esto salio el viernes en el diario clarin y yo por mi parte me siento totalmente identificado…
Miguel Angel Bertolotto
mbertolotto@clarin.com
El hincha, viejo caminante de los corredores del Monumental, socio desde la cuna, de esos que saben de memoria antes el número del carnet que el del DNI, hoy mira con ojos de incredulidad.
“¿Sabés qué? Ya no creo casi en nada ni en nadie. Miro para allá y veo a Ramón Díaz, envuelto en colores que no son los nuestros, y festejando un campeonato para no perder su costumbre. ¡Y River lo rajó por soberbio! A mí dejame la soberbia y las vueltas olímpicas de Ramón… ¿O no hay soberbios en River? Miro para el mismo lado y veo a La Gata Fernández, goleador y campeón en San Lorenzo. ¡Y River lo echó porque no servía! La Gata no va a salvar al equipo, es verdad. Pero al menos juega al fútbol… ¿Hoy quién de los nuestros juega al fútbol como él? Miro para el otro lado y veo a Boca con la Copa, otra vez… No, basta. ¿Sabés qué me dice mi pibe, que ya es grande y que se cansó de disfrutar con los River de Ramón? ‘Viejo, ¿cuándo vamos a salir campeones de nuevo? Yo antes cargaba a todos mis amigos y ahora todos me cargan a mí’. Ya no sé qué contestarle… En verdad, ¿querrán salir campeones estos tipos? Porque hacen todo lo posible para no salir…”
El hincha, que era un chiquilín cuando vio los últimos tiempos de Labruna-futbolista de la mano de su padre, hoy mira con ojos de desconsuelo.
“Ya se viene otro campeonato. ¿Y? ¿Qué esperanzas puedo tener? Si me esperancé con Belluschi, hasta canté su nombre cuando le ganamos a Boca y él la rompió, y mirá lo que fue después… Ni siquiera traemos refuerzos importantes. Gastamos no sé cuantos millones en enero y ahora, nada… ¿Cuál es la política? ¿Vender a medio mundo y traer espejitos de colores, jugadores medio pelo? Nos peleamos con Boca por Carrusca… ¡Por Carrusca, que juega en Turquía! Passarella dice ‘no vendan a Carrizo ni a Farías’. Y los venden… Dice ‘no vayamos a la gira’. Y lo obligan a ir… ¿Por qué no tiran todos del mismo carro? Sí, está bien: los jugadores no tienen ni idea de lo que es el amor por la camiseta. Juegan cinco partidos bien, se creen Maradona y se quieren ir a Europa para llenarse los bolsillos. Pero al menos que se intente algo para retenerlos. No, lo único que pretenden los dirigentes es evitar el rojo en el balance… ¡Qué me importa a mí el balance! Yo quiero ganar algo, festejar algo. Si River es un club que jamás se va a fundir… Bah, eso espero…”
El hincha está harto de estar harto, pero no puede con su pasión y hoy, como toda la vida, también mira con los ojos del sentimiento.
“A Passarella lo amé como jugador. Fue un monstruo, el mejor defensor de todos. Pero como técnico falla… Desde que volvió no pudo armar ni medio equipo… Son todas malarias, todas eh… Pero igual me salgo de la vaina por ir a la cancha, y a la popular, eh, pese a mis años. Y vamos a llenarlas todas, como siempre. Juegue quien juegue… Porque la camiseta está por encima de los nombres. Yo quise hasta la idolatría a Angelito, al Beto, a Enzo, al Mono Mas, a Ermindo, a Ramón… Pero más quiero a la camiseta. Yo sí sé lo que es el amor a la camiseta. Sé lo que es reír y llorar por River. Decime, che: ¿no venderán la camiseta, no?”