pero todo esto, no es excusa para modernizar areas puntuales de las FFAA. tenemos que comprar otro rompehielos, barcos auxiliares, aprestar unidades de superficie de la armada y modernizar la flota de carga de la fuerza aerea sea en aviones y helicopteros…porque se viene el fin del tratado antartico y hay que estar listos para efectuar masiva presencia en la zona…porque cuando llegue ese dia, todas las unidades britanicas de santa helena, georgias, malvinas incluso ascension se apersonaran en “su sector antartico” que es coincidente con el nuestro para poner bases provisorias por todos lados hasta que se firme el nuevo convenio; sino me veo en breve expulsados de la antartida mas alla del sector del paralelo 70 en que por falta de presupuesto renunciamos nuestra presencia drasticamente.
no podes evitarlo, pero tampoco podes regalarte sin hacer nada…seguimos retirando bases…solo queda una por encima del paralelo 70 … si el dia de mañana pretendemos tener un sector antartico, debemos tener control y posesion de alguna extension. la presencia y apoyo solo se podra dar con estos medios, nuevo aviones que reemplacen a los fusilados hercules, helicopteros…un rompehielos permanente en el sector en patrulla y otro en trayecto…sino en unos años nos agarrara el apuro y no tendremos aviones de carga en condiciones…aparte de vaya a saber que haremos si el rompehielos tiene otro accidente…no por nada hasta chile este año invirtio 575 millones en la cuestion antartica
Está bien, si hablás de imponer presencia tiene sentido, yo había entendido que pretendías impedir la ocupación británica por la fuerza, por eso me pareció medio disparatado.
El primer ministro dijo argentina no es una amenaza creíble o algo así, en realidad quiso decir me hacen cagar de risa, no le pueden hacer una guerra ni a un equipo de paintball y nos vienen a romper las pelotas a nosotros…
por la fuerza no, yo apunte a presencia y su consolidacion. si relees mi mensaje no dije nada de armamento de ataque, cite aviacion militar de carga sea aviones o helicopteros, rompehielos, buques auxiliares y poner en condiciones la flota, porque imaginate un problema como el del irizar en pleno mar antartico, con que lo traes ? necesitas de la potencia de los destructores de la armada para remolcarlos sino damos lastima como la otra vuelta que nos tienen que remolcar buques de guerra de terceros.
A propósito, qué ridiculez lo del comunicado de intelectuales sobre la estrategia en Malvinas. Es raro, porque todos son opositores (es lo único que los une… además de no ser abogados, ni diplomáticos, ni saber un carajo del tema y sus cuestiones legales), pero su visión no es apoyada ni siquiera por los propios partidos que votan (los llega a escuchar Terragno y los caga a patadas). Yo creo que es un tremendo caso de Torre de Marfil.
NOTA PUBLICADA EN EL DIARIO “PÁGINA 12” DE BUENOS AIRES - FEBRERO 21 DE 2012
CARTA A LOS INGLESES PROGRESISTAS
Norberto Alayón (*)
(*) Profesor Titular – Facultad de Ciencias Sociales (UBA)
¿Por qué y para qué escribir una carta a los ingleses progresistas, a los ingleses no conservadores, en el marco del recuerdo de los 30 años de la Guerra de Malvinas, acaecida en 1982?
Si los ingleses, como se dice, fueron y son “piratas” imperialistas que vienen generando severos daños y padecimientos a escala mundial, ¿para qué intentar escribirles a aquellos otros ingleses que tengan valores y prácticas acordes a la vigencia de un mundo más justo para todos los habitantes del planeta?
Resulta necesario aclarar -de entrada- lo que es sabido de sobra, pero que suele olvidarse o reducirse a simplificaciones poco felices. Una cosa son los ciudadanos, los pueblos, y otra los gobiernos coyunturales que, con concepciones diversas y en ocasiones opuestas, representan a sus países.
¿Todos los ingleses son la misma cosa? ¿Todos piensan y actúan igual? ¿Todos los argentinos son la misma cosa? ¿Todos piensan y actúan igual?
David Cameron es inglés, Eric Hobsbawn también. Mauricio Macri es argentino, Cristina Kirchner también es argentina. Jorge Rafael Videla es argentino, Adolfo Pérez Esquivel también. El Che Guevara era argentino, Bartolomé Mitre también. Margaret Thatcher es inglesa, Estela Carlotto es argentina. William Shakespeare era inglés, Jorge Luis Borges era argentino. José Alfredo Martínez de Hoz es argentino, John Maynard Keynes era inglés. Osvaldo Bayer es argentino, Anthony Giddens es inglés. John Lennon era inglés, Luis Spinetta era argentino. A la vez, en Argentina siempre hubo y hay argentinos “pro ingleses”.
Como se puede observar, nada es lineal ni está exento de complejidades y contradicciones. Y los gobiernos de un mismo país, ¿son siempre lo mismo? La Gran Bretaña de Thatcher ¿fue igual a la de Tony Blair? La Argentina de Galtieri ¿fue igual a la de Néstor Kirchner? El Chile de Pinochet ¿fue igual al de Bachelet y aún de Piñera? El Perú de Fujimori ¿fue igual al de Humala? El Brasil de Collor ¿fue igual al de Lula? El Uruguay de Sanguinetti ¿fue igual al de Mujica? El Paraguay de Stroessner ¿fue igual al de Lugo? La Cuba de Batista ¿fue igual a la de Castro? La Nicaragua de Somoza ¿fue igual a la de Ortega?
Ni los gobiernos, ni los ciudadanos de los respectivos países son todos iguales, ni piensan todos igual. Cada cual representa y porta concepciones no idénticas que es necesario develar y caracterizar con más precisión que las que provienen del mero sentido común y de los reduccionismos más subjetivos.
Entonces, convendría acordar en que no todos los ingleses son “malos” y que no todos los argentinos son “buenos”. Si se nos disculpa acudir a cierta simplificación, para entendernos más fluidamente (aún a riesgo seguro de emplear conceptualizaciones muy generales), hablemos a grandes rasgos de “conservadores” y de “progresistas”.
Hay en Inglaterra, por supuesto, conservadores y progresistas. Hay en Argentina, por supuesto, conservadores y progresistas. Pero acontece que hay temas, como la dominación colonial de Malvinas, que entrecruzan complejamente los posicionamientos de conservadores y progresistas.
Hay, en Argentina, conservadores que están a favor de la causa nacional de Malvinas; y hay, en Argentina, progresistas que están indiferentes y hasta en contra de la causa Malvinas. En este caso, ¿los conservadores se vuelven progresistas y los progresistas se vuelven conservadores? Cabe recordar también que es improbable que alguien llegue a ser absolutamente progresista en todos los órdenes de la vida o -a la inversa- absolutamente conservador en todos los asuntos. Los cruces suelen ser asombrosos.
Pero, entonces, ¿por qué los ingleses tienen fama de imperialistas? Bueno, la historia real y concreta no admitiría desmentidas: Irlanda, Escocia, Gales, India, Hong Kong, Gibraltar, Malvinas, Nueva Ámsterdam (Nueva York), Canadá, Australia, Nueva Zelanda, Samoa, Jamaica, Trinidad y Tobago, Bermudas, Granada, Bahamas (Guyana), Barbados, Guyana Británica, Honduras Británica (Belice), Chipre, Malta, Ceilán (Sri Lanka), Birmania (Myanmar), Nepal, Qatar, Singapur, Egipto, Sudán, El Cabo, Sudáfrica, Rhodesia, Ghana, Nigeria, Uganda, Kenia, Sierra Leona, Gambia, entre tantos otros, soportaron y padecieron su presencia colonial. Aún en este siglo XXI, de los 16 enclaves coloniales supervivientes, 10 pertenecen a Gran Bretaña.
Y encima Inglaterra (más precisamente sus sectores dominantes) se erigió, en su momento, en la “madre patria” de los estadounidenses, cuyo poderoso país se convirtió en la más oprobiosa e inhumana experiencia de dominación mundial. El espíritu permanentemente guerrero e invasor de Inglaterra también fue heredado por EE.UU, que lo desplegó y sigue desplegando a límites inimaginables. Algunos hijos, a veces, salen igual o peor que sus padres.
En Argentina, la influencia e intervención de Inglaterra ha sido nefasta, para decirlo suavemente y hasta con cierta forzada insensibilidad, para no obnubilar el análisis. Las Invasiones Inglesas en 1806 y 1807; el “empréstito” de Baring Brothers en 1824; la invasión a Malvinas en 1833 y la expulsión de sus habitantes; la Batalla de la Vuelta de Obligado en 1845 (ahí también con los franceses, que no deberían olvidarse de Indochina, Argelia, etc.); la inducción y soporte a la fratricida Guerra contra Paraguay entre 1865 y 1870; la explotación devastadora de La Forestal del quebracho chaqueño, santafesino y santiagueño; los ferrocarriles; los frigoríficos; el hundimiento del crucero General Belgrano (fuera de la zona de exclusión) en 1982, en el preciso momento en que la propuesta de paz del Presidente peruano Fernando Belaúnde Terry estaba avanzada; el arrogante y provocador incumplimiento de las Resoluciones de Naciones Unidas. ¡La pérfida Albion no se privó de nada con la Argentina ! Y para sus “éxitos” y consecuente desgracia argentina, también hay que recordar que contó con el apoyo y acompañamiento de muchos argentinos (gobernantes, empresarios, militares, académicos, escritores).
Para los argentinos, preocupados por el pasado, el presente y el futuro de su país y particularmente por la defensa del legítimo derecho al pleno bienestar de sus connacionales, resulta muy difícil contener la indignación, la exasperación y hasta los calificativos al analizar el vil comportamiento que siempre tuvo Inglaterra para con nuestro país.
Las riquezas que Inglaterra expolió del mundo entero son incalculables y garantizaron, a la par de su esplendor económico y desarrollo como potencia, la lubricación y el atenuamiento de las luchas y reivindicaciones de los propios trabajadores ingleses. Los ingleses, conservadores o progresistas, debieran reconocer, con autenticidad, que fueron y son tributarios de las exacciones que sus gobiernos imperiales aplicaron -a sangre, fuego y diplomacia- en todo el mundo. Y que aún hoy, en 2012, se obstinan impúdicamente en perpetuar.
Para los argentinos es un deshonor y una herida abierta, recordar, por ejemplo, la participación de nuestro país en la Guerra de la Triple Alianza que destruyó al Paraguay, o la intervención de militares argentinos (a pedido de EE.UU.) persiguiendo y asesinando en Nicaragua a ciudadanos de ese país de Centroamérica. Simétricamente, entendemos que debe ser muy penoso para la gran cantidad de ingleses progresistas, sobrellevar las impropias acciones de su país.
En la guerra de 1982 murieron 649 argentinos y 255 británicos. Conviene reparar en que los Imperios cuanto más se degradan y se desprestigian mundialmente, más peligrosos se pueden volver. Británicos bien nacidos y argentinos bien nacidos debiéramos estar muy atentos y alertas al respecto. Argentina ya se desembarazó de la genocida dictadura cívico-militar y está correctamente apelando y accionando en la perspectiva del diálogo y la resolución pacífica del conflicto.
Tenemos con ustedes, los ingleses, una gran causa colectiva para compartir y luchar denodadamente: nada más y nada menos que la construcción de un mundo más justo e igualitario.
Ninguna ingenuidad o claudicación nos invade. Esta carta simplemente aspira a propiciar y compartir la reflexión con los ingleses progresistas (que son muchos), ajenos a la perseverancia de históricos comportamientos imperiales. Cameron y Thatcher, por ejemplo, no son destinatarios de esta carta. Ni tampoco dudamos, en absoluto (y lo reafirmamos con cabal convicción y sinceridad), acerca del legítimo e imprescriptible derecho de soberanía que nos asiste a los argentinos sobre las Islas Malvinas. Soberanía sobre nuestras tierras, soberanía sobre nuestros mares, soberanía sobre nuestras riquezas, en pos de garantizar la seguridad y el bienestar de nuestro pueblo.
No nos asustemos tanto de esa posicion luego de perdida una guerra y tener todo en contra, si mientras el tema estaba fresco el archi hijo de puta de sarmiento , procer de la patria, escribia esto :
La Inglaterra se estaciona en las Malvinas. Seamos francos: esta invasión es útil a la civilización y al progreso" (El Progreso, 28/11/1842)
Ahora, yo no puedo creer que mencione como nefasto el sistema de trenes que nos dejaron los ingleses. Simplemente me pare INCREIBLE
En general, toda la base industrial que tiene la argentina es gracias a lo que armaron los ingleses. Si, se llevaron un monton. Pero tambien dejaron todo armado. Otros se llevaban todo y dejaban todo a la miseria (españa, portugal y francia)
LA DENUNCIA POR “TRAICIÓN A LA PATRIA”
El periodista se hizo eco de una denuncia del presidente del PI de Capital Federal, Julio Guarido, quien lo denunció como “traidor a la patria” por sus opiniones sobre la soberanía en las Islas Malvinas.
Aunque estaba de viaje por la Antártica, el presidente del Partido Intransigente Capital, Julio Guarido, advirtió que su partido presentó una denuncia judicial por “traición a la patria” contra los diecisiete intelectuales y periodistas que firmaron el documento “Malvinas: una visión alternativa”.
El texto que fue difundido el miércoles, entre otros, lleva la insignia de Beatriz Sarlo, Luis Alberto Romero, Juan José Sebreli, Vicente Palermo, Emilio de Ipola y el ex diputado de la Coalición Cívica Fernando Iglesias. Según su visión: “Los habitantes de las Malvinas deben ser reconocidos como un sujeto de derecho. Respetar su modo de vida implica abdicar de la intención de imponerles una soberanía, una ciudadanía y un gobierno que no desean”.
Hoy Lanata, quien fue otro de los firmantes, intentó en su programa en radio Mitre minimizar la importancia del documento y de esta forma desestimar las criticas que recibieron. “Hace unos días se iba a presentar en una conferencia de prensa una propuesta alternativa en el tema Malvinas, somos 17 los que la pero no estamos todos de acuerdo en todo” advirtió y agregó: “Lo que estamos de acuerdo es en crear mas lazos con Malvinas como antes del 82, es solo eso, una pavada, lo que creemos es que el camino que elige el Gobierno nos aleja”.
Mas adelante hizo referencia a la denuncia realizada por el Partido Intransigente a la que criticó agraviando a sus integrantes: “Por esto un señor llamado Guarido quiere que me procesen por Traición a la Patria, es del Partido Intransigente, un partidos con 4 personas y caben en un ascensor, lo cierto es que es un hombre muy vinculado al kirchnerismo”.
Específicamente la denuncia de Guarido se basa en el artículo 119 de la Constitución Nacional que sostiene: “La traición contra la Nación consistirá únicamente en tomar las armas contra ella, o en unirse a sus enemigos prestándoles ayuda y socorro. El Congreso fijará por una ley especial la pena de este delito; pero ella no pasará de la persona del delincuente, ni la infamia del reo se transmitirá a sus parientes de cualquier grado”.