Crece la polemica a poco de las elecciones 2011.
Una vez mas los polémicos afiches de campaña de Mauricio Macri causan molestias a ciertas personas.
Esta vez los que se enojaron fueron Ricardo Mollo (pareja de Natalia Oreiro y músico del grupo Divididos) y Diego Arnedo (también músico de Divididos) por el uso de la imagen de Sumo
(antiguo y mítico grupo musical al que pertenecieron ambos) en un afiche de campaña del Pro.
Por este motivo emitieron un comunicado oficial con el siguiente texto:
IMPORTANTE COMUNICACIÓN OFICIAL 07/06/2011
En referencia al uso del nombre y la imagen de SUMO en la campaña de vía pública de un
partido político de la Ciudad de Buenos Aires y como integrantes que hemos sido de esa agrupación musical tan querida por nosotros, queremos compartir que tanto Ricardo Mollo como
Diego Arnedo sentimos la necesidad de comunicar por este medio que al menos a nosotros
nunca nos pidieron autorización y que de todos modos si alguien lo hubiese hecho, de ninguna
manera hubiésemos autorizado el uso de la misma para tan malintencionada operación de
sentido. Atentos a este tipo de operaciones comunicacionales pronunciadas por la carrera electoral y que tanto desautorizan al hacedor de las mismas, les agradecemos a todos ustedes que
visitan nuestra página Web oficial y se contactan directamente con nosotros, sus inquietudes,
indignaciones y solidaridades ante semejante acto de irrespetuoso comportamiento sobre el
presente y la memoria de la historia tan querida de SUMO.
Muchas gracias.
DIVIDIDOS
La imagen de Luca Prodan en los avisos de campaña de Mauricio Macri abren un abanico de preguntas ucrónicas. ¿Que qué es eso?
[IMG]http://www.pagina12.com.ar/commons/imgs/go-gris.gif[/IMG] Por Javier Aguirre
Macri va por el “voto-after chabón” La ucronía es un subgénero de la ficción que propone imaginar un futuro lógico a partir de un hecho pasado que no ocurrió: cómo aventurar qué habría pasado si Carlitos Tevez no hubiese ido a Boca y se hubiese quedado a completar las inferiores en All Boys; o como arriesgar a quién habría votado este año Luca Prodan si no hubiese fallecido, se hubiera naturalizado argentino y hubiese tenido domicilio en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Es improbable creer que el Apache habría ganado el Mundial de Clubes con la camiseta del Albo, casi tan improbable como suponer que Luca habría simpatizado políticamente con el jefe de Gobierno porteño, Mauricio Macri.
Sin embargo, los afiches en vía pública de la campaña “Sos bienvenido”, con la que Macri busca ser reelecto en la Ciudad, la dejan picando: en ellos puede verse un pibe con look rockero que, de espaldas, lleva una campera que tiene el logo de Sumo y la formación de la banda; Luca Prodan en voz, Superman Troglio en percusión...
Primera pregunta ingenua: ¿Significa que Macri escucha Sumo? “Bueno, no tiene que ver con los gustos personales de Mauricio, sino con los gustos de la gente, y con transmitir valores de apertura y diversidad”, contesta al NO Marcos Peña, vocero de campaña PRO y secretario general del Gobierno de la Ciudad. “La elección de Sumo fue bastante casual”, asegura, “y respondió a la vocación de mostrar la cultura rock; Sumo es una banda emblemática, pero pudo haber sido otra; así como también la remera pudo no ser de un artista de rock, sino de reggae, cumbia o reggaeton”.
Aunque la presencia del logo de Sumo en un afiche electoral es una jugada fuerte, porque pone nombres propios, no es la única alusión a la cultura rock que aparece en las veinte imágenes que conforman la campaña en cuestión. El catálogo de jóvenes modelos de votantes PRO también incluye a un chico con campera de cuero y guitarra eléctrica, a un graffitero urbano con jardinero y manos llenas de pintura, y a una chica sonriente que luce un chabonísimo pañuelo palestino en el cuello. Cuesta no asociar ese recorte de sufragantes porteños sub-25 con el boom de la militancia juvenil que, a partir de la muerte del ex presidente Néstor Kirchner, parece haber llamado la atención de periodistas, dirigentes políticos y –evidentemente– publicistas. Y cuesta asociar el lado romántico de la participación política con el nihilismo pospunk propio de los amaneceres con resaca en el Abasto.
La ucronía podría disparar más preguntas ingenuas: Si Luca viviera... ¿Destacaría la supuesta eficiencia empresaria al servicio de la gestión pública? ¿Mandaría carta documento al bunker de campaña de PRO? ¿Adheriría, a pesar de haber nacido en Italia, a las expresiones de Macri sobre la “inmigración descontrolada”? ¿O acaso replicaría desde el escenario con un enhiesto y nada lubricado fuck you?