Marita Verón. Al filo del juicio

Marita Verón
Al filo del juicio, piden que se investigue a más encubridores


Los dos fiscales y los abogados de la querella buscan revelar las pistas sobre el secuestro de la joven tucumana que la Justicia no investigó.

Diez años son mucho en la vida de una joven estudiante de la Facultad de Artes de la Universidad Nacional de Tucumán y madre de una nena de 3 años, que en un relámpago fue desaparecida de su mundo. Son casi toda la vida de Sol Micaela Catalán, la hija de Marita Verón, quien el miércoles estará mirando los rostros de los trece acusados de secuestrar a su mamá, venderla y convertirla en una esclava sexual, con la esperanza de que a alguno lo carcoman las culpas y diga dónde está. Diez años son una eternidad para Susana Trimarco, la madre de Marita, quien ha removido cielo y tierra para hallarla, y sólo encontró centenares de mujeres y niñas que, igual que su hija, fueron víctimas de trata. Diez años son una exageración en términos de pretensión de justicia, sobre todo cuando se investigó durante menos de tres años, y mal.

Con 155 testigos y tres días de audiencias por semana, el juicio durará más de cuatro meses. No habrá lugar para el aburrimiento, al menos durante el primer mes: algunas personas que deberían estar en el banquillo, declararán como testigos. A otros testigos les harán recién ahora las preguntas que hace una década podrían haber servido para dar con ella.

Los dos fiscales y los cuatro abogados de la querella buscarán ampliar la red de encubrimientos y reconstruir el itinerario de una muchacha de 23 años que el 3 de abril de 2002 salió de la casa de su madre rumbo a la Maternidad, donde una enfermera, vecina de la madre, le había conseguido un turno para hacerse una ecografía, previa a la colocación de un DIU.

“Conocían sus movimientos, sabían que iría caminando” , asegura el abogado Carlos Varela Álvarez. Según un testigo, fue golpeada, secuestrada y subida a un auto con vidrios polarizados, por orden de la acusada María del Jesús Rivero. Una llamada a su madre precisó que era “un remís Cinco Estrellas”, la empresa de radiotaxis de Rivero, ubicada a cuatro cuadras del hospital.

La querella cree que la llevaron a una orgía, donde la drogaron. Quizá se escapó o la soltaron. El 5 de abril por la noche, una enfermera y su hermano la vieron en un paraje a 7 kilómetros de Tucumán: parecía dopada y no podía articular palabra. A la mañana siguiente avisaron a la Policía.

A lo largo de ese sábado 6 se cruzaron con ella tres personas en la zona de la Ramada de Abajo, a 37 kilómetros: continuaba en muy mal estado y apenas balbuceaba. Delante de la última testigo la recogió un patrullero. Los efectivos dicen haberla subido a un ómnibus interurbano, a cuyo chofer pidieron que la dejara en la terminal de Tucumán; una versión que no les cierra a los abogados. Después, nada más.

Recién en junio de 2002, el ex comisario Jorge Tobar –un oficial de Bomberos amigo de los Verón, que investigó a fondo el caso– supo, por una mujer en situación de prostitución, que había sido raptada por una red de trata, y vendida a prostíbulos de La Rioja. Antes había estado en Tucumán y la vecina Yerba Buena, secuestrada por Daniela Milhein y su marido, Andrés González, según contó Fátima Mansilla, otra víctima de trata que durmió a la par de Marita.

Fue el policía riojano Domingo Andrada -otro de los acusados- quien se supone la trasladó a esa provincia. La convirtieron en esclava sexual en los burdeles Candy, Candilejas y El Desafío, cuyos dueños, regentes y madamás enfrentarán ahora a la justicia.

Hasta allí llegó Tobar con una orden de allanamiento; pero el entonces juez Walther Moreno avisó del procedimiento a los proxenetas, y mientras la comisión policial clavaba los frenos, a Marita y a otras víctimas menores de edad las llevaban a la casa del “Chenga” Gómez, regente de El Desafío.

Desde entonces, ya no fue vista por nadie más que se animara a contarlo.

Otra víctima de trata oyó a sus explotadores decir que la habían llevado a España, y se abrió una nueva pista.

En Burgos se detectó una red de trata con conexiones en la Argentina, y se detuvo a una tucumana. Pero la fiscal Adriana Reinoso Cuello ya había decidido dar por terminada la investigación, y la mujer nunca fue interrogada. Esto fue en 2004, hace ocho años.

“Nunca apareció nada sobre Marita muerta. Nadie se quebró nunca, ni dijo dónde está el cuerpo. Entonces, está fuera del país” , afirma el abogado Carlos Garmendia. La insistencia de la madre logró mantener abierta una causa por averiguación de paradero, por la cual sigue implorando al cielo.

A pesar de que están prohibidos por ley desde 1937, los prostíbulos sobre la ruta nacional 38, donde esclavizaron a Marita, siguen funcionando. Con otros nombres. Con otras mujeres explotadas. Como los de Tucumán, los de Córdoba, los de Buenos Aires…

Marita VerónAl filo del juicio, piden que se investigue a más encubridores


Es increíble cómo la gente “desaparece”…

Marita Verón
Al filo del juicio, piden que se investigue a más encubridores


Los dos fiscales y los abogados de la querella buscan revelar las pistas sobre el secuestro de la joven tucumana que la Justicia no investigó.

Diez años son mucho en la vida de una joven estudiante de la Facultad de Artes de la Universidad Nacional de Tucumán y madre de una nena de 3 años, que en un relámpago fue desaparecida de su mundo. Son casi toda la vida de Sol Micaela Catalán, la hija de Marita Verón, quien el miércoles estará mirando los rostros de los trece acusados de secuestrar a su mamá, venderla y convertirla en una esclava sexual, con la esperanza de que a alguno lo carcoman las culpas y diga dónde está. Diez años son una eternidad para Susana Trimarco, la madre de Marita, quien ha removido cielo y tierra para hallarla, y sólo encontró centenares de mujeres y niñas que, igual que su hija, fueron víctimas de trata. Diez años son una exageración en términos de pretensión de justicia, sobre todo cuando se investigó durante menos de tres años, y mal.

Con 155 testigos y tres días de audiencias por semana, el juicio durará más de cuatro meses. No habrá lugar para el aburrimiento, al menos durante el primer mes: algunas personas que deberían estar en el banquillo, declararán como testigos. A otros testigos les harán recién ahora las preguntas que hace una década podrían haber servido para dar con ella.

Los dos fiscales y los cuatro abogados de la querella buscarán ampliar la red de encubrimientos y reconstruir el itinerario de una muchacha de 23 años que el 3 de abril de 2002 salió de la casa de su madre rumbo a la Maternidad, donde una enfermera, vecina de la madre, le había conseguido un turno para hacerse una ecografía, previa a la colocación de un DIU.

“Conocían sus movimientos, sabían que iría caminando” , asegura el abogado Carlos Varela Álvarez. Según un testigo, fue golpeada, secuestrada y subida a un auto con vidrios polarizados, por orden de la acusada María del Jesús Rivero. Una llamada a su madre precisó que era “un remís Cinco Estrellas”, la empresa de radiotaxis de Rivero, ubicada a cuatro cuadras del hospital.

La querella cree que la llevaron a una orgía, donde la drogaron. Quizá se escapó o la soltaron. El 5 de abril por la noche, una enfermera y su hermano la vieron en un paraje a 7 kilómetros de Tucumán: parecía dopada y no podía articular palabra. A la mañana siguiente avisaron a la Policía.

A lo largo de ese sábado 6 se cruzaron con ella tres personas en la zona de la Ramada de Abajo, a 37 kilómetros: continuaba en muy mal estado y apenas balbuceaba. Delante de la última testigo la recogió un patrullero. Los efectivos dicen haberla subido a un ómnibus interurbano, a cuyo chofer pidieron que la dejara en la terminal de Tucumán; una versión que no les cierra a los abogados. Después, nada más.

Recién en junio de 2002, el ex comisario Jorge Tobar –un oficial de Bomberos amigo de los Verón, que investigó a fondo el caso– supo, por una mujer en situación de prostitución, que había sido raptada por una red de trata, y vendida a prostíbulos de La Rioja. Antes había estado en Tucumán y la vecina Yerba Buena, secuestrada por Daniela Milhein y su marido, Andrés González, según contó Fátima Mansilla, otra víctima de trata que durmió a la par de Marita.

Fue el policía riojano Domingo Andrada -otro de los acusados- quien se supone la trasladó a esa provincia. La convirtieron en esclava sexual en los burdeles Candy, Candilejas y El Desafío, cuyos dueños, regentes y madamás enfrentarán ahora a la justicia.

Hasta allí llegó Tobar con una orden de allanamiento; pero el entonces juez Walther Moreno avisó del procedimiento a los proxenetas, y mientras la comisión policial clavaba los frenos, a Marita y a otras víctimas menores de edad las llevaban a la casa del “Chenga” Gómez, regente de El Desafío.

Desde entonces, ya no fue vista por nadie más que se animara a contarlo.

Otra víctima de trata oyó a sus explotadores decir que la habían llevado a España, y se abrió una nueva pista.

En Burgos se detectó una red de trata con conexiones en la Argentina, y se detuvo a una tucumana. Pero la fiscal Adriana Reinoso Cuello ya había decidido dar por terminada la investigación, y la mujer nunca fue interrogada. Esto fue en 2004, hace ocho años.

“Nunca apareció nada sobre Marita muerta. Nadie se quebró nunca, ni dijo dónde está el cuerpo. Entonces, está fuera del país” , afirma el abogado Carlos Garmendia. La insistencia de la madre logró mantener abierta una causa por averiguación de paradero, por la cual sigue implorando al cielo.

A pesar de que están prohibidos por ley desde 1937, los prostíbulos sobre la ruta nacional 38, donde esclavizaron a Marita, siguen funcionando. Con otros nombres. Con otras mujeres explotadas. Como los de Tucumán, los de Córdoba, los de Buenos Aires…

Marita VerónAl filo del juicio, piden que se investigue a más encubridores


Es increíble cómo la gente “desaparece”…

No me acuerdo de este caso. Alguien que me refresque la memoria?

Un ejemplo de lucha y perseverancia la madre, que se haga justicia por marita y todas las mujeres que son esclavizadas por estos hijos de re mil puta!

Marita desapareció en la mañana del 3 de abril de 2002. Le había dicho a su madre que iba a atenderse al hospital. Nunca más la encontraron. Tenía 23 años, una hija de 3 y era estudiante de la licenciatura en Artes Plásticas. De acuerdo con el requerimiento de elevación a juicio, la joven fue interceptada en la calle San Martín esquina Paso de los Andes, en la ciudad de Tucumán, por personas no identificadas, que procedieron a subirla contra su voluntad en un automóvil marca Fiat Duna, trasladándola a los domicilios de manzana B casa 7 del barrio Feput de la ciudad de San Miguel de Tucumán, y de calle Remedios de Escalada Nº 50 de Yerba Buena, a unos 9 kilómetros de la capital provincial, donde Daniela Natalia Milhein y Andrés Alejandro González la tuvieron privada de su libertad. De allí la enviaron a la ciudad de La Rioja para que ejerza la prostitución en los cabarets llamados Candy, Candilejas y El Desafío, todos ubicados sobre la ruta 38, donde María Azucena Márquez, Lidia Irma Medina, José Fernando González (a) El Chenga, Carlos Alberto Luna, Humberto Juan Desobertis, Mariana Natalia Bustos, el policía riojano Domingo Pascual Andrada y Cynthia Paola Gaitán tuvieron a Marita privada de la libertad en contra de su voluntad obligándola a ejercer la prostitución.

Página/12 :: Sociedad :: Un juicio emblemático contra la trata

Todavía no se sabe nada de ella.

Este caso es en el que se inspiró la novela esa de Telefé, Vidas Robadas.

Aquellas excavaciones que mostraron en la tele en un prostibulo no llevaron a nada? Que fuerza la de la madre…

Los huevos de la madre, mira que infiltrarse y cagarlos a todos…

es increible lo que hace una madre por un hijo…

Esta mujer es un ejemplo para todos los tucumanos,para el mundo!
Lo que se movio en este tiempo,es increible.Y no solo eso,sino que trabaja en una organizacion que se encarga de darles apoyo a chicas que sufrieron algun tipo de secuestro como el de su hija!

Todo un ejemplo!!

Hace unos meses,una conocida mia sufrio un ataque por parte de unos tipos en S.M de Tucuman,cuando volvia a su casa y la mandaron a esa organizacion,hablaron con Susana y la mujer les recomendo que no le dieran ningun tipo de informacion a unos policias (los nombro con nombre y apellido para que los reconociera),son los que andan metido en esa mafia,pero era medio tarde ya porque unos dias antes ya habian ido por su casa.

Se sabe todo.

cerca del parque Avellaneda la secuestraron? viví a 2 cuadras de ahí varios años…

Lo de la madre es extraordinario. Como le cambio la vida, pasó a dedicar la misma solo a buscar a su hija dia y noche, metiendose en cuanto lugar acercara alguna pista, disfrazandose de prostituta. Y tuvo que luchar contra todo el poder politico y judicial tucumano y riojano, que hicieron la vista gorda, porque hay gente prendida que pisa muy arriba. Ej: El presidente de San Martin de Tucuman, Ale.


Muevo a politica y sociedad.

Caso Marita Verón: involucran a un ex dirigente de fútbol

Es Rubén Ale, ex presidente del club San Martín. Dicen que manejó el secuestro

La trama del secuestro y desaparición de Marita Verón tiene hilos sueltos, nudos invisibles y una urdimbre secreta que, por inoperancia, negligencia o voluntad de impunidad, en la investigación se mantuvieron ocultos. Susana Trimarco está convencida de quién ha manejado la lanzadera: Rubén Ale. Jamás estuvo siquiera imputado, pero dos ex mujeres estarán sentadas en el banquillo desde mañana. Y su nombre será mencionado varias veces durante el juicio.

Ex gerenciador y ex presidente de San Martín de Tucumán –su última ocupación pública–, Ale debió renunciar en 2011, y no por el retorno a la B, sino por la denuncia de haber comandado la banda armada que el 1º de febrero de 2011 usurpó una finca de Los Pereyra y se alzó con medio millón de pesos en granos de soja, que comercializó en el mercado negro.

Tras permanecer prófugo durante varios días, negoció su entrega internándose en la Clínica Modelo, con un diagnóstico de cardiopatía, hipertensión y diabetes, alimentado por la obesidad mórbida que le valió el alias de La Chancha. Allí cumple prisión preventiva VIP desde el 6 de setiembre pasado.

Ale ya no le paga a su abogado Cergio Morfil para que defienda a su ex mujer –ex vicepresidenta del club–, María Jesús Rivero, a quien se imputa haber mandado secuestrar a Marita; la acusación sostiene que dio la orden a su hermano Víctor, remisero. Y aquí asoma uno de los hilos a enhebrar como hilván en esta historia: si bien Ale es “el alma de la remisería” –según su hermano Ángel–, Rivero dijo ser la dueña de Cinco Estrellas, en uno de cuyos autos habrían subido a Marita, según una llamada a su madre.

La sede de la empresa de radiotaxis queda a cuatro cuadras de la Maternidad y a 14 de la casa de Susana Trimarco, desde donde salió la joven el 3 de abril de 2002 rumbo a ese hospital. En esa zona Ale y su hermano –conocido como El Mono– tienen varias propiedades. Unas manzanas más al norte se ubica el barrio La Ciudadela, donde está la cancha de San Martín de Tucumán.

Fue un Cinco Estrellas el auto que en 2002 intentó atropellar a Susana Trimarco. Five Stars se llamaba uno de los prostíbulos de La Rioja donde fue vista la joven, tras ser vendida –sostiene la acusación– por Daniela Milhein. Otro de los hilvanes: Milhein también fue pareja de La Chancha, con quien tuvo un hijo. Una víctima de trata no sólo vio a Marita en las dos casas de Milhein donde estuvo secuestrada, sino además a Ale. Tenía 16 años cuando fue raptada y Ale la hizo desnudar, para decidir si la trasladaba a Las Casitas –el amargo barrio prostibulario de Río Gallegos–, o si podía cobrar una tarifa más cara por el uso de su cuerpo.

Los Ale y su padre Said fueron una presencia estable en las páginas policiales desde los 80. En 1984, La Chancha ya había pasado cuatro años preso, de los nueve de una condena por tentativa de homicidio. Un año después lo arrestaron junto con otros integrantes de La Banda del Camión –la barra brava de San Martín–, todos armados. En paralelo hubo denuncias por amenazas, lesiones en banda y daño intencional.

En 1986, los hermanos fueron detenidos por el asesinato de dos Gardelitos –sus archirrivales– y lesiones graves a otros tres. Pero sucesivos “maquillajes” del expediente sobreseyeron a La Chancha y mejoraron la acusación al Mono, quien dos años y medio después fue liberado. En 1989 cayeron de nuevo presos, cargando armas de guerra en un auto, frente a la cárcel de Villa Urquiza.

Para 1997 ya habían instalado la remisería y tenían 400 móviles, que el gobierno se resistía a habilitar. Fundaron entonces su propio gremio, Asociación de Remiseros Unidos de Tucumán (ARUT), con María Jesús Rivero como secretaria general, y salieron a bloquear las calles con estruendosas manifestaciones. Tras un intento de copamiento de la Jefatura de Policía, el ex represor Antonio Bussi, entonces a cargo del Ejecutivo provincial, los calificó como “engendro de mafiosos” y aseguró tener “pruebas más que suficientes para mandarlos donde corresponde, que es (la cárcel de) Villa Urquiza”.

Nada de eso ocurrió. Por el contrario, durante la gestión de Julio Miranda, los Cinco Estrellas fueron nombrados por decreto “veedores de la ciudad”, como auxiliares de la Policía. Hubo un contrato para que la Provincia les financiara la colocación de rastreadores satelitales. Fue anulado recién cuando Susana Trimarco salió a denunciar los probables nexos de La Chancha con el secuestro de Marita.

Caso Marita Verón: involucran a un ex dirigente de fútbol

Sin la complicidad policial, nada de esto ocurriría

En La Rioja un ministro de seguridad e interior quiso arremeter contra los prostíbulos, cada vez que un operativo iba al interior de la provincia, la policía les avisaba para cerrar y cubrir todo. Cuando le dieron el raje al ministro reabrieron los pocos prostíbulos que pudo cerrar

ahora… unos policias la encontraron en mal estado y la subieron en un colectivo que iba a Tucuman? WTF???

Tantos años de infierno para esa familia y una madre titánica que empezó a destapar la olla.
Toda la mafia que debe existir detrás ¿Cómo se desarma algo así? ¡Qué habrán hecho de Marita y de tantas mujeres; las conexiones con otros países, con otras redes; cómo protegerse de esto, cómo acabarlo!

Y este es un caso que se conoce por los ovarios que le puso la madre, que incluso hoy, a diez años de su “desaparición”, la sigue buscado.
Yo no entiendo, ¿Y Julio López? ¿Y Luciano Arruga? Entiendo que son casos distintos y son desapariciones con motivaciones diferentes, pero la situación es la misma: personas de las que se pierde el rastro. ¿Cómo puede ser? Ni siquiera sus familiares pueden tener los cuerpos de esas personas para ir a llorarlas a algún lado (eso decía mi vieja, que por eso quería ir al cementerio. Pobre, a veces yo la lloro pero no voy a ver sus restos, aunque entiendo que no saber dónde está alguien -o su cuerpo- debe ser desesperante).

Cuando esta metido el poder, sea politico y/o judicial y/o policial, es muy dificil. Es PATETICO Y UN BOCHORNO que el juicio sea 10 AÑOS DESPUES. Acá es cuando entran mis contradicciones entre la “independencia del poder judicial” y el Ejecutivo. Yo, ejecutivo nacional, sabes como voy a visitar a los jueces que miran para el costado y a la policia complice, corrupta y asesina?¡¡

Es muy dificil cambiar todo esto, hay muchas instituciones corrompidas y son las que deben garantizar justicia y seguridad. En Tucuman tengo referencias que el poder politico y judicial ES UNA JODA DE LA SAN PUTA.

Aquí en San Juan no sabemos todavía lo que ha pasado con Raúl Telechea, un ingeniero que desapareció hace más de cinco años y ni hablar del asesinato de María Rosa Pacheco.