Si la paciencia cotizara seguramente su precio estaría por las nubes pues la virtud escacea y no son muchos los que atesoran alguna reserva para bancar lo que viene. Claro está que pedirle paciencia a un hincha maltratado por tanta frustración institucional como deportiva es una quimera. Esa impaciencia está justificada pero lamentablemente forma parte de un círculo vicioso que retroalimenta los fracasos deportivos.
Ahora bien, a no confudir impaciencia con intolerancia y oportunismo.
La intolerancia implica no ponderar las circunstancias que rodean a la situación y nace desde la incoherencia. Algunos parecen olvidar que este cuerpo técnico lleva poco mas de un mes de trabajo al frente de un plantel que ha venido de un proceso traumático que incluyó papelones varios. Nos olvidamos que estos mismos jugadores hace casi un año perdían con Caracas en el Monumental y quedaban afuera en primera ronda de la copa? Nos olvidamos que estos mismos jugadores apenas rescataron 26 puntos en el pasado Apertura dejando seriamente comprometida la clasificación a la copa del 2009? Nos olvidamos que la mayoría de estos jugadores integró planteles que se mostraron sin respuesta ante los mas diversos esquemas y disposiciones tácticas? Cuanto se reforzó ese plantel que falló sistemáticamente a cuanta medicina táctica, estratégica y/o animíca se intentó? Solo con la voluntad de Abreu , la inexperiencia de Cabral y lo que el Locarno disponga mas allá de los gustos y pedidos del técnico.
Entonces, ante tanta anemia que mejor que intentar variantes. Se probó con 3 en el fondo, no resultó. No se encaprichó como muchos agoreros presagiaron que haría y cambió a 4. Funcionó a medias … hasta ayer. Se argumentó que el equipo carecía de equilibrio que el esquema precisaba de un doble 5. Ahora se pide jugar con enganche ( que no tenemos ), algunos ilustrados se animan a decir que la copa se gana con 4-4-2 cuando hace menos de un año ese esquema patinaba “majestuosamente” en primera ronda y otros piden a tal o cual jugador como si se trataran de Messi o Cannavaro. Cuando preguntan porque algunos nos ilusionamos con Simeone la respuesta es sencilla. Simeone tiene la capacidad, las herramientas y sobre todo no le tiembla el pulso a la hora de intentar las variantes necesarias para poder encontrar el equipo. Que lo logre o no el tiempo lo dirá pero lo intenta desde sus convicciones, las mismas que encarrilaron a un Racing despatarrado y que condujeron a Estudiantes al título luego de un comienzo poco afortunado.
La intolerancia molesta pero hasta en cierta parte se comprende por nuestra idiosincracia. Ahora lo que verdaderamente da vergüenza ajena es el oportunismo, hablando en criollo, la mala leche. Ante el primer atisbo de naufragio los oportunistas saltan raudos a los botes. Son de la misma especie que en el 86 se terminaron guardando sus críticas anticipadas en los lugares mas oscuros de su humanidad. De la misma especie que tras el 2002 se bajaron del tren y que cuando se quisieron subir y no los dejaron prefirieron minimizar los logros antes que aceptar sus errores. Y en el oportunismo también aparecen los que quieren justificar horrores del pasado inmediato y los que quieren purificar a los que no vinieron. Y aparecen los periodistas del poder, interesados en que el futbol argentino siga apegado a los esquemas de 50 años atrás, los nostálgicos de Suecia 58, a regocijarse con la primera derrota por los porotos. Y todos juntos en yunta a pegarle al mas expuesto, al que intenta buscarle una solución a problemas crónicos, sin que lo hayan provisto de mejores condiciones o material que sus antecesores.
Pero es bueno que esto pase ahora porque queda claro quien comenta desde la impaciencia, desde la intolerancia o desde el oportunismo. Seguramente que en este momento resulta mucho mas popular el discurso anti-simeone. Un discurso que pretende convencernos de que por intentar variantes que solucionen problemas crónicos y de larga data, el técnico es un inadaptado que recurre a complicadas fórmulas condenadas al fracaso. Cuando se requiere de cirujía mayor para salvar al paciente algunos pretenden que lo mantengan a suero hasta donde aguante.
Claro que hay muchísimo por corregir y que se cometieron errores, de los esperables y de los no tanto. Pero no voy a matar al técnico en su segundo partido oficial. No lo hice en su momento con Passarella (al que banqué hasta que demostró sus verdaderas intenciones), no lo voy a hacer con Simeone y no lo hubiera hecho con quien hubiese agarrado el timón de este barco a la deriva, y mucho menos con quien me demuestra que equivocado o no (el tiempo lo dirá) se preocupa por encontrar una solución desde el trabajo y sus convicciones. Prefiero que me insulten por tolerante y paciente antes que me aplaudan por declamaciones nacidas desde los prejuicios o el oportunismo.