Viernes, 21 de Noviembre 2014, 00.51
River contra todosEstá planteada así la cosa. River jugando palo y palo dos campeonatos mientras los rivales duermen ocho horitas y se levantan frescos como lechuga, después le meten siesta y se ponen a ver por tele cómo nosotros nos pelamos el traste partido a partido, tratando de sostener una campaña que ni el Real Madrid, con el plantel que tiene, puede sostener. Pero ahí está River, ofreciendo el corazón, bancándose las más difíciles. Peleando el partido al no poder jugar, producto de la enorme presión que ejerció un rival que hace 15 días estaba tomando carrera. Eso también explica un poco la dificultad que nos plantea la Copa: se juega poco al fútbol, es más pelea que otra cosa, tanto que pareció peor partido del que jugaron con la cancha inundada. Ver dos pases seguidos era para romper en lágrimas. Todo fricción, todo apretar, poco juego. Boca tenía la enorme ventaja del River desgastado y no la aprovechó. Jugó a tirar pelotazos y a presionar. A tirarla a la olla, pum para arriba y a empujar, favorecido por un arbitraje que vio fouls de River a granel y pocos de ellos. Entonces, aunque el 0 a 0 no sea bueno en términos generales, por el famoso gol de visitante, si tenemos en cuenta que River viene gastado, que a 24 horas del partido perdió a Mora, que evidentemente tiene un plantel cortísimo, que fue titular el Negrito Sánchez 48 horas después de jugar un tiempo con la Celeste, que el rival se preparó 15 días para ganarnos, que también jugamos contra una historia que no nos favorece en los choques coperos contra ellos, con algunas noches de las duras, golpes y porrazos, después de poner todo eso en la bolsa, hay que valorar el corazón que le puso el equipo a tanto en contra, y rescatar que ahora definiremos en casa. Habrá que redoblar la apuesta, tratar de jugar más, de atacar más, de no dividir tanto la pelota, de cuidarla, de hacerla correr, de pasársela al compañero, y esperemos que el árbitro cobre las faltas de los dos equipos, no sólo las nuestras. El gol de visitante será una amenaza permanente, por lo tanto no queda otra que ganar. Mientras ellos descansan y esperan la revancha, nosotros tenemos que salir a defender la punta del campeonato con Racing. Gracias muchachos: les estamos pidiendo un milagro, casi.
Leo Farinella