19 de Octubre, día de la Madre, River – Boca. 1-0 para los visitantes, gol de Viatri, un juvenil reemplazante del histórico Palermo. Un hincha de River como yo, obviamente dolido y esta vez doblemente por no haber podido estar ahí como ya se me hizo costumbre en los últimos años. Ellos festejan y yo soy blanco de cargadas, como esperaba. Generalmente son mas soportables las que provienen de verdaderos hinchas, los que se saben la formación, los que conocen las tribunas, pero siempre llega algún comentario de alguno que pregunto el resultado sobre el final. Los veo festejar y comparo, subjetivamente, con nuestros festejos en estos partidos y esa comparación se extiende a la filosofía de cada uno de los clubes y de sus hinchas. Boca tiene mas hinchas, por lo tanto los medios, formadores de opinión, trabajan para ellos y para vender mas sus ideas. Es verdad, cuando el triunfo queda en Nuñez, los medios también tiran para ese lado.
Recordé viejos clásicos, me fijé que los hace festejar a ellos y que nos hace festejar a nosotros. A ambos el triunfo sobre el rival pero muchas veces con algunas diferencias. A nosotros nos gusta el buen triunfo. Nos gustó el taco de Higuaín, el caño de Ortega, el otro caño de Buonanotte, el baile, el 3-0 con la vaselina de Rojas, los goles de Aimar y Angel, la palomita del Higuaín viejo. La pelota naranja del Beto Alonso y su zurda mágica, los goles de Angelito que los de mi generación conocemos por lo que cuentan los que peinan canas. Como no entender la bronca de la mal afamada platea San Martín, la que vio todas esas cosas, la que prefiere el futbol en su máxima expresión.
A ellos los hacen festejar otras cosas. El nucazo de Guerra, el muslazo de Delgado, un penal inventado por Barros Schelotto, la jerarquía de sus jugadores para engañar árbitros, las artes marciales de Krupoviesa, la cancioncita de Giunta…
Cuando ganan ellos mandan los conceptos fabricados, la amargura, la gallina, el frío del monumental, el estadio que vio a la selección campeona del mundo, la supuesta paternidad, diferencia de 6 partidos en 100 años. Es verdad, ellos se parecen mas a la Argentina donde lamentablemente vale mas el resultado sin importar sus medios que el mérito con el que se logra. Parece que son cosas del romanticismo, cosas sin utilidad, pero que le vamos a hacer. Los de River somos así, románticos.
Vuelvo a recordar lo que enumeré al principio, las charlas de hoy, pienso en esto del Romanticismo y que quieren que les diga. Un 1-0 económico no me golpea mas que lo que debiera, quizás solo la impotencia de saber que no son tiempos parecidos a los de nuestra historia grande. Tampoco me golpea lo suficiente que refrieguen sus títulos recientes, ellos son el rival principal, deberían tener conceptualmente logros que peleen con los nuestros. Nada me golpea lo suficiente como para dejar de amar esta Camiseta, la blanca de la banda roja, la que usaron Labruna, el Beto y el Enzo y la que golpeada, me hace recordar que soy hincha del buen juego, del fútbol que enorgullece, del que alguna vez se acercó a la perfección, soy hincha de los goles que se hacen, no tanto de los que se evitan. Soy hincha de River carajo y si me dijeran que hasta el día en que me muera, no voy a verlo nunca mas salir campeón voy a seguir ahí, en las tribunas del monumental dejando la voz. Son cosas del Amor, yo que se.
GabRiver