El que más grité fue el de Cavenaghi contra Boca en el Clausura 2004, la última vez que River ganó en la Bombonera. Ese día le quitamos a los bosteros la punta y el invicto con un tremendo baile en sus propia cancha. La felicidad que tenía ese día era enorme.
Nasuti llore y me arrodille en medio de la tribuna abrazandome con otro negro que lloraba, momentos inolvidables de ser hincha del mejor club del mundo.
Creo que en esas semanas del 2004 se dieron los partidos donde más grité los goles a la bosta. El de Nasuti, Lucho Gonzalez (esa misma noche) y Cavenaghi (unas semanas antes)…
Se me vino a la cabeza el cabezazo de Celso Ayala antes que el de Nasuti, obviamente por el final un poco que lo reprimí ese gol, pero lo grité como la concha de la lora.