Mauricio Macri

El/la que dijo esto es un/a deficiente mental. De una.

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Estás diciendo que el ñoqui hay que dejarlo porque es un beneficio para la sociedad

:lol:

---------- Mensaje unificado a las 21:39 ---------- El mensaje anterior habia sido a las 21:38 ----------

Me gustaría que me muestres en que parte dije eso

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La -

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En un lugar llamado Berlín, en el año 1933 hacían exactamente lo mismo. Así terminaron.

Quie´n dijo esa boludez?

El fanático no cuestiona, sigue algo ciegamente. Igual que el mediocre.

Es un oximoron esa frase

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Mas respeto con Evita.

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te lo digo yo , que soy un nerd para la historia , Lo dijo Maria Eva Duarte de Peron.

justamente. Una pelotudez marca cañón.

Agrego**
Solamente los fanáticos -que son idealistas y son sectarios- no se entregan. Los fríos, los indiferentes, no deben servir al pueblo. No pueden servirlo aunque quieran.
Para servir al pueblo hay que estar dispuestos a todo, incluso a morir. Los fríos no mueren por una causa, sino de casualidad. Los fanáticos sí.
Me gustan los fanáticos y todos los fanatismos de la historia. Me gustan los héroes y los santos. Me gustan los mártires, cualquiera sea la causa y la razón de su fanatismo.
El fanatismo que convierte a la vida en un morir permanente y heroico es el único camino que tiene la vida para vencer a la muerte.
Por eso soy fanática. Daría mi vida por Perón y por el pueblo. Porque estoy segura que solamente dándola me ganaré el derecho de vivir con ellos por toda la eternidad.
Así, fanáticas quiero que sean las mujeres de mi pueblo. Así, fanáticos quiero que sean los trabajadores y los descamisados.
El fanatismo es la única fuerza que Dios le dejó al corazón para ganar sus batallas. Es la gran fuerza de los pueblos: la única que no poseen sus enemigos, porque ellos han suprimido del mundo todo lo que suene a corazón.
Por eso los venceremos. Porque aunque tengan dinero, privilegios, jerarquías, poder y riquezas no podrán ser nunca fanáticos. Porque no tienen corazón. Nosotros sí.
Ellos no pueden ser idealistas, porque las ideas tienen su raíz en la inteligencia, pero los ideales tienen su pedestal en el corazón. No pueden ser fanáticos porque las sombras no pueden mirarse en el espejo del sol.
Frente a frente, ellos y nosotros, ellos con todas las fuerzas del mundo y nosotros con nuestro fanatismo, siempre venceremos nosotros.
Tenemos que convencernos para siempre: el mundo será de los pueblos si los pueblos decidimos enardecernos en el fuego sagrado del fanatismo.
Quemarnos para poder quemar, sin escuchar la sirena de los mediocres y de los imbéciles que nos hablan de prudencia.
Ellos, que hablan de la dulzura y del amor, se olvidan que Cristo dijo: “¡Fuego he venido a traer sobre la tierra y que más quiero sino que arda!”
Cristo nos dio un ejemplo divino de fanatismo. ¿Qué son a su lado los eternos predicadores de la mediocridad?

¿Que tercer alternativa? ¿Massa con el narcotrafico?

Gente como nosotros esta esperando personas que quieran defender los intereses nacionales haciendo bien las cosas. Por su parte, si pretendes que creemos un partido politico para hacer bizarreadas como estas, preferible ser un tibio o un pobre iluso que busca algo imposible en estos tiempos

//youtu.be/yPUi05OT5_g

El mensaje de “Mi mensaje”
Por José Pablo Feinmann

El martes 31 de julio el Congreso nacional presentará la edición definitiva de Mi mensaje, texto que Eva Perón dictó durante los últimos días de su agonía. Fue un honor que me encargaran el Prólogo. Mi mensaje fue escrito de cara a la Muerte. Con los días contados. Ya no había intereses, ni coyunturas ni manos ajenas que pudieran herir el texto. Es Eva Perón en carne viva, sin velos, sin ganas de guardarse nada. De aquí la dureza y autenticidad de sus palabras. Vamos a escoger algunos textos. Darle la palabra a Evita. Fueron las últimas que dijo y tienen la fuerza de lo definitivo.

“Nadie fue capaz de seguir la farsa como yo para saber toda la verdad. Porque todos los que salieron del pueblo para recorrer mi camino no volvieron nunca. Se dejaron deslumbrar por la maravillosa fantasía de las alturas y se quedaron para gozar de la mentira.”

“Yo no me dejé arrancar el alma que traje de la calle, por eso no me deslumbró jamás la grandeza del poder y pude ver sus miserias. Por eso nunca me olvidé de las miserias de mi pueblo y pude ver sus grandezas.”

Decide denunciar definitivamente (¿qué otra cosa si no lo definitivo le quedaba?) a los enemigos del pueblo: “A veces los he visto fríos e insensibles. Declaro con toda la fuerza de mi fanatismo que siempre me repugnaron. Les he sentido frío de sapos o de culebras”.

Se entrega a una exaltación del “fanatismo”. Del suyo, al que llegará a identificar con el de Cristo. En Eva, el fanatismo implica la entrega absoluta a una causa. Siempre dijo: “Los tibios me repugnan”.

“Para servir al pueblo hay que estar dispuestos a todo, incluso a morir. Los fríos no mueren por una causa, sino de casualidad. Los fanáticos, sí (…) El fanatismo es la única fuerza que Dios le dejó al corazón para ganar sus batallas”.

“Tenemos que convencernos para siempre: el mundo será de los pueblos si los pueblos decidimos enardecernos en el fuego sagrado del fanatismo. Quemarnos para poder quemar, sin escuchar la sirena de los mediocres y los imbéciles que nos hablan de prudencia. Ellos, que hablan de la dulzura y del amor que Cristo dijo: ¡Fuego he venido a traer sobre la tierra y qué más quiero sino que arda! Cristo nos dio un ejemplo divino de fanatismo. ¿Qué son a su lado los eternos predicadores de la mediocridad?” Las citas bíblicas de Eva son precisas, ni erráticas ni menos aún equivocadas. Tomo, de mi Prólogo, el siguiente fragmento: “Jesús, en Lucas 12.49, dice: ‘He venido a arrojar un fuego sobre la tierra y ¡cuánto desearía que ya hubiera prendido!’” (Biblia de Jerusalén). Luego, en 12.51, insiste: “¿Creéis que estoy aquí para poner paz en la tierra? No, os lo aseguro, sino división”. Son textos que han asombrado a los teólogos porque contradicen el mensaje central del profeta de Nazareth: el del amor, el de poner la otra mejilla. De aquí que, en San Mateo, el texto que Evita menciona sea antecedido por el título: Jesús, señal de contradicción. Y dice: “No penséis que he venido a traer paz a la tierra. No he venido a traer paz, sino espada” (Mateo, 10.34.). Hay una explicación. El confesor de Eva durante sus largos últimos días fue el padre Hernán Benítez. Es (muy) posible que él le hiciera conocer esas citas tan cuidadosamente escogidas y que ocupan un escueto espacio en los evangelios. Acaso impresionado por los durísimos textos contra la Iglesia, Hernán Benítez (un digno sacerdote, de los pocos: hoy Domingo Bresci, otro pastor del pueblo, da misa en la misma parroquia que él) negó la veracidad de Mi Mensaje. No es así. Vi el auténtico manuscrito. Me lo mostró hace más de diez años Fermín Chávez: un montón de hojas amarillentas. Cada una llevaba las iniciales inconfundibles de Eva.

“Si alguna cosa tengo que reprocharle a las altas jerarquías militares y clericales es precisamente su frialdad y su indiferencia ante el drama de mi pueblo.” Detesta a los que entregan a sus pueblos. A los que dicen que nada se puede hacer. “Podrá costar más o menos sacrificio, ¡pero siempre se puede! (…) ¿Los procedimientos? Hay mil procedimientos eficaces para vencer: con armas o sin armas, de frente o por la espalda, a la luz del día o a la sombra de la noche, con un gesto de rabia o con una sonrisa, llorando o cantando, por los medios legales o por los medios ilícitos que los mismos imperialismos utilizan contra los pueblos.”

“Ya no podrán jamás arrebatarnos nuestra justicia, nuestra libertad y nuestra soberanía. Tendrían que matarnos uno por uno a todos los argentinos. Y eso ya no podrán hacerlo jamás.” Doloroso texto. Revela que ni ella (que los conocía de cerca) había vislumbrado la crueldad de sus enemigos. Mataron a todos uno por uno. A todos los argentinos que les incomodaban para imponer sus planes económicos miserables, que arruinaron el país y los enriquecieron. La mataron a ella una y mil veces por medio de la desaparición, la injuria, la negociación política de su cuerpo escueto, magro. No la dejaron reposar en paz. Tenían miedo de una tumba suya en el país. Habría sido el lugar desde donde el pueblo –luego de rezarle, de evocarla y de expresarle ese amor que los hacía arder como ella había ardido– se organizaría. Ese pueblo marginado, excluido, que no podía votar porque estaban prohibidos su partido y su líder, porque la “democracia” de los militares del ’55 podía creer que lo era pese a excluirlos y esa farsa la aceptaron todos, civiles y militares, todos chapoteando durante dieciocho años en el fango de la ilegitimidad, llevando a la juventud al descreimiento político y a su fruto: la violencia.

“Me rebelo indignada con todo el veneno de mi odio o con todo el incendio de mi amor –no lo sé todavía– en contra del privilegio que constituyen todavía los altos círculos de las fuerzas armadas y clericales (…) Pero sé también que a los pueblos les repugna la prepotencia militar que se atribuye el monopolio de la Patria, y que no se concilian la humildad y la pobreza de Cristo con la fastuosa soberbia de los dignatarios eclesiásticos que se atribuyen el monopolio absoluto de la religión (…) Yo no diría una palabra si las fuerzas armadas fuesen instrumentos fieles al pueblo. Pero no es así: casi siempre son carne de la oligarquía.”

También les reserva duras palabras a los dirigentes sindicales que se dejan “marear por las alturas”: “Dirigentes obreros entregados a los amos de la oligarquía por una sonrisa, por un banquete o por unas monedas. Los denuncio como traidores”. Contra las jerarquías clericales: “Entre los hombres fríos de mi tiempo señalo a las jerarquías clericales cuya inmensa mayoría padece una inconcebible indiferencia frente a la realidad sufriente de los pueblos (…) Les reprocho haber abandonado a los pobres, a los humildes, a los descamisados, a los enfermos, y haber preferido en cambio la gloria y los honores de la oligarquía (…) Soy católica, pero no comprendo que la religión de Cristo sea compatible con la oligarquía y el privilegio”. Acusa a la religión de predicar el sometimiento ante los poderosos, ante esa oligarquía contra la que siempre luchó y que la supo odiar aún más allá de lo que los odiaba ella. “La religión no ha de ser jamás instrumento de opresión para los pueblos. Tiene que ser bandera de rebeldía (…) Predicar la resignación es predicar la esclavitud. Es necesario, en cambio, predicar la libertad y la justicia (…) Mi mensaje está destinado a despertar el alma de los pueblos de su modorra frente a las infinitas formas de la opresión y una de esas formas es la que utiliza el profundo sentimiento religioso de los pueblos como instrumento de esclavitud.”

Termina pidiendo que “los hombres y las mujeres del pueblo” no se entreguen jamás a la oligarquía. Porque: “Con ellos no nos entenderemos nunca, porque lo único que ellos quieren es lo único que nosotros no podremos darles jamás: nuestra libertad”.

Sólo algo más: no sé si me agrada verla a Eva en un billete, sea del valor que sea. El dinero es la mercancía de las mercancías. La mercancía a la que todas remiten. Si no, se retornaría al trueque. La mercancía es el alma del capitalismo. Más allá del dinero –como mercancía absoluta que sostiene el sistema– sólo restan los metales preciosos. ¿Cómo no voy a acordar en sacarlo a Roca de un billete (que es el alma de la clase oligárquica que él consolidó) aunque sólo sea para no verle la cara? Pero la cara de Eva apreciaría verla en otros paisajes. No quiero –cualquiera de estos días– recibir un billete gastado por el uso, por el manoseo de una sociedad que se basa en la acumulación simbólica de esos papeles sucios, y adivinar, detrás, el rostro de Eva. Si ya está, ya está. Pero también está servido el chiste gorila, el chiste que reverdecerá el viejo odio que acompañó a Evita en su vida y a lo largo de la muerte: “Evita volvió y es millones en billetes de cien pesos”. Habrá que buscar que, si vuelve, sea otra cosa. Porque ésa no está a su altura. Será tal vez un honor para cualquier otro, pero una Evita cosificada en la mercancía esencial del sistema que ella abominó no servirá de mucho. Ni le hace honor. El honor que, sin duda, altamente merece esa militante que quemó su vida en el fuego de su propia militancia. Que, con su último suspiro, se preguntó: “¿Sabrán mis grasitas cuánto los amo?”

te daras cuenta que esos 60 ñoquis tienen una familia ergo estas dejando fuera del sistema a mas de 60 ñoquis, pero ademas esos 60 ñoquis significan $300000 al mes, del cual gran parte se distribuye en el mercado local del cual esos ñoquis hacen uso (porque aunque resulte increible esa plata la gastan) entonces ya tenes otro problema ademas de dejar a 60 personas sin empleo, dejas a sus familias fuera del sistema y disminuis las ganancias de todos aquellos comerciantes/servicios/etc que eran usados por esos 60 ñoquis…

Esa falacia surge de interpretar parcialmente el keynesianismo. Dejando de lado los argumentos éticos y morales que implica destinar un puesto rentado a alguien inidóneo y que la unica contraprestación sea la militancia (y no la prestación de un servicio) y enfocándonos estrictamente en lo económico… No es verdad que SIEMPRE los subsidios del Estado con fines de estimular la demanda generen un aumento de la cantidad producida (por ende un beneficio para la sociedad), pues ello solamente es válido cuando la economía está estancada o en recesión, caso contrario (cuando la economía está aceitada, cerca del pleno empleo) genera nada más que inflación.

Volviendo al plano de la ética, JAMÁS puede justificarse un sueldo por militancia (ñoquis), o un subsidio a los actores amigos, o a periodistas militantes, etc…

Igual, muchos de los que acá prefieren ser tibios y mediocres, están defendiendo su postura, y tomando partido por algo. Tienen una gran convicción, son grandes mediocres! Jaja.

“con los ñoquis tiene que venir un medio a decirte que hay que echarlo? El “sentido común” sería que el que no labura hay que rajarlo”

capaz que cacé cualquiera

Que convicciones tendras entonces apoyando a un gobierno que esta entregandole el pais a los sectores conservadores que nos condenaron a ser un pais que vive del campo para subsistir

Por ej, vos siendo fanático de River, no cuestionaste nunca planteos, dts, jugadores, formas, etc?

Otra: te consideras fanático o mediocre?

SBEN, ¿La Campora alguna vez cuestiono lo que hizo Cristina? ¿No son los mismos que ven a Randazzo como un traidor a la patria? ¿No son tampoco los que creyeron que el proyecto era todo lo que diga la jefa mientras la levantaba en pala con sus hoteles?

Y el secreto a voces, ¿no son los mismos que se robaron las armas del RENAR para salir a reventar a tiros a todos cuando les toque recuperar el poder?

El fanatismo es bueno siempre y cuando sea en pos de una causa buena y legitima. Si es para hacerle la vista gorda a uno de los sistemas de corrupcion mas grandes que se montaron en la historia Argentina, no solo es dañino para el pueblo sino para la misma bola de pelotudos que van a cantarle a Plaza de Mayo como si Cristina realmente se interesara por ellos. Las mina los forrea en la cara y ellos agitando la banderita de Evita

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Igual hay que ubicar esas palabras (y politicas) en el tiempo, en el contexto, hoy impactan de una manera distinta a lo que lo hacian en aquellos años

No entendí bien lo que me quisiste plantear. Cuando yo hablo de militantes no me refiero a ninguna agrupación específica… tengo conocidos que militan en centros de estudiantes universitarios y no son de la cámpora ni son ñoquis.
Después es natural que la militancia asuma como conductora a Cristina después de la muerte de Néstor. Por ejemplo en mi caso yo apoyo un modelo de país que me parece más beneficioso para el conjunto de la población, prefiero intervenciíón económica de parte del gobierno, prefiero que se le de prioridad a la industria nacional y no a los productos importados, prefiero planes sociales a retenciones cero. Todo eso, sin tocar el tema corrupción, afecta totalmente al grueso de la población y eso es lo que me interesa discutir a mi. También considero que Cristina es mejor cuadro político que cualquiera de los que están hoy dentro de la política, por ende es normal que sea la conductora del espacio después de 12 años de gestión que para mucha gente fueron buenos.

Si no hubiesen fanático de una causa jamas se hubiesen logrado miles de derechos.

Si no hubiese fanáticos luchando por la independencia hoy seguiriamos siendo una colonia. Si no hubiese “locos fanatizados” luchando por el voto universal hoy seguirían eligiendo al presidente unos pocos. Si no hubiese fanaticos luchando por los derechos de los trabajadores hoy seguiríamos siendo explotados aun mas.

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