18:03 ---------- El mensaje anterior habia sido a las 18:01 ----------

Aca esta el audio

2 Me gusta

Vi lo del audio que hijo de puta y yo que pense que era un buen tipo, decidió retirarse porque gallardo no lo incluyo en la lista. Encima diciendolo cuando nos jugabamos una semifinal de libertadores y este caprichoso diciendo que se retira. La concha de tu madre payaso.

Después lo tildaban de conventillero a cavenaghi… Hoy más que nunca se agiganta la figura del cavegol

1 me gusta

Acá esta el audio https://soundcloud.com/nmorente/pablo-aimar-audio-retiro-estoy-rengo

Encima manda al frente a un compañero, mamita después el periodismo quiere hacernos creer que estos tipos son Mahatma Ghandi,

“De pibe era hincha del Johor Darul Takzim de Malasia. Eso pesó para decidirme y firmar”. Escribí eso, le adjudiqué con despecho y malicia esas palabras -y otras del mismo tono- a Pablo Aimar en julio de 2013, cuando resolvía tomarse un vuelo malayo. Acaso por eso nunca más íbamos a saber de él, y ni siquiera teníamos idea de lo peligroso que era Malaysia Airlines. Me parecía ridículo: Malasia, qué carajo es eso, en qué planeta queda ese país imposible, si es que efectivamente es un país; qué deportes practicarán allá o, es más: ¿sabrán lo que es el deporte? ¿Y el fútbol? Si en el Corán no debe haber ningún pasaje que hable de veintidós tipos detrás de una número cinco de cuero. Me tuve que acordar del Mundial Sub 20 del 97 como para confirmar que ese lugar realmente existía en la Tierra, pero no iba a alcanzar de consuelo: definitivamente Aimar se iba a jugar a otro mundo, uno muy distinto al nuestro y sin ninguna otra razón aparente que el dinero. El dinero muy por encima de un sentimiento y un sentido de pertenencia por sus orígenes que a esa altura ya despertaban más dudas que la muerte de Yabrán. Y ya dijimos en este espacio que de chiquitos nos enseñaron que el dinero es malo y el amor es bueno. Pero peor aún: Pablo Aimar no estaba salvado económicamente sino que sus tataranietos, a los que probablemente nunca vaya a conocer, también lo estarán. Incomprensible para el argento medio, o sea yo. Y River lo necesitaba, además. Siempre lo había necesitado. Cómo no iba a volver.

Pasaron unos días y la bronca no se iba: apareció una foto de Aimar jugando en el Johor Darul Takzim Asdghaaiiiiiyrsaeim. Fue devastador. Estaban él, sus rulos, acomodando una pelota para patear un tiro libre, casaca negra, amarilla y gris: ni en el torneo de ex alumnos del CNBA, donde suelo jugar a la pelota, vi una camiseta de fútbol tan berreta, tan poco futbolera, porque esos colores combinados -también nos enseñaron de pibes- podrán dar como resultado un taxi con la pintura gastada, una abeja bañada en polvo después de un derrumbe, un traje de buzo medio banana, pero nunca una camiseta de fútbol. El equipo rival vestía de rosa, algo que tampoco era creíble para un deporte de machos alfa cazadores de venados hasta que después hubo algunos clubes, como la Juventus o Boca, que se animaron a usar ese color y le incorporaron diversidad a la paleta, aun bancándose la gastada. De fondo, el público: estaban parados. Bueno, bien, pensará cualquiera, allá también ven los partidos de pie, como nosotros: al final eran apasionados. No: estaban parados porque no había tribuna. Reitero: el estadio no tenía tribunas. Detrás de los malayitos, un par de palmeras, un estacionamiento con algún auto clase be aparcado, un cartel de vialidad y una casita amarilla con ventanas tostadas que parecían indicar la presencia de un vestuario. Al menos había para bañarse.

No, la bronca no se iba y mucho menos después de ver esa foto. Cómo un tipo con la carrera ya hecha podía elegir jugar en un escenario así de decadente y no en el Monumental, sesenta mil fieras coreando tu nombre, fuegos artificiales, tu foto en pantalla gigante, Aimaaaaar Aimaaaaar, olé olé olé olé, gol, delirio, éxtasis, tapa de diario, genio, figura, minas en bolas, ése es el famoso Payaso que aunque no rime volvió a River para ser campeón. ¿Cómo?

A fines del año pasado, Aimar decidió volver a River y reveló su secreto. Y muchos lo entendimos. Sí, lo entendí, increíble pero lo entendí. “Fui a jugar a Malasia porque no estaba en condiciones de jugar en un club como River”, me dijo en enero de este año en Punta del Este, en una entrevista para el diario Olé durante su pretemporada de regreso. Okey, pero había que ser agradecido igual, Pablo, pensaron algunos: Rive te dio de comé a vo, eh, no te olvidé no te olvidé que a vo te dimo de comé. Había que ser agradecido. Y Aimar intentó serlo. Y nos enseñó lo que era ser agradecido a un club: “Yo escucho que se habla mucho del agradecimiento al volver. Y yo tengo muy claro lo que es el agradecimiento. Yo no escucho a ningún jugador que diga ‘le estoy muy agradecido al Milan, así que voy a jugar en el Milan’. Vos no podés venir a agradecerle a River por lo que pasó antes, a River tenés que venir si te da para jugar en River, es un club enorme”. La definición, de las mejores que escuché últimamente, la tiró en una entrevista con Juan Pablo Varsky y Matías Martin en abril. Aimar siempre pensó así y algunos nunca nos habíamos enterado. Y lo juzgamos, y dijimos cosas malas de él, y pensamos que era poco menos que Judas, que un dólar más le alcanzaba para jugar en Mongolia o en Malasia, porque ya ni me acuerdo en qué país fue que jugó. Y probablemente eso ocurrió porque nos gusta juzgar a la gente sin saber, o juzgar porque nos contó un tachero que en el fútbol todo es malo malo malo y se juega por guita guita guita y entonces por la guita baila el mono, baila. Y porque Aimar nunca fue de dar entrevistas. Nunca lo había dicho. Pero qué iba a hacer al llegar a Malasia. En su presentación iba a decir “miren, la verdad es que no estoy para jugar en la alta competencia, pero vine acá porque me van a pagar como si lo estuviera, porque me gusta el turismo aventura y todo eso, pero si fuera por mí yo estaría en River, en un lugar donde sienten el fútbol de verdad y no como ustedes, que hace tres días saben lo que es una pelota, si es que realmente lo saben. Putos”. No, Aimar no iba a decir eso.

El verdadero problema de Aimar, nuestro verdadero enemigo, siempre fue su tobillo derecho. O no siempre: desde hace algunos años. Pero siempre lo fue desde que su carrera en Europa iba terminando; y la lógica, el adagio futbolero, dice en letra de molde que después de triunfar afuera se vuelve a River para salir campeón y comer asados y ser felices. El problema es el tobillo. El gesto de amor que tanto le pedimos a Aimar y a Saviola y a D’Alessandro y en un tiempo les pediremos a Mascherano, Higuaín y Messi, es volver a River. Y el gesto de amor de Aimar fue bastante superior al que nosotros pedíamos: no sólo quiso volver, sino que se operó una, dos y mil veces para hacerlo, y padeció cada uno de sus días por ese drama crónico en el tobillo, tomó antiinflamatorios, se dio pinchazos, fue a entrenar llorando de dolor y aún así lo intentó. Y lo vimos. Ahora no sé si fue un espejismo, pero estoy casi seguro de que lo vimos. Que entró contra Rosario Central a jugar un puñadito de minutos, que sesenta mil personas lo ovacionaron, que tiró un caño y se vino el Monumental abajo. Creo que sí, que lo vimos. Y, pará, me meto a searchear en YouTube y efectivamente eso ocurrió.

“Mi deseo es jugar un partido más. Después si son dos, o veinte, mucho mejor. Hago todo esto para volver. Si después no da resultado, no fue porque no lo intenté”. El gesto de amor fue haberlo intentado. Yo se lo agradezco.

Por Ariel Cristofalo.

No le voy a pegar por pegarle como hacen algunos, ojala se recupere y pueda vivir la vida normal. Gracias por tratar de volver a River, al menos te vimos con la camiseta 15 minutos contra Rosario!!! Debería haber vuelto antes, si, pero en este momento no interesa mucho. Estuvo 7 meses entrenando en el club, podria haber colgado los botines antes de este paso pero al menos trato de jugar.

Éxitos en lo que sigue

4 Me gusta

Lo dije en otro thread, prefiero quedarme con el Aimar de la primera época, lo de hace unos años a esta parte y con este retiro… no hay mas que decir, está claro que prefirió en su momento y listo, lamentablemente ya está. Un gran jugador que podria haber sido muchisimo pero muchisimo mas en nuestra historia, pero termina siendo uno mas.

1 me gusta

a todo esto nadie lo nombro aca (o al menos si lo nombraron fue hace muchas paginas atras) , Me saco el sombrero ante Gallardo que privilegio el Nombre de River , del sacrificio que hacen los jugadores para ser convocados y no confundirse con los nombres aunque esten lesionados. Bien Gallardo compando la parada y poniendo los puntos.

1 me gusta

Y si, tenés razón. Pero por lo menos sabés lo que realmente piensa el jugador. Pésimo el que lo publicó, pero también no saca que la actitud de Aimar es una mierda.

Para mí el amigo es Hernán Castillo.

No me extrañaria que este falso mal nacido termine en Belgrano de Cordoba.

Bueno, las cosas así se dieron y así tienen que ser. Al Muñeco lo banco a morir, no por nada está a pocos pasos de convertirse en Idolo de River…
Era antes Payaso, una lástima, chau.