La militancia es un asunto serio

Este artículo fue pedido por Tiempo Argentino a las 10 de la mañana del miércoles 16, pedido que fue cancelado al mediodía. Ya escrito, sin embargo, lo damos a conocer por medio de Prensa Obrera.

La fecha del retorno de Perón -17 de noviembre de 1972- describe bastante bien las contradicciones de la militancia. En sí misma, la militancia se contrapone a la pasividad o al apoliticismo, pero su función histórica depende de su contenido. No es una novedad que hay militancia revolucionaria, reformista, oportunista o, incluso, fascista. Un miembro de las camisas negras de Mussolini se hubiera sorprendido mucho si se le hubiera negado su condición de militante. Incluso los ‘chicos’ de la Upau, la agrupación universitaria de la Ucedé de Alvaro Alsogaray, se reconocían en esa definición.
La “vuelta de Perón” fue una consigna que, con intermitencias importantes, marcó la militancia de un sector muy amplio de jóvenes y trabajadores durante los 18 años de su exilio. Durante casi tres años, la sola mención de Perón y Evita fue un delito penal. En esas dos décadas, sin embargo, la militancia que se reconocía en el liderazgo de Perón atravesó experiencias que pusieron tempranamente en evidencia sus limitaciones. Perón ordenó el voto a Arturo Frondizi (al que se opusieron un millón de votos en blanco peronistas), el cual rápidamente inició la era de entregas al capital financiero internacional, la que aún no ha concluido. Lo hizo a través de un pacto que devolvió los sindicatos a la burocracia sindical por medio de una ley de asociaciones profesionales. La crisis de este proceso se manifestó en la huelga general indefinida del 19 de enero de 1959 y en la lucha de barricadas contra el regimiento de La Tablada. Del mismo modo, el peronismo aceptaría, sin lucha, el desconocimiento de su victoria en la provincia de Buenos Aires, el 18 de marzo de 1962 (que detonaría el golpe militar contra Frondizi).
Perón y sus delegados fueron instrumentales al golpe militar de 1966. El general ordenó “desensillar hasta que aclare”, en tanto que el burócrata de la UOM, Augusto Vandor, dio su apoyo a Onganía desde mucho antes del zarpazo. La militancia que se reconocía en Perón fue sufriendo descalabro tras descalabro. No es casual, entonces, que en la mayor gesta popular después del 17 de octubre de 1945, el Cordobazo, el reclamo del retorno de Perón no fue escuchado ni una sola vez. La composición política de la militancia que generó el Cordobazo tenía, en una gran parte, otro origen y otro contenido.
El regreso de 1972 fue pactado con la dictadura de Lanusse a través de sus voceros civiles -la UCR y Balbín- y reunió a todo el arco gorila. Fue el recurso último de la dictadura militar frente a un ascenso histórico de las masas que lucía imparable y que se conectaba con una tendencia internacional: mayo francés, primavera de Praga, estudiantazo de México, Asamblea Popular en Bolivia, situación pre-revolucionaria en Chile, huelgas sin precedentes en Uruguay. Perón retornó, en efecto, para contener el movimiento popular o, alternativamente, masacrarlo. Regresó con el patrocinio de la Logia P2, que luego sería la columna vertebral de Massera. Fue el inspirador de la Triple A. Las limitaciones insalvables de la consigna “Perón vuelve” la convirtieron en instrumento de una contrarrevolución y abrieron, indudablemente, el camino al golpe criminal de Videla y compañía.
Que la fecha del retorno de Perón haya sido elegida como el “día de la militancia” representa un caso imparangonable de amnesia histórica o de disociación. Se separa en forma artificial al “primer retorno” del “segundo” (masacre de Ezeiza), como luego se separarían las convocatorias del 1° de Mayo de 1974 (cuando Perón echó a los “imberbes” de la Plaza) y del 12 de junio -cuando, en el mismo lugar, Perón mencionó la “redistribución de los ingresos”. La tragedia del retorno de Perón enterró la reivindicación de la militancia por 30 años, que ahora pretende un ‘revival’ sin el menor balance crítico, olvidando aquello de la historia que se repite de Marx y las segundas vueltas del Martín Fierro.

Jorge Altamira

Este artículo fue pedido por Tiempo Argentino a las 10 de la mañana del miércoles 16, pedido que fue cancelado al mediodía. Ya escrito, sin embargo, lo damos a conocer por medio de Prensa Obrera.

La fecha del retorno de Perón -17 de noviembre de 1972- describe bastante bien las contradicciones de la militancia. En sí misma, la militancia se contrapone a la pasividad o al apoliticismo, pero su función histórica depende de su contenido. No es una novedad que hay militancia revolucionaria, reformista, oportunista o, incluso, fascista. Un miembro de las camisas negras de Mussolini se hubiera sorprendido mucho si se le hubiera negado su condición de militante. Incluso los ‘chicos’ de la Upau, la agrupación universitaria de la Ucedé de Alvaro Alsogaray, se reconocían en esa definición.
La “vuelta de Perón” fue una consigna que, con intermitencias importantes, marcó la militancia de un sector muy amplio de jóvenes y trabajadores durante los 18 años de su exilio. Durante casi tres años, la sola mención de Perón y Evita fue un delito penal. En esas dos décadas, sin embargo, la militancia que se reconocía en el liderazgo de Perón atravesó experiencias que pusieron tempranamente en evidencia sus limitaciones. Perón ordenó el voto a Arturo Frondizi (al que se opusieron un millón de votos en blanco peronistas), el cual rápidamente inició la era de entregas al capital financiero internacional, la que aún no ha concluido. Lo hizo a través de un pacto que devolvió los sindicatos a la burocracia sindical por medio de una ley de asociaciones profesionales. La crisis de este proceso se manifestó en la huelga general indefinida del 19 de enero de 1959 y en la lucha de barricadas contra el regimiento de La Tablada. Del mismo modo, el peronismo aceptaría, sin lucha, el desconocimiento de su victoria en la provincia de Buenos Aires, el 18 de marzo de 1962 (que detonaría el golpe militar contra Frondizi).
Perón y sus delegados fueron instrumentales al golpe militar de 1966. El general ordenó “desensillar hasta que aclare”, en tanto que el burócrata de la UOM, Augusto Vandor, dio su apoyo a Onganía desde mucho antes del zarpazo. La militancia que se reconocía en Perón fue sufriendo descalabro tras descalabro. No es casual, entonces, que en la mayor gesta popular después del 17 de octubre de 1945, el Cordobazo, el reclamo del retorno de Perón no fue escuchado ni una sola vez. La composición política de la militancia que generó el Cordobazo tenía, en una gran parte, otro origen y otro contenido.
El regreso de 1972 fue pactado con la dictadura de Lanusse a través de sus voceros civiles -la UCR y Balbín- y reunió a todo el arco gorila. Fue el recurso último de la dictadura militar frente a un ascenso histórico de las masas que lucía imparable y que se conectaba con una tendencia internacional: mayo francés, primavera de Praga, estudiantazo de México, Asamblea Popular en Bolivia, situación pre-revolucionaria en Chile, huelgas sin precedentes en Uruguay. Perón retornó, en efecto, para contener el movimiento popular o, alternativamente, masacrarlo. Regresó con el patrocinio de la Logia P2, que luego sería la columna vertebral de Massera. Fue el inspirador de la Triple A. Las limitaciones insalvables de la consigna “Perón vuelve” la convirtieron en instrumento de una contrarrevolución y abrieron, indudablemente, el camino al golpe criminal de Videla y compañía.
Que la fecha del retorno de Perón haya sido elegida como el “día de la militancia” representa un caso imparangonable de amnesia histórica o de disociación. Se separa en forma artificial al “primer retorno” del “segundo” (masacre de Ezeiza), como luego se separarían las convocatorias del 1° de Mayo de 1974 (cuando Perón echó a los “imberbes” de la Plaza) y del 12 de junio -cuando, en el mismo lugar, Perón mencionó la “redistribución de los ingresos”. La tragedia del retorno de Perón enterró la reivindicación de la militancia por 30 años, que ahora pretende un ‘revival’ sin el menor balance crítico, olvidando aquello de la historia que se repite de Marx y las segundas vueltas del Martín Fierro.

Jorge Altamira

Todos sucesos de gran impacto político … yo no sé que fuma este tipo.

PAREMOS!!!

Altamira hablando de balance critico? :lol::lol::lol:

Encima termina el articulo citando a Marx, luego de comparar la situacion de los 70 en Argentina con EL MAYO FRANCES y la PRIMAVERA DE PRAGA!!!

Que comparta.

Que es tener un balance critico???

En el caso de Altamira, analizar criticamente el desarrollo de su movimiento politico, vos me decis que la izquierda hace balances criticos sobre sus propuestas y sobre las posiciones que toma?

Si lo llevamos a un analisis historico, analizar criticamente no implica criticar todo sino tomar el objeto de estudio desde una mirada donde se reconozcan los puntos centrales, no permeado de juicios de valor, pero si abarcando una diversidad de elementos que permitan construir un conocimiento historico mas legitimo, o mas solido.

Ahora bien, que pensas de la ejemplificación que hace? Para vos tiene que ver la situacion argentina del periodo 66-75 con el mayo frances, con la situación chilena y con la primavera de praga? Te parece correcto lo que dijo en ese sentido?

Una crítica esperada por muchos.

Que seria un analisis critico de las propuestas y sobre las posiciones que tomamos??? quien dice que no lo hacemos internamente???
Que seria una autocritica para vos?? lo que hace el PC??? jajajajajajajajajajajaja

Como analizar criticamente no significa criticar todo??? entonces no es un analisis critico. Ademas, de que creo, que la cosa no va por si un analisis es critico o no, sino desde la postura y el punto de vista desde donde se plantee. Desde un punto de vista marxista, mas especificamente trotskista, el analisis critico se hace desde esta posicion, ninguna opinion, ni analisis es objetivo, porque tal cosa no existe.
Si existen diferentes posturas en defensa de diferentes intereses y clases.

Todo tiene que ver con todo, analizar la historia separando los sucesos y el contexto mundial me parece un gravisimo error. Y este tipo de analisis es el que quiere que hagas la clase dominante, un analisis erroneo de la realidad, separando todo de todo como si no estuviese conectado.

No se lo que hace el PC, seguro es gracioso asi que me rio con vos. Jajajaja (?)

Yo no dije que existan los análisis objetivos. A mi me parece que si vas a criticar todo no estás haciendo un análisis, lo que estas haciendo justamente es criticar todo. Un análisis critico, desde el punto de vista metodologico, apunta fundamentalmente a, como dije anteriormente, tomar en cuenta una serie de factores con respecto al objeto de estudio y ponerlos en cuestion. Ahí Altamira no hizo un analisis del periodo 66-76, sino más bien usó elementos que le convenian a lo que él quería plantear, tomó datos que a él le servian para su proposito, y de ahí en más empezó a hacer enunciados. En este sentido, no está analizando nada, está tomando lo que le conviene para su discurso.

La clase dominante per se no dice nada ni tiene una forma determinada de analizar los hechos y procesos históricos. De hecho, tambien los sectores dominantes han asimilado momentos históricos diferentes de lugares alejados con el objetivo de imponer sus ideas. Como que todo tiene que ver con todo? No, sino estamos haciendo una ensalada. Por eso mismo te digo que lo que hace Altamira no es un analisis critico, sino una critica sola. Si vos te propones hacer un análisis, determinas el objeto de estudio y la metodologia que vas a usar para abordarlo. Meter en una misma bolsa el Mayo Frances con la situacion chilena no tiene nada que ver. Ademas, que tenia de pre-revolucionaria? Justamente el PC chileno se unió a la UP e incluso busco la integración del otro sector de izqueirda que no me acuerdo el nombre, creo que era el MIR. Gran parte de la izquierda chilena buscó la transformación del Estado desde adentro, adaptandose a la estructura politica vigente e intentando lograr desde el poder una transición al socialismo. El Mayo frances fue un movimiento de estudiantes que comenzó porque a los varones de un establecimiento educativo no los dejaban entrar a las habitaciones de las mujeres, que logro la adhesión de los obreros durante algunas semanas y que duró un mes. Que tienen que ver uno con otro? No todo tiene que ver con todo, el problema es que si empezas a buscar situaciones sin un metodo preciso terminas ajustando los hechos a lo que te conviene. Si vos me decis que las revoluciones europeas de 1848 tuvieron relacion, te creo y lo comparto. Pero esto? Son procesos muy diferentes, en donde en algunos se critica a un Estado democrático, en otros se critica a una Dictadura, en otros se busca la integración y transformación desde dentro del Estado.

Impecable, Jona.

cuando volvio altamira de brasil lo recibieron 2 millones de personas… y despues se cayo de la cama…

Beatle, sacando de lado a Altamira, ya que creo que Jona dejó bien clarito la pobreza de dicho análisis, qué futuro le ves a la izquierda en Argentina?? Pregunto esto porque después de las últimas elecciones me parece correcto decir que sus esperanzas son nulas.

Muy cualquiera, Altamira, te equivocaste, la UCR no fue vocera de la Dictadura, mucho menos Balbin. Entre idas y vueltas, para llevar un traspaso a la Democracia un poco mas tranquilo, Lanusse le propone a Mor Roig (un Radical) que ocupe un cargo en la dictadura (para dar claras señales de que la Dictadura estaba llegando a su fin), a PESAR DE QUE BALBIN SE OPUSO, Mor Roig asume como Ministro del Interior y desarrollo UN PAPEL FUNDAMENTAL HACIA LA DEMOCRACIA, desde su puesto hizo cosas muy buenas. La UCR nunca fue vocera de la Dictadura (ni especifica cual porque enzima habían dos fracciones), desde los años ´60 y la Asamblea de la Civilidad que se venia hablando para recuperar el Estado de Derecho.

Contundente lo del compañero Jona

A mí me parece más o menos todo lo contrario, si hubo una elección que puede darle esperanza a futuro a la izquierda fue esta última. Por lo menos si lo mirás desde el lado de la poca diferencia entre el Frente y los votos que obtuvieron las oposiciones más conservadoras.

Lo que hizo Altamira fue poner ejemplos. La nota no iba dirigida a desarrollar como vos hiciste, al Mayo Frances, primavera de Praga, estudiantazo de México, Asamblea Popular en Bolivia, situación pre-revolucionaria en Chile, huelgas sin precedentes en Uruguay, estos son ejemplos, Altamira no busca desarrollarlos porque justamente quiere hacer incapié en otra cosa. Y si quisiera desarrollarlos seria una extensa e interminable nota. Es obvio que los ejemplos, son ejemplos que le sirven para darle más argumentos a la nota. Creo que todos tomamos ejemplos y hablamos de determinados temas que te convienen, vos lo haces desviandome de esta forma el sentido de la nota y llevandome la discusión hacia el lado que te conviene.

Los ejemplos están enmarcados en una lógica de pensamiento. Refutando o discutiendo esta, está discutiendote el contenido de la nota, hacia a dónde apunta y lo que significa. A mi me parece que era una discusión completamente pertinente al artículo.

Ejemplos de que quiere poner? Cual es el sentido en el cual estan puestos esos ejemplos? Si está haciendo una critica a Peron, que papel juega poner como ejemplo el mayo frances, la situacion chilena y la primavera de Praga?

Yo hice una critica sobre la nota que él escribio, nada mas. Ah, tampoco me parecio acertado el comentario sobre una frase de MArx en el 18 Brumario.

No, no hace una crítica hacia Peron, sino al “Día de la militancia” y cuestiona el porque se eligió este día como tal…
Cuando nombra los sucesos que nombré anteriormente, los nombrá para ejemplificar y dejar en claro la situación que vivia el mundo, y de esta manera demuestra el porqué los milicos temían un ascenso de las masas y negociaron la vuelta de Perón.

Es lo que te dijo Jona de entrada y vos dijiste que estaba desviando el tema.
Comentario aparte, las condiciones subjetivas no las nombró Marx en alguna parte de sus escritos? Porque si todo tiene que ver con todo es porque no hay condiciones subjetivas, sino objetivas que se dieron en aquel período, llevando a un estado de ebullición social, que como vemos, no fue tal.