00:13 | RIVER / TIGRE: CAGNA VS. CAGNA, CON ALTA TENSION" De chico era de River… ahora le quiero ganar" El DT del Matador confesó su pasión de juventud y, entre risas, entró en cortocircuito con su papá, quien trabaja de electricista en el club Millonario. JORGE LOPEZ - SEBASTIAN RUIZ ARANDA | [u]jorgelopez@ole.com.ar; seruiz@ole.com.ar[/u]
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De tal padre… ¡un hijo ídolo de la hinchada contraria!
Cuentan en Núñez que Diego Cagna, uno de los cinco hijos del matrimonio que conformaban Eduardo Raúl y Felisa Vallejo, se pasaba el día entero peloteando bajo las tribunas del estadio Monumental. Que un día, con edad de Prenovena, al chico que vivía frente al Jardín Botánico, estudiaba en el colegio Adolfo Van Gelderen y se derretía por las piruetas del Enzo, le dijeron que se tenía que buscar un club, que no había lugar para él en las Inferiores del equipo de sus amores.
Desilusionado, Dieguito se fue con todos sus sueños a Argentinos. Y el nene creció. Y con su pelo largo y enrulado, debutó en la Primera del Bicho, saltó a Independiente y, contradicciones del fútbol, con el paso de los años se convirtió en capitán y referente del Boca multicampeón de Carlos Bianchi. Sin embargo, su padre, electricista, ahora de 61 años, nunca se alejó de Núñez, en donde ya lleva casi tres décadas como empleado. Olé los juntó a 24 horas de un partido que tendrá a toda la familia pendiente…
–Diego: No me pongo a pensar en lo que era River antes o que estoy muy identificado con Boca. Esas cosas ya pasaron. Quiero que gane Tigre por nosotros, para estar bien.
–Eduardo: De verdad, no hablamos casi de fútbol. Quizás antes yo era más futbolero. No soy fanático, me gusta ver buen fútbol.
–D: De chiquito íbamos a la cancha. Se nos hacía fácil porque yo jugaba al fútbol de salón en el club, ni teníamos que viajar. Vivíamos prácticamente en River. Mi papá incluso jugaba en el torneo interno. Eran lindos momentos. Pero uno crece, ahora es otra cosa.
–Eduardo, ¿por qué su hijo no cumplió el sueño de debutar en River?
–E: Las cosas que tiene la vida, terminó jugando justamente en Boca. No hay manera de poder explicar cómo una persona que se crió en River haya terminado en el cuadro que es la contra del que yo hincho. Yo soy de River, está claro. Hay que aceptar las cosas como son, ¡qué le voy a hacer!
–D: Ja, ja, ja…
–E: Siempre lo apoyé. No había ninguna razón: él estaba haciendo su carrera. Supongo que en su momento, a Randazzo le habrá pasado lo mismo.
–¿Le hubiera gustado verlo ganar la Copa… con la camiseta de River?
–E: No hizo tantas Inferiores. Con la camiseta de River jugó al fútbol de salón. Diego, no creo que mucha gente sepa que los primeros títulos que ganaste fueron con la camiseta de River. Jugaba muy bien, eh.
–D: Cuando yo estaba en River, era muy chico. Después se empezó a dar todo en Argentinos y ahí empecé a crecer. Papá me venía a ver al Bicho, me acuerdo de cuando se iba hasta Boyacá… Obvio que de chico me hubiese gustado jugar en River. Y a mi papá también, pero se dio al revés, fui a la contra, je, je, y no hubo ningún problema.
–¿A quién admirabas?
–E: ¿Diego? Al Enzo…
–D: Sí, lo enfrenté como jugador y creo que le cambié la camiseta. Cuando yo era chico, Goyco y el Enzo fueron a ver a una categoría distinta a la mía, y los chicos se sacaron fotos con ellos. ¡A mí no me tocó!
–¿Irá a verlo a Núñez?
–E: Sí, porque sigo trabajando en River. De local, al menos, estoy siempre.
–¡Si lo habrán cargado!
–E: ¿Por Boca? No, para nada. Ya soy bastante grande, algo de respeto me tienen. Y no te olvides de que soy electricista, cualquiera que me cargara, seguramente se iba a quedar electrocutado al abrir una puerta, je. Es broma, eh.
–D: Ja, ja…
–E: Como DT, lo ha llevado bien. Aunque te agregaría algo más, hijo… ¡El cachetazo de Griguol!
–D: Nooo, a ver si se enoja alguno y me la devuelve, ja, ja, ja. ¡Ni loco le pego a Diego Castaño!
–¿Cómo fue para un hincha de River ver a su hijo ganar todo con Boca?
–E: Mi actual mujer es de Boca e hizo a los dos hijos que tuve con ella también de Boca. ¡Son insoportables! Pero bueno, la vida tiene esas cosas, je. Cuando Boca jugaba contra River, yo le rogaba a Dios que Diego no hiciera un gol y que Boca no ganara. Je, Diego no lo sabía…
–D: Ja, ja. Una vez nos encontramos en el control antidoping, después del superclásico, y nos pusimos a hablar de fútbol.
–¿Mañana quién gana?
–E: Me gustaría que ganara River, porque lo necesita. El viene bien, que se conforme, je. Como estaré trabajando en el estadio, lo veré por circuito cerrado.
–D: Que papá piense lo que quiera. Nosotros vamos a tratar de ganar.
–Identificado con Boca, ¿podrías dirigir a River o lo descartás?
–D: No descarto nada. Como cuando era jugador, querés crecer.
–E: Me hubiera gustado más verlo como jugador.
–¿Con los años, los colores quedan atrás?
–D: En mi caso, sí. En Argentinos, aún me seguía tirando River. Pero en Independiente, ya no. Igual, si te va mal, lo otro te lo van a refregar. Si a mí me iba mal, me iban a matar en Boca. Aunque nunca escuché que me gritaran “Gallina”. Yo era hincha de River de chiquito y me fui a jugar a Boca, y no tuve ningún problema: dejé el alma. El fútbol es muy raro…
*Ya le había declarado a El Gráfico que no descarta dirigir a River en el futuro.
Abrazo (25)