Kirchnerismo (parte 1)

Yo noto que acá en Argentina hay mucha gente que tiene como una hiper sensibilidad dialectica. Escuchan la palabra EMPRESA (X() y ya les da urticaria. Lo mismo con otros vocablos como eficiencia, ganancia, confianza de los mercados, reglas de juego claras, acciones… habria que hacer la lista de palabras intrinsecamente neutrales pero que son recibidas con una mueca de desconfianza o con una connotacion negativa.

---------- Mensaje unificado a las 16:24 ---------- El mensaje anterior habia sido a las 16:23 ----------

Yo estoy planteando eso ? Decime donde.

Y decime cuando en Argentina las empresas del estado utilizaron una logica capitalista para funcionar ? Nos fuimos al tacho con el estado paga-Dios

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¿que estás queriendo decir con eso?

HOLA JOVEN K, ¿TAMBIÉN CONVOCAN USTEDES?

---------- Mensaje unificado a las 17:09 ---------- El mensaje anterior habia sido a las 16:30 ----------

Cristina Kirchner elogia a Trump

Después de haber apoyado a Hillary Clinton y reivindicar a Obama, Cristina Kirchner no tuvo empacho en elogiar a Donald Trump. En un acto en la Universidad de Florencio Varela fue incluso más a fondo, al afirmar que el programa del enemigo declarado del pueblo mexicano se emparenta con el que ella aplicó durante su gobierno. Para que no queden dudas citamos directamente sus palabras: “se nos acusaba de proteccionismo y en la economía más importante del mundo acaba de ganar alguien que hace del proteccionismo, de sus trabajadores, de sus empresas y de su mercado interno, una bandera”. Leyeron bien: según Cristina Kirchner, Trump le robó su programa. O sea, sería su fuente inspiradora. Le faltó decir que también copió de ella su pasión por los emprendimientos inmobiliarios.

El discurso de Cristina Kirchner constituye un acto de auto-incriminación. Trump rechazó el aumento del salario mínimo y es un enemigo declarado de los sindicatos. Su ´proteccionismo´ será utilizado como chantajea a los trabajadores norteamericanos para que acepten adecuar sus condiciones de trabajo y salario a la de los obreros mexicanos o de chinos. ¿Es muy diferente a la política llevada adelante por el gobierno de Cristina Kirchner? Durante su gobierno el salario mínimo no llegó siquiera al umbral de pobreza, y eso sin contar que el 35% de la fuerza de trabajo estuvo en negro. Desde la tribuna Cristina Kirchner amenazó una y otra vez a los trabajadores y a los sindicatos que si enarbolaban reclamamos salariales pondrían en juego sus puestos de trabajo. Trump, claro, no podría más que aplaudir estas palabras.

Si Cristina Kirchner usara el pensamiento dialéctico debiera concluir sin dificultad que la defensa del mercado interno que formula Trump traerá aparejado un golpe al mercado interno de países como Argentina. O sea, no se puede reivindicar las dos cosas a la vez. Las trabas a las importaciones que puedan imponer los EEUU afectarán a las exportaciones locales, y con ello a los trabajadores que realizan tareas vinculadas al mercado internacional. Pero como esos trabajadores gastan su salario en el país, el golpe económico afectará también a quienes se desempeñan en la industria, el comercio o la construcción dirigida al mercado interno. En momentos que las fuerzas productivas y el comercio han adquirido una dimensión internacional, la defensa de un “capitalismo en un solo país” es una ilusión reaccionaria.

Cristina Kirchner embellece el planteo “proteccionista” de Trump, presentándolo como un repliegue sobre las fronteras nacionales. En realidad, el “proteccionismo” esconde un planteo expansionista basado en una guerra comercial, financiera y monetaria -lo que en definitiva no puede llevarse hasta las últimas instancias si no incorpora la guerra a secas.

Aunque el análisis debe diferenciar entre un nacionalismo de un país oprimido del nacionalismo de un país opresor, en el que el primero contiene elementos que hacen al desarrollo de las fuerzas productivas contra la presión imperialista mientras el segundo puede evolucionar al fascismo, también es importante identificar los puntos de identidad entre ambos. Después de todo, uno y otro comparten su base capitalista, es decir la defensa a ultranza de la explotación de la fuerza de trabajo. Esta base común es la que explica que la mayoría de los gobiernos nacionalistas de países oprimidos que se mantuvieron en el poder por décadas evolucionaron hasta transformarse en agentes del imperialismo y en dictaduras civiles contra sus propios trabajadores. Aunque el gobierno de Cristina Kirchner nunca llegó a ese extremo, las represiones de Berni en la Panamericana, la designación de Milani en las FFAA o el apuntalamiento de una burocracia sindical criminal fueron manifestaciones en esa dirección.

En oposición al nacionalismo capitalista, el socialismo defiende el desarrollo de las fuerzas productivas superando el bloqueo de las fronteras nacionales. Incluso si un país atrasado se ve obligado a adoptar medidas de defensa, como ser el monopolio del comercio exterior, lo hace no para aislarse de la economía mundial sino como una forma de relacionarse con ella a través de un sistema de planificación y dirección centralizada por parte de los trabajadores. Debe recordarse que el llamado ‘socialismo en un solo país´ fue la ideología del stalinismo usada para usurpar la dirección del Estado y allanar el camino a la restauración capitalista.

El elogio de Cristina Kirchner a Trump expresa la faceta abiertamente reaccionaria que anida en el llamado nacionalismo burgués. Se trata de una cuestión de fondo que debieran tener en cuenta los sectores progresistas y hasta de la izquierda, que pretenden enfrentar al Trump de nuestras pampas aliados a la Trump con pollera.

http://www.po.org.ar/prensaObrera/online/politicas/cristina-kirchner-elogia-a-trump

:lol::lol::lol::lol:

jajajajajajaja como te debían descansar en el colegio

Un jóven K se descansa a sí mismo…

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Cristina es la única que expuso un análisis coherente con respecto al triunfo de Trump. Ser nefasto si los hay, pero que responde a una realidad global. Si no terminamos con el neoliberalismo nuestro mundo se dirigirá hacia opciones más radicales. Ya no alcanzará con CNN, Clarín y todos los operadores mediáticos internacionales. Vamos a caer en un caos, nuevamente, gracias a la codicia y la ambición desmedida de unos cuantos delincuentes que hundieron al 80% de los seres humanos en la miseria.

Qué grande CFK apoyando a Trump, y algunos pseudoprogres decían que se venía el fin del mundo.

---------- Mensaje unificado a las 10:32 ---------- El mensaje anterior habia sido a las 10:28 ----------

Si se postula para el 2019 ojalá proponga armar un muro, me vuelvo loco.

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Hebe es un misterio, una mujer que peleo por los derechos humanos dice de tomar tribunales por la fuerza. Quiero creer que esta gagá.

peronismo puro y hablas de coherencia…

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Como vos dijiste en el thread de Racing: ¿A quién se comió la konchuda?.

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Lo dice porque es coherente con el nacionalismo que pregona, el pequeño detalle es que el nacionalismo imperialista (fascismo) se contrapone al desarrollo nacional de los países oprimidos. El imperialismo fascista no quita las garras del mercado mundial, por el contrario! Sino fijate Hitler la cantidad de países que conquistó.

Bitle contá qué interpreta la izquierda en base al avance de la derecha extrema en Europa.

http://www.po.org.ar/prensaObrera/1436

Trump y la desintegración del orden político internacional

Antes de que el xenófobo y fascistoide Donald Trump se alzara con la presidencia de los Estados Unidos, el régimen político y económico de la mayor potencia del planeta ya había dado poderosas muestras de desintegración. La deuda pública norteamericana, que se triplicó en la última década, supera el 100% de su Producto Bruto. El rescate capitalista de la bancarrota de 2007-2008 ha hipotecado las finanzas públicas, pero no sacó al país del pantano económico; lo que se expresa en la caída de la inversión y el rendimiento del trabajo, por un lado, y en el agravamiento de la miseria social, por el otro. El salario real se encuentra congelado desde hace tres décadas. Los que buscan los “brotes verdes” en la economía yanqui se solazan con una caída de la tasa de desocupación del 10 al 5% entre 2009 y hoy. Pero ese indicador oculta que, en el último lustro, se ha triplicado la proporción de norteamericanos de entre 25 y 50 años que han dejado de buscar trabajo. Del mismo modo, la desocupación juvenil roza el 15%. Los puestos de trabajo, después de la crisis, sólo se recuperaron parcialmente y a través de una mayor precarización. La victoria de Trump, incluso en bastiones históricos del aparato demócrata, ha traducido una monumental insatisfacción popular ante el crecimiento de la polarización social y la inseguridad de la existencia.

A comienzos de este año, Trump era sindicado como uno de los “freaks” de la interna republicana, esto es, un candidato sin chances y por fuera del respaldo del aparato partidario. Su victoria expresa la desintegración, no ya de su propio partido, sino del conjunto del régimen político norteamericano. Pero esa crisis, en la primera potencia del planeta, cuestiona al conjunto del orden económico y político que emergió de la caída de la Unión Soviética.

Defol encubierto y proteccionismo

A pocas horas de su victoria, Trump anunció un plan de obras públicas que debería financiarse sobre la base de un aumento de la emisión y de la deuda pública. Pero ese reendeudamiento vendría acompañado de una licuación de la “vieja” deuda, como consecuencia de una desvalorización del dólar que ya se ha puesto en marcha. Este defol encubierto es un golpe severo a los grandes acreedores de Estados Unidos, como China y Japón. Por otra parte, el antagonismo con China sería reforzado con trabas a las importaciones de ese país, las cuales, de todos modos, ya existen bajo la actual administración. Obama-Clinton, además, han parido un tratado “transpacífico” dirigido, precisamente, a aislar comercialmente a China. Como muchos de sus anuncios, los planteos proteccionistas de Trump son la expresión extrema de tendencias preexistentes -en este caso, de la agudización de los antagonismos comerciales que impone la bancarrota capitalista internacional, una de cuyas expresiones es la sobreproducción y sobreinversión en China. Estos planteos, sin embargo, entran en choque con los intereses de las corporaciones y sus esquemas de fabricación “globales”, que se extienden a los países asiáticos o a la maquila mexicana. A partir de estos límites, los llamados de Trump a incentivar la producción local podrían servir de coartada para impulsar una reforma laboral antiobrera al interior de sus propias fronteras, extorsionando a los obreros que lo votaron a resignar condiciones laborales y salariales a cambio de un eventual puesto de trabajo. Como todo nacionalista, Trump utilizará la coartada de la guerra comercial para acentuar la presión sobre la clase obrera. Pero también se servirá de ello como presión hacia México, Europa, China y América Latina, para arrancar mayores concesiones en favor de las corporaciones norteamericanas.

El nuevo presidente derechista también ha anunciado “mano dura”, una advertencia que tiene lugar en medio de grandes rebeliones de los negros y latinos pobres contra los atropellos policiales. También, en este punto, Obama-Clinton hicieron “escuela” con duras represiones y el reforzamiento del Estado policial. Entre los escándalos que sacó a la luz la campaña electoral, se revelaron los vínculos privados entre Hillary y los servicios de inteligencia (FBI) -o sea, un Estado conspirativo. En ese marco, muchos núcleos de inmigrantes registraron altas votaciones en favor de Trump, a expensas de quienes reclamaban el voto en nombre de las “libertades públicas”.

Guerra y crisis mundial

En el curso de la campaña, Trump llamó la atención con sus arrebatos belicistas en materia de política exterior. Pero también en este punto, recorrerá la saga que ya han abierto los demócratas. Cuando la campaña electoral finalizaba, Obama-Clinton lideraban una escalada militar de la Otan sobre la ciudad de Mosul, en nombre de combatir a un Ejército Islámico que prohijaron sus aliados turcos y sauditas bajo la vista gorda de la administración demócrata.

Pero el objetivo estratégico de esta ofensiva a sangre y fuego es la re-ocupación militar de Irak y, principalmente, la plataforma de una avanzada decisiva sobre Siria. El intervencionismo militar directo e indirecto del imperialismo yanqui está a la orden del día, y Trump cabalgará sobre esa tendencia. El magnate derechista, mientras tanto, le ha reclamado a la Unión Europea su “falta de colaboración” en el sostenimiento financiero de estas empresas bélicas. Ello preanuncia la tentativa de avanzar sobre la maltrecha unión del Viejo Continente, que asiste a un agravamiento de sus bancarrotas financieras en Alemania e Italia. Trump, al mismo tiempo, coquetea con una alianza con Rusia, otro expediente contra la Unión Europea y, principalmente, contra China. Pero un acuerdo con Putin sería también un intento de penetración financiera en Rusia, cuya economía debe ser rescatada de otra crisis de sobreproducción -la de los hidrocarburos. Las tendencias a la guerra y a la recolonización económica son una expresión necesaria de la crisis capitalista, que debe proceder a una liquidación de capitales sobrantes y de fuerzas productivas largamente postergada.

De Washington al “patio trasero”

De conjunto, la victoria de Trump es un golpe al gigantesco andamiaje político de contención de la crisis capitalista que ha tenido como ejes al Departamento de Estado, al Vaticano, a la troika europea y -con menos modales- a la Otan. Si estos concertadores han fracasado, también es cierto que las expresiones derechistas que han emergido de estas crisis tampoco han alumbrado una salida. El establishment norteamericano y mundial buscará ahora una “aproximación” a Trump y, naturalmente, a su agenda derechista. A su turno, Trump ha anunciado que gobernará “para todos”, en un intento por arrimarse al gran capital y al sistema político que había cerrado filas con Clinton. En esa línea están los nombres del nuevo gabinete -entre ellos, Steve Minujin, hombre del riñón de Goldman Sachs y de confianza de Wall Street, como secretario del Tesoro. Pero por debajo de estos movimientos, subyace el impasse social y económico de Estados Unidos, que no puede resolverse con gestos diplomáticos. La camarilla de Trump tendrá que vérselas con esas contradicciones y arbitrar sobre un Congreso dominado por los ajustes de cuentas y las tendencias a la desintegración de sus partidos. El sistema político de la principal potencia del planeta ha ingresado en un régimen de manotazos y crisis permanentes.

La escalada de reendeudamiento anunciada por Trump, junto a la inestabilidad financiera internacional, podrían conducir a una suba de las tasas de interés que, de todos modos, ya había anticipado la actual administración del Banco Central norteamericano. Pero un reflujo de recursos hacia Estados Unidos dejaría pedaleando en el aire a los “emergentes”; que se han servido de las tasas de interés bajas o incluso negativas para reciclar y aumentar sus propias hipotecas, como ocurre, en primerísimo lugar, con el gobierno Macri. El multitudinario elenco de diputados, senadores y legisladores argentinos que viajaron en estas horas a Estados Unidos para saludar la victoria de “la amiga de Wall Street” ha vuelto trasquilado. El gabinete del “retorno a los mercados” se ha topado con la desintegración económica y política “del mercado” al cual ha apostado su futuro.

Izquierda

La victoria de Trump en la interna republicana no fue el único fenómeno que dio cuenta de una desintegración de los partidos históricos de la burguesía americana. Entre los demócratas, la candidatura de Sanders, que se embanderó con reivindicaciones sociales, le dio una dura batalla a Clinton. Todas las encuestas durante las primarias daban cuenta de que Sanders le podía ganar a Trump, lo que no aparecía seguro con Hillary como candidata. Los 10 millones de votos que obtuvo Sanders en las internas muestran que no hay una derechización homogénea de la situación política, sino un principio de polarización que Sanders no desenvolvió. Aunque luego de la interna, sus bases y activistas le reclamaban una postulación independiente, Sanders se alineó con Clinton con el argumento de “enfrentar a la derecha”. Con el mismo planteo, buena parte de la opinión pública progresista o democratizante del continente llamó a votar a Hillary Clinton. Pero los obreros que seguían a Sanders optaron por Trump, hartos de los rescatistas democráticos del capital financiero. Así, el progresismo mundial cayó en el más temido de sus pecados políticos… fueron “funcionales a la derecha”. Estamos ante una poderosa lección para la izquierda de Estados Unidos y mundial: si la polarización social que desarrolla la crisis es la excusa para que la izquierda se alinee con los agentes centristas o clericales del capital financiero, entonces esa izquierda cargará con la responsabilidad de entregarle la dirección de las masas a los fascistoides.

La función de una izquierda revolucionaria, por el contrario, es hacer emerger una polarización política de la crisis capitalista, entre los defensores del capital y la guerra, de un lado, y un programa y una salida para los explotados, del otro. En Estados Unidos, el fascista y flexibilizador Trump no tiene nada para ofrecerle a la clase obrera, que tiene planteada hacer emerger un partido propio de esta desintegración política. En Argentina, esta convicción debe servir para que trabajemos, en los días que quedan, para que esa perspectiva se exprese en una gigantesca demostración política del Frente de Izquierda en la cancha de Atlanta.

http://www.po.org.ar/prensaObrera/1436/internacionales/trump-y-la-desintegracion-del-orden-politico-internacional-1

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La noticia indignante diaria, no se terminan nunca, che…

http://www.lanacion.com.ar/1956013-futuro-incierto-para-una-central-a-carbon-simbolo-del-relato-kirchnerista

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La madre de Cristina Kirchner integra una cooperativa que recibió millones de pesos

[LEFT]Un documento clave del gobierno cuestiona los privilegios y contrataciones de la cooperativa, que cobró “por sus servicios unos 15 millones de pesos por año”. En 2016 se canceló el contrato

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14 de noviembre de 2016

(NA)

[LEFT]La cooperativa El Aldabón no tiene local. Sus miembros solían usar uno en la localidad bonaerense de La Plata, pero hoy está cerrado. El número de teléfono que figura en los registros públicos es falso, ya que pertenece a un sindicato. Ofelia Wilhelm -la madre de Cristina Elisabet Kirchner- integra esta cooperativa.

[CENTER]Entre 2011 y 2015, la cooperativa cobró 61 millones de pesos provenientes del Estado

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[LEFT]En noviembre de 2003, cuando el ex presidente Néstor Kirchner firmó un decreto pa rescindir el contrato de conseción que el Correo tenía desde 1997, la cooperativa fue subcontratada para repartir cartas de la Agencia de Recaudación de Buenos Aires (ARBA).[/LEFT]

[LEFT]A la cooperativa “El Aldabón” la fundó en 1994 el dirigente sindical Fotius Cunturis, ex titular de la Federación de Gremios Estatales de la Provincia, y ex dirigente de la Asociación de Empleados de Rentas e Inmobiliaria (AERI). En varios actos, la madre de Cristina lo acompañó como miembro del grupo de trabajo.

Solo en 2015, recibieron 4 millones[/LEFT]

[LEFT]Entre 2011 y 2015, la cooperativa cobró 61 millones de pesos provenientes del Estado. Solo en 2015, recibieron 4 millones. El 18 de agosto de 2015, durante los días finales del mandato de Cristina Kirchner, el presidente del Correo -Juan Carlos Tristán- decidió entregar 147 millones más a la cooperativa.

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[LEFT]Sin embargo, cuando Mauricio Macri llegó al Poder Ejecutivo, estos últimos contratos entre “El Aldabón” y el Gobierno fueron dados de baja por irregularidades detectadas.

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[LEFT]Entre estas irregularidades, por ejemplo, aparece una violación a la resolución número 360/75 del Instituto Nacional de Asociativismo y Economía Social (INAES) -el organismo estatal que controla a las cooperativas – que impediría la subcontratación de “El Aldabón” empleados para repartir las cartas, según publicó Clarín.[/LEFT]

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Me da verguenza y asco el kirchnerismo, Macri es la misma mierda y lo vamos a comprobar con los años seguramente pero hoy para mi el kirchnerismo es peor lejos que el menemismo.

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A mí ya dejó de sorprenderme.

Bah, tengo que admitir que me llamó un poquito la atención que hasta la madre de CFK se robó sus millones. No quedó nadie sin rascar un “poquito” de nuestra plata.

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Se robaron todo, como puede haber gente que los defienda? Tan fanatico podes ser?

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Encima solo te pegan un link de pagina 12 y listo. No te dan un argumento o defensa seria con sus palabras.

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Exacto. Son una sociedad delictiva con anuencia de los cabeza de estiércol que los votaron. Y ahora ven todo esto y no saben como defender semejante desfalco que les hicieron. KK ¿sembraste mierda? ahora aguantate los soretes que te caen en el balero.

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Bien pibe! ¿ves que cuando querés podés? a menos que creas que con un sarcasmo solucionás el tema. Si entrás en esa actitud lo lamento muchísimo por vos.

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