00:00 | PASSARELLA / EXCLUSIVO
"Todavía no digo: ¡qué pelotudo que soy!"El Kaiser dice que no se arrepintió de haber abandonado una vida llena de placer y habla de todo: los sobreprecios en la era Aguilar, su relación con Adrían Rousseau, Cosentino, el descenso. Y asegura: “River va a estar entre los seis primeros”.
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En esa oficina tan grande suenan simultáneamente teléfonos y celulares. El Iphone blanco es el único que Daniel Passarella lleva a la mesa de “confesión” con Olé. Y el único que atiende. Y el único reservado casi con exclusividad para su familia. Parece ser la terapia inalámbrica para estar cerca de aquéllos a los que ahora no ve durante las 12 horas diarias en el Monumental. “Antes de las elecciones, nadie hubiera cambiado mi vida. Yo viajaba todo el tiempo, me iba con el barco a Uruguay, pescaba con mis amigos en Santa Fe, disfrutaba del cine y el teatro, hacía reuniones en mi casa… Todos los placeres que se pueden imaginar, los hacía yo. Pero, igual, todavía no digo: ¡Qué pelotudo soy! ¡Mirá en la que me metí”.
-¿Tu mujer sí te lo dice?
-¿Saben una cosa? Ella está muy entusiasmada. Viene al club, algo que no hacía desde la muerte de Sebastián, para trabajar con los discapacitados. Y yo también estoy con ganas. Estoy poniendo la vida. Y no me importa el precio.
-¿Ya aumentaste las horas de psicólogo?
-No, sólo voy una vez por semana. Si fuera más, estaría mal en serio, eh.
-¿No te afectó abrir la caja de Pandora?
-Un poco, aunque ya está todo en manos de KPMG. Ellos harán la auditoría.
-Dijiste que no era para meter preso a nadie. Pero si se confirma que hubo irregularidades, ¿vas a ir a la Justicia o no?
-Si hay algo que no cierra, no tengan dudas de que lo vamos a denunciar.
-¿Volviste a hablar con José María Aguilar?
-No. Me mandó un mensaje por teléfono disculpándose porque no había podido ir a la asunción y nunca más hablé.
-¿Tenés ganas de decirle “mirá qué me dejaste”?
-(Largo silencio). ¿Para qué? No tiene sentido. ¿Qué puedo lograr?
-Acaso para que te transmita su experiencia.
-Me serviría para no hacer nada de lo que hizo él.
-¿Cuándo cambiaste la opinión acerca de JM?
-Cuando era técnico. Ahí dije que si no ganaba, me iba. Pero la gente no sabe que también me iba si ganaba. Porque no compartía un montón de cosas.
-Dijiste que te dejó un club en coma cuatro. ¿Tenés la receta para hacerlo resucitar?
-Nos sentimos más capaces que la gestión anterior para defender los recursos propios. Un dato: acá le alquilaron el estadio a un grupo de primer nivel en 150.000 dólares mientras que Arjona pagó 300.000 por el estadio de Boca. No quiero ser malpensado, por eso no digo más que esto. Pero todos los contratos están hechos desde la desventaja.
-¿Sospechás que hubo una segunda intención?
-Repito, no quiero pensar en eso. ¿Qué voy a hacer? ¿Llamar a Aguilar y decirle que devuelva la plata? ¿Y si él me dice que la usó porque el club estaba en crisis?
-¿Y cómo se sobrevive sin ingresos?
-Generándolos a través de empresarios, fondos de inversiones o fideicomisos.
-¿Eso es un paso previo al gerenciamiento?
-No, eso no me interesa. Mi idea es no concursar ni gerenciar. Pienso que River puede salir solo. El tema es que está empantanado. Y necesita un empujón.
-Te sorprendiste por lo que heredaste, pero en tu CD hay muchos integrantes de la ex Comisión Fiscalizadora: Turnes, Aurelio y Renzi.
-El corte se hizo cuatro meses antes de la elección. Ellos no podían saber que íbamos a tener que pagar fortunas en cheques ya emitidos y el resto.
-Domingo Díaz, ex vicepresidente, estuvo a pleno en tu campaña.
-Mingo trabajó con nosotros medio de afuera. El siempre fue muy fiel a la gente con quien trabajó.
-¿Pero no fue tu padrino político?
-No. El fue muy fiel a la gestión de Aguilar. Yo no tenía ni tengo compromisos con nadie. El día que repartimos los cargos no hubo trompadas, como en la lista de D’Onofrio, pero estuvimos cerca. Porque muchos se creyeron que iban a tener un cargo.
-¿Se acabó la joda, como prometiste?
-El otro día vino una persona que trabaja en el club y me pasó un dato: “Mirá que hay una gente quefactura 100.000 pero les llegan 65.000. ¿Qué hacemos?”. Y le dije que pagaran solamente el trabajo. O sea, los 65.000.
-¿No hay más coima querés decir?
-Acá, posibilidades de hacer negocios existen a cada rato. Aunque si yo veo o compruebo que alguien quiere llevarse un peso para la casa, ¡le doy un voleo en el orto!
-¿Es compatible que Ricardo Cosentino, un íntimo amigo tuyo, esté colaborando con un grupo inversor que trae jugadores al club?
-¿Por qué? Ricardo está colaborando.
-Porque eso se puede malinterpretar. ¿No te da miedo de que alguno te critique por eso?
-Eso es una cuestión de los malpensandos. Yo tengo la conciencia tranquila.
-¿Estás en manos de los grupos económicos?
-Sé que estoy en una situación de desventaja, pero si un grupo no acepta darnos una opción del 50% como mínimo, sabe que se lo tiene que llevar a otro lado. Con este chico Rojas, por ejemplo, pasó eso.
-¿Si tuvieras plata, a quién comprarías?
-Al chico Otamendi. Tenemos ganas de hacer una oferta de 12 millones…
-¿…?
-Je, es broma. Sería una sorpresa para ustedes, ¿no? Pero en serio, sería un buen negocio.
-¿Sabella es el técnico del futuro?
-Nostros vivimos el presente. Y el presente es Astrada.
-¿Astrada te preguntó por qué te juntaste con Ramón?
-No, en absoluto.
-¿No lo ve como su sombra negra?
-Nooo. Leo sabe que tiene mi total respaldo.
-¿Aún pensás que es más importante ganar títulos que superclásicos?
-Sí. Si hubiéramos ganado el título anterior, estaríamos en la Libertadores.
-El estigma de que sos hincha de Boca te va a perseguir. ¿Qué pasa si otra vez aparecen banderas en el superclásico?
-Cuando hubo banderas en la tribuna, fue porque pagaron para ponerlas.
-¿A Bianchi lo traerías?
-No, está identificado con Boca. Y no vendría. Me parece una buena persona, coherente, pero ni sé si querrá ser técnico.
-¿Te preocupa que estalle la interna de la barra otra vez?
-No, para nada.
-¿Cómo lo vas a manejar?
-No tengo que manejar ningún tema, los que deben hacerlo son los de la barra. Yo no manejo la barra. Y acá es claro: ellos tienen que respetar las normas del club.
-¿Qué relación tenés con Adrián Rousseau?
-Lo vi una sola vez.
-¿Aquel día en que te llevó en andas?
-El no me llevó en andas, es otra mentira ésa. Y si fue él, te lo juro que con el quilombo que era, que me tiraban para arriba, al aire, no me di cuenta.
-¿Estás al tanto de que si hoy terminase el torneo, River quedaría penúltimo en los promedios?
-Sí.
-¿Tenés miedo de ser el presidente de un River en situación de descenso?
-No pienso en eso. Tampoco quiero sacarme el peso de encima y decir “por culpa de éstos mirá lo que me toca soportar a mí”. No. Estamos pensando en un campeonato que River va a estar entre los seis primeros. Seguro.
-¿Así te conformás?
-Si podemos satisfacerlo a Astrada con los refuerzos que quiere, mínimo tendríamos que estar entre los seis primeros. Yo sé que todos los jugadores y el técnico quieren salir campeones y van a jugar para salir campeones.
-¿Y podrán?
-No quiero meterles presión. Cuando vine, me acuerdo que estaba Davicce y le dije “vamos a ganar el campeonato”. Pero me contestó: “Si salís entre los cuatro primeros, estamos espectacularmente bien”. ¿Qué cuatro primeros? Vamos a ganar el título. Y salimos campeones. Ojalá la historia se repita.
