NOTA DE OLÉ
Mientras sus compañeros transpiren la gota gorda en la calurosa Mar del Plata, él estará de viaje en viaje y de trámite en trámite, abrigado en la fría Italia tratando de definir cuál será su destino en los próximos seis meses. Con zapatos, jeans y remera negra, y un saco de cuero marrón, Juan Pablo Carrizo arribó ayer al aeropuerto de Fiumicino, en Roma, donde lo esperaba un grupo de periodistas italianos. “Trataré de resolver la situación. Yo quiero jugar en Lazio, pero eso dependerá de cómo siga el trámite”, comentó el arquero, quien viajó con un colaborador de Pablo Sabbag, su manager.
Hoy volverá a subirse a un avión, aunque para un corto vuelo hasta Torino para luego recorrer 40 kilómetros en auto hasta Pinerolo, donde se están realizando los trámites para que consiga el pasaporte italiano. Eso es lo que traba su incorporación al equipo que pagó 7 millones de dólares por su pase, por eso lo acompañará Gianmichele Gentile, abogado de la Lazio. En el club romano aún mantienen la esperanza de que los papeles queden resueltos en los próximos días para poder incorporarlo ya al plantel de Delio Rossi.
Sin embargo, parece complicado que logre la ciudadanía tan pronto. Por eso, hay clubes europeos con cupos para extracomunitarios disponibles que se interesaron en sumarlo a préstamo por seis meses. Igualmente, más allá de toda esa realidad, José María Aguilar aseguró el jueves pasado que “Carrizo seguirá en River hasta junio”. De hecho, eso también se lo manifestó a Diego Simeone, quien estaba preocupado por la situación del arquero, ya que tenía en mente pedir a Andújar en caso de no contar con JP en el plantel.