La inflacion segun Anibal..

La Play 2 sale $700, te quedaste atrás :stuck_out_tongue:

Hay una pizzería a unas cuadras del Monumental (Increibles Pizzas, vale aclarar), por Libertador que bajo sus precios. Me sorprendió.

Asado en La Rioja $20 el kilo
Pan francés en mi barrio $5,50 el kilo

en Jujuy asado (de buena calidad, por supuesto, no de esa carne que te deja pidiendo dientes postizos) $ 39. Pan frances creo que $ 7 mas o menos

A la miércoles, y eso que Jujuy solía ser mucho más barato que La Rioja

por supuesto que encontrás asado de 25 mangos, pero la carne es incomible, durisima… la verdura y las frutas son mas baratas, ya que estamos en una zona productora, pero igual, los intermediarios hacen que los precios se vayan a la mierda al respecto…

A $20 la carne zafa. Las verduras sí son carísimas. En San Juan muy barata. No tengo más precios ahora. Sólo el de la caja de Té La Virginia $2,90

si uno hace unos 35 km nomas de San Salvador de Jujuy, consigue cajones de tomates, pimientos, mandarinas, naranjas por precios justos para el productor y justos para el consumidor… eso comienza a distorsionarse para la mierda cuando entra al circuito comercial. Ahí el productor termina recibiendo monedas y el consumidor los precios por las nubes… eso se ve clarito aquí, no se si tanto en una ciudad como BsAs, pero aquí es muy evidente

La materia prima no puede tener la misma cantidad de intermediarios que el resto de los productos. La joda es que queda lejos de la mayoría de la gente
En Buenos Aires se ve lo mismo, supongo, por esa movida del Mercado de Abasto

Igual nunca se atacó a los formadores de precios. Tampoco se generaron políticas de oferta.

jojojojojo… hace un mes que ya no puedo cargar nafta super acá en Jujuy… de hecho el litro de nafta ya lo estamos pagando a $ 5,30… primero me recorría las estaciones de servicio de toda la ciudad buscando y en alguna encontraba, pero ahora ya me dí por vencido, es imposible… como dice la propaganda: “nunca menos”… nunca menos el precio de algo


lo que pasa es que un espectro tan grande sobre el que se tiene que actuar, que me imagino que siempre algún culo del mismo palo vas a tocar… entonces no resulta muy “conveniente”

La llegada del Estado retórico

18/05/11
PorMarcelo A. Moreno
Disparador

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Desde los atriles del poder suele bajar el discurso de la reivindicación del papel del Estado, como árbitro o interventor en conflictos sociales, económicos y políticos. Muy explícitamente, se habla de la contracara de la política aplicada en los años 90, cuando se lo redujo a su mínima expresión, más allá del pequeño detalle de que ambos procesos hayan sido conducidos por el mismo partido y no pocas veces hasta por los mismos personajes.
El problema es que los resultados, hasta ahora, han sido algo espasmódicos .
Nuestro riquísimo Estado -no olvidar que la Argentina es el país de América Latina con mayor presión impositiva- interviene con fuerza reguladora en las empresas, dicta precios y fija qué se puede importar o exportar y qué no.
También gestiona, con suerte adversa , empresas como Aerolíneas Argentinas y emprendimientos como el de “Fútbol para Todos”.
Y en esa línea de militante propaganda oficia l, controla una vasta red de fieles medios de comunicación que repican un país tan ideal como los números falsos del INDEC.
Es decir, el Estado, a través del Gobierno, está muy presente y a costos muy altos, en asuntos que la sociedad civil podría resolver con solvencia.
Pero, en cambio, ese Estado no nos proporciona condiciones de seguridad mínimas frente a la explosión de la delincuencia. La inseguridad, que parecía un fruto podrido de la crisis de fines del 2001, terminó siendo parte carnal de la cultura argentina.
También ese Estado tan próspero se muestra impotente para frenar desde la decadencia sin freno en la educación y la salud públicas hasta los piquetes, usurpaciones de tierras y bloqueos diversos.
Once mil desdichados que viven sumidos en la contaminación a orillas del Riachuelo no saben nada del Estado, a pesar de las órdenes desatendidas de la Corte Suprema.
Nada saben tampoco del Estado los millones y millones de trabajadores en negro que son explotados en la Argentina.
Y hay 3,5 millones de familias que saben del Estado por la magra ayuda que les llega para mitigar la miseria.
Por eso las loas oficiales al papel del Estado funcionan como recurso retórico de casi cruel ironía frente a las ásperas crudezas del país real.