Las Abuelas recuperaron al nieto 102

EL PAIS › LAS ABUELAS ANUNCIARON LA IDENTIFICACION DEL NIETO 102, QUIEN SE NEGO A LAS PRUEBAS DE ADN
“En el fondo, él desea saber quién es”

		Estela Carlotto lo anunció ayer en la sede de  Abuelas. Es el hijo de los militantes montoneros María Graciela Tauro y  Jorge Daniel Rochistein, secuestrados en 1977. No quisieron dar el  nombre del joven ni de su apropiador.

		 				  			 			 			 				 				 				[cerrar]
			[b]Comparta esta nota con un amigo[/b]

			 				 					 						E-Mail de su amigo 						 					 					 						Su nombre 						 					 					 						Su E-Mail 						 					 					 					 						  						 					 				 				 				 			
		  			[IMG]http://www.pagina12.com.ar/commons/imgs/go-gris.gif[/IMG] Por Alejandra Dandan
					“El  documento es de una persona que no existe –dijo Estela Carlotto– porque  existe otra persona que va a tener que recuperarlo, y eso es obra de la  Justicia.” La presidenta de Abuelas de Plaza de Mayo presentó así la  noticia de la recuperación del nieto número 102. Un caso que no es  sencillo, dijo, porque el joven no aceptó hacerse voluntariamente los  análisis genéticos. Después de muchos años y de varios fallos  judiciales, confirmaron finalmente que es hijo de María Graciela Tauro y  de Jorge Daniel Rochistein, dos militantes de Montoneros secuestrados  el 15 de mayo de 1977. El joven, del que no se dijo su nombre, no estuvo  en la casa de las Abuelas para la conferencia de prensa. Hubo un dato  en la causa que fue especialmente subrayado en Abuelas: la existencia de  un allanamiento donde se fraguaron las pruebas con la intervención del  mismo comisario que actuó en otros casos similares, como el de los  hermanos Herrera Noble. “En el fondo, él desea saber quién es”, dijo  Estela. “Y va a seguir amando a quien quiera.” Las Abuelas, siguió, “no  pueden decir como dicen livianamente algunos miembros del Poder Judicial  cuando dicen ‘pobrecitos’, ‘déjenlos’”, explicó. “Este es un derecho de  acción pública: si las Abuelas dicen ‘pobrecito’ están encubriendo un  delito, siendo parte, siendo cómplices, por eso tenemos que llevarlo a  la Justicia.”
La sala de la sede de Abuelas estaba repleta de cámaras, micrófonos  de televisión y voces de cronistas de tonos extranjeros. “Estamos en un  país en democracia –explicó Carlotto cuando le preguntaron por el rol de  los medios–, donde no tenemos que tener miedo para hablar de una  situación que no está resuelta. Los medios pueden ser portadores de la  verdad o pueden ocultarla.”
Las Abuelas mencionaron la historia de la causa del nieto 102, pero  sobre la identidad del joven apropiado señalaron pocos datos. El joven  se crió como hijo natural de un integrante de un grupo de tareas de la  Fuerza Aérea, la fuerza de seguridad que mantuvo secuestrada a su madre  en Mansión Seré desde donde la llevaron a dar a luz a la ESMA. Anoche,  un cable de la agencia DyN divulgó el nombre del comodoro –prófugo de la  Justicia desde hace años– que sería el apropiador del nieto recuperado.  Pero, como solicitaron las Abuelas, Página/12 no lo dará a conocer para  no obstaculizar el proceso de adaptación del joven a su nueva  identidad.
Sus padres eran María Graciela Tauro y Jorge Daniel Rochistein. Ella  era “La Gracie” entre sus familiares. Vivía en Bahía Blanca, tenía una  hermana más chica, un padre tornero de los talleres del ferrocarril y  propietario con su mujer de un quiosco de barrio. María Graciela estudió  Bioquímica en la Universidad Nacional del Sur hasta tercer año, viajó a  Buenos Aires, trabajó de empleada en una fábrica, era militante de la  JUP y luego de Montoneros. Para sus compañeros era Raquel, Chela o  Queda. Y era muy linda, dijo Estela, “tenía el cabello oscuro y  ondulado”.
Jorge estudió Ciencias Económicas en la misma universidad. Su padre  tenía una fábrica de carteras en Coronel Suárez, que luego mudó a Bahía  Blanca. Jorge militaba en Montoneros. Entre sus compañeros era El  Hippie, Ricardo o Iricardo. Los dos se conocieron durante los años de  militancia, se casaron el 30 de enero de 1976 en Buenos Aires, y con los  primeros meses del golpe estuvieron en el Gran Buenos Aires. Cuando los  secuestraron, el 15 de mayo, ella llevaba cuatro meses y medio de  embarazo. Pasaron por la Comisaría 3ª de Castelar, ella estuvo en el  centro clandestino de Mansión Seré desde donde la llevaron a la ESMA. En  noviembre de ese año dio a luz a un varón, asistida por el médico  militar Jorge Luis Magnacco.
Según consta en la causa judicial, a ambos los ejecutaron en forma  sumarísima durante un enfrentamiento fraguado de guerrilleros con  militares, un procedimiento habitual en la época.
De lo que pasó después, Abuelas casi no dio información. La  investigación para recuperar al niño se inició hace unos diez años por  los datos de un represor, parte del grupo de tareas donde operó el  apropiador del niño. Esa persona estuvo con María Graciela y pudo contar  quién se llevó a la criatura. Su testimonio sin embargo cobró valor  porque aportó además los datos de otro niño apropiado. Era el caso de  Guillermo Francisco Gómez, que rápidamente se demostró que era nieto de  Rosa Roisinblit. Ese apropiador, dijo Estela, “se animó por primera vez a  hablar, cosa que ojalá todos los que participaron de la represión  hicieran. Rosa lo supo hace ya diez años, en este caso demoró más porque  el caso era mucho mas difícil”.
Como el joven se negó a realizar el estudio de ADN, el caso llegó a  la Corte Suprema que se expidió contra la extracción obligatoria. Como  sucede con el caso de los Noble Herrera, el tribunal consideró que se  podían utilizar medidas alternativas para obtener la información  genética. La causa estaba en manos del juez Rodolfo Canicoba Corral,  quien ordenó un primer allanamiento para obtener muestras de sus objetos  personales. “Como también sucedió en otros casos –explicó la presidenta  de Abuelas–, las muestras fueron fraguadas y resultó imposible  reconstruir el perfil genético.”
Los imputados supieron entre tres y cuatro días antes que se iba a  hacer ese allanamiento. De acuerdo con los datos de la causa, le dieron a  la Justicia un cepillo de dientes de la apropiadora. Canicoba volvió a  convocar al joven. Esta vez, él mismo le compró ropa, ordenó el secreto  de sumario y se aseguró de llamarlo después de un día de trabajo. Lo  convocó a su despacho y presenció el momento en el que se quitaba y  cambiaba la ropa para asegurarse de que no hubiese otro error.
Cuando le preguntaron a la presidenta de Abuelas por esa medida y la  relación con el caso Noble Herrera, ella respondió: “La Justicia  debiera ordenar la extracción como lo hizo Canicoba”.
Pero las Abuelas mencionaron otro dato. El allanamiento que ordenó  Canicoba se hizo en mayo de 2008 y estuvo a cargo del subcomisario  Carlos Garaventa de la División de Seguridad de Estado de la Policía  Federal. En mayo de este año, Garaventa intervino en el allanamiento de  los Herrera Noble. “Casualmente –dijo Estela–, en ambos procedimientos  intervino el mismo jefe policial”. Garaventa fue separado de la fuerza  el mes pasado (ver recuadro)
Con el avance de las investigaciones en Abuelas, ahora se sabe  además que esa misma división estuvo a cargo de otro procedimiento  fraguado en el año 2006 en el marco de la causa por la apropiación de  Alejandro Sandoval Fontana por el gendarme Víctor Rei. Alejandro estaba  ayer en la sede de Abuelas. En su caso, la policía llamó 48 horas antes a  su apropiador para avisarle del operativo. Rei llamó a Alejandro a  Campo de Mayo para que pase a buscar un cepillo de dientes suyo, un  peine, una remera y una toalla. Elementos a los que sumó además el  cepillo de dientes de un hijo biológico con la intención de fraguar los  resultados. Alejandro declaró sobre el allanamiento hace dos meses en el  juzgado de Sandra Arroyo Salgado, a cargo de la investigación de la  causa Noble Herrera. Pero declaró en una causa paralela.
“Permitime, que quiero decir una cosa”, le pidió a Estela el  secretario de Derechos Humanos, Eduardo Luis Duhalde. “En este caso, con  todas las dificultades que tuvo, se llegó a saber la verdad: eso nos  fortalece la idea de que a pesar de todas las medidas dilatorias la  Justicia va a avanzar”, concluyó.

María Graciela Tauro y Jorge Daniel Rochistein, los padres del nieto 102, fueron secuestrados en mayo de 1977.


Está hablando en 678 otro nieto recuperado. El relato es ESTREMECEDOR.

EL PAIS › LAS ABUELAS ANUNCIARON LA IDENTIFICACION DEL NIETO 102, QUIEN SE NEGO A LAS PRUEBAS DE ADN
“En el fondo, él desea saber quién es”

		Estela Carlotto lo anunció ayer en la sede de  Abuelas. Es el hijo de los militantes montoneros María Graciela Tauro y  Jorge Daniel Rochistein, secuestrados en 1977. No quisieron dar el  nombre del joven ni de su apropiador.

		 				  			 			 			 				 				 				[cerrar]
			[b]Comparta esta nota con un amigo[/b]

			 				 					 						E-Mail de su amigo 						 					 					 						Su nombre 						 					 					 						Su E-Mail 						 					 					 					 						  						 					 				 				 				 			
		  			[IMG]http://www.pagina12.com.ar/commons/imgs/go-gris.gif[/IMG] Por Alejandra Dandan
					“El  documento es de una persona que no existe –dijo Estela Carlotto– porque  existe otra persona que va a tener que recuperarlo, y eso es obra de la  Justicia.” La presidenta de Abuelas de Plaza de Mayo presentó así la  noticia de la recuperación del nieto número 102. Un caso que no es  sencillo, dijo, porque el joven no aceptó hacerse voluntariamente los  análisis genéticos. Después de muchos años y de varios fallos  judiciales, confirmaron finalmente que es hijo de María Graciela Tauro y  de Jorge Daniel Rochistein, dos militantes de Montoneros secuestrados  el 15 de mayo de 1977. El joven, del que no se dijo su nombre, no estuvo  en la casa de las Abuelas para la conferencia de prensa. Hubo un dato  en la causa que fue especialmente subrayado en Abuelas: la existencia de  un allanamiento donde se fraguaron las pruebas con la intervención del  mismo comisario que actuó en otros casos similares, como el de los  hermanos Herrera Noble. “En el fondo, él desea saber quién es”, dijo  Estela. “Y va a seguir amando a quien quiera.” Las Abuelas, siguió, “no  pueden decir como dicen livianamente algunos miembros del Poder Judicial  cuando dicen ‘pobrecitos’, ‘déjenlos’”, explicó. “Este es un derecho de  acción pública: si las Abuelas dicen ‘pobrecito’ están encubriendo un  delito, siendo parte, siendo cómplices, por eso tenemos que llevarlo a  la Justicia.”
La sala de la sede de Abuelas estaba repleta de cámaras, micrófonos  de televisión y voces de cronistas de tonos extranjeros. “Estamos en un  país en democracia –explicó Carlotto cuando le preguntaron por el rol de  los medios–, donde no tenemos que tener miedo para hablar de una  situación que no está resuelta. Los medios pueden ser portadores de la  verdad o pueden ocultarla.”
Las Abuelas mencionaron la historia de la causa del nieto 102, pero  sobre la identidad del joven apropiado señalaron pocos datos. El joven  se crió como hijo natural de un integrante de un grupo de tareas de la  Fuerza Aérea, la fuerza de seguridad que mantuvo secuestrada a su madre  en Mansión Seré desde donde la llevaron a dar a luz a la ESMA. Anoche,  un cable de la agencia DyN divulgó el nombre del comodoro –prófugo de la  Justicia desde hace años– que sería el apropiador del nieto recuperado.  Pero, como solicitaron las Abuelas, Página/12 no lo dará a conocer para  no obstaculizar el proceso de adaptación del joven a su nueva  identidad.
Sus padres eran María Graciela Tauro y Jorge Daniel Rochistein. Ella  era “La Gracie” entre sus familiares. Vivía en Bahía Blanca, tenía una  hermana más chica, un padre tornero de los talleres del ferrocarril y  propietario con su mujer de un quiosco de barrio. María Graciela estudió  Bioquímica en la Universidad Nacional del Sur hasta tercer año, viajó a  Buenos Aires, trabajó de empleada en una fábrica, era militante de la  JUP y luego de Montoneros. Para sus compañeros era Raquel, Chela o  Queda. Y era muy linda, dijo Estela, “tenía el cabello oscuro y  ondulado”.
Jorge estudió Ciencias Económicas en la misma universidad. Su padre  tenía una fábrica de carteras en Coronel Suárez, que luego mudó a Bahía  Blanca. Jorge militaba en Montoneros. Entre sus compañeros era El  Hippie, Ricardo o Iricardo. Los dos se conocieron durante los años de  militancia, se casaron el 30 de enero de 1976 en Buenos Aires, y con los  primeros meses del golpe estuvieron en el Gran Buenos Aires. Cuando los  secuestraron, el 15 de mayo, ella llevaba cuatro meses y medio de  embarazo. Pasaron por la Comisaría 3ª de Castelar, ella estuvo en el  centro clandestino de Mansión Seré desde donde la llevaron a la ESMA. En  noviembre de ese año dio a luz a un varón, asistida por el médico  militar Jorge Luis Magnacco.
Según consta en la causa judicial, a ambos los ejecutaron en forma  sumarísima durante un enfrentamiento fraguado de guerrilleros con  militares, un procedimiento habitual en la época.
De lo que pasó después, Abuelas casi no dio información. La  investigación para recuperar al niño se inició hace unos diez años por  los datos de un represor, parte del grupo de tareas donde operó el  apropiador del niño. Esa persona estuvo con María Graciela y pudo contar  quién se llevó a la criatura. Su testimonio sin embargo cobró valor  porque aportó además los datos de otro niño apropiado. Era el caso de  Guillermo Francisco Gómez, que rápidamente se demostró que era nieto de  Rosa Roisinblit. Ese apropiador, dijo Estela, “se animó por primera vez a  hablar, cosa que ojalá todos los que participaron de la represión  hicieran. Rosa lo supo hace ya diez años, en este caso demoró más porque  el caso era mucho mas difícil”.
Como el joven se negó a realizar el estudio de ADN, el caso llegó a  la Corte Suprema que se expidió contra la extracción obligatoria. Como  sucede con el caso de los Noble Herrera, el tribunal consideró que se  podían utilizar medidas alternativas para obtener la información  genética. La causa estaba en manos del juez Rodolfo Canicoba Corral,  quien ordenó un primer allanamiento para obtener muestras de sus objetos  personales. “Como también sucedió en otros casos –explicó la presidenta  de Abuelas–, las muestras fueron fraguadas y resultó imposible  reconstruir el perfil genético.”
Los imputados supieron entre tres y cuatro días antes que se iba a  hacer ese allanamiento. De acuerdo con los datos de la causa, le dieron a  la Justicia un cepillo de dientes de la apropiadora. Canicoba volvió a  convocar al joven. Esta vez, él mismo le compró ropa, ordenó el secreto  de sumario y se aseguró de llamarlo después de un día de trabajo. Lo  convocó a su despacho y presenció el momento en el que se quitaba y  cambiaba la ropa para asegurarse de que no hubiese otro error.
Cuando le preguntaron a la presidenta de Abuelas por esa medida y la  relación con el caso Noble Herrera, ella respondió: “La Justicia  debiera ordenar la extracción como lo hizo Canicoba”.
Pero las Abuelas mencionaron otro dato. El allanamiento que ordenó  Canicoba se hizo en mayo de 2008 y estuvo a cargo del subcomisario  Carlos Garaventa de la División de Seguridad de Estado de la Policía  Federal. En mayo de este año, Garaventa intervino en el allanamiento de  los Herrera Noble. “Casualmente –dijo Estela–, en ambos procedimientos  intervino el mismo jefe policial”. Garaventa fue separado de la fuerza  el mes pasado (ver recuadro)
Con el avance de las investigaciones en Abuelas, ahora se sabe  además que esa misma división estuvo a cargo de otro procedimiento  fraguado en el año 2006 en el marco de la causa por la apropiación de  Alejandro Sandoval Fontana por el gendarme Víctor Rei. Alejandro estaba  ayer en la sede de Abuelas. En su caso, la policía llamó 48 horas antes a  su apropiador para avisarle del operativo. Rei llamó a Alejandro a  Campo de Mayo para que pase a buscar un cepillo de dientes suyo, un  peine, una remera y una toalla. Elementos a los que sumó además el  cepillo de dientes de un hijo biológico con la intención de fraguar los  resultados. Alejandro declaró sobre el allanamiento hace dos meses en el  juzgado de Sandra Arroyo Salgado, a cargo de la investigación de la  causa Noble Herrera. Pero declaró en una causa paralela.
“Permitime, que quiero decir una cosa”, le pidió a Estela el  secretario de Derechos Humanos, Eduardo Luis Duhalde. “En este caso, con  todas las dificultades que tuvo, se llegó a saber la verdad: eso nos  fortalece la idea de que a pesar de todas las medidas dilatorias la  Justicia va a avanzar”, concluyó.

María Graciela Tauro y Jorge Daniel Rochistein, los padres del nieto 102, fueron secuestrados en mayo de 1977.


Está hablando en 678 otro nieto recuperado. El relato es ESTREMECEDOR.

Tiene una bronca encima el chico.

Yo estaba buscando en la tapa de Clarin haber que decian pero no encontre nada

Me tienen podrido hablando de la dictadura

Frases que no tienen retorno…

Que exagerado poner a Lanata o Caparrós de enemigos, EXGERADÍSIMO. Que queda para tantos otros impresentables…

Gran noticia! aguante las abuelas y a seguir recuperando nietos! :slight_smile:

Coincido totalmente, eh, para mí ni remotamente son enemigos Lanata o Caparrós. Lo marqué porque es este tema derrapó con esas declaraciones, lo cual no le quita respetabilidad.

Perdón, pero 1) No son enemigos; 2) No sé por qué metés a Caparrós; 3) Yo hubiera esperado y tolerado cualquier cosa de Lanata, menos esa frase.

A mi también me parece una locura lo que dijo el gordo, pero veo que desde los programas kirchneristas producidos por Gvirtz ultimamente hay una bajada de linea muy fuerte en pegarle y pegarle a Lanata y a Capparrós como si fueran 2 ex funcionarios menemistas, eso de tildarlos de pseudo progresistas o cuestiones así, me parecen ridículas, restan más de lo que suman.

Sí, totalmente, es una pelotudez más grande que una casa. Lo mismo aplica a Pino Solanas, Zamora, Lozano. Lejos están de ser enemigos, o pseudo progres, o lo que sea que digan. Un mamarracho, no sé quien se creen que son, o con que autoridad moral critican tan alegremente a gente con esa trayectoria.

Que idiotez, ¿viste en el contexto que lo dijo o solo el informe de 678?

Yo lo ví, y me pareció triste ver como se prestó al juego de TN en una entrevista que habían preparando especulando con que Cristina iba a expropiar Papel Prensa arbitrariamente…

No lo dijo ahí, lo dijo en su editorial de su programa.

Ah está bien, lo que dijo en esa entrevista entonces iba claramente en ese sentido.

Lo ví en youtube completo, y me pareció terriblemente desafortunada la frase.

que situación difícil para cada uno de los hijos de desaparecidos que se reconocen (no creo que recuperar sea la palabra… recuperar sería además de decirle quienes fueron sus padres, poder darles la vida que se le quitó desde aquel momento y es algo que no se puede hacer)… tantas cosas entran en juego, que la verdad me pone la piel de gallina tratar de ubicarme en su lugar…

Sacada de contexto obvio que parece desafortunada. Si realmente lo viste entero entendés por qué lo dijo y en qué contexto.

Odio cuando hacen eso, me parece muy bajo, patético y detestable.

Sí, es cierto, yo me refería a la recuperación de la identidad.

Y sí, es un proceso de lo más complicado, inimaginable para el que no pasa por eso…

Te entiendo … pero es como la frase de Cristina sobre el secuestro de goles. Desafortunada, sacada de contexto … pero decir, la dijo.

Y sí, pero yo a Cristina no la critico por eso ni mucho menos. Trato de llevar el debate un poco más arriba (donde me parece que sí tengo argumentos fuertes para no creer en ella). Y creo que vos también, por eso me molesta que lo digas.

Lo que sí me molesta que, como dijo el pelado de TVR es que haya muchos pendejos de 16/17 años que no sepan quienes fueron Lanata y Caparrós y los puteen como si nada.

Te juro que eso me saca.

Hoy, por ejemplo, y volviendo al tema del tema: en 678, Nieto 102 recuperado. Además del testimonio del nieto 84 abajo decía “Tapar o hacer tapa” ¿Lo ves ahí? ¿Eso no es “lucrar” con los DD.HH.?