La moneda es como una autopista (La Nacion sobre la inflacion)

La moneda es como una autopista
Por Roberto Cachanosky
Especial para lanacion.com
Viernes 04 de marzo de 2011 | 01:34 (actualizado a las 01:34)
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A pesar de la insistencia del Gobierno de negar que vivimos un acelerado proceso inflacionario, todos sabemos que hay inflación. La encuesta que mensualmente realiza la Universidad Torcuato Di Tella muestra expectativas inflacionarias del 30% anual. Salvo, claro está, que ahora Moreno también quiera prohibir las encuestas sobre expectativas inflacionarias.
¿Cuál es el problema de que el Gobierno no reconozca la inflación? Que termina trabando el sistema económico. Veamos por qué.
En primer lugar hay que preguntarse para qué sirve la moneda, recordando antes que la moneda es una mercadería como cualquier otra. Ahora bien, para que una mercadería sea utilizada como moneda debe cumplir con dos requisitos: a) ser ampliamente aceptada como medio de intercambio y b) servir como reserva de valor.
La moneda, que no es un invento de los gobiernos sino un descubrimiento del mercado, permitió pasar del trueque al intercambio indirecto. Imaginemos que no hay moneda, es decir que vivimos en base al trueque, y una profesora de piano quiere comprar pan. Primero tiene que encontrar a algún panadero que desee tomar sus clases de piano a cambio del pan. Segundo, habría que determinar cuántos kilos de pan tiene que entregar el panadero por las clases de piano.
O supongamos que un arquitecto quiere comprar un traje. Primero debe encontrar al sastre que quiera los servicios del arquitecto y luego determinar qué cantidad de trajes tiene que entregar el sastre a cambio de los servicios del arquitecto. Los ejemplos podrían seguir al infinito y siempre veríamos lo complicado y lento que es el trueque para realizar transacciones.
Justamente la moneda funciona como una autopista porque agiliza las transacciones. La profesora de piano vende sus clases a cambio de moneda y con la moneda compra el pan donde quiere. El arquitecto vende sus servicios a cambio de moneda y se compra el traje donde quiere. La moneda facilita las transacciones, las agiliza y permite mayores grados de productividad en la economía.
Ahora bien, el problema es que cuando hay inflación la moneda puede comprar cada vez menos bienes y servicios o, si se prefiere, con la misma cantidad de moneda se pueden adquirir menos bienes y servicios. La gente va perdiendo referencia del poder de compra de su trabajo porque con su sueldo puede comprar cada vez menos. Y el comerciante, cuando vende una mercadería de su estantería, no sabe cuántos pesos tendrá que entregar para reponer la misma cantidad de mercadería.
Cuando los procesos inflacionarios como el que vivimos actualmente se aceleran, todos pierden referencia y las transacciones tienden a hacerse más complicadas. Si una empresa vende con crédito comercial corre el riesgo de comprar menos mercaderías cuando cobre el crédito y tenga que recomponer su stock, con lo cual habrá perdido parte de su capital de trabajo. Por su parte, el consumidor sabe que si demora mucho la compra de un bien o servicio en el futuro tendrá que entregar más dinero por efecto de la inflación que genera el banco central.
El otro problema es que cuando el gobierno genera inflación como lo hace actualmente, la moneda deja de tener su segundo atributo que es el de reserva de valor. El dinero pasa a ser como una barra de hielo que va derritiéndose. Al perder su función de reserva de valor no permite realizar operaciones de largo plazo.
En su discurso al Congreso de la Nación, la Presidenta se quejaba de que no había créditos hipotecarios. En primer lugar, para que haya crédito tiene que haber ahorro, que es ingreso no consumido. En segundo lugar, quién tiene ese ahorro pretenderá conservar su poder de compra a lo largo del tiempo y obtener algún beneficio por postergar consumo presente por consumo futuro. Es decir, a la tasa de interés le cargará la tasa de inflación esperada. Si hoy la gente tiene expectativas inflacionarias del 30% anual, ese será el piso de la tasa de interés para un préstamo de largo plazo más la tasa de interés real que querrá ganar el ahorrista. Con este dato basta para darse cuenta que con la inflación que genera el Gobierno el pedido de la Presidenta carece de la más elemental lógica económica, porque nadie querrá prestar a tasas menores a la inflación esperada, y con tasas de inflación como la que tenemos la tasa pasa a ser tan grande que la cuota termina siendo inalcanzable para la gente común. El problema no son los bancos, el problema es la gente que vuelca su escaso ahorro al mercado interno y no quiere perderlo licuado por la inflación. Este es un ejemplo bastante claro de porqué la inflación traba las transacciones económicas. Tal vez habría que preguntarle a la Presidenta si está dispuesta a prestar sus ahorros en pesos, a 15 años a una tasa de interés fija de, digamos, el 12% anual. El 10% de inflación que informa el Indec más 2 puntos anuales de interés real.
También la inflación impide hacer cálculo económico para proyectar una inversión. Con inflaciones tan altas como las que está produciendo el BCRA, nadie puede estimar costos salariales, de insumos, etc. a largo plazo, y el problema es que los proyectos de inversión se miden a largo plazo. Con la inflación desaparece el largo plazo y se frenan las inversiones.
Al generar un fuerte proceso inflacionario, el Gobierno está destruyendo la autopista que es la moneda. No es emitiendo más moneda, como actualmente hace el Gobierno, que se agregan más carriles a la autopista económica, sino que esos carriles se construyen con estabilidad de precios y previsibilidad en las reglas de juego. Si las reglas de juego son imprevisibles y encima se destruye la moneda, es como si se estuviera destruyendo la autopista y todos tuvieran que circular por la colectora. El atascamiento puede ser monumental.
En síntesis, el Gobierno, al imprimir billetes a marcha forzada, genera un proceso inflacionario agudo que destruye la autopista. Encima se empecina en negar la destrucción de la autopista y, como si fuera poco, con las intervenciones en los precios también destruye la colectora.


Hace rato no leo una nota tan buena.

La moneda es como una autopista
Por Roberto Cachanosky
Especial para lanacion.com
Viernes 04 de marzo de 2011 | 01:34 (actualizado a las 01:34)
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A pesar de la insistencia del Gobierno de negar que vivimos un acelerado proceso inflacionario, todos sabemos que hay inflación. La encuesta que mensualmente realiza la Universidad Torcuato Di Tella muestra expectativas inflacionarias del 30% anual. Salvo, claro está, que ahora Moreno también quiera prohibir las encuestas sobre expectativas inflacionarias.
¿Cuál es el problema de que el Gobierno no reconozca la inflación? Que termina trabando el sistema económico. Veamos por qué.
En primer lugar hay que preguntarse para qué sirve la moneda, recordando antes que la moneda es una mercadería como cualquier otra. Ahora bien, para que una mercadería sea utilizada como moneda debe cumplir con dos requisitos: a) ser ampliamente aceptada como medio de intercambio y b) servir como reserva de valor.
La moneda, que no es un invento de los gobiernos sino un descubrimiento del mercado, permitió pasar del trueque al intercambio indirecto. Imaginemos que no hay moneda, es decir que vivimos en base al trueque, y una profesora de piano quiere comprar pan. Primero tiene que encontrar a algún panadero que desee tomar sus clases de piano a cambio del pan. Segundo, habría que determinar cuántos kilos de pan tiene que entregar el panadero por las clases de piano.
O supongamos que un arquitecto quiere comprar un traje. Primero debe encontrar al sastre que quiera los servicios del arquitecto y luego determinar qué cantidad de trajes tiene que entregar el sastre a cambio de los servicios del arquitecto. Los ejemplos podrían seguir al infinito y siempre veríamos lo complicado y lento que es el trueque para realizar transacciones.
Justamente la moneda funciona como una autopista porque agiliza las transacciones. La profesora de piano vende sus clases a cambio de moneda y con la moneda compra el pan donde quiere. El arquitecto vende sus servicios a cambio de moneda y se compra el traje donde quiere. La moneda facilita las transacciones, las agiliza y permite mayores grados de productividad en la economía.
Ahora bien, el problema es que cuando hay inflación la moneda puede comprar cada vez menos bienes y servicios o, si se prefiere, con la misma cantidad de moneda se pueden adquirir menos bienes y servicios. La gente va perdiendo referencia del poder de compra de su trabajo porque con su sueldo puede comprar cada vez menos. Y el comerciante, cuando vende una mercadería de su estantería, no sabe cuántos pesos tendrá que entregar para reponer la misma cantidad de mercadería.
Cuando los procesos inflacionarios como el que vivimos actualmente se aceleran, todos pierden referencia y las transacciones tienden a hacerse más complicadas. Si una empresa vende con crédito comercial corre el riesgo de comprar menos mercaderías cuando cobre el crédito y tenga que recomponer su stock, con lo cual habrá perdido parte de su capital de trabajo. Por su parte, el consumidor sabe que si demora mucho la compra de un bien o servicio en el futuro tendrá que entregar más dinero por efecto de la inflación que genera el banco central.
El otro problema es que cuando el gobierno genera inflación como lo hace actualmente, la moneda deja de tener su segundo atributo que es el de reserva de valor. El dinero pasa a ser como una barra de hielo que va derritiéndose. Al perder su función de reserva de valor no permite realizar operaciones de largo plazo.
En su discurso al Congreso de la Nación, la Presidenta se quejaba de que no había créditos hipotecarios. En primer lugar, para que haya crédito tiene que haber ahorro, que es ingreso no consumido. En segundo lugar, quién tiene ese ahorro pretenderá conservar su poder de compra a lo largo del tiempo y obtener algún beneficio por postergar consumo presente por consumo futuro. Es decir, a la tasa de interés le cargará la tasa de inflación esperada. Si hoy la gente tiene expectativas inflacionarias del 30% anual, ese será el piso de la tasa de interés para un préstamo de largo plazo más la tasa de interés real que querrá ganar el ahorrista. Con este dato basta para darse cuenta que con la inflación que genera el Gobierno el pedido de la Presidenta carece de la más elemental lógica económica, porque nadie querrá prestar a tasas menores a la inflación esperada, y con tasas de inflación como la que tenemos la tasa pasa a ser tan grande que la cuota termina siendo inalcanzable para la gente común. El problema no son los bancos, el problema es la gente que vuelca su escaso ahorro al mercado interno y no quiere perderlo licuado por la inflación. Este es un ejemplo bastante claro de porqué la inflación traba las transacciones económicas. Tal vez habría que preguntarle a la Presidenta si está dispuesta a prestar sus ahorros en pesos, a 15 años a una tasa de interés fija de, digamos, el 12% anual. El 10% de inflación que informa el Indec más 2 puntos anuales de interés real.
También la inflación impide hacer cálculo económico para proyectar una inversión. Con inflaciones tan altas como las que está produciendo el BCRA, nadie puede estimar costos salariales, de insumos, etc. a largo plazo, y el problema es que los proyectos de inversión se miden a largo plazo. Con la inflación desaparece el largo plazo y se frenan las inversiones.
Al generar un fuerte proceso inflacionario, el Gobierno está destruyendo la autopista que es la moneda. No es emitiendo más moneda, como actualmente hace el Gobierno, que se agregan más carriles a la autopista económica, sino que esos carriles se construyen con estabilidad de precios y previsibilidad en las reglas de juego. Si las reglas de juego son imprevisibles y encima se destruye la moneda, es como si se estuviera destruyendo la autopista y todos tuvieran que circular por la colectora. El atascamiento puede ser monumental.
En síntesis, el Gobierno, al imprimir billetes a marcha forzada, genera un proceso inflacionario agudo que destruye la autopista. Encima se empecina en negar la destrucción de la autopista y, como si fuera poco, con las intervenciones en los precios también destruye la colectora.


Hace rato no leo una nota tan buena.

Negar la inflación y negar la inseguridad son 2 de los motivos que me hacen dudar de darle un voto de confianza/continuidad a este Gobierno. Obviamente, sin negar todo lo bueno que han hecho y en vista a lo impresentable que es la Oposición.

Lo que me resulta cómico es que el Gobierno no se ponga de acuerdo con sus propios aliados, tal el caso de Moyano, quien contradice a las mediciones oficiales que hablan de un 10% anual y avisa que en las paritarias van a pedir que se tome en cuenta la “inflación de supermercado”.

En fin…un Viva la (Martín) Pepa

disiento con vos fer…

Hace tiempo no leia una nota tan pelotuda, hueca, y sin sentido.

“El otro problema es que cuando el gobierno genera inflación como lo hace actualmente”…:roll:

La NAZIon no es serio… posta…

Que asco…

Mas allá del medio que publique la nota, que podrá tener o no sus propios intereses en juego (y que todos sabemos que los tiene) ustedes piensan realmente que no hay inflación??? Yo al menos la palpo en todos lados: supermercado, kioscos, cuando voy a sacar un pasaje en micro, cuando compro un diario etc etc etc.

Obvio que hay Inflacion!!!.. creer en esos chantas del INDEC es una locura.

Lo que pasa es que cuando veo una nota de esos GARCAS, no puedo evitar putiarlos…:mrgreen:

Por eso, a lo que voy es que acá no está en discusión la credibilidad del medio que publica la nota, sino una realidad que todos vivimos diariamente.
A mi ni Clarin ni La Nación me dicen que hay inflación. La padezco en carne propia.

La inflación es un problema real, el tema es donde estan las soluciones. Controlar los precios ha demostrado ser inefectivo y una medida impopular(el único país donde la gente se preocupa de que el secretario de Comercio le ponga los puntos a algunas empresas), pero enfríar la economía en este momento de recuperacion y crecimiento de la industria tampoco es la respuesta.

Si, por supuesto que hay inflacion. Y coincido que ronda el 25-30%, y no coincide en lo que dan las cifras “oficiales”. (para ahorrar guita en pago de intereses de las deudas, que se ajustan a las cifras oficiales)

Pero de ahi a decir que la genera el gobierno y escribir una nota tan vacia como esa, hay mucho…

La inflacion es del 25-30 y los aumentos de sueldo vienen siendo del 25-30…Solo que apenas dan aumentos, las lacras de comerciantes, suben precios buscando exprimir ese mango extra que le entro a la gente…

O ahora el aumento que se va a venir en pescados, acelga y demas cosas en semana chanta tambien son culpa del gobierno?
Oh! casualidad, que siempre 15 dias antes de semana chanta hay tormenta en altamar, y no se puede pescar, por eso aumenta el precio. Ah, y tambien muchas lluvias y granizo en nosedonde entonces la verdura aumenta…

La nota es una berretada, pero la inflación es real, claro.

Yo llegué a la conclusión de que el gobierno realmente debe estar ahorrando MUCHOS millones de dólares en ajuste de bonos manteniendo las mediciones oficiales de inflación en niveles tan inferiores al real, si no no se explica que no le importe seguir pagando el costo político en cuanto a credibilidad al respecto el INDEC.

Que hay inflación, es verdad.Pero que también hay demasiados empresarios lacras que se aprovechan, es otra GRAN verdad.

[i]La intervención del INDEC le “ahorró” U$S 3.200 millones en pagos al Gobierno

La necesidad de reducir los pagos de la deuda dio pie a la ofensiva de Moreno. Se ocultaron 88 puntos de inflación desde enero de 2007. La pérdida de credibilidad, el peor costo luego de cuatro años.[/i]

A cuatro años de la primera protesta gremial contra la intervención del INDEC, para los técnicos desplazados los únicos “ganadores” del destrozo institucional fueron las consultoras, que, aunque perseguidas por el secretario Guillermo Moreno, ahora venden índices de inflación privados.

Sin embargo, el Gobierno sacó tajada: se ahorró US$ 3.200 millones escondiendo 88 puntos de inflación, a expensas de perder el control de las expectativas inflacionarias.

PERFIL reunió a Marcela Almeyda, ex directora del IPC Nacional, y a Cynthia Pok, ex jefa de la Encuesta Permanente de Hogares (EPH), para reflexionar a cuatro años de los primeros desplazamientos de personal dentro del ente estadístico. “Ninguna consultora medía la inflación hace cuatro años y ahora todas tienen su número, y eso fue gracias a la intervención”, destacó Almeyda. “Se nos acusaba de trabajar para las consultoras y, finalmente, la intervención las favoreció”, opinó Pok, en coincidencia.

Horas después del “abrazo”, el Gobierno informó que los precios subieron 0,7% en enero respecto de diciembre y que, en relación con un año atrás, la inflación oficial fue de sólo 10,6%, menos de la mitad de la cifra que estimaron las consultoras privadas.
Ganadores

Parte de la deuda pública argentina se ajusta por el CER, un índice que se calcula a partir de la inflación oficial. Por eso, el objetivo del Gobierno habría sido pagarles menos a sus acreedores. Sin embargo, la Presidenta, en 2008, negó que fuera así y dijo: “parte (de la deuda) se mide por cupón de crecimiento, con lo cual, si la intención de la Argentina fuera esa, lo que estaría ganando por no reconocer una presunta inflación, lo estaría perdiendo por el crecimiento”. Pero, según ACM, en cuatro años el Gobierno se “ahorró”, entre capital e intereses, U$S 4.124 millones gracias a su subestimación de la inflación y sólo pagó US$ 900 millones extra por sobre-estimar el crecimiento económico. En consecuencia, el toqueteo se tradujo en un ahorro neto de unos 3.200 millones de dólares.

Aca explica como es el “mecanismo”.

http://www.saladeinversion.com/noticias/argentina-deuda-inflacion-indec-cer-bcra-boden-bogar-par-cuasipar-bonar-badlar-bocan/

Yo del todo no termino de entender…bah, tampoco lo lei completo.

Con ese dinero se pueden hacer muchas obras no les parece? la inlfacion seguira estando por mas que el gobierno no toque el bombo. a mi lo que me asusta es que la gente en si, cree patetico que el gobierno no acepte la inflacion, en vez de pensar en porque se produce y a que se apunta con esta negacion.

estamos hablando de millonadas 3.200 millones de dolares le soluciona la vida a mucha gente, o por lo menos, le brinda alguna posibilidad.

Por supuesto que el comerciante tiene su parte fundamental de culpa en esto, aunque no siempre por decisión propia sino porque le aumenta el proveedor, y al proveedor también le aumentan. No nos vamos a poner a explicar la pirámide formadora de precios porque la conocemos todos. La realidad es que nadie quiere perder y terminan trasladando los precios al consumidor final.

Yo creo que el Gobierno tiene la culpa no de generar la inflación pero si de no tomar las medidas necesarias para que nuestros sueldos se licuen diariamente.

Que te vendan un paty o una coca aguada a 10 mangos en la cancha no es culpa de Cristina, eh?

Si, Rafa, pero el comerciante chico en si no es el gran provocador… Los empresarios cuando se la ven venir, más de una vez guardan la mercadería para sacarla a la venta después y sacarle mas rédito.Mil quinientas marañas mas hay de este tipo… Esta bien que hagan sus negocios, pero chuparnos las sangre asi al pueblo, es una forrada.

Y después Moreno es el malo de la película, el que invita a boxearlos a todos, y los empresarios son nobles.

Por ahí leí que al Gobierno le conviene que haya una inflación alta porque recauda mas (obviamente). Y por otro lado frena un poco el malestar popular con las paritarias.
Puede ser que sea asi, y mal que mal le termina saliendo bien.

Lo concreto es que podrá haber aumentos de sueldo pero ese compensación salarial no implica aumento del poder adquisitivo, mas bien se van tapando baches.
Como ejemplo va mi situación personal: yo gano el doble de lo que ganaba hace 2 años, pero mi capacidad de compra no aumentó.

Buena frase la de que la infla la genera el gobierno. Coincido je.
Igual, maso la nota, aunque no tiene como fin dar una explicación del fenómeno.

La inflacion esta, y hace falta ser retrasado mental para creer que es lo que te venden…
Tengo un gran dilema con los kirchner, y es que a veces van para el lado del empresario y a veces oara el de mieda clase… Me gusta que la idea vaya siendo subir lo que gana cada “pobre o laburante” y eso lo admiro, pasa que no creo que la manera, fomentar la vagancia, la reproducion solo para ganar unos manguitos mas? Porq no fomentar alguna universidad? en vez de andar haciendo mucho colegios estatales… (fui al domingo faustino sarmiento, no hablo por hablar) para crecer, hay que buscar a las universidades…:expressionless: