Es que es asi el manda 3 o 4 y con esos haciendo de banca despues el resto de la gente se acumula sola y se llena, es asi tan facil como eso y lo putean al gordo pero eso esta armado para que el DT de la renuncia y no quede como que los dirigentes lo hicieron renunciar, con passarella pasaba lo mimo no me digan que nunca se dieron cuenta
Siempre es asi mandan alguno muchachos a putear y listo despues van todos los hinchas genuinos que lo putean con ganas.
Che Palu, preguntale a tu amigo si los dirigentes esos ya leyeron la nota de Perfil, esta nota:
EL ALTO COSTO DE LAS COMPRAS A GRANEL
River, un mercado persa de Primera
En los siete años de la gestión de José María Aguilar como presidente, el club pasó del brillo que le daban las joyas de la casa a una política de incorporaciones indiscriminadas: en ese lapso llegaron al club 92 jugadores; la mayoría dio pésimos resultados futbolísticos. Se alcanzaron hitos como el del Apertura 2005, en el que ningún jugador de inferiores debutó en Primera. En el equipo actual, sólo Salcedo y Quiroga –de los seis nuevos– jugaron más de la mitad de los partidos del semestre. El colmo de los cuatro arqueros que no jugaron ni un minuto en partidos oficiales.
Por Andres Eeliceche
PACIENCIA. “Hay que entender que River es un club que necesita de un tiempo de adaptación”, dice Aguilar. .
La sentencia partió de la boca de Daniel Passarella, en una gira por Panamá en mayo de 2006: “Yo no quiero jugadores falopa”. El hombre, emblema del club, utilizaba una particular definición sobre un promedio de futbolista acostumbrado a ser comprado por River en los últimos años: de mediocre para malo. El entrenador armaba su plantel para la temporada siguiente con la idea de levantar ese nivel. El archivo, implacable, demuestra que tampoco lo consiguió: de los diez jugadores que el club contrató en ese receso se destacaban Federico Lussenhoff, Bernardo Leyenda y el uruguayo Marcelo Sosa… Un repaso a la política de compras de la era Aguilar, que comenzó en diciembre de 2001, desnuda conductas cíclicas: jugadores que llegan sin pergaminos ni cartel, riesgosas apuestas a futuro que terminan en la nada, préstamos masivos y devoluciones de favores a empresarios que invierten en unos y así logran que les acepten incluir a otros –de su propiedad– en el plantel.
Números rojos. En el lapso citado River incorporó 92 futbolistas, a un promedio de más de 13 por año. Se cuentan los que fueron comprados, los que llegaron a préstamo y los que volvieron y se quedaron luego de ser cedidos a otro club. La búsqueda arroja nombres ignotos, rarezas y también disparates. ¿Alguien se acuerda de Jersson González, un lateral derecho colombiano que llegó en épocas de Pellegrini y duró sólo seis partidos? Ese puesto es el ícono de las pésimas contrataciones: por allí también pasaron el uruguayo Martín Del Campo y el chileno Cristián Alvarez, entre otros. Ninguno tendrá un cuadro con su foto en el Monumental.
En el Apertura 2006, por ejemplo, la nómina de jugadores que completaban el cupo de extranjeros estaba compuesta por el uruguayo Marcelo Sosa, los colombianos Juan Toja y Jairo Patiño y el propio Alvarez. Nada que ver con el prestigio de los foráneos del plantel campeón de la Supercopa ’97, sin ir demasiado lejos: Enzo Francescoli, Marcelo Salas y Celso Ayala.
El caso de Sosa es representativo de tantos más: llegó con sólo once partidos jugados en el año anterior. Gordo, lento, nunca logró ponerse a punto y rescindió su contrato después de haber jugado dos partidos.
La lista completa de compras, claro, advierte aciertos, aunque son minoría: Alejandro Domínguez, Lucho González, Rolfi Montenegro, Ernesto Farías, Leandro Fernández y Fernando Belluschi son los más notorios. Algunos se anotan por el rendimiento que tuvieron. Otros, porque luego dejaron ganancias con sus ventas.
El factor Zahavi. El israelí Pinhas Zahavi supo hacer buenos negocios con River desde que compró a Gonzalo Higuaín y enseguida lo vendió a Real Madrid, en noviembre de 2006. La doble operación le dejó una ganancia de dos millones y medio de dólares en menos de noventa días. De allí en más, el empresario arrimó futbolistas al club a préstamo, con opciones de compra al doble de valor de lo que él los paga. Nelson Rivas, Cabral, Archubi y Omar Merlo son parte de su staff. Rivas, colombiano, jugó apenas un torneo y se fue al Inter italiano, aunque nunca perteneció a River. El de Merlo es un caso especial: jugó unos pocos partidos en la defensa de la Primera de Colón, sin afianzarse. Era suplente y le llegó su premio de la mano de Pini: su pase a River en enero de este año. En los cuarenta partidos que disputó el equipo desde su arribo, Merlo jugó sólo uno: contra San Martín, en este torneo. Hizo un gol y luego volvió al ostracismo, donde vive ahora.
El huevo o la gallina. ¿River trae grandes cantidades de otros clubes porque no surgen de abajo o es al revés? La gestión Aguilar arroja –a un año del final de su mandato– un total de 43 debuts de chicos surgidos de la cantera, con un promedio de seis por cada temporada. Pocos se afirmaron, por falta de jerarquía y también por subir a planteles repletos. Germán Lux, Gastón Fernández, Oscar Ahumada, Osmar Ferreyra (rápidamente vendido), Falcao, Gonzalo Higuaín y Diego Buonanotte dieron buenos resultados, pero la tendencia va en declive; de los que llegan desde abajo, en 2008 sólo Gustavo Bou y Mauro Díaz debutaron en Primera. En el Apertura 2005 –con Astrada hasta la cuarta fecha y luego Merlo– ningún pibe de la casa cumplió ese sueño.
No atajan nada. Marcelo Ojeda rompió una racha de arqueros surgidos de las divisiones juveniles del club. Antes de él se sucedieron Franco Costanzo, Germán Lux y Juan Pablo Carrizo. El ex Rosario Central también terminó con la seguidilla de arqueros que llegan de otro club y nunca juegan. Juan Carlos Olave, Bernardo Leyenda y Daniel Vega (actual suplente de Ojeda) no jugaron ni un minuto en la Primera de River. Leyenda, por caso, ni siquiera era suplente; en general ocupaba el lugar de tercer arquero. “El fenómeno de las incorporaciones es siempre opinable. Es muy difícil tener una garantía plena de satisfacción cuando viene un jugador a vestir esta camiseta”, decía José María Aguilar en el sitio web oficial del club en 2003, cuando la tendencia de comprar mucho y mal empezaba a ser tal.
¿Y ahora? La radiografía del plantel actual permite otras conclusiones. En medio de la crisis que vive el equipo por sus malos rendimientos, llama la atención la reacción casi unánime de los hinchas tras las derrotas ante Boca y Chivas: responsabilizaron a los jugadores por encima de Simeone y la Comisión Directiva, en definitiva los hacedores del plantel. Los nuevos de River en el semestre no sólo no andan; también juegan poco. Sólo Salcedo (11 presencias) y Quiroga (7) jugaron más de la mitad de los partidos del equipo (13, sumando la Sudamericana). Los otros cuatro son Galmarini (5), Robert Flores (5), Barrado (6) y Abreu (3, sólo habilitado para la Copa).
Ninguno brilla, a tono con el resto de sus compañeros. Aunque sea prematuro ser terminante con ellos, sí se puede apelar a una frase del Beto Alonso. Para graficar este ciclo de siete años de incorporaciones desmesuradas, el ídolo histórico tuvo una buena ocurrencia esta semana, en el diario Olé: “Habría que incluir el plan del tres por uno: transferir a tres jugadores malos para traer a uno bueno”.
Boca apuesta mucho menos
La lógica comparación entre los dos más grandes de la Argentina es contundente: Boca incorporó 42 jugadores en los últimos siete años, contra los 92 de River. Un punto los une: ambos repatriaron a muchos que habían sido importantes en el pasado en el club. Ibarra, Palermo y Riquelme son los casos testigo de Boca. Los resultados fueron mejores que los que obtuvo River en ese aspecto.
Si bien nunca llegó a cumplir con la promesa de campaña de Mauricio Macri en 1995 de contar con nueve jugadores de inferiores en la Primera, el club de la Ribera hizo efectiva en la última década la política de darles un lugar relevante a los chicos. Otro ejemplo lo certifica: en el mismo lapso debutaron 64 jugadores surgidos de las divisiones juveniles, a un promedio de nueve por temporada. En River, se repite, ese número llega a 43.
Una mirada a esa larga lista de pibes con el sello boquense entrega muchos nombres desconocidos, pero también otros que le rindieron muchísimo adentro de la cancha y también en la tesorería. Carlos Tevez (había debutado en octubre de 2001), Fernando Gago y Ever Banega ganaron títulos y después se fueron vendidos en cifras millonarias, por ejemplo. La era Ischia acrecienta la idea: el entrenador ya hizo debutar en 2008 a Luciano Monzón, Luis Ibáñez, Exequiel Benavídez, Sebastián Nayar, Nicolás Gaitán, Lucas Viatri, Ricardo Noir, Javier García, Ezequiel Muñoz, Carlos Fondacaro y Johnatan Philippe.
El rubro títulos estira las diferencias. Desde 2002, Boca obtuvo tres torneos locales y ocho internacionales, contra los cuatro domésticos de River.
Informe: Roberto Glucksmann y Walter Vasta.
Y si no la leyeron, pasale la nota, a ver si despiertan y dejan de hablar y hacen algo en favor de la institucion…
Si tenes dignidad andate a tiempo Cholo, manchaste el título que conseguiste luego de una sequía de 4 años, ya basta, no diste pie con bola desde que se fueron Carrizo, Ortega, Alexis Sanchez y Abreu. Pero que se puede esperar de un cornudo admitido?.
Es terrible la verdad que lei todo y me quede helado casi todo lo sabia pero no se tiene presente constantemente, cuando uno lo lee asi se queda helado jaja la verdad me duele mucho me pone muy triste esta realidad y como este garca papudo revento esta isntitucion ahora yo me pregunto una vez mi abuelo me dijo los argentinos tenemos los politicos que nos merecemos todo el mundo repudia a Menem y pero gano una reeleccion ahora todos decian yo no lo vote, con Aguilar veo algo parecido a Menem son 2 HDP pero los culpables somo nosotros si estos 2 HDP llegaron a estar y lo peor aun a ganar una reeleccion es por culpa de NOSOTROS alguien lso voto
No neguemos que hay muchas cosas de cierto, la situación del Cholo es insostenible y no le da bola a los jugadores, me imagino viajando de esa manera a Mexico, no se para que va. Me da mucha pena que el Cholo termine así porque me acuerdo de lo que hizo cuando vino pero todos sabemos que la cosa se rompió con lo del burro y ningún jugador se la perdona.
Que 2 dirigentes hicieron ese comentario? Eran oficialistas de peso? O dirigentuchos de tercera linea? Porque hoy por hoy, de los 2 dirigentes que toman practicamente casi todas las decisiones futbolisticas en River, uno estaba en Jujuy integrando la delegación, y el otro estaba de viaje…Y cada dia están mas “herméticos” con las decisiones que toman.
Yo esperaría a estos dos partidos previos a Chivas para saber que decisión va a tomar Simeone. No creo que siga en el 2009, pero dependiendo de las circunstancias, tampoco estoy seguro de que se vaya tan rápido cuando -en caso de que no prosperen algunos trámites- necesita varios meses para estar habilitado para dirigir en España.
… Aguilar no quiere quedar pegado? a cuantos le solto la mano? no hay UN tecnico en su gestion que se haya ido bien con la gente y los resultados, gordo hdp, todo esto es culpa pura y exclusivamente tuya, ladron de mierda…