00:00 | RIVER: ALEXIS SANCHEZ
“Yo no voy a cambiar mi forma de jugar”
El Niño Maravilla sabe que altera a los rivales con sus lujos, pero se la banca. Quiere un título y siente orgullo cuando le cantan “chileno” como lo hacían con Salas.
Es un show. No para. No frena. ¡No se cansa! Arranca, corre, salta, se ríe, vuelve a la carga, aparece detrás de Rosales, le guiña un ojo a Simeone, amaga poses pugilísticas ante Carrizo, se acerca al profe Ortega y, de arrebato, le descubre un rollito… Alexis Sánchez es hiperquinético, un espectáculo. Ni más ni menos que como se mostró ante Boca. Explosivo, desequilibrante, especial. Un pibe de 19 años que adentro de la cancha impacta con su fútbol y que si bien afuera se lleva a las patadas con los flashes, los grabadores y las cámaras, hace una excepción para hablar con Olé del súper. O mejor dicho, de la exhibición que dio en Mendoza. “Fue un partido vibrante, que realmente disfruté”.
–¿Necesitaban tomarse esta revancha?
–Yo no lo tomé así. Estaba tranquilo. El primer partido había sido una experiencia muy fuerte.
–¿Por qué?
–Por ver el marco, por cómo lo vive la gente. Fue todo nuevo, ya que en el súper del último torneo yo estaba en España recuperándome y no lo pude vivir ni desde afuera.
–¿Y te sorprendió?
–Sí, el que jugamos en Mar del Plata me sorprendió. Y me sirvió de aprendizaje. Por eso este último lo disfruté a conciencia.
–¡Y la rompiste!
–Nooo, los que casi se rompen fueron los dedos de mi mano izquierda, ja. Una lástima, porque me impidieron seguir en el campo de juego.
–¿No querías salir?
–Veía que el partido estaba para sacar una diferencia mayor a la que teníamos, pero la verdad es que me molestaba mucho (NdeR: sufrió un esguince en los dedos anular y meñique).
–¿No te dio miedo de que la lesión se agravara?
–No, sentí impotencia, pero nada más que eso.
–¿Y las patadas no te asustan?
–No. De a poco me voy acostumbrando a que la mitad de la cancha es una zona de tránsito y ahí las patadas vuelan.
–¿Te habló Simeone? ¿Te pidió que te cuidaras?
–No, es algo personal. Estoy entendiendo los momentos de los partidos. Sé que debo encarar cuando estoy protegido, en el área o cerca de ella.
–¿Algún rival te cuestionó que tiraras lujos?
–No hace falta. Yo mismo me di cuenta de que en el fútbol argentino hay momentos en los que no se pueden tirar lujos. No gusta mucho.
–Lo viviste contra San Lorenzo…
–Sí, en ese partido después del gol (a él le hicieron el penal que Abreu transformó en el 1-0) noté que me empezaron a buscar.
–¿Y lo entendistes?
–No, no lo entendí ni lo entiendo, pero sé que es así. Igual, no voy a cambiar mi forma de jugar.
–¿Siempre jugaste de la misma manera?
–Sí, siempre jugué igual.
La venda que le cubre la mano izquierda es el recuerdo más próximo de los porrazos que se da al encarar tanto. Pero, lo dicho, Alexis no se queja. Al contrario: goza al saber que esos garabatos en la cancha ya le abrieron el corazón de los hinchas de River. “Es algo que me llena de orgullo. Escuchar el “chileeeno, chileeeno” es movilizante, porque hasta hace poco era algo que veía por televisión con Salas. Es muy lindo”.
–Y eso que todavía no ganaste un título oficial.
–Seguro. Lo conseguí con Colo Colo y fue hermoso. Y si bien con River todavía no se dio, el objetivo es apuntar a todo: la Copa y el campeonato local.
–Mucho tiempo no tenés para lograrlo…
–Es verdad. Con la lesión que sufrí el año pasado (rotura del ligamento del tobillo izquierdo), siento que perdí mucho tiempo y a junio, cuando termina mi préstamo, lo veo cerca.
–¿Y te querés ir?
–No, estoy con ganas de quedarme, quiero seguir un tiempo más acá. Aunque no depende sólo de mí, yo estoy cómodo en River. Muy cómodo.
Quien se suma a la vaquita, yo pongo 100 pesos :lol: