No, no quiero hablar de la borrachera 8)
00:00 | BOCA
El día que cambió de bandaDe chico, Ischia era de River. Pero la final de la Copa 86 los enfrentó para siempre. Y con Bianchi, la pica creció. “Hasta les tomé bronca”, jura el DT de Boca.
SERGIO MAFFEI smaffei@ole.com.ar
El Pelado y un escudo que supo querer. Y luego odiar…
El Pelado y un escudo que supo querer. Y luego odiar…Es verdad que eras hincha de River?
—Era.
La respuesta, en esta nueva circunstancia, a horas de ser presentado oficialmente como el nuevo DT de Boca, puede sonar a ocasión, a salida del paso. Sin embargo, hace ya varios años que, efectivamente, Carlos Ischia asegura haber dejado de ser hincha de River. Más de 30, podría decirse, si se toma como primera fecha de cese sus comienzos como jugador, en Chacarita. O más de 20, si la referencia es aquella recordada final de Copa entre el América de Cali y River, que acabó por enterrar una parte de su infancia. En definitiva, todo terminaría por confirmar que del amor al odio hay un solo paso. “Mi fanatismo por River se murió temprano. Es así. Fui hincha de ese club hasta que tuve uso de razón, je”, suele decir ahora, como lo hacía cuando estaba a Boca como ayudante de Bianchi y sentía que esos colores empezaban a ser parte de su vida para siempre.
En definitiva, como si no pudiera despegarse del Virrey, como si los unieran más motivos que la amistad y el tiempo de trabajo juntos, ambos también compartieron esas razones del corazón que de grande cambiaron. Y los dos, en algún momento, hicieron un corte. A Bianchi le pasó ya en Boca: “Qué olor a Bostero que tengo”, dijo alguna vez, ya después de ser multicampeón, como sintiéndose parte de la familia. A Ischia, en cambio, ese quiebre interno le llegó antes, bastante antes de ser la mano derecha del Virrey. “Yo sufrí esos 18 años en los que River no salió campeón y justo que se cortó la racha, empecé a jugar en Chacarita. Ahí, me hice de Chaca. Porque era el club que me había dado la posibilidad de cumplir mi sueño de ser jugador que otros me negaron. Incluso River”, contó alguna vez.
Sin embargo, no sólo el fanatismo se fue diluyendo sino que lo que aumentó fue la bronca. Y la final de la Copa Libertadores del 86 enfrentó definitivamente su alma de jugador con su corazón de niño. De un lado, el River de Veira al cabo, el campeón. Del otro, el América de Cali de Ischia, Falcioni, Gareca y Cabañas. Ese día, el 29 de octubre del 86, el Pelado le juró odio eterno al equipo de su niñez. ¿Por qué? Una emboscada sufrida por el plantel colombiano en el Monumental hizo que él y sus compañeros la pasaran muy mal. Por eso, junto a Roberto Cabañas, quien también se identificaría con Boca, intercambiaron insultos y gestos con los hinchas antes de hacer la entrada en calor, en el reconocimiento del campo. Dicen que ahí, Ischia, soltó una frase que le salió de lo más profundo de su ser. “Desde hoy River no existe más para mí”. Y muchos aseguran que, aquella noche, su ira lo llevó a jugar con una camiseta de Boca debajo de la del roja del América.
La pica no se terminó ahí, claro. El Pelado tendría la posibilidad de tomarse revancha de su propia furia y de aquella final perdida, como ayudante de Bianchi. Primero en Vélez. Y después, en Boca. Sin embargo, hay otro hecho que marca el nivel de desencanto que había sufrido con ese club que alguna vez deseó ver ganar. Cuando el Virrey, después de ser campeón de todo en Liniers, fue tentado para dirigir en Núñez, Ischia se le plantó: “Le dije que lo felicitaba y que le deseaba suerte, pero que si agarraba no iba a ir con él. Yo, en River, no voy a trabajar nunca”, fue su sentencia.
Lo que siguió ya es más conocido. En sus tres años y medio como mano derecha de Bianchi en Boca, la rivalidad se potenció. Y, en contrapartida, creció el sentimiento por la azul y oro. “Es difícil no contagiarse de la euforia constante que vive el hincha. A mí me tocó vivirlo con intensidad. Y en el tiempo que estuve ahí, ganamos seis títulos contra dos de River. Por eso, hasta les tomé bronca. Y con Boca mantuve mi cariño. En este tiempo siempre quise que le fuera bien, excepto cuando me tocó enfrentarlo con los equipos que dirigí”, dijo. Hoy, ese sentimiento ya no tendrá limitaciones. Eso sí, del hincha de River al DT de Boca hubo más de un paso…
Más allá del corazón…
Carlos Bianchi
De chico era de River, pero su paso por Boca lo marcó. Hoy es un ídolo xeneize.
Adolfo Pedernera
Símbolo e hincha de River, también triunfó con Boca: fue el DT que ganó el título de 1964.
Diego Cagna
También confesó ser de River . Pero fue multicampeón con Boca y quedó muy identificado.