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Enredado
El Cholo insistió con el 3-3-3-1 y el equipo no funcionó: hubo media hora de fútbol y después 40 minutos de charla. ¿Quiénes van con Boca?
Movimientos mecanizados, repetición y ejecución. Pim, pam, pum. Como aprendió con Marcelo Bielsa, cada entrenamiento de Diego Simeone es intenso y particularmente breve. No más de cinco minutos le alcanzan para explicar su idea y mecanizarla. Ejercicios de definición, trabajos defensivos, hasta los tradiciones locos terminan casi antes de haber arrancado. Sin embargo, ayer el Cholo hizo una excepción. Porque armó un 11 contra 11 de media hora entre los titulares y la Reserva reforzada, y también porque, disgustado y preocupado por lo pobretón que fue el ensayo, estuvo otros 40 minutos reunido con los 14 jugadores que viene preparando para el gran debut del año. ¿Que si no había sido ante Independiente? Y… No. El gran debut es el sábado y nada menos que frente a Boca.
“¡Buenas tardes!” El saludo de Simeone a los periodistas, antes de subirse a la camioneta que lo llevó hasta el Costa Galana, sonó más a formalismo que a realidad. No sólo porque el reloj marcaba las 10.30 de la mañana, sino también porque si algo no tenía la mañana era pinta de buena… O al menos de lo buena que esperaba el Cholo. Porque su River, el del 3-3-3-1, volvió a darle ocupado. Fue un equipo al que le costó muchísimo tener la pelota, uno de los puntos clave para desarrollar la idea futbolística del DT. Y que cuando la tuvo, no siempre le dio el destino correcto en tiempo y forma. El mayor déficit se vio de entrada con la posición que ocuparon en el campo de juego, ya que la línea de tres jamás sacó el traste de la puerta del área, lo que derivó en un retraso por contagio, con Augusto y Archubi casi de laterales, Ponzio apenas unos metros más adelante que el líbero Cabral, Ortega arrancando desde el círculo central (o incluso más atrás) y el pobre de Abreu allá solo y a la deriva para ser deglutido por la defensa rival. (cosa que ya hemos visto en los partidos, la soledad del 9)
Tan atrás se pararon que Tuzzio, al darse cuenta de que lo único que hacía era rechazar y esperar que la pelota volviera, cruzó un par de palabras con Gerlo para pedirle que se adelantara. Pero por los gestos de Paco, mucho no lo convenció… También, como desde que este grupo comenzó a tener rodaje, se repitieron algunos desacoples por izquierda (y dale con la izquierda, no? menos mal que no hace falta un 3), en donde Archubi por momentos debió hacer su trabajo y, prácticamente, el de Alexis Sánchez, un caso especial para el DT. “Sabe que no termina de entenderlo y es claro que a otro jugador ya lo hubiera sacado, pero el chileno es tan desequilibrante que lo banca”, se escuchó por el Boulevard Peralta Ramos… Es más, ante el segundo cambio de frente que intentó el ex Colo Colo y que terminó en el pecho de un rival, el Cholo paró el entrenamiento y le dijo: “Alexis, la primera es peligrosa, la segunda es una cagada y la tercera es un gol en contra. Vamos a pensar”.
¿Todas pálidas? No. Lo positivo del ensayo matutino fue que si bien lo colectivo casi no tuvo recorrido, sí aparecieron los chispazos individuales. Con movimientos simples (pivotenado y yendo a buscar), Abreu consiguió quedar tres veces cerca de marcar. Y lo mismo hicieron Ortega y Rosales, uno despierto para elegir la mejor opción de pase y el otro, para abrir bien la cancha y llegar al fondo. Además, también hay que decir que Carrizo casi no tuvo trabajo.
Sólo un derechazo alto de Ferrari alteró la tranquilidad defensiva, aunque se descuenta que Riquelme, Palacio y Palermo van a exigir un poco más de lo que lo hicieron los chicos…
Por eso hay que ver si el Cholo insiste o decide cambiar en las últimas horas. Lo seguro es que para ganarle a Boca va a necesitar algo más. Que lo escuchen, lo entiendan y se lo metan en la cabeza.
MAR DEL PLATA (ENVIADO.)
Solo espero que el Cholo no se ensañe con este esquema si al paso del tiempo sigue sin funcar…